¡Qué prisas con las fusiones bancarias!

Las fusiones bancarias aumentará la concentración de los activos del país en muy pocas manos.

Tras la noticia de la fusión entre Bankia y Caixabank, ya ha comenzado el baile de nombres de posibles futuras fusiones. Hay noticias, como las del Diario 16, que casan a BBVA y Santander. No, no voy a apostar por quién se casa con quién. Aunque es una pareja que personalmente no veo bailando juntas. En esto de las fusiones, siempre tiene que haber alguien más pequeño, al que poder absorber y controlar. Porque esto de las bodas bancarias a lo grande, ya se sabe, al final, uno de los dos novios puede arrepentirse y dejar al otro plantado en el altar, vestido de chaqué y con la sonrisa puesta y descomponiéndose al compás de los nervios de los invitados. Que sí, que como invitado de honor, el BCE no deja de seguir recomendando que hay demasiadas entidades financieras y que no son rentables y que deben de ponerse ya manos a la obra. “Bueno, ¿y esto para cuando lo quiere usted que esté ya apañado? Para ayer”. Sí, ya, a veces, tito BCE se pone pesado. Como esas abuelas que no dejan de repetirnos que cada vez estamos más delgados y no comemos lo suficiente.

Las repercusiones de estas fusiones amparadas por el BCE y el poder político posibilitaría la creación de un enorme oligopolio financiero resultante. El resultado de estas fusiones es bastante claro, reducción de costes,  exprimir a los clientes, y  paro, mucho paro y cierre de oficinas. Y sobre todo una enorme concentración del capital en muy pocas manos privadas. Que es muy positivo para accionistas y hasta para los reguladores, pero para la clientela, que son los grandes perjudicados (y a los que van a ordeñar como vacas lecheras), y para el conjunto de contribuyentes, no deja de ser un mal negocio.

Por un lado, limita la competencia, al reducirse el número de entidades financieras, con lo que pueden manejar a su antojo las comisiones y la concesión del crédito. La fusión, además, acapararía gran parte de los ahorros de las empresas y trabajadores, creando una entidad donde se concentraría un enorme capital, otorgando un poder enorme. Ya sabemos lo que significa concentrar el capital en unas pocas manos. Y si encima, son dos entidades que reinan en los juzgados por la enorme cantidad de cláusulas abusivas en sus hipotecas y créditos varios (Fuente: El País), podemos encontrarnos con que o aceptas lo que te ofrecen o tienes que llevarte tus ahorros a Banc-colchón.

Estas fusiones buscan obtener una posición predominante y rentable dentro del ámbito bancario, creando un oligopolio de 3 ó 4 grupos bancarios, oligopolios que manejarán la política y economía del país a su antojo.  Imponiendo las normas, reglas y legislación que les beneficien. Mientras la capacidad de negociación de un trabajador, será nula. Total, a ver a dónde te vas cuando tienes que cobrar una nómina, y te piden un número de cuenta. Y así, haciendo la cuenta de la vieja, pues te obligan a abrirte la cuenta en una de estas entidades, y venga a cobrar comisiones, mantenimiento, custodia, transferencias, comisiones por apunte contable, o comisiones por cobrarte comisiones, que con el tiempo todo se andará. A esto, y con el intríngulis de que con tu dinero, las entidades financieras son las que compran los productos financieros que les reportan beneficios. ¿Quién compra la deuda del Estado español? Pues los grandes fondos extranjeros, y las entidades financieras españolas, que poseen casi el 32% de la deuda que emite el Estado español (Fuente: Finanzas.com). Así que el gobierno español ya se ha encargado de maniatarse él solito al oligopolio bancario privado español, y plegarse a sus deseos. “O haces lo que te digo o a ver cómo pagas lo que debes”. Con estas formas y maneras, no es de extrañar que salga Sánchez aplaudiendo esta fusión. Pero encima, ha entregado en bandeja de plata al sistema bancario a todos los trabajadores de este país, y a nuestros ahorros.

Con datos del 2018 los 5 grandes bancos ya copan el 70% de todos los activos nacionales (Fuente: Expansión). Con estas fusiones estamos presenciando la concentración de enormes cantidades de capital, inimaginables para la mente de cualquier ser humano. Y tenemos a unas pocas entidades que se apropian de los recursos de los trabajadores y empresas, utilizándonos como mercancía, a nosotros y nuestro dinero.  Un enorme polo de concentración de riqueza, de índole privada, a quienes se les entrega el dinero de trabajadores, organismos públicos y empresas, en un ejercicio de privatización del capital, y con la que obtienen el poder de decidir en la economía del país, a costa de  mientras la gran masa de trabajadores sigue llegando justos a final de mes, y se encuentra subyugado a sus deseos y manías. Que son muchas, y nunca favorables a los clientes: preferentes, hipotecas con cláusulas suelo, acciones basura, tarjetas revolving…

Como son tan grandes, el Estado no podrá dejar que quiebren en caso de que hagan las cosas mal, o muy mal. Son los llamados “demasiado grandes para caer”. Con tanto capital en sus balances, el Estado se verá obligado a avalar cualquier desmán, para que la entidad no se vea en problemas y utilice a ahorradores y pequeñas empresas como elemento de extorsión contra el Estado. Esto lo saben las entidades financieras y es lo que persiguen. Si lo hago bien, beneficios para mis accionistas. Si lo hago mal, el Estado nos rescata o a ver quién le dice a millones de ahorradores que no podrán sacar sus ahorros de aquí, porque los hemos hecho desaparecer por una mala gestión.

Sí, la palabra es: Chantaje.

Lo que es digno de remarcar es que este tipo de movimientos está siendo a nivel nacional. Lo que sí le gustaría al BCE es que las entidades financieras se fusionaran a nivel europeo, creando gigantes donde el capital pudiese viajar libremente entre países, y a ver quién es el guapo que le sigue la pista al dinero cuando tienes sucursales en Berlín, París, o Bobadilla del Monte.

Y mientras, la CNMC, o sea, quien debe velar por la competencia, está perdida, o NO sabe NO contesta. Porque quien calla otorga. Pero surgen muchas preguntas. Que sí, no busquemos respuestas, porque a ver quién es el guapo que se va a poner a responderlas. Pero el Gobierno, con Sánchez a la cabeza, afirma que esta va a ser una fusión que beneficiará a los intereses de España  (Fuente: Elperiodico.com). A nuestro presidente se le ha olvidado que esta fusión representará que el Estado pierda gran parte de lo que tiene en Bankia, lo regale-privatice a favor de la Fundación La Caixa, y se quede con un 15% de lo que nazca, mientras quien mande será Caixabank. Lo que no ha dicho es a qué parte de esa España beneficia, porque me parece a mí que vamos a ser la parte de España que pagamos la boda y no vamos a estar invitados.

Estas fusiones bancarias conllevan mucho riesgo. No solo por la concentración de capital que va a suponer crear estos gigantes bancarios que van a poseer cientos de miles de millones de activos, sino por las posiciones de fuerza que van a alcanzar con ellas. Porque todo esto va a ser a costa de los clientes, y de las pocas entidades que no van a poder hacer frente al tamaño de estos monstruos financieros. Podrán manejar la economía a su antojo. Las entidades bancarias son necesarias para la economía de cualquier país, y recordemos que en España predomina únicamente la privada. Y la banca privada necesita contentar a sus accionistas y propietarios. Con lo que al final, lo que se persigue es un aumento del beneficio a costa del dinero de sus clientes. Cuando se ha hablado de reducción de costes, y mejora de la rentabilidad, no deja de ser un eufemismo. Imagínense ahora las zonas rurales donde no existen sucursales, o había una sucursal, y la cierran, porque “hay que ahorrar costes”, y la sucursal más próxima se encuentra a 30 kilómetros de distancia. Dejando a esta parte de la población sin posibilidad de acceder a sus ahorros. Estos casos, los hay y muchos. Con estas fusiones, este problema se agravará.

Y no, no vamos a recuperar nada de lo que se utilizó para sanear Bankia, ni otras entidades, mentalicémonos. Que apenas se ha recuperado 3000 millones de los 60000 millones, que tenemos todos los españoles y españolas a fondo perdido en Bankia.  (Fuente: El País),

Y es que estas cosas pasan cuando un Estado que tiene una posición dominante en una entidad financiera (Bankia),  no hace nada, ni ha sido capaz de elevar la voz, dejando que sean las manos privadas quienes dirigieran la entidad. Sin hacer valer el valor de su participación, gestionando fatal este control mayoritario.

José López Cobos

Fuentes: El País, Finanzas.com, Expansión, Elperiodico.com

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