El Adagio para cuerdas de Samuel Barber y la música como herramienta para la transformación social
Hoy en día, con la guerra de Ucrania, el genocidio sistemático del pueblo palestino y otras decenas de confrontaciones militares repartidas por todo el mundo, con un imperialismo desafiante y una crisis capitalista irresuelta que promueve el rearme y la guerra, los dramas en curso y los que acechan nos invitan a escuchar con mucha atención el Adagio de Barber y retomar fuerzas para impedir la barbarie.
Un lenguaje universal es lo que se necesita para vincular nuestras emociones y las percepciones colectivas de las catástrofes que estamos viviendo en estos tiempos aciagos. (Aciago algo, que dirían Les Luthiers). El arte es una vía y nos ofrece la ocasión de asumir y recrear temas políticos actuales, para ofrecer respuestas a eventos políticos específicos, para comprobar su influencia en la formulación de las decisiones políticas
¿ Y cómo ha influido la política en la evolución del arte a lo largo de la historia?
El arte no solo captura la esencia de su tiempo, sino que también actúa como un poderoso espejo de las dinámicas políticas que han marcado nuestra historia y las bases culturales en las que se asienta el futuro de la sociedad humana. A través de la música, la pintura, la escultura y otras formas de expresión, los artistas han desafiado, criticado y documentado realidades sociales, convirtiéndose en auténticos cronistas de su época. Este diálogo permanente entre el arte y la política invita a la reflexión sobre nuestra identidad y nuestro futuro. Nos debe servir para denunciar el belicismo militarista y para luchar contra la crueldad.
En un contexto de rearme militar generalizado, avance del fascismo promovido por el gran capital y el golpe de estado franquista contra la República en España que provocó una cruenta guerra civil y que anunciaban una próxima guerra mundial, Samuel Barber en 1936 escribió su Cuarteto para cuerdas en si menor. A sugerencia del prestigioso director orquestal Arturo Toscanini, transformó su segundo movimiento en una partitura para orquesta de cuerdas, con el título de Adagio para cuerdas, –Adagio for Strings-, más tarde para coro mixto con el nombre de Agnus Dei con un texto esencialmente religioso que implora el dona nobis pacem (danos la paz), ofreciendo consuelo y esperanza en medio de la adversidad.
En los inmediatos antecedentes que finalmente explosionan con II guerra mundial, el 5 de noviembre de 1938, se estrena el Adagio para cuerdas de Barber bajo la batuta del gran Toscanini en Nueva York con la NBC Symphony Orchestra. El éxito fue tal que Toscanini a partir de entonces la llevó de gira en su repertorio.

Samuel Berber, con 26 años escribe la famosa partitura del Adagio para cuerdas
En su primera versión orquestal, Herbert Glass señala: «La partitura, de siete minutos de duración, sólo contiene ese único tema memorable, anunciado por los primeros violines y que se eleva por pasos, repetido por las violas -en imitación canónica- y cedido después a los violonchelos, que oscurecen aún más el ambiente, tras lo cual los violines se elevan hasta un angustioso clímax de registro agudo antes de una pausa dramática, que da paso a una repetición final del tema por los violines y las violas en octavas antes del tranquilo y reverencial final.»
Alberto Guzmán, en su guión, montaje y narración en video que ofrecemos en Hojas de Debate, afirma que esta excepcional pieza musical es “un lenguaje universal de emoción. El adagio es un tiempo lento y reflexivo que parece encapsular la tristeza y la esperanza de una humanidad cambiante a las puertas de la II guerra mundial. Es una invitación a recordar que en nuestra fragilidad también hay fuerza que incluso en la oscuridad hay un rayo de luz… Es un reflejo de todo lo que nos hace humanos: la tristeza, la alegría, el anhelo y la esperanza». Un anhelo que la humanidad doliente debe materializar en una decidida y organizada lucha por la Paz.
De esta hermosa obra musical se han interpretado numerosísimas versiones en el formato coral. En una de sus recientes traducciones, la de Tiesto, podemos escuchar estas hermosas palabras: «En un momento en el que se pierde la esperanza, me he jurado a mí mismo que nunca seguiré a las almas perdidas. Caminando por este mundo destrozado, profetizando un final amargo. No me inclinaré ante ellos ni ante su dios.»
En la producción de Alberto Guzmán observamos dos fotogramas impactantes: una violinista, ejecutando esta obra musical, deja caer de sus ojos un reguero de lágrimas, atrapada por la inmensa emoción que provoca la propia ejecución de la partitura. Otros dos fotogramas más hacen referencia a los campos de exterminio nazi.
Hoy en día, con la guerra de Ucrania, el genocidio sistemático del pueblo palestino y otras decenas de confrontaciones militares repartidas por todo el mundo, con un imperialismo desafiante y una crisis capitalista irresuelta que promueve el rearme y la guerra, al igual que en la década de los años 30 del pasado siglo, los dramas en curso y los que acechan nos invitan a escuchar con mucha atención el Adagio de Barber y retomar fuerzas para impedir la barbarie.
El Enigma de «Adagio for Strings»: La Música que Habla al Alma
«Adéntrate en el misterio de una de las composiciones más cautivadoras y profundas de la música clásica: el Adagio for Strings de Samuel Barber. En este programa, exploramos el significado oculto y el impacto emocional de una obra que ha resonado en momentos clave de la humanidad, desde funerales de líderes hasta escenas icónicas en el cine. ¿Qué hace que esta pieza, nacida del segundo movimiento de un cuarteto de cuerdas, trascienda su tiempo y cultura? ¿Es solo música, o guarda un mensaje más profundo sobre la condición humana? Analizaremos el contexto en el que Barber compuso esta joya y cómo ha sido interpretada como un símbolo de duelo, consuelo y esperanza. Prepárate para un viaje sensorial y emocional, donde desvelaremos los secretos de esta obra inmortal, su influencia en la historia y el por qué sigue conmoviendo a generaciones. Una experiencia que te hará escuchar el Adagio for Strings con nuevos oídos y un corazón abierto al misterio que envuelve cada nota.»
Adagio For Strings – Samuel Barber – directed by Leonard Bernstein