Actividad nerviosa superior
No figura en el Diccionario filosófico marxista · 1946
No figura en el Diccionario filosófico abreviado · 1959
Diccionario filosófico · 1965:5
Conjunto de los complejos procesos que forman los nexos temporales en
la corteza de los grandes hemisferios cerebrales. La doctrina de
Pávlov acerca de la actividad nerviosa superior pone de manifiesto la
función específica de la actividad nerviosa, función que hace posible
la amplia adaptación de los organismos altamente desarrollados a las
variables condiciones del medio circundante. La actividad nerviosa
superior se basa, fundamentalmente, en los reflejos condicionados,
adquiridos por el organismo a través de su experiencia individual. La
actividad nerviosa superior de los animales se halla limitada al
reflejo directo de los influjos exteriores; mediante el primer sistema
señalizador. En cambio, el hombre utiliza ante todo el segundo
sistema de señales, más elevado, en el cual la actividad refleja se
efectúa de manera mediata a través del lenguaje. La palabra, el
lenguaje, permite al hombre reflejar la realidad de manera más
profunda, generalizada, en forma de conceptos abstractos y de
complejos razonamientos. La doctrina relativa a la actividad nerviosa
superior ha hecho posible descubrir la base fisiológica y las leyes de
la actividad psíquica (Actividad psíquica). Ayuda a comprender el
origen y el desarrollo de la conciencia humana, confirma el acierto de
la tesis filosófica materialista según la cual la conciencia es una
función de la materia altamente desarrollada: del cerebro.
No figura en el Diccionario marxista de filosofía · 1971
Diccionario de filosofía · 1984:8-9
Conjunto de complejos procesos de formación de las conexiones
temporales en la corteza de los grandes hemisferios del cerebro. La
doctrina de I. Pávlov y la teoría moderna de la actividad nerviosa
superior muestran la función específica de la actividad nerviosa, que
asegura la amplia adaptación de los organismos altamente desarrollados
a las condiciones cambiantes del medio ambiente. La actividad
nerviosa superior se asienta, en lo fundamental, en los reflejos
condicionados que el organismo adquiere individualmente. La actividad
nerviosa superior de los animales se limita a reflejar directamente
las influencias externas con ayuda del primer sistema de señales. En
cambio, el hombre usa por excelencia el segundo sistema de señales
(superior), en el que la actividad reflectora está mediatizada por el
habla. La palabra, el habla aseguran a los hombres un reflejo más
profundo y generalizado de la realidad en forma de conceptos
abstractos y razonamientos complejos. La doctrina de la actividad
nerviosa superior permite desentrañar la base y las regularidades
fisiológicas de la actividad psíquica, ayuda a conocer el origen y
desarrollo de la conciencia humana y confirma la justeza de la tesis
de la filosofía materialista acerca de que la conciencia es una
función de la materia altamente organizada: el cerebro.