Aniversario de la Revolución de Octubre, por una memoria con conciencia y consecuencia

Recuerdo y conmemoración que debería servirnos para mejor dar a conocer y reflexionar sobre las razones, factores y circunstancias históricas que la hicieron posible.

El pasado 7 de noviembre se cumplió el 114 aniversario de la Revolución Socialista de Octubre en la antigua Unión Soviética. Evento y gesta extraordinarios que marcaron el devenir de la política mundial durante más de un siglo y que por ello mismo saludan cada año desde el movimiento comunista internacional y muchas organizaciones obreras. Recuerdo y conmemoración, sin embargo, que más allá de celebrar la efeméride debería servirnos también para mejor dar a conocer y reflexionar sobre las razones, factores y circunstancias históricas que la hicieron posible.

Históricamente, la Revolución de Octubre, también conocida como Gran Revolución Socialista de Octubre, fue la segunda fase de la Revolución rusa de 1917. Tuvo lugar, según el calendario gregoriano que rige en el mundo occidental, en torno al 7 de noviembre de 1917, fecha que fue precedida unos meses antes por las llamadas Tesis de abril presentadas por Lenin a la III Internacional y recogidas al completo por la tendencia bolchevique del partido comunista ruso.

Tesis en las que se llama al decantamiento revolucionario que finalmente cuajó el 7 de noviembre del 17, poniendo fin a la vía del parlamentarismo burgués que defendían los sectores mencheviques (mayoritarios) del partido y el radicalismo pequeño-burgués en general.

Pero el proceso hasta este triunfo bolchevique no fue fácil. La guerra mundial había provocado que millones de trabajadores y trabajadoras de cada país se desangraran en una carnicería cruel para mayor beneficio de las potencias imperialistas, lo que por otra parte supuso una amarga escuela de aprendizaje para las masas: millones de muertos, destrucción, hambre y miseria acabaron por convencerles para desconfiar del potente movimiento socialdemócrata que postulaba por encima de todo defender los intereses nacionales burgueses, el parlamentarismo y la orientación gradualista de las políticas gubernamentales, pretendiendo sustituir todo vestigio revolucionario por una visión en todo caso acartonada e incorrecta del socialismo.

En Rusia, la cadena se rompió por el eslabón más débil en febrero de 1917: las fuerzas obreras y campesinas derribaron el zarismo después de protagonizar un movimiento huelguístico masivo.

Con ello se puso fin al viejo régimen político monárquico, pero aun permanecían intactas las estructuras de poder que habían esclavizado a millones de campesinos y proletarios durante muchos decenios. De modo que aun sin Zar, la oligarquía rusa, conglomerado formado por la alianza de los terratenientes, la burguesía y sus aliados imperialistas, mantenía su poder y su dominio sobre las palancas fundamentales de la sociedad. Al calor de aquellos hechos, la polémica que recorrió al movimiento comunista internacional estalló en Rusia con toda vehemencia en una disyuntiva: reforma o revolución, alianza con la burguesía o política de independencia de clase, menchevismo o bolchevismo.

Fuente: Juventud Rebelde, 14.11.21.
Fuente: Juventud Rebelde, 14.11.21

Es en torno a esta disyuntiva donde se afianzan las tesis de abril de Lenin. Frente a la tradicional lucha de minorías y de fracciones en el ámbito de los partidos parlamentarios y organizaciones del régimen exzarista, las tesis de abril llamaron a defender los intereses generales de la clase trabajadora y el campesinado ruso desde las propias organizaciones sociales (soviets) levantadas independientemente de las estructuras del régimen burgués, aplicando un programa y propuesta políticas que en resumen planteaban junto con la consigna de “todo el poder a los soviets” (citamos casi literalmente el texto homónimo de V.I.U. Lenin. Tesis de abril. 3 de abril de 1917):

(…) – No a una república parlamentaria -volver a ella desde los Soviets de diputados obreros sería dar un paso atrás- sino una república de los Soviets de diputados obreros, braceros y campesinos en todo el país, de abajo arriba.

– Supresión de la policía, del ejército y de la burocracia.

– La remuneración de los funcionarios, todos ellos elegibles y amovibles en cualquier momento, no deberá exceder del salario medio de un obrero calificado.

– En el programa agrario, trasladar el centro de gravedad a los Soviets de diputados braceros.

– Confiscación de todas las tierras de los latifundios. Nacionalización de todas las tierras del país, de las que dispondrán los Soviets locales de diputados braceros y campesinos. Creación de Soviets especiales de diputados campesinos pobres. Hacer de cada gran finca una hacienda modelo bajo el control de diputados braceros y a cuenta de la administración local.

– Fusión inmediata de todos los bancos del país en un Banco Nacional único, sometido al control de los Soviets de diputados obreros.

No implantación del socialismo como tarea inmediata del partido, sino pasar únicamente a la instauración inmediata del control de la producción social y de la distribución de los productos por los Soviets de diputados obreros. (…)

Más allá de abundar en el repertorio de éxitos y avances sociales conquistados por la Revolución de Octubre (así como de sus limitaciones), los y las comunistas debemos considerar el papel esencial desempeñado por los soviets, equiparables, en ciertos aspectos, en España, durante la transición, a las Comisiones Obreras que se fundaron con el concurso de las diversas fuerzas políticas y sociales antifranquistas en las fábricas, sectores productivos y reproductivos y territorios, así como en la importancia de una dirección política firme, capaz de eludir los «cantos de sirena» del parlamentarismo burgués y comprometida con la transformación social.

En rigor no puede decirse que esta sea la táctica alumbrada actualmente por los dirigentes actuales del PCE y de otras organizaciones vinculadas históricamente al movimiento obrero. Por eso es importante tanto la memoria con conciencia y consecuencia de quienes nos seguimos considerando marxistas leninistas.

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One thought on “Aniversario de la Revolución de Octubre, por una memoria con conciencia y consecuencia

  • 23 de noviembre de 2021 en 11:19
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    Creo que hay un error matemático. Desde el año 1917 al 2021 van 104 años no 114.
    En lo demás buen artículo.

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