A golpe de tacón
El documental reivindica una lucha conjunta de las mujeres y los hombres de los poblados mineros de Asturias por defender mejores condiciones de trabajo junto con la recuperación de los derechos y libertades democráticas usurpadas por el franquismo.
A comienzos de la década de los 60 las mujeres tuvieron un protagonismo especial e importante en las huelgas mineras de Asturias. El documental “A golpe de tacón”, dirigido por Amanda Castro, relata la actuación de dos de estas mujeres que contribuyeron al desarrollo de las luchas mineras. Un análisis de la lucha de las mujeres por su emancipación desde una perspectiva de clase y confrontada, además, con la dictadura de entonces. Patronos y esbirros franquistas hacen causa común frente a las reivindicaciones económicas y políticas de los mineros en alianza con las mujeres. Un compromiso solidario de unas y otros semejante al que protagonizaron en otra huelga minera en Nuevo Mexico, unos años antes, relatada en la magnífica cinta “La sal de la Tierra” y que pueden verla en youtube.
El documental reivindica una lucha conjunta de los hombres y las mujeres de los poblados mineros de Asturias por defender mejores condiciones de trabajo junto con la recuperación de los derechos y libertades democráticas usurpadas por el franquismo. Puede decirse que con este combate de mujeres y hombres contra la patronal y su dictadura se inicia un resurgir del movimiento obrero en España.
Anita Sirgo y Constantina Perez (Tina) forman parte de un piquete encargado de reclutar a compañeras para estimular las huelgas, crear redes solidarias para sostenerlas e impedir, al mismo tiempo, la actividad de los esquiroles. Para esta última tarea, extendían en el suelo, a las entradas de los pozos, abundante maíz, alimento básico para las gallinas, como respuesta a quienes querían romper los paros.
El movimiento huelguista en la cuenca minera fue creciendo y extendiéndose por toda Asturias y hasta el mismísimo José Solís, alto jerarca sindical del franquismo, tuvo que desplazarse a la zona para intentar ponerle término con el reconocimiento de mejoras salariales y la libertad de los numerosos detenidos. Concluida la huelga de 1962, a dos meses de su inicio, el Boletín Oficial del Estado recogió un incremento de 75 pesetas en el precio de la tonelada de carbón, plusvalía que sería repartida entre los trabajadores. De hecho, se permitió por primera vez la creación de comisiones de representantes de los trabajadores para negociar los conflictos laborales.
La movilización obrera asestó a la dictadura franquista un duro golpe. El Partido Comunista era entonces la principal organización que apoyó las huelgas repartiendo propaganda y ayudando económicamente a los huelguistas a través del Socorro Rojo.
Una nueva oleada de huelgas en 1963 tuvo como respuesta una represión brutal de los entonces funcionarios policiales y de la “benemérita” al servicio de la dictadura, de la que se hace eco el documental. Anita y Tina son detenidas, golpeadas y vejadas. Les cortan el pelo para humillarlas, pero nunca confesaron el paradero de otros perseguidos, incluido el del entonces dirigente comunista Horacio Fernández Inguanzo, pese a las numerosas coacciones que recibieron. Esta represión contra las mujeres se equiparó a la sufrida por sus compañeros.
Las primeras huelgas tuvieron lugar en los años 1957 y 1958 en el Pozo María Luisa. En 1962, ocho mineros son despedidos del Pozo Nicolasa en Mieres por protestar por las duras condiciones de trabajo. La respuesta fue inmediata: sus compañeros pararon la producción siendo despedidos unos días más tarde otros 25 de ellos. La solidaridad se extendió a otros sectores industriales participando más de 50.000 obreros de la provincia en apoyo de los despedidos y otros tantos trabajadores más allá de Asturias. Los sindicatos franceses y galeses se interesaron por el desarrollo de las huelgas, enviando representantes a visitar las zonas en conflicto en apoyo a los huelguistas.
En la Marcha Negra a pie, protagonizada por 500 mineros de la Minero Siderúrgica de Ponferrada, desde Villablino (Laciana, León) hasta Madrid en 1992, uno de los dirigentes de las movilizaciones de la década de los 60 señalaba: «Antes luchábamos contra la dictadura de Franco y los fascistas, ahora luchamos contra la dictadura de los mercados y un Gobierno a su servicio que no cumple lo que pacta».
Muchos pozos mineros de Asturias se identifican con nombres de mujeres: Nicolasa, María Luisa, Baltasara, Modesta, Escribana, Dominica, y de algunas santas como Santa Eulalia o Santa Bárbara, patrona de los mineros. Sin embargo, las empresas, tanto privadas como públicas, prohibían la entrada al interior de las minas a las mujeres al menos desde el Reglamento de Policía Minera de 1897 y más tarde por el Reglamento provisional de la Ley 27 de diciembre de 1910 sobre jornada máxima en las minas. Prestaban servicios exclusivamente al exterior de los pozos como aguadoras, vagoneras, cargadoras, etc. si bien, en no pocos convenios colectivos, se les agrupaba a todas ellas con la categoría profesional única de “mujeres” sin distinguir las funciones concretas que realizaban, a diferencia del personal minero masculino catalogado según tareas específicas. A las mujeres se les retribuía con un salario muy inferior al de los varones, que a veces no alcanzaba al 50% de la remuneración de estos.
Una sentencia del Tribunal Constitucional de 14 de diciembre de 1992 reconoce por primera vez el derecho de las mujeres a poder prestar servicios en el interior de la mina en condiciones de igualdad con los hombres. Esta importante resolución judicial establece que: «No cabe duda de que la prohibición de trabajar en el interior de las minas a la mujer, aunque responda históricamente a una finalidad protectora, no puede ser calificada como una medida de acción positiva o de apoyo o ventaja para conseguir una igualdad real de oportunidades, ya que no favorece a ésta sino que más bien la restringe al impedir a la mujer acceder a determinados empleos… No existen razones concluyentes que permitan llevar a la conclusión de que las condiciones especialmente gravosas del trabajo en el interior de las minas o el riesgo para la salud o de accidentes se incremente en todos los casos por la constitución y condiciones de la mujer respecto a la del varón. Aunque la especial dureza de este trabajo pueda requerir determinadas exigencias de fortaleza y condición física, éstas habrán de ser exigibles por igual al hombre o a la mujer, al margen de su sexo, sin que pueda ser relevante al respecto la eventualidad de que un mayor número de hombres que de mujeres puedan reunir en el caso concreto esas exigencias.» El 17 de enero de 1996, cuatro mineras entraron por primera vez en un pozo: María de los Ángeles Llaneza, María Shirley Sánchez, María Virginia Domínguez y María del Carmen González. Fueron pioneras, como Anita y Tina lo fueron varias décadas atrás.
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Gracias compañero Miguel Medina Fernandez-Aceytuno, por este artículo, que bien seguro me emocionó. Sabrás que soy belga, valona francófona, soy de un país donde hubo minas también (aprovechándose de maniobra barata después de la II Guerra Mundial, y la tragedia minera más grande en mi país en Marcinelle- 1956 -08-08, ), soy de mi ciudad siderúrgica también, que tuvo hasta más de 10 000 obreros, y en cada lucha estuve presente siempre, hasta su desaparición “Les Forges de Clabecq”.
Sabrás también que soy “Asturiana de adopción” desde más que 35 años: de las cuencas mineras, “Sama de Langreo”, y Anita Sirgo, es una amiga muy íntima mía desde años. (Las dos, y más ella que mi – debido a la lejanía- , pertenecemos en la misma asociación de Memoria Histórica de Asturias, Asturias Famyr) Siempre, hasta la fecha, está en todas las manifestaciones ” con sus tacones”… Una persona admirable por todo lo que ha sufrido, pero también para todas sus luchas ! (Tina, no la conocí, este “accidente” fatal, me lo impidió). Ella, y much@xs otros compañer@xs, que tuve la suerte de encontrar, también víctimas de este impresentable personaje “Billy el Niño”, tremendas historias he escuchado en sus voces. Cada vez que puedo irme en Sama, no falta nunca poder encontrarnos las dos…
Tanto en Asturias, que a través del Mundo Entero, el papel de las Mujeres en las minas fue “escondido”, y aunque no eran “mineras del fondo de las minas”, tenían una carga de trabajo tremenda, trabajo despreciado bien seguro !
También la “Marcha Negra”, la he apoyado y seguido desde mi Norte …
“«Antes luchábamos contra la dictadura de Franco y los fascistas, ahora luchamos contra la dictadura de los mercados y un Gobierno a su servicio que no cumple lo que pacta».”. Esta frase del 1992 siempre queda muy vigente y actual. Seamos siempre muy atentos ante la fragilidad de una Democracia !
Comparto, donde tiene que ser !
Gracias compañero, camarada “canarión” vecino desde otra lejanía, tierras andaluzas, que también amo. SyR Siempre ! ✊
(Fui un poco larga, fue la emoción … 😉)