«La historia es nuestra y la hacen los pueblos» Salvador Allende (2)

Esta entrada es la parte 2 de 2 en la serie POR LA PAZ, ¡NO AL REARME!

Afortunadamente desde el espacio político de la izquierda surgen algunas voces que con claridad y contundencia nos ofrecen alternativas saludables. 

Con una ciudadanía a la que se quiere condicionar y atemorizar con el relato belicista, con una “izquierda” desaparecida e integrada en el sistema, con gobiernos que son verdaderos “yonquis del esfuerzo bélico” dispuestos a sacrificar pensiones de sus mayores, salud y educación de todos y de paso mandar el estado de bienestar al carajo, la oligarquía parece tener el terreno libre, a menos que se consiga articular desde la ciudadanía, desde la clase trabajadora y capas populares y del conjunto de los demócratas, un movimiento social transversal por la paz, la salida de la OTAN y contra las aventuras bélicas de los gobiernos de turno.  

Indica Eduardo Luque. El Viejo Topo que : «La guerra contra Putin es la cobertura mediática perfecta para seguir desmantelando el estado de bienestar y privatizar todo, desde la infraestructura hasta los servicios sociales que es en definitiva el objetivo final buscado por las élites globalistas europeas.  La UE, sin estrategia ni liderazgo, se dirige hacia su próximo naufragio, que nos arrastrará a todos consigo». 

Quien lo tiene claro y lo dice sin complejos ni miramientos es el secretario general de la OTAN, Mark Rutte:  «De media, los países europeos gastan fácilmente hasta una cuarta parte de la renta inicial en pensiones, sanidad y sistemas de seguridad social, y sólo necesitamos una pequeña fracción de ese dinero para reforzar mucho más la defensa».

Una guerra inútil, una guerra que va a ser utilizada, está siendo utilizada,  para desposeer a la clase trabajadora europea de las conquistas sociales y los derechos que tanta sangre, sudor y lágrimas han costado. Una guerra que se pudo evitar y puede llevarnos a una conflagración mundial de catastróficas consecuencias que el negocio del rearme no aleja sino al contrario acelera y la hace incluso más probable. Para el relato dominante, el de los medios de la oligarquía, la culpa es de Putin, de la Rusia “imperialista” y esto es así si hacemos tabla rasa de la historia, si seleccionamos los acontecimientos que apuntalan ese relato dominante y obviamos el resto. 

Si hacemos un poco de memoria y no borramos de un plumazo la historia,  el conflicto ucraniano no viene de la invasión rusa, viene de mucho antes:  incumplimientos de acuerdos sobre la expansión de la OTAN hacia el este, rebelión de las regiones separatistas de Ucrania de habla rusa contra el golpe de estado del Maidan,  bombardeo del Donbás, incumplimiento de Minks I y II e injerencia de la CIA y otras agencias occidentales en ese golpe de estado en Ucrania.

¿Disculpa estos hechos objetivos la operación militar especial de Ucrania por Rusia? un sector de la población piensa que quizás no, pero sí que la explican y esa aclaración, que desvela responsables al margen de Putin, es la que no gusta a los gobiernos europeos e “izquierda” ausente y timorata que colabora en sepultarla como si antes de la invasión rusa la historia hubiera sufrido un parón.  

El relato más simple y maniqueo, occidente bueno y rusos malos, se sostiene   utilizando cualquier recurso, censura en esa prensa y canales de televisión españoles-europeos de tertulianos que no comparten ese relato, prohibición de acceso a la prensa y a los audiovisuales de comunicación rusos,  anatematización de cualquiera que ose oponerse al relato establecido a los que se llega a calificar como “hijos de putin”, … 

Probablemente la guerra no habría tenido lugar si la UE, los gobiernos  europeos, no se hubiesen plegado al cálculo de la oligarquía que  estimaba que si la provocación a la que estaban sometiendo a Rusia se saldaba, como deseaban, con una operación militar, si los rusos perdían la  paciencia, sería segura una derrota de Rusia en el campo de batalla, un  hundimiento de su economía a la que consideraban ya debilitada en  base a las sanciones impuestas previamente y, como consecuencia de  todo ello, las consiguientes protestas y revueltas tipo “primavera árabe”  o “revoluciones de colores” seguido de una balcanización, una posible  guerra civil y el desmembramiento del Estado de la Federación de Rusia,  el país más grande del planeta y con mayores recursos naturales, estilo la extinta Yugoslavia, dejándola expuesta a la rapiña de sus riquezas y manipulable  en su relación con China. 

El que los gobiernos europeos, fieles administradores de los intereses de la oligarquía, se plegasen a los intereses de sus amos y colaborasen torpedeando acuerdos, Protocolo de Minks y Minks II, y negociaciones en Bielorrusia y Turquía era lo esperable. 

De quien sí que cabía esperar otro comportamiento y otro discurso es de algunos partidos de “izquierda” que, en su afán de “pareceres normales” de ser “aceptados por el sistema”, se han limitado a comprar el relato de la oligarquía facilitando que el discurso belicista cale en la conciencia colectiva. 

Claro ejemplo es el apoyo que desde el grupo parlamentario SUMAR se  ha dado a la entrega masiva de armas a Ucrania o las recientes  declaraciones de la secretaria de comunicación de SUMAR, Isabel Duval  que ante la reiterada exigencia, de IU y PCE, de salida de España de la  OTAN no duda en calificarlas como “proclamas del siglo XX” en la línea  de seguir apoyando la permanencia de España en una alianza militar  responsable de innumerables crímenes: Yugoslavia, Libia, Irak, … y ahora  adalid de un rearme que nos acercará aún más al conflicto global y  causará un deterioro masivo de servicios esenciales para la ciudadanía. 

También es ejemplo de una “izquierda” meliflua, acomodaticia y ávida de ser aceptada por la “socialdemocracia” y la derecha la que ahora,  hace encaje de bolillos para articular un mensaje – comunicado de SUMAR tras el encuentro de Yolanda Díaz y Pedro Sánchez – que no la deje con el culo al aire ante sus electores, que cada vez son menos, y a la vez seguir pareciendo respetable e integrada en el sistema. 

Afortunadamente desde el espacio político de la izquierda surgen algunas voces que con claridad y contundencia nos ofrecen alternativas que apuestan por la paz y rechazan un gasto en armas que va en contra de los intereses de trabajadores y trabajadoras. 

Por ejemplo, Àgueda Micó, diputada de Compromís: «No estamos de acuerdo en incrementar el gasto en defensa. No es una cuestión solo que tenga que ver con afectar a otras partidas de gasto social. Tiene que ver con una situación en la que ya los países europeos tienen 288.000 millones de euros invertidos en defensa”. 

Antonio Maillo, coordinador federal de IU:  «No tenemos que concentrar los esfuerzos en el rearme porque eso generaría una espiral de guerra y solamente beneficiaría a la gran industria militar y a los grandes lobbies o incluso a la industria militar norteamericana»

Enrique Santiago, secretario general del PCE:  «… lo que corresponde es que Europa dé garantías de seguridad a Ucrania y a Rusia es mucho más barato que dar 800.000 millones de euros a la industria militar de Estados Unidos…resulta que el país que en estos momentos está agrediendo a Europa con aranceles, afectando a la soberanía de Dinamarca o amenazando a socios como México, Canadá o Panamá ¿vamos a financiar el poder militar de quienes nos amenazan?… la paz nunca se ha conseguido a través de la fuerza… la expansión de la OTAN desde 1990 en contra de un acuerdo alcanzado para la unificación de Alemania ha traído guerra en Europa no paz…»

Tras cuatro años de guerra inútil, tras demostrarse con un reguero de muertos y heridos que el apoyo al envío de armas a Ucrania no ha servido sino para prolongar la agonía, cabe esperar que el discurso de estos dirigentes de la izquierda no quede solo en palabras y se concrete en acciones y actuaciones, en grandes movilizaciones sociales que completen la labor institucional, que impidan un rearme que nos acerca, aún más si cabe, al conflicto armado que a la paz. 

Actuaciones concretas como la emprendida en Canarias por la “Plataforma Canaria por la Paz, contra la OTAN y por la Neutralidad” con movilizaciones de apoyo a la propuesta de “Estatuto de Neutralidad de Canarias” presentada ante el Parlamento de Canarias el pasado miércoles 12 de marzo. 

Navegación de la serie<< La economía de guerra (1)
Comparte este artículo

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *