El paro sigue creciendo en la provincia de Jaén

El exceso de trabajo impuesto para una parte de la clase obrera a través de una mayor opresión y explotación y peores condiciones laborales, condena al resto de los trabajadores a la inactividad productiva. Es este uno de los mecanismos que provoca el enriquecimiento de los capitalistas.

La provincia de Jaén, al término de la campaña de la aceituna, es una de las cinco provincias de Andalucía en la que ha subido el número de trabajadores en paro, según datos facilitados por el Ministerio de Trabajo y Economía Social del último mes de marzo, con un incremento de casi un 5 por ciento con respecto al mes anterior. Alrededor de 60.000 trabajadores carecen de un puesto de trabajo y malviven, en el mejor de los casos, con prestaciones y subsidios del Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) de muy escasa cuantía en general.

Hasta hace unos años, la provincia de Jaén contaba con una industria importante. La producción de automóviles, la cerámica, la fabricación de muebles y la actividad metalúrgica daban ocupación a decenas de miles de trabajadores, sobre todo en la zona norte de la provincia. La crisis económica, de forma especial en los últimos 15 años, ha provocado una importante disminución de la actividad industrial en localidades como Bailén, Linares y La Carolina que sufren tasas de paro de casi el 50%. Esta situación se ha visto agravada con la pandemia que ha cerrado más de 3.700 empresas provocando un mayor incremento del paro. A lo que hay que unir, por otra parte, una disminución de la población en la provincia de 40.000 habitantes en la última década.

Según las cifras facilitadas por el Ministerio de Trabajo y Economía Social, el paro alcanza a un total de 1.002.104 trabajadores en Andalucía. Otros 121.398 trabajadores se encuentran en ERTE.

En el conjunto de España, el número de trabajadores sin empleo registrados en el SEPE bajó en 59.149 desempleados en marzo pasado, pero en la provincia de Jaén no ha sido así. El número de trabajadores en paro en nuestro país ronda la cifra de cuatro millones. Estos datos no incluyen a los numerosos trabajadores que no prestan servicios como consecuencia de los expedientes de regulación de empleo temporales (ERTE), con un futuro muy incierto, y que suman un total de 743.628 asalariados. En el último dato disponible del mes de febrero de 2021, la Administración destinó a prestaciones y subsidios de paro la cantidad de 2.735 millones de euros.

Fuente: La Información, 16.03.20
Fuente: La Información, 16.03.20

El paro generalizado y persistente es algo consustancial con el capitalismo. Forma parte del proceso de acumulación capitalista. El objetivo de cada empresa privada es la obtención de beneficios. En este modo de producción, la continuidad de cada una de estas entidades depende de lograr el mayor importe posible en las ganancias. Estas se obtienen no solo mejorando la productividad con nuevas tecnologías que reducen los puestos de trabajo, sino también mediante jornadas extenuantes de trabajo, salarios bajos, mayor intensidad en la actividad laboral, precariedad laboral y despidos, a ser posible, sin indemnización o en cuantías irrisorias. El exceso de trabajo impuesto para una parte de la clase obrera, cada vez más reducida, a través de una mayor opresión y explotación y peores condiciones laborales, condena al resto de los trabajadores a la inactividad productiva. Es este uno de los mecanismos que provoca el enriquecimiento de los titulares del capital.

Esta parte de los asalariados que queda sin trabajo constituye, por otro lado, un factor de presión sobre los que aún conservan un empleo, aunque sea temporal, que les conduce a la ausencia de actividad reivindicativa por temor a engrosar las filas del paro. Reclamar la reducción de la jornada de trabajo, el incremento de los salarios, la estabilidad en el empleo y un aumento significativo de las prestaciones y subsidios de desempleo constituye una única lucha que debe unificar a toda la clase trabajadora, tanto a los que tienen un puesto de trabajo como a todos los demás que carecen de él. Es la principal forma de reducir los beneficios de las empresas privadas para lograr así no solo mejores condiciones de trabajo para sus asalariados, sino obligarlas a la contratación de un mayor número de obreros desocupados. Esta lucha solidaria del conjunto de los trabajadores es una de las características fundamentales de ese sindicalismo de clase que debemos recuperar con urgencia.

Ante la situación de paro tan importante en Jaén ¿qué hace la dirección del PCE de la provincia para combatirlo? Como ya indicábamos en Hojas de Debate, el secretario político del PCE en Jaén, Juan Cazalilla Quiros, tan solo se dedica a gobernar con el PSOE en la ciudad de Andújar. Funcionario de la Administración, Cazailla es concejal de esta localidad, y mediante un pacto de gobierno con el PSOE se encuentra liberado al igual que la responsable del área interna del Partido en la provincia María del Mar Estrella. Pese a que no se encuentran sujetos a horario y disciplina laboral, bien como autónomos o como asalariados, estos responsables no visitan ni participan en la actividad política que desarrollan los diferentes núcleos comunistas de la organización. El paro en la provincia de Jaén parece que no es su preocupación.

Necesitamos un Partido Comunista activo, que salga a la calle a organizar a la clase obrera y a protestar y reivindicar soluciones a los problemas sociales y económicos de nuestra provincia, en primer lugar, el del paro, contra estos gobiernos centrales y autonómicos que nada han hecho en las últimas décadas por resolverlos.

Pedimos desde aquí que el PCE de la provincia de Jaén, promueva la convocatoria de una gran manifestación y que haga un llamamiento a toda la clase obrera a que participe en esta lucha contra el paro y por la defensa de mejores condiciones de trabajo para los asalariados.

Luis Fernández Navarrete, militante del PCE desde 1976.

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