La dictadura perfecta
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La cinta nos ofrece episodios parodiados de la reciente historia de México y refleja cómo los medios de comunicación y el gobierno mantienen una estrecha relación para manipular a la opinión pública con la complicidad del poder judicial y el resto de los poderes del Estado.
Película del año 2014 dirigida por Luis Estrada, cuarta de una serie que se inicia con “La ley de Herodes” (1999) que relata la corrupción del PRI a mediados del siglo XX en México, “Un mundo maravilloso” (2006) sobre la crisis económica y social y las manipulaciones del gobierno, “El Infierno” (2010) que establece una relación entre el narcotráfico y el poder. Cierra la película que presentamos en la que su director denuncia las lacras del poder en México y el papel corrupto de la televisión.
El guión corre a cargo de Jaime Sampietro y del propio Luis Estrada, la fotografía excelente por Javier Aguirresarobe, y en su reparto destacan Damián Alcázar, Alfonso Herrera, Osvaldo Benavides y Silvia Navarro.
Sobresale en su banda sonora fragmentos de las oberturas de Guillaume Tell, y La Gazza Ladra, Peer Gynt Suite nº 1, de Edvard Grieg, Pomp and circumstance, march nº 4 de Edward Elgar y la novena de Beethoven, con el famoso Himno de la Alegría.
El film, en su inicio, advierte a los espectadores de que: «en esta historia, todos los nombres son ficticios. Los hechos, sospechosamente verdaderos. Cualquier parecido o semejanza con la realidad no es mera coincidencia.»
En efecto, rodada en 2014, durante el mandato del Presidente de México, Enrique Peña Nieto (01.12.12 a 20.11.18), miembro del Partido Revolucionario Institucional (PRI), la cinta ofrece en su relato episodios parodiados de la reciente historia de México. Así, el rodaje comienza con una entrevista del Presidente de México con el embajador USA de la Administración Obama en la que aquel le indica, como argumento a tener en cuenta para la apertura de frontera para los mexicanos, que sus compatriotas pueden hacer aquello que ni los negros quieren hacer. Una expresión que causa enorme indignación en el país. Para ocultar lo ocurrido, (5m.) el Presidente envía a un coronel a la televisión estatal para que difunda una noticia aún más escandalosa. Autor real de aquella frase fue el Presidente de México, Vicente Fox Quesada (01.12.00 a 30.11.06).
La película da a conocer a través del gobernador Carmelo Vargas y la Televisión Mexicana, los contratos que Televisa había suscrito con Enrique Peña Nieto para trabajar en favor de su candidatura, que pasaron a conocimiento general por su publicación en el periódico The Guardian.
El secuestro de las hijas del matrimonio Garza y la utilización del caso para tapar informaciones sensibles al poder asemeja al asunto de la niña Paulette, una menor desaparecida y que aparece muerta en 2010, sobre el que presta desmesurada atención Televisa para ocultar hechos transcendentes y escandalosos de la vida política del país.
Los enredos amorosos del gobernador Carmelo Vargas aparecen con notoria similitud a los de Enrique Peña Nieto y la actriz de telenovela Angélica Rivera Hurtado, luego primera dama del país.
En la trama se le pregunta al Presidente de México (2h. 7m.), en directo y por televisión, sobre las consecuencias por las drásticas medidas económicas adoptadas por su gobierno para la ciudadanía, y este le responde: «Con respecto a tu pregunta Javier de si impactará a las familias mexicanas, comprenderás que en este momento no te puedo responder porque yo no soy la señora de la casa… que yo no puedo saber el impacto que tendrá este paquete económico en las familias mexicanas porque como tú sabes con tanta responsabilidad en estos momentos no he tenido tiempo de ir de compras o al mercado». El director del programa no puede contener la risa y en la pantalla aparece a continuación el texto: «fallas técnicas. Disculpen las molestias». Este suceso se toma de la vida real cuando a Enrique Peña Nieto se le pregunta por la misma cuestión y responde al periodista en idéntica forma a la descrita.
La película refleja cómo los medios de comunicación y el gobierno mantienen una estrecha relación para manipular a la opinión pública con la complicidad del poder judicial y de otros estamentos del Estado y, de esta manera, contribuyen a que la corrupción quede impune. Al mismo tiempo, pone énfasis en el inmenso poder de la televisión. El director de la Televisión Mexicana expone en este sentido: «Creo que en este país la televisión se convirtió en uno de los poderes predominantes, yo creo que su influencia es enorme (…) se han convertido en un factor político determinante, la experiencia que vivimos en la elección pasada, para algunos sí sentimos que fue un factor que pudo inclinar la balanza hacia un lado, en un proceso de ir posicionando a un candidato».
Recoge el film escenas que inciden en esta cuestión: invención de noticias falsas contra un importante afiliado al mismo partido gubernamental para tapar un escándalo presidencial (7m. 40s.) o cuando hacen uso malintencionado de sucesos impactantes como el secuestro de unas menores con la misma finalidad (1 h. 15 m.) o en aquella otra en la que el gobernador Carmelo Vargas acude a la televisión estatal y paga para que dejen de destapar sus corruptelas (20 m.).
Un film denostado por los círculos de poder en México y, desde luego, por los medios de comunicación. Sin embargo, ha tenido un importante éxito comercial siendo la película más taquillera en México en el año 2014 y quedando en tercer lugar entre las más taquilleras de toda la historia del país. Un muestrario de actos de corrupción, violencia, incluida la institucional, tráfico de drogas y secuestros del siglo XXI descritos con humor negro, que no se aleja de la realidad.
El título La dictadura perfecta se desprende de una frase de Vargas Llosa, que calificó al gobierno del PRI diciendo: «México es la dictadura perfecta».
La película nos invita a una reflexión sobre los importantes límites de la democracia en países con economía de libre mercado.