El inmigrante
El Inmigrante es una cinta que marca una inflexión en la producción cinematográfica de Charles Chaplin. Por vez primera introduce en la comedia un punto de tragedia, con el resultado de una obra trágico-cómica.
El Inmigrante es un cortometraje de junio de 1917 dirigido e interpretado por Chaplin, autor asimismo del guión. Chaplin viaja desde Europa a Estados Unidos en un barco de vapor, repleto de empobrecidos inmigrantes agolpados en la cubierta de un buque sin estabilizadores que se mueve al compas de las olas. Mareados, los desplazados permanecen tendidos en el suelo en muy duras condiciones, mientras Chaplin con andares patizambos logra atrapar un pez, ataviado con su tradicional bigote recortado, bombín, traje oscuro y bastón.
Interesante, por las enormes dificultades técnicas de la cinematografía de principios del siglo XX, es la escena del comedor en la que el balanceo de la nave sincroniza con el movimiento trepidante de la cubertería que se desliza de un comensal a otro sobre la superficie de las mesas a la hora de la cena (m. 2.40).
Llegan a Nueva York y la cámara nos ofrece una visión de la conocida estatua de La Libertad (m. 9.50) que contemplan los inmigrantes con esperanza al arribar al puerto. Muy poco después, cuando los humildes pasajeros pisan tierra, el cronometraje nos ofrece la cruda realidad: los funcionarios aduaneros someten a los inmigrantes a un duro y riguroso control, mientras permanecen a la fuerza amontonados y sujetos con cuerdas.
Chaplin responde a un golpe que recibe de un aduanero con una patada en su trasero (m. 10.15). Esta escena, años más tarde, en 1952, constituiría una prueba de cargo contra Chaplin denunciado por pertenecer al Partido Comunista, así como de graves delitos contra la moralidad (varios divorcios) y de formular declaraciones contrarias al gobierno de EEUU y críticas al capitalismo en el film “Monsieur Verdoux”. La retirada de la visa le obligó a fijar su residencia definitiva en Suiza hasta su fallecimiento en la navidad de 1.977. En las postrimerías de su vida, Charlot volvería a EEUU a recoger el Oscar honorifico que premiaba su dilatada trayectoria artística.
El Inmigrante une el drama y la comedia, al igual que en “La quimera del oro” o en “El Chico”. Un relato en defensa de los inmigrantes que se trasladaban a Estados Unidos escapando de la pobreza y el infortunio en pos del supuesto sueño americano.
La película, realizada en el año de la revolución de octubre, coincide con la entrada en vigor en EEUU de una remozada Ley de Inmigración que amplió las prohibiciones establecidas en las llamadas leyes de exclusión chinas de finales del siglo XIX. Numerosos emigrantes de origen chino llegaron a Estados Unidos en las décadas 40 y 50 del siglo XIX. Sufrieron ataques racistas violentos, obligados a dejar negocios, abandonar ciudades, golpeados y linchados, mientras las autoridades miraban hacia otro lado. Eran empleados, en pésimas condiciones de trabajo, en la minería, en la construcción de ferrocarriles y otras actividades con remuneraciones muy inferiores a la de otros colectivos asalariados.
El 6 de mayo de 1882, el Congreso de los EEUU aprueba la Ley de Exclusión de los Chinos que suspendió la inmigración de estos por diez años. En 1892 se prorrogó por diez años más y en 1902 de forma permanente hasta la segunda guerra mundial cuya derogación en 1943 obedecía a la alianza militar de EEUU y China contra Japón. Esta legislación invertía la carga de la prueba, de tal forma que cualquier chino asentado en territorio estadounidense se consideraba ilegal mientras no demostrase lo contrario.
La nueva Ley de Inmigración de 1917, conocida también como Ley de la Zona Prohibida Asiática, la impedía desde la India británica, la mayor parte del sudeste asiático, las islas del Pacífico y el Medio Oriente. En la práctica, sin embargo, se extendió su aplicación a la Península Arábiga, a la Rusia asiática, la India, Malasia, Myanmar y las islas de la Polinesia. Estableció por vez primera la llamada prueba de alfabetización mediante la cual los inmigrantes debían acreditar saber leer y escribir. Esta normativa, en general, vetaba también la entrada de inmigrantes homosexuales, locos, epilépticos, pobres, débiles mentales, dementes, polígamos, prostitutas, vagabundos, alcohólicos, anarquistas, subversivos, analfabetos, así como los que estaban en contra del gobierno o apostaban por la destrucción ilegal de la propiedad privada.
El cortometraje no solo muestra el apoyo de Chaplin a la población inmigrante, sino que la extiende hacía las personas más humildes. El protagonista no duda en entregar el poco dinero que tiene a una chica y su madre enferma (m. 8) cuando conoce que han sido víctimas de robo. Al mismo tiempo expone la crueldad con la que se trata a las personas, incluidos los desplazados, cuando no disponen de suficiente dinero para abonar la factura de una consumición (m. 15).
El Inmigrante es una cinta que marca una inflexión en la producción cinematográfica de Charles Chaplin. Por vez primera introduce en la comedia un punto de tragedia, con el resultado de una obra trágico-cómica. El carácter de cine silente no impide una comprensión plena de la historia, gracias a la magnífica interpretación de los actores con un uso escasísimo de los carteles intertítulos.
Una excelente película de fuerte compromiso social que Hojas de Debate les invita a visionar.
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