Memorias del subdesarrollo

Esta entrada es la parte 1 de 4 en la serie CICLO DE CINE LATINOAMERICANO

A diferencia de películas sobre procesos revolucionarios centrados en héroes populares o en los colectivos que los protagonizan, en Memorias del subdesarrollo, el personaje principal es un burgués que censura el movimiento emancipador cubano.

Bajo la dirección de Tomás Gutiérrez Alea, Memorias del subdesarrollo, película cubana de 1968, nos ofrece una panorámica de la vida en la isla de Cuba entre la invasión de Bahía Cochinos en 17 de abril de 1961 y la crisis de los misiles de octubre de 1962. Versión cinematográfica de la novela homónima de Edmundo Desnoes que relata la historia introspectiva de un burgués rentista, liberal, dubitativo e irónico, escritor fracasado, que decide quedarse en Cuba, mientras su familia, incluida la esposa, marcha hacia Miami al inicio del proceso revolucionario.

El filme nos ofrece las profundas contradicciones, expresadas en comportamientos y monólogos, entre un acomodado cubano y el proceso de cambio social en curso. La historia de un caso muy particular en un contexto de fuerte e intensa agitación social.

El personaje central, Sergio Carmona, ni gusano ni revolucionario, como le indica Helena, equiparable a un posmoderno actual, acaba por adoptar un modo de vida completamente solitario, sin tomar partido, que le provoca desamparo y no pocas frustraciones. Los prismáticos lo acercan en la distancia a la realidad circundante desde un espacioso y confortable ático que ocupa en el edificio Focsa en La Habana. Desde esta atalaya se sorprende de que todo aparentemente siga igual que antes (7m. 55s.) y dice: «sin embargo todo parece tan distinto ¿he cambiado yo o ha cambiado la ciudad?» (8m. 40s.)

Sergio y Helena, la protagonista femenina, mantienen una relación amorosa. Un hombre maduro y una mujer joven que el film resalta en la curiosa escena en la que ambos visitan la finca La Vigía que ocupó Ernest Hemingway en Cuba (54m. 27s.). En el transcurso del recorrido turístico por el alojamiento, Carmona ojea en la biblioteca la conocida novela de Vladimir Nabokov, Lolita, que a su vez inspira la famosa película de su mismo nombre de Stanley Kubrick de 1962.

En una de sus muchas reflexiones, Sergio se autorretrata: «yo creo que aparento cierta dignidad», algo que parece responder a la ausencia de todo compromiso con la revolución y su negativa a combatirla, a sus apreciaciones sobre las dificultades de salir del subdesarrollo sin comprometerse en la tarea de superarlo, al rechazo de los exiliados que marchan hacia Miami y al recelo que siente sobre los procesos de transformación social en desarrollo en los que renuncia participar.

Una ambivalente situación personal le empuja a refugiarse en relaciones sentimentales siempre con mujeres jóvenes con las que nunca acaba por comprometerse.

El filme registra acontecimientos de la revolución cubana, como el de la invasión de playa Girón. Con el fondo de unas imágenes documentales sobre la primera gran derrota del imperialismo en América Latina, una voz en off (20m. 20s.) nos dice: «encontraremos bajo la organización militar de las brigadas invasoras una jerarquía de funciones sociales que sintetiza y compendia la división del trabajo social y moral de la burguesía: el sacerdote, el hombre de la libre empresa, el funcionario diletante, el torturador, el filósofo, el político y los innumerables hijos de buena familia. Cada uno de ellos ejercía una acción específica y sin embargo era la totalidad, el grupo, quien proporcionaba el sentido a las actitudes individuales. Aisladamente, Calviño [1]Ramón Calviño, célebre torturador de los tiempos de Batista, es un criminal que hasta a los mismos burgueses causa horror y estrés».

A diferencia de no pocas películas que abordan procesos revolucionarios centrados en héroes populares o en los colectivos que los protagonizan, en Memorias del subdesarrollo, el personaje principal es un burgués que nos traslada una opinión, desde su clase social, que reprueba el movimiento emancipador cubano.

Sergio Corrieri en el papel de Sergio Carmona.

Su director, Gutiérrez Alea, señala sobre la película que: «al cabo de casi 10 años de revolución hemos aprendido que nuestra condición de país subdesarrollado, explotado durante cuatrocientos años, primero por España y después por Estados Unidos, no se supera, sino a costa de mucho trabajo y sacrificio. No ha sido fácil llegar a esta conclusión, pues durante los primeros años la alegría del triunfo nos hizo creer que el paraíso estaba al alcance de la mano.»

La cinta obtuvo diversos premios. En 1973, Alea recibió un premio especial otorgado por la Asociación Nacional de Críticos de Cine de Estados Unidos. En 2009, críticos cinematográficos cubanos la eligieron como la película más importante en la historia del cine del país.

La música corre a cargo de Leo Brouwer. En la primera escena escuchamos la canción tradicional cubana ¿Dónde está Teresa?.  La fotografía de Ramón F. Suarez y el guión compartido entre el director y el autor de la novela del mismo nombre. En el reparto, los papeles principales corresponden a Sergio Corrieri y Daisy Granados.

Tres ejes fundamentales definen el metraje: el subdesarrollo, las mujeres y la frustración. El primero lo achaca Sergio, como buen burgués, a la gente: el cubano no relaciona las cosas, lo cual no le permite acumular experiencias y por lo tanto no puede desarrollarse porque siempre necesita que alguien piense por él. Su talento consiste en adaptarse al momento. El segundo, las mujeres, presentes y ausentes en la vida de Sergio, sus relaciones informales (Anna y Helena), la prostitución, el matrimonio (Laura), el divorcio, las fantasías eróticas (Noemí). Las mujeres cubanas son únicas, dice, te miran como ninguna otra, pero incapaces de ser trabajadas por los sentimientos y la cultura llegando a compararlas, incluso, con frutas descompuestas una vez pasada cierta edad. Uno y otro aspecto se entrecruzan en la vida de Sergio dando como resultado un personaje frustrado.

Una película realizada sin apenas presupuesto y con escasos medios técnicos, protagonizada por un burgués que critica un proceso revolucionario sin combatirlo, pero que no se implica en la lucha contra el subdesarrollo. Al mismo tiempo, es también un filme que reprueba a la burguesía, a esos individuos asociales que no toman partido por nada: las extravagancias de Sergio en el tocador femenino (10m.), el machismo en la escena de la piscina (28m.), el desprecio a su país, a sus orígenes cubanos, a su cultura mientras se esfuerza en vivir como un europeo (min. 54)…

Miguel Sagaseta

Miguel Medina Fernández-Aceytuno

Notas

Notas
1 Ramón Calviño, célebre torturador de los tiempos de Batista
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