La política Agraria Comunitaria (PAC)

La Política Agraria Comunitaria es el reconocimiento implícito de la gran contradicción del modo de producción capitalista: por una parte, la obligatoriedad de que la propiedad engendre beneficios para mantener vivo el sistema, y por otra, la imposibilidad de mantenerlos cuando se ha llegado a un alto nivel productivo. 

Una vez más las recientes movilizaciones de los trabajadores del campo en Europa ha colocado sobre la mesa el problema principal de la agricultura, que consiste en que la gran productividad alcanzada tiene difícil encaje en una economía capitalista de librecambio, cuyo motor es la consecución de beneficios. Como consecuencia, desde hace tiempo, los estados o las entidades supranacionales como la Unión Europea, se ven obligados a tomar medidas intervencionistas para intentar asegurar la alimentación a las personas, y a la vez intentar garantizar unos ingresos mínimos a los productores, siempre supeditados a la prioridad de beneficios para las grandes empresas. El horizonte de la socialización completa de la producción y distribución agropecuaria, es una necesidad que está pidiendo el mismo desarrollo de la producción agrícola y ganadera. El beneficio empresarial como único motor de la producción en el campo, ya es incompatible con el aprovisionamiento a la sociedad. Sin embargo, estando anclados en la lógica neoliberal capitalista, se intentan paliativos con medidas combinadas. A ese intento de esconder la cabeza bajo tierra corresponde la Política Agraria Comunitaria (PAC) de la Unión Europea.

 Las subvenciones a la agricultura a través de la PAC es el mayor gasto de la Unión Europea y representa el 31% de su total (el importe presupuestado de la PAC para el período 2021-2027 se sitúa en 386.602,8 millones de euros). Pero en realidad estas subvenciones a la agricultura -cuyos fondos los aportan todos los ciudadanos de la UE por la vía impuestos- tienen una dirección política orientada a favorecer los capitales y fortunas vinculados con el campo. Esto tiene su explicación en que la teoría y la práctica económica neoliberal de la UE radicaliza la tesis capitalista de que la riqueza la crea supuestamente el capital y no el trabajo.

De la PAC sale beneficiada Francia, porque es el mayor receptor de subvenciones con el 18% del total, pero eso, por sí solo, no le concede al país galo la hegemonía europea en el mercado agropecuario comunitario y sus derivados. La causa se encuentra sobre todo en su estructura productiva diversificada, en el gran tamaño medio de las explotaciones agrícolas, en el empleo de tecnificación, en el uso métodos de trabajo que permiten grandes resultados con una mano de obra mínima (robots, GPS, drones etc.) y en la existencia de una potente industria para la transformación de productos agrícolas y ganaderos. 

 Presupuesto previsto de la Política Agraria Común por países hasta 2027 

En teoría la PAC intenta hacer compatible el aumento de la productividad agrícola, ganadera, pesquera, forestal y minera en con el modo de producción capitalista, y en concreto con su forma neoliberal. El aumento de la producción ha hecho bajar los precios de los productos hasta unos límites que impiden la supervivencia de las pequeñas explotaciones agrarias, y con ello la tendencia a la gran concentración de la propiedad. Tendencia que en teoría se intenta amortiguar estableciendo subvenciones a los pequeños agricultores y ganaderos principalmente. Pero en la practica la PAC sirve justamente para lo contrario: para acelerar el ritmo de desaparición de las pequeñas explotaciones. Las cifras facilitadas anteriormente dan cuenta de ello.

La PAC tiene dos pilares, uno mayor, que establece una cantidad a subvencionar por hectárea, y otro menor, que se recibe en función del cumplimiento de objetivos medioambientales, ecológicos, protección de la naturaleza etc. Al desvincular la recepción de ayudas del logro de objetivos productivos, y priorizar la propiedad sobre la tierra como primer pilar de la PAC se está llegando -entre otras cosas- a reproducir la vieja aristocracia medial que vivía de rentas. En su conjunto, la recepción de ayudas al agricultor o ganadero provenientes de la PAC es acaparado por grandes propietarios. Dos son las razones principales -aunque hay otras-, la primera es que, a partir del primer pilar, quien más tierra tiene, más subvención recibe, y la segunda, es que disfrazada de objetivos políticos, sociales o medioambientales, se exige unos requisitos y una burocracia que dificultan el acceso de la pequeña explotación a las ayudas. El resultado es que el 80% de los fondos de la PAC los reciben las grandes empresas, grandes propietarios, y terratenientes. En 2020, el 0,5% de las explotaciones europeas más grandes recibieron el 16,6% de los fondos de la PAC, mientras que el 75% de los pequeños y medianos agricultores percibieron apenas el 15%, con menos de 5.000 euros cada uno, según cálculos que ofrecen los informes de la Comisión Europea.

 En cuanto a la distribución de ayudas a los productores previstas por la PAC hasta 2027, el 42.04% se destinará al primer grupo de países con alta concentración de empresas, fincas grandes y elevada productividad y que se localizan en el centro de Europa. Otra parte, el 26,27%, lo reciben los cuatro países de productividad media como España, Italia, a pesar de que ocupan los primeros lugares en cuanto producción agrícolas. Y al resto -entre los que se encuentran también grandes productores como Polonia y Rumania- le corresponde un porcentaje del 31,69% Eso demuestra la gran mentira de que el objetivo de la PAC es ayudar al mantenimiento del pequeño agricultor y ganadero atrapado por el aumento de la productividad agrícola. Al contrario de lo que dice, en realidad la PAC persigue impulsar la concentración de explotaciones y favorecer a grandes empresas y terratenientes, concentrados en los países del primer grupo localizados principalmente en Francia, Alemania y países más desarrollados de Europa, pero que también se encuentran en el resto. Se podría decir que la PAC subvenciona a las clases pudientes relacionadas con el campo que, aunque se encuentren mayormente en Alemania, Francia y centro de Europa, también tiene sus “hermanos de clase” en el resto de países europeos.   

 Según el Fondo Español de Garantía Agraria (FEGA), entre los mayores receptores de ayudas de la PAC en España se encuentra la empresa propietaria de la marca Central Lechera Asturiana que recibió casi 6 millones de euros, Bodegas Faustino, propietaria de una de las marcas de vinos más conocidos internacionalmente, obtuvo 2.3 millones de euros, el grupo Bimbo-Donuts que logró 3,5 millones de euros, la empresa de licores González Byass, 2,6 millones, Codorniu, Mercadona, Freixenet, Alvinesa Natural Ingredientes SA, cuyo objeto social es el comercio al por mayor de materiales plásticos, la promoción inmobiliaria, la compra y venta de productos alimenticios, la explotación de fincas rusticas y la compraventa de productos agrícolas, [1]https://cincodias.elpais.com/directorio-empresas/empresa/410948/alvinesa-natural-ingredients que recibió de la PAC 7,3 millones de euros. Otras muchas más empresas y marcas conocidas que han llegado a alcanzar más 300 se beneficiaron con millones de la PAC. Incluso figura en la lista de los que recibieron dinero de la PAC, Telefónica con 1,7 millones de euros, suponemos que por alguno de los conceptos “medioambientalistas” inventados para transferir dinero a grandes empresas, y recogidos en el segundo pilar de la PAC. [2]https://www.eldiario.es/economia/son-400-empresas-fondos-logran-politica-agraria-comun_1_10911890.html La vieja nobleza feudal y rentista, ha encontrado otro medio de vivir sin trabajar recibiendo “ayudas” de la PAC. Todas las empresas de la Casa Alba reciben ayudas como productoras agrícolas, solamente una de ellas Agralsa, obtuvo 4,1 millones de la Política Agraria Comunitaria.[3] https://www.lamarea.com/2023/07/10/las-empresas-vinculadas-a-la-casa-de-alba-recibieron-al-menos-53-millones-de-euros- A una sola empresa de las afincadas en la capital de España, la PAC le ayudó con 28 millones. Todo esto ocurre cuando la mayoría de los pequeños propietarios de tierra, explotaciones y ganados -en España, en Francia y en Europa- reciben de la PAC poco a nada.[4]https://www.20minutos.es/noticia/5215861/0/que-es-pac-por-que-los-agricultores-protestan-espana-en-su-contra/

Se retoque como se retoque, las demandas de reforma de la PAC son una constante en el tiempo y es que el problema no está en conseguir una PAC más perfecta o “más justa”, como dicen algunos, sino que el problema es que la función principal para la que fue diseñada se cumple. Su importancia para la subsistencia del capitalismo y de la actual composición de las clases sociales en Europa es tan importante que desde siempre ha sido la mayor partida a la que la Unión Europea ha destinado dinero. Y ello a pesar de que la aportación media al PIB comunitario del sector primario siempre ha sido insignificante desde que la productividad en este sector se disparó.

El cuento de que la PAC beneficia a los países más atrasados gracias a la generosidad de los más adelantados.

Las naciones-estado actuales, y con ello la conciencia de pertenencia a un colectivo históricamente definido cultural, geográfico, y lingüístico fue creado por las burguesías en los siglos XVIII, XIX y parte de XX. Burguesías que aspiraban a crear un mercado único dentro de unas mismas fronteras. Para ello tuvieron que suprimir los diferentes dominios y privilegios (incluidas fronteras interiores y cobro de impuestos) que las noblezas feudales imponían en los territorios bajo su control. La burguesía creó a las naciones actuales, pero al hacerlo también arrasaron con otras identidades nacionales preexistentes (corsos, bretones, catalanes, vascos, bávaros etc.) a las que se refería Engels como “negados por la historia”, y Lenin las consideraba aliados del proletariado, en determinadas circunstancias. Pues bien, al desarrollarse el capitalismo, el marco de Estado-nacional dentro de unas fronteras que la burguesía creó, se le ha quedado estrecho y su función se ha reducido a ser una especie de delegado administrador en un territorio en el que opera el gran capitalismo supranacional. La burguesía ya “no tiene patria” y esta es ahora un muro de defensa de los pueblos contra el expolio y explotación.

Hoy, los gobernantes de los Estados europeos, que reciben más dinero de los diferentes fondos de la UE, no se cansan de repetir que sus países salen beneficiados por su pertenencia a la Unión Europea y amenazan constantemente sobre empobrecimiento en caso de abandono.

Y es que efectivamente hay estados que aportan más y estados que aportan menos. Para establecer una cuota por Estado se toma como guía orientativa el PIB per cápita (Producto Interior Bruto de cada país dividido por el número de habitantes).

Pero a partir de la consideración de la formación de los estados capitalistas en Europa, podemos entender que la mayor o menor aportación de los estados europeos en el presupuesto comunitario no se ajusta, ni puede ajustarse a criterios de solidaridad, sino que, a partir de la lógica capitalista, tiene una relación directa con el interés de los capitales privados en la consecución de beneficios. La supervivencia del capitalismo depende, en última instancia, en conseguir rendimientos, si no los logra colapsa.

 Es evidente que la contribución al presupuesto de la UE lo aportan los Estados, y estos extraen sus ingresos de tributos que soporta la mayoría social y trabajadora de todos los países, en forma de impuestos sobre la renta, el IVA, etc. Sin embargo, esos fondos y ayudas de la Unión Europeas, van destinadas directamente a engrosar las rentas de las clases más pudientes, o a empresas por ellas participadas, como hemos visto con las ayudas de PAC. La Unión Europea está estructurada para permitir la transferencia directa de rentas de la mayoría social trabajadora a las clases sociales adineradas, y en todo caso, para crear las infraestructuras y contextos productivos técnicos necesarios o imprescindibles para que las inversiones de capitales privados sean más rentables.  No es extraña la desafección instintiva que los pueblos de países europeos manifiestan contra esta unión que transfiere los impuestos que ellos pagan a las clases dominantes, para seguir reproduciendo el sistema.

Los países tecnológicamente más avanzados de la Unión Europea aplican un imperialismo económico de tipo clásico sobre los más atrasados. Un imperialismo que tanto puede servir para extraer materias primas con destino a la producción industrial en “las metrópolis”, como para aprovechar la ventaja competitiva y encontrar mercados para los productos fabricados en Alemania, Suecia, Dinamarca, Holanda, Francia, etc., aunque ello suponga el cierre, desaparición, o desestabilización de economías nacionales menos productivas. También las empresas de los países más industrializados pueden conseguir un tratamiento impositivo favorable o preferencial, y con frecuencia, financiación de los mismos Estados con fondos provenientes de la UE. En realidad, la gran producción industrial, comercial, de construcción e infraestructuras de los países más atrasados de Europa está controlada por empresas que tienen su matriz en los estados europeos desarrollados. Tienen el aliciente de una mano de obra instruida, la proximidad geográfica, una legislación fiscal laxa en la mayoría, y sobre todo unos salarios medios que no llegan ni a la mitad de los países desarrollados. Durante el año 2022, no siendo tampoco uniformes, los salarios medios en países del centro y norte de Europa, fueron de dos y media a cinco veces superiores a los del este de Europa; siendo el salario medio más alto el de Luxemburgo (3.713 € mes) y el más bajo el de Bulgaria (650 € por mes). En Rumania, por ejemplo, los mayores inversores en la gran industria y construcción son empresas alemanas, francesas, y holandesas (Países Bajos), sin embargo, no se registra ninguna inversión de empresa productiva rumana en Europa, pero sí que hay millonarios rumanos que invierten en capitales financieros, y en bolsas holandesas, alemanas, luxemburguesas. Los Países Bajos y Luxemburgo son unos de los centros financieros más importantes al que se desvían capitales de todo el mundo y desde allí pueden hacer inversiones especulativas o productivas destinadas a extraer plusvalías en la parte de Europa más atrasada.

Es cierto que de haberse ejecutado el presupuesto de la Unión Europea del 2022 cada uno de los europeos debería haber aportado una cantidad que oscila entre los 124,19 euros por persona en Bulgaria a los 429,14 euros en Alemania, pero también es cierto que ninguno de los pueblos recibió nada y la casi totalidad de esos fondos fueron transferidos a las clases dominantes de Europa, y utilizados para reproducir un sistema de apropiación del trabajo ajeno basado en la desigualdad productiva, estructural, social y económica de los diferentes países.

 En tales circunstancias es preciso que los estados recuperen su capacidad de control sobre la economía de cada país y pueda establecerse un nuevo marco de relaciones entre las naciones europeas sobre la base de la realidad económica y productiva de cada una.  

 Otras fuentes y referencias:

Nevvtral

Público

Informe Económico y Comercial

Ministerio de Agricultura y Soberanía Alimentaria

HuffPost

Elsevier

CaixaBank

Statista

Instituto Nacional de Estadística

Euroganadería.eu

Cinco Días

EFEagro

Europa Press

ICEX España Exportación e Inversiones

Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación

European Commission

Reglamento (CEE) n.o 2658/87: la nomenclatura arancelaria y estadística y el arancel aduanero común

CaixaBanck

European Parliament

Notas

Notas
1 https://cincodias.elpais.com/directorio-empresas/empresa/410948/alvinesa-natural-ingredients
2 https://www.eldiario.es/economia/son-400-empresas-fondos-logran-politica-agraria-comun_1_10911890.html
3 https://www.lamarea.com/2023/07/10/las-empresas-vinculadas-a-la-casa-de-alba-recibieron-al-menos-53-millones-de-euros-
4 https://www.20minutos.es/noticia/5215861/0/que-es-pac-por-que-los-agricultores-protestan-espana-en-su-contra/
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