La Unión Europea y la producción agropecuaria en Europa
- Una breve descripción del marco general de la producción alimentaria
- La Unión Europea y la producción agropecuaria en Europa
- La política Agraria Comunitaria (PAC)
La estructura económica del sector primario en la Unión Europea, acelera la desigualdad entre los pueblos y naciones que la componen, empuja hacia la concentración de tierras y saquean a las poblaciones consumidoras con un gravamen añadido para mantener una aceptable tasa de beneficios del capital.
Por superficie agrícola, Francia cuenta con 27 millones de hectáreas, que representan aproximadamente el 18% del total de la UE (España es el segundo con 24 millones de hectáreas). Les siguen por este orden Alemania con 16,6 millones de hectáreas, Polonia con 14,8 millones de hectáreas, Rumania con 12,8 millones de hectáreas e Italia con 12,5 millones de hectáreas. Estos seis países más los Países Bajos aportan el 81% de toda la producción agrícola ganadera de los 27 países que conforman la Unión Europea [1]Explorador de datos Eurostat. Pero no todos estos siete estados ocupan, ni pueden alcanzar el mismo papel políticamente hegemónico. Su importancia y escalonamiento está determinada por la estructura económica interna en cada uno de ellos, puesta en relación con la de los demás y en un contexto europeo condicionado por la productividad agrícola e industrial mundial.
Si nos atenemos al principio de que las explotaciones más grandes son más productivas que las pequeñas, nos encontramos con que la superficie media de la explotación agraria y ganadera en Francia en el año 2022 eran unas 69 hectáreas contra la media de 16,1 hectáreas en toda la UE-27. [2]Comisión Europea: Agriculture and rural development En España estaba en 26,7 hectáreas de media según el INE y un informe de CaixaBank [3]https://www.caixabankresearch.com/es/analisis-sectorial/agroalimentario/nos-dice-ultimo-censo-agrario afirma que las explotaciones de más de cien hectáreas eran en Francia el 26% del total, contra el 4% de media en la UE. Por su parte, en España solo el 6% de las explotaciones eran superiores a 100 hectáreas. Las pequeñas explotaciones (de menos de 5 hectáreas) son típicas en Rumania, Malta, Chipre, Grecia, Portugal, Croacia, Hungría, Bulgaria, así como en determinadas regiones de otros países, como el sur de Polonia, Italia y las zonas del mar Cantábrico y el levante de España.
La ventaja comparativa de Francia, Alemania y Países Bajos en un marco general de caída de los precios de los productos agrícolas.
En Francia, el acaparamiento de tierras ha sido creciente, y con ello la disminución del número de explotaciones, y el aumento de su tamaño. Según el último censo realizado en 2020 y cuyos resultados se publicaron en abril de 2022. Francia tiene 416.100 explotaciones, mientras que en los años 80 del siglo pasado contaba con más de un millón. En el año 2000 todavía tenía 664.000, y en el año 2010 solo le quedaban 472.200 [4]Eurostat. El famoso reparto de tierras de la aristocracia a que dio lugar la Revolución burguesa en Francia ha quedado anulado por el mismo desarrollo del capitalismo. En cualquier caso, como dice La Comisión Europea -a modo de justificación- la producción agrícola en términos monetarios no ha disminuido en Francia Y nosotros podemos sacar la conclusión de que ha aumentado en número de unidades producidas.
El rendimiento por hectárea en Francia (superada por Alemania y Países Bajos, aunque con menor superficie explotada) era 2.351 euros frente a la media española de 1.887 euros por hectárea. [5]caixabankresearch.com/en/sector-analysis/a El 40% de las explotaciones agrícolas y ganaderas en Francia tienen una producción entre 100.000 y 499.999 euros anuales, mientras que en España solamente el 8% de las explotaciones alcanzan esas cantidades. Además, en Francia el 6% de las explotaciones sobrepasan los 500.000 euros de producción anuales, mientras que en España no hay ni una sola empresa agrícola ni ganadera que llegue a esa cifra. Solo se consiguen superar esos rendimientos en los Países Bajos y Alemania, aunque ya hemos dicho que disponen de menos hectáreas en activo que Francia y España.
Del cuadro anterior de Eurostat, hay que comentar, por una parte, que confirma el predominio de Francia, que figura en cabeza como mayor productor agrícola europeo, y es el tercero en productividad en relación al número de explotaciones. También expresa la productividad de Alemania, que con menos explotaciones que Portugal, ocupa el segundo lugar como productor -por lo menos el año 2020 al que se refiere el cuadro-. Llama la atención los Países Bajos (Holanda), pequeño país que se coloca a continuación de Alemania en volumen de producción y la supera en productividad por explotación (relación entre importe total de la producción y cantidad de explotaciones agrícolas). También llama la atención el exagerado número de explotaciones en Rumania en relación a su aportación a la producción total de la UE. Y en cuanto a Italia, hay que decir que, con numerosas pequeñas explotaciones, en el año 2020 superó a Francia en producción total, pero no lo pudo hacer en productividad por explotación.
La razón de esa comparativamente rentabilidad de las pequeñas explotaciones italianas se encuentra en que se ha generalizado el uso de redes de venta directa del productor al consumidor, en que hay numerosos mercados minoristas impulsados por los ayuntamientos, cooperativas que eliminan intermediarios, también en la adopción de métodos cada vez más tecnificados, y sobre todo a la sobreexplotación de los numerosos inmigrantes ilegales que llegan a Italia. Se estima que en torno al medio millón de obreros agrícolas inmigrantes trabajan a bajos salarios en los campos italianos. El empleo de inmigrantes clandestinos en Italia proporcionó 20.000 millones de euros adicionales. [6]https://elpais.com/planeta-futuro/2022-01-27/los-nuevos-esclavos-del-campo-italiano.html Se trata de una explotación de tipo colonial-esclavista en tierras italianas, que se está extendiendo a otros países, y que desde 2010 se expresa en Italia en protestas de los inmigrantes.
Dejando a un lado, de momento, la excepción italiana, a partir del cuadro anterior de Eurostat podemos clasificar al conjunto de la producción agrícola en la UE en tres tipos de países. En primer lugar, los que cuentan con menor número de explotaciones en relación al valor total que produce el país, es decir, una agricultura altamente productiva. A estos países les beneficia el libre-mercado impuesto en la UE y la ausencia de fronteras. En este grupo de alta productividad agrícola figura en primer lugar Francia, seguida por Alemania (en el sector industrial se invierte el lugar entre ambos líderes), y los Países Bajos, que supera en productividad a los dos anteriores pero que al tener menor número de explotaciones pequeño su producción es menor. Forman parte también de este grupo una serie de países con poca participación en la producción total agrícola comunitaria, pero en todos ellos la productividad supera en mucho a la media de la Unión Europea; estos son Bélgica, Dinamarca, Suecia, Finlandia, Austria, y Luxemburgo, y ya colocados la bajo orbita alemana, Chequia y Eslovaquia.
Hay un segundo grupo de países de productividad agrícola media, formado principalmente por dos grandes productores y exportadores como Italia (3,9% de población activa empleada en agricultura y 2,1% de aportación al PIB), o España (4% de población activa empleada en agricultura y 2% de aportación al PIB). A este grupo medio hay que añadir a Irlanda y Estonia, aunque con mucha menor producción agrícola. Los precios de los productos del campo -a pie de cultivo- en los países de este grupo medio, sufren la presión a la baja de la mayor productividad del primer grupo de países europeo
Y un tercer grupo de baja productividad agrícola de la que forman parte países como Rumania de gran producción y exportación. Todos ellos ocupan un porcentaje de población activa empleada en agricultura de entre el 4% y el 23% y tienen una estructura productiva que, en algunos casos, se aproximan a los países agrícolas de cabecera del tercer mundo. Es el caso de Rumania con el 23% de personas empleados en el campo, de Polonia con el 10%, de Grecia con el 11%, de Bulgaria con el 9% y de Chipre con el 9%. Añadimos a este grupo de baja productividad agrícola a Portugal, Hungría, Croacia, Lituania, Letonia y Eslovenia. Dentro de este tercer grupo, solamente Portugal se aproxima al segundo grupo.
La producción agroindustrial, procesamiento y tratamiento de los productos del campo.
La figura siguiente muestra la importancia por países, que tienen los trabajadores empleados en la producción agrícola en bruto (trazo verde) en relación a los ocupados en la transformación industrial o manipulación de productos en bruto (trazo negro). Los países más adelantados del primer grupo utilizan, proporcionalmente, más fuerza de trabajo en tratamiento industrial de los productos del campo, que la que emplean los más retrasados del segundo y tercer grupo.
Por su parte los países más retrasados de Europa se convierten en una importante fuente de aprovisionamiento de productos del campo en bruto, para ser tratados por la potente industria agroalimentaria en los países desarrollados. Una vez sometidos a procesos de elaboración industrial se distribuye por todo el mundo y una parte de ellos vuelve a los supermercados de los países atrasados con el epígrafe de una marca conocida.
Si se mira con atención el cuadro siguiente se ve que solamente en Alemania y Bélgica la población empleada en la industria, elaboración y transformación de productos procedentes del campo sobrepasa a la población empleada estrictamente en el sector agrícola, En Francia, los Países Bajos, (primero productores agrícolas) y Dinamarca, Suecia y algún otro país desarrollado de Europa, la fuerza de trabajo empleada en la agroindustria casi se aproxima a la utilizada en la producción agrícola en bruto. En Italia y España el empleo de trabajadores en la agroindustria, elaboración o tratamiento de los productos del campo es aproximadamente la mitad del que se hace en la producción en bruto. Y ya en países europeos del tercer grupo como Rumania, Bulgaria, Polonia. Portugal, Grecia, Eslovenia, Letonia, los trabajadores empleados en la transformación de productos del campo es muy pequeña. Bulgaria y Rumania vuelven a ocupar los últimos lugares en cuanto a tratamiento o procesamiento de productos del sector primario. Y eso a pesar de lo importante que es Rumania para la producción y el trabajo agrícola en la Unión Europea.
Esa estructura de la agricultura de la Unión Europea hace que, aproximadamente, el 40% de toda la producción agropecuaria (productos en bruto más procesados) tenga su origen en tres países: Francia con el 18,3%, Alemania con el 14,5%, y Países Bajos 7,5%, a pesar de lo casi insignificante que es la aportación del sector primario en bruto para el Producto Interior Bruto de cada uno de esos países: 1,6% para Francia, 0.9% para Alemania, y 1,6% para los Países Bajos. Esa producción agropecuaria les permite marcar el rumbo de la política agraria y económica global europea e intentar construir una unión política a su medida. No se olvide que Alemania es la primera economía de Europa y la tercera del mundo, (desde finales de 2023) y Francia la segunda de Europa y la quinta mundial.
Por su parte, Francia es quien en mayor medida se ajusta al tipo de capitalismo agrícola perseguido por la UE, basado en el intervencionismo estatal con el objetivo de garantizar el consumo y a la vez conservar la lógica del beneficio empresarial. Eso coloca a Francia, entendido como Estado, en una posición dominante dentro de la producción agrícola y agropecuaria europea. Lo que no quiere decir que suprima las contradicciones internas originadas por el choque entre la pequeña explotación (que sigue siendo numéricamente mayoritaria y actora principal de las protestas del campo) y la gran explotación y/o gran distribución.
Se da la circunstancia de que la industria agroalimentaria (de transformación y tratamiento de los productos agrícolas) se concentra mayoritariamente en los países desarrollados. Así, Francia cuenta con una gran industria transformadora de productos alimentarios procedentes del campo. Esto hace que, en su conjunto, la cadena agroindustrial de Francia participe con un 6% en su PIB; algo que la convierte en un ventajoso exportador de los productos derivados del campo a todo el mundo. [7] https://www.diplomatie.gouv.fr/es/
El valor de la producción del sector agrario francés ascendió en 2021 a 81.200 millones de euros, llegando a 95.500 en el año 2023, colocando a Francia como primer país agropecuario de la UE. El 61% procede de la producción vegetal, el 33% del animal y el resto de servicios y otras actividades. [8]Ministerio de Agricultura y Soberanía Alimentaria de Francia
El número de personas activas en el sector agrario en Francia en 2020 se situó en 759.000; un empleo agrícola similar al español. Pero si le sumamos los empleados en la industria de transformados del campo llegamos a casi millón y medio de trabajadores. De esta forma se sobrepasa el 1,5% de aportación al PIB solo con la producción agrícola ganadera, pesquera y forestal. El sector agropecuario galo alcanza un 6% en el PIB y un millón y medio de empleados gracias a la industria de transformados del campo.
La balanza comercial de productos agrícolas de Francia es positiva, y está compuesto en un 13% por el saldo de los productos agrícolas “brutos” y en un 87% por productos agroalimentarios transformados. Francia es el 4º exportador mundial de productos agroalimentarios transformados. Los productos agrícolas y agroalimentarios arrojan el tercer mayor superávit comercial de totas las exportaciones de Francia, por delante de los productos farmacéuticos que arrojaron más de 5.700 millones. Durante el periodo que va de 2010 a 2020, el superávit agrícola y agroalimentario medio anual fue de 8.400 millones. Es más, desde mediados de los años 70, Francia no ha registrado ningún déficit comercial ni en productos agrícolas brutos, ni en transformados.
La importancia sector primario tiene una proyección directa en la industria y en el comercio. Por ejemplo: el mercado minorista de productos alimentario europeo también está totalmente dominado por empresas alemanas y francesas. Las compañías alemanas Lidl, Aldi, y Edeca, junto con las francesas Carrefour, Leclerc, y les Mosquetaire, se reparten el mercado europeo de la distribución. Muy atrás queda la española Mercadona, que en España acapara las mayores ventas.
De todo lo dicho hasta ahora se desprende que, si el problema principal de los productos agrícolas en Europa es el exceso de productividad, también existe una gran diferencia estructural entre los países que componen la Unión Europea. Esta diferencia está determinada por el tamaño de las explotaciones, por el grado de tecnificación, y existencia de instalaciones dedicadas a la transformación y tratamiento industrial de los productos del agro. Todo ello se traduce en grandes desigualdades en cuanto a los niveles de productividad en un mercado único europeo. Eso hace que las economías más retrasadas se ahoguen frente a la competencia de las más adelantadas, se condenen a ser proveedores de materias para tratamiento industrial, o aprovechar los bajos salarios en una parte de Europa para producir con patentes foráneas en los mismos países atrasados. Estos países económicamente atrasados, o relativamente atrasados también sirven como mercado para dar salida a los productos de las empresas afianzadas en la parte europea más desarrollada. Lógicamente eso se traduce en medidas políticas y económicas que consolidan el dominio de los países más desarrollados (Francia, y Alemania, sobre todo) sobre los más atrasados. Un ejemplo de ello nos lo proporciona la aplicación de La Tarifa Aduanera Común (TARIC).
Como todo el mundo sabe, los Estados aplican unos aranceles a los productos importados con el fin de proteger la producción nacional -o un sector de ella- de la competencia extranjera, o bien estimular la importación cuando algún producto es insuficiente, o para favorecer la exportación de artículos propios en compensación de la importación de otro ajeno etc. También los aranceles se utilizan con criterios políticos. Pues bien, la Unión Europea tiene establecida una tarifa aduanera común para todos los países miembros de la UE, y en la que están referenciados todos los artículos y productos existentes susceptibles de importación o exportación, así como sus diferentes clasificaciones. Este arancel no solo se establece por el producto en sí mismo, sino también por su país de origen. El mismo artículo puede tener un impuesto distinto según el país del que provenga. La TARIC es actualizada frecuentemente por la Comisión Europea, que se supone que debe velar por el conjunto de los intereses de la unión. Pero como quiera que las economías, producciones, empresas y sectores más potentes se encuentran en -o bajo la órbita- de Alemania y Francia es obvio que son ellas las que predominan en el momento de establecer los aranceles; tanto a los productos como a sus países de origen. De esta forma la capacidad de los Estados miembros de la UE para tener una política económica independiente queda supeditada a los de las grandes empresas, sectores, producciones e intereses francesas y alemanas. La posición pro-OTAN y belicista de la Comisión Europea se ha concretado favoreciendo la importación de productos agrícolas ucranianos, en detrimento incluso de campesinos europeos.
En definitiva, Francia es el primer país de la UE en producción total agropecuaria y la segunda economía europea, lo que le permite hoy, -junto a Alemania- intentar proyectar una unión política ajustada a su medida, o mejor, al interés de las clases dominantes de esos dos estados, secundadas por clases de igual naturaleza de otros estados europeos a los que han colocado bajo su órbita económica.
Notas
⇧1 | Explorador de datos Eurostat |
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⇧2 | Comisión Europea: Agriculture and rural development |
⇧3 | https://www.caixabankresearch.com/es/analisis-sectorial/agroalimentario/nos-dice-ultimo-censo-agrario |
⇧4 | Eurostat |
⇧5 | caixabankresearch.com/en/sector-analysis/a |
⇧6 | https://elpais.com/planeta-futuro/2022-01-27/los-nuevos-esclavos-del-campo-italiano.html |
⇧7 | https://www.diplomatie.gouv.fr/es/ |
⇧8 | Ministerio de Agricultura y Soberanía Alimentaria de Francia |