2-Antinomias semánticas

Antinomias semánticas

No figura en el Diccionario filosófico marxista · 1946

No figura en el Diccionario filosófico abreviado · 1959

Diccionario filosófico · 1965:18

Antinomias que surgen en las enunciaciones que tienen por objeto
expresiones de determinado lenguaje. Sirve como ejemplo de uno de los
tipos fundamentales de las antinomias semánticas, la de “El
Mentiroso”, que se remonta a Eubúlides de Mileto (siglo IV a. n. e.)
y que puede formularse como sigue: [La proposición puesta en esta
página entre corchetes, es falsa]. Si esta posición es verdadera, de
su contenido se sigue que es falsa. En cambio, si es falsa, de su
contenido se sigue a su vez que es verdadera. Tenemos pues que en
cualquier caso la proposición citada infringe la ley lógica de la
contradicción, resulta verdadera y falsa. Otro ejemplo de antinomia
semántica es la de Grelling, basada en el concepto de “predicado
heterológico”. El predicado –es decir, la palabra que expresa cierta
propiedad– se llama heterológico si él mismo carece de dicha propiedad
(por ejemplo, la palabra “trisílaba” no es ella misma trisílaba). La
antinomia surge al aplicar esta definición al predicado
“heterológico”: si es heterológico, por definición no posee la
propiedad por él expresada, es decir, no es heterológico; en cambio si
no es heterológico, de nuevo por definición, debe poseer la propiedad
por él expresada, es decir, es heterológico. Las antinomias del tipo
descrito surgen cuando el lenguaje en que se formula la antinomia
contiene nombres para sus propias expresiones y también loa predicados
“verdadero”, “falso”, “heterológico”, &c. Para excluir las antinomias
semánticas existen distintos procedimientos; uno de ellos estriba en
diferenciar el metalenguaje y el objeto-lenguaje (Metalenguaje y
objeto-lenguaje) y en establecer una rigurosa definición de los
predicados correspondientes en el metalenguaje (Verdad y lenguajes
formalizados).

No figura en el Diccionario marxista de filosofía · 1971

Diccionario de filosofía · 1984:19

Antinomias que surgen en los enunciados, el objeto de las cuales son
las expresiones de cierto lenguaje. Puede servir de ejemplo de una de
las formas principales de antinomia semántica la antinomia del
“mentiroso”, que se remonta a Eubúlides de Mileto (siglo 4 a.n.e.) y
que puede ser formulada de la siguiente manera: [la proposición tomada
entre corchetes en esta página es falsa]. Si esta proposición es
verídica, de su contenido se desprende que es falsa. Si es falsa, se
desprende otra vez de su contenido que es verídica. Así pues,
contrariamente a la ley lógica de la contradicción, en cualquier caso
esta proposición resulta, al mismo tiempo, verídica y falsa.
Semejantes antinomias surgen en los casos en que su lenguaje contiene
nombres para sus propias expresiones, así como los predicados
“verídico”, “falso”, &c. Existen distintos métodos de exclusión de la
antinomias semánticas, uno de ellos consiste en la rigurosa
determinación de los correspondientes predicados en el metalenguaje
(Verdad en los lenguajes formalizados).

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