5-Causalidad

Causalidad

Diccionario filosófico marxista · 1946:38

Causalidad

(De causa: fundamento u origen de algo.) La causalidad es una de las
formas de la interdependencia universal de los fenómenos del mundo
objetivo. Causa y efecto son “sólo momentos de la interdependencia
universal de la conexión, de la concatenación mutua de los sucesos;
son sólo jalones en la cadena del desarrollo de la materia” (Lenin).
En el mundo no existen fenómenos sin causa. Todo fenómeno de la
Naturaleza tiene su causa natural, material. Causa y efecto se hallan
en una acción recíproca. La causa genera el efecto, pero tampoco éste
es pasivo, sino que influye sobre su causa. Así, la práctica de la
lucha del proletariado contra el capitalismo es la causa más
importante del nacimiento de la teoría revolucionarla
marxista-leninista, pero ésta, a su vez, se convierte en una poderosa
palanca para la lucha por el derrocamiento del capitalismo y por la
construcción de la sociedad socialista. En la interacción universal,
causa y efecto cambian de lugar. Lo que en una determinada conexión
fue un efecto, puede convertirse en causa en otra y viceversa. Entre
causa y efecto existe un vínculo interno sujeto a leyes. La acción
mutua entre causa y efecto no se puede concebir al margen de la
situación concreta en que esta acción mutua se realiza. Por ejemplo,
en las condiciones del sistema socialista, el desarrollo de la técnica
constituye una de las causas del aumento del bienestar de los
trabajadores. En cambio, en los países capitalistas, el desarrollo de
la técnica no sólo no contribuye al mejoramiento de la vida de los
explotados, sino que es una de las causas del crecimiento del paro
forzoso y da la miseria. La filosofía idealista (por ejemplo, el
kantismo) niega la existencia objetiva de la causalidad, la considera
como una categoría subjetiva, como algo que la conciencia humana
aporta a la Naturaleza. Muchos representantes de la filosofía
burguesa reaccionaria contemporánea, al negar la existencia de la
conexión causal entre los fenómenos, tratan de suplantar la causalidad
por la llamada dependencia funcional, es decir, reconocen una cierta
sucesión de los fenómenos, pero no el carácter objetivo de la
causalidad. Negando el carácter objetivo de la causalidad, la
filosofía burguesa defiende por todos los medios la doctrina
reaccionaria, anticientífica, clerical, teleológica, según la cual, el
desarrollo es la realización de una cierta finalidad interna
supuestamente inherente al propio objeto o fenómeno.

Diccionario de filosofía y sociología marxista · 1959:14-15

Causalidad

Una de las formas de la interdependencia general de los fenómenos del
mundo objetivo. Causa y efecto, en esencia, “sólo son momentos de la
interdependencia universal, de la relación universal, de la
concatenación de los acontecimientos; eslabones, tan sólo, en la
cadena del desarrollo de la materia” (Lenin). En el mundo no hay
fenómenos sin causa. Todo fenómeno de la naturaleza tiene su causa
natural y material. Causa y efecto se hallan en relación recíproca.
La causa genera el efecto, pero el efecto no es pasivo e influye sobre
su causa. Así, la práctica de la lucha del proletariado contra el
capitalismo, viene a ser la importantísima causa que da origen a la
teoría revolucionaria marxista-leninista; pero a su vez, esta última
se torna en poderosa palanca de la lucha por el derrocamiento del
capitalismo y la construcción de la sociedad socialista. En la
interacción general, causa y efecto cambian de lugar. Lo que es
efecto en una relación dada, puede ser causa en otra relación, y
viceversa. Entre causa y efecto existe una relación interna, sujeta a
leyes. La interacción entre causa y efecto no se puede considerar
como abstracción del medio concreto en que esa interacción se origina.
Así, bajo las condiciones del sistema socialista, el desarrollo de la
técnica viene a ser una de las causas de que aumente el bienestar de
los trabajadores.

En los países capitalistas, en cambio, el desarrollo de la técnica no
sólo deja de coadyuvar en el mejoramiento de la vida de los
explotados, sino que se constituye en una de las causas del aumento de
la desocupación y la pobreza. La filosofía idealista (por ejemplo,
kantismo) niega la existencia objetiva de la causalidad,
considerándola como una categoría subjetiva, como algo que se
introduce en la naturaleza por la razón. Muchos representantes de la
moderna filosofía reaccionaria burguesa, negando la relación causal
entre los fenómenos, tratan de colocar en el lugar de la causalidad,
la llamada “dependencia funcional”, es decir, reconocen a los
fenómenos un efecto dado, pero no quieren reconocer la objetividad de
la causalidad. Negando el carácter objetivo de la causalidad, la
filosofía burguesa defiende, por todos los medios, una doctrina
reaccionaria, anticientífica, clerical y teológica, conforme a la cual
el desarrollo es la realización de una cierta finalidad interior cual
si fuese inherente al mismo objeto o fenómeno.

Diccionario filosófico abreviado · 1959:63-64

Causalidad

Una de las formas de interdependencia universal de los fenómenos del
mundo objetivo. Lenin subraya que la cuestión de la causalidad es de
importancia muy particular para definir una corriente filosófica. Por
regla general, el idealismo niega la causalidad objetiva en la
naturaleza y en la sociedad, las cuales carecerían por consiguiente de
todo orden independiente de la conciencia de los hombres. Los
idealistas representan la naturaleza y la vida social como un caos de
fenómenos y acontecimientos desprovistos de todo vínculo causal. Así,
Kant afirma que la razón dicta sus leyes a la naturaleza, que la
causalidad es una categoría a priori, anterior a la experiencia,
inherente a la razón humana independientemente de la experiencia. La
teoría de Hume se basa en el principio de que en el mundo objetivo no
hay ninguna relación de causalidad entre los fenómenos, que la
causalidad es tan sólo resultado de una costumbre, del vínculo
habitual de las sensaciones, de las percepciones. En lo que respecta
a la filosofía burguesa reaccionaria de la época imperialista, la
negación de la causalidad objetiva es una de sus armas principales en
su lucha contra la ciencia. El pragmatismo, el intuicionismo, el
“machismo” y el positivismo, así como otras corrientes de la filosofía
reaccionaria, se niegan unánimemente a reconocer el carácter objetivo
del vínculo causal de los fenómenos. Mach declaraba: “En la
naturaleza no hay ni causa ni efecto”. La filosofía de nuestra época,
positivismo lógico (ver), personalismo (ver), existencialismo (ver) y
otras escuelas reaccionarias, se pronuncia también contra el principio
de causalidad. Explotando la llamada crisis de la física que dura
todavía, ciertos filósofos se afanan en aplicar los nuevos datos de la
ciencia para repudiar la causalidad objetiva. La negación de la
causalidad objetiva en la naturaleza sirve de punto de apoyo al
idealismo “físico” (ver), al weismanismo-morganismo (ver) y a las
demás corrientes idealistas en las ciencias naturales.

El conocimiento científico no es posible si no pone claramente de
manifiesto los vínculos causales de los fenómenos. Al levantarse
contra la causalidad, los filósofos burgueses ejecutan las órdenes de
su clase, interesada en obscurecer la conciencia de las masas y
substituir la ciencia por la religión.

Al denunciar a los “machistas”, Lenin exigía que se hiciera una
distinción muy precisa entre las dos líneas filosóficas a propósito
del problema de la causalidad. “Pues está claro en efecto, que la
línea subjetiva en la cuestión de la causalidad, el atribuir el origen
del orden y de la necesidad de la naturaleza, no al mundo exterior
objetivo, sino a la conciencia, a la razón, a la lógica, &c., no sólo
desliga la razón humana de la naturaleza, no sólo opone la primera a
la segunda, sino que hace de la naturaleza una parte de la razón, en
lugar de considerar la razón como una partícula de la naturaleza. La
línea subjetivista en la cuestión de la causalidad es el idealismo
filosófico (del que son simples variedades las teorías de la
causalidad de Hume y de Kant), es decir, un fideísmo más o menos
atenuado, diluido. El reconocimiento de las leyes objetivas de la
naturaleza y del reflejo aproximadamente exacto de tales leyes en el
cerebro del hombre, es materialismo” (Lenin, Materialismo y
empiriocriticismo, p. 166, Ediciones Pueblos Unidos, Montevideo,
1948). Lenin enseña que es preciso distinguir entre la solución
gnoseológica del problema de la causalidad en general, y el grado de
precisión alcanzado por la ciencia en la descripción de las relaciones
de causalidad. Independientemente del nivel logrado por la ciencia en
el estudio de los vínculos causales, la solución gnoseológica de este
problema tiene por principio la existencia objetiva de la causalidad,
el determinismo de la naturaleza, fuente de nuestro conocimiento de
los vínculos causales.

La teoría de la causalidad establecida por el materialismo dialéctico,
se reduce a los principios fundamentales siguientes: en el mundo, no
hay fenómeno sin causa. Cada fenómeno de la naturaleza y de la
sociedad está condicionado por una causa determinada, es la
consecuencia de tal o cual causa. La causa y el efecto están en
relaciones de reciprocidad. La causa engendra el efecto, pero el
efecto no es pasivo sino que reactúa sobre la causa que lo ha
engendrado. Así, una base económica dada engendra la superestructura
social correspondiente, pero ésta no es simplemente una consecuencia
pasiva, sino que desempeña un papel activo reactuando sobre la base,
consolidándola y desarrollándola. En su interacción universal, la
causa y el efecto se truecan: lo que en una conexión es efecto, puede
convertirse en causa en otra, &c. Entre la causa y el efecto hay una
relación interna necesaria. No se puede considerar la acción
recíproca entre la causa y el efecto desligándola de la situación
concreta en la que se desenvuelve esa interacción. Así, bajo el
régimen socialista, el progreso de la técnica es una de las causas del
crecimiento del bienestar de los trabajadores; pero en los países
capitalistas, lejos de contribuir al mejoramiento y al bienestar de
los explotados, el desarrollo de la técnica es, por el contrario, una
de las causas de la agravación de la desocupación y la miseria.

La actividad práctica es el criterio supremo del carácter objetivo de
las relaciones de causalidad comprobadas en la naturaleza y en la
sociedad. Así, la biología establece que la variabilidad y la
herencia de los organismos están en función de los cambios en el medio
exterior. Y la práctica confirma esta dependencia causal. Pasa lo
mismo en la vida social. Sabemos que las crisis periódicas en la
sociedad capitalista tienen por causa el régimen capitalista, las
contradicciones que le son inherentes. La práctica, la experiencia de
la historia de la sociedad confirma la exactitud de nuestra concepción
de esa relación de causalidad: la supresión del capitalismo en la URSS
tuvo por consecuencia necesaria la desaparición del inevitable
corolario del régimen capitalista que son las crisis económicas. (ver
igualmente Determinismo e indeterminismo).

Diccionario filosófico · 1965:62-63

Causalidad

(del latín “causa”: causa). Categoría filosófica que denota la
conexión necesaria de los fenómenos, uno de los cuales (denominado
causa) condiciona a otro (denominado efecto). Se distingue la causa
absoluta y la causa específica. La causa absoluta es el conjunto de
todas las circunstancias cuya presencia determina necesariamente el
efecto. La causa específica es el conjunto de circunstancias cuya
aparición (ante muchas otras circunstancias que existen ya en la
situación dada antes de que se produzca el efecto y que forman las
condiciones para que la causa actúe) lleva a la aparición del efecto.
Establecer la causa absoluta sólo resulta posible en casos
relativamente sencillos; por lo común, la investigación científica se
orienta hacia el descubrimiento de las causas específicas de un
fenomeno dado. Esto también ocurre, además, porque en la causa
específica se unen las componentes de la causa absoluta más esenciales
en la situación dada, y los componentes que quedan aparecen sólo como
condiciones de la acción de dicha causa específica. El problema de la
causalidad es campo de una enconada lucha entre materialismo e
idealismo. El materialismo defiende la tesis de que la causalidad
posee un carácter objetivo y universal, considera los nexos causales
como nexos de las mismas cosas, los cuales existen fuera de la
conciencia e independientemente de ella. El idealismo subjetivo o
bien niega en general la causalidad reduciendola a una mera sucesión
de sensaciones habitual para el hombre (Hume), o bien, reconociendo
que la causalidad constituye un nexo necesario, estima que el sujeto
cognoscente la aporta al mundo de los fenómenos (carácter apriorístico
de la causalidad, Kant). El idealismo objetivo puede reconocer la
existencia de la causalidad independiente del sujeto cognoscente, pero
ve sus raíces en el espíritu, en la idea, en el concepto, a los que
considera independientes del sujeto. El materialismo dialéctico no
sólo reconoce el carácter objetivo y universal de la causalidad, sino
que además rechaza la visión simplista de la misma, en particular la
contraposición –característica de la metafísica– de causa a efecto y
viceversa, a los que considera como momentos de una interacción en la
cual el efecto, determinado por la causa, desempeña a su vez un papel
activo, ejerciendo una acción inversa sobre la causa. Las conexiones
causales poseen un carácter multiforme y no es posible reducirlas a un
solo tipo, como hacía el materialismo metafísico (por ejemplo, el
determinismo de Laplace, que asignaba un valor absoluto a la
causalidad mecánica). El progreso de la ciencia moderna, que no
admite se atribuya valor absoluto a las formas de conexión de causa y
efecto antes conocidas, descubre el carácter polifacético de tales
relaciones, confirma, ahonda y enriquece la concepción materialista
dialéctica de la causalidad. La categoría de causalidad constituye
una de las categorías de la investigación científica que, en última
instancia, siempre se orienta hacia el descubrimiento de las
principales dependencias causales. Ahí donde el conocimiento alcanza
un estadio en el cual resulta posible el riguroso análisis
cuantitativo de los fenómenos estudiados, los nexos causales reciben
expresión en forma de dependencias funcionales, lo cual, sin embargo,
no hace superflua la categoría de causalidad (Determinismo e
indeterminismo).

Diccionario de filosofía · 1984:60-61

Causalidad

(lat. Causa.) Categoría filosófica que designa la conexión genética
necesaria de los fenómenos, uno de los cuales (llamado causa)
condiciona a otro (llamado efecto o acción). Se diferencian la causa
completa y la causa específica. La causa completa es el conjunto de
todas las circunstancias cuya concurrencia produce necesariamente el
efecto. La causa específica es el conjunto de varias circunstancias,
cuya aparición (estando presentes otras muchas circunstancias que
existían ya en la situación dada antes del surgimiento del efecto y
que constituyen las condiciones de la acción de la causa) conduce a la
aparición del efecto. El establecimiento de la causa completa sólo
resulta posible en casos relativamente simples, y la investigación
científica se orienta generalmente a aclarar las causas específicas
del fenómeno dado. Esto sucede también porque en la causa específica
se reúnen los componentes de la causa completa más esenciales en la
situación dada, mientras que los demás componentes no constituyen sino
condiciones de acción de esta causa específica. El materialismo
defiende la tesis acerca del carácter objetivo y universal de la
causalidad y sostiene que las conexiones causales son conexiones entre
las cosas mismas, que existen fuera e independientemente de la
conciencia. El idealismo subjetivo o bien niega en general la
causalidad, reduciéndola sólo a la sucesión de las sensaciones
acostumbrada para el hombre (Hume), o bien reconoce que la causalidad
es una conexión necesaria, pero se introduce en el mundo de los
fenómenos por el sujeto cognoscente, tiene un carácter apriorístico
(Kant). El idealismo objetivo puede reconocer que la causalidad
existe independientemente del sujeto cognoscente, pero ve las raíces
de la misma en el espíritu, idea o concepto que considera
independientes del sujeto. El materialismo dialéctico, además de
reconocer el carácter objetivo y universal de la causalidad, rechaza
el enfoque simplista de ella, en particular, la contraposición de la
causa y el efecto, típica de la metafísica, y los considera elementos
de la interacción, en la que el efecto, siendo determinado por la
causa, desempeña a su vez un papel activo ejerciendo influencia
inversa sobre la misma. Las conexiones causales tienen un carácter
diverso y no deben ser reducidas, como lo hacía el materialismo
metafísico, a una sola forma. Al rechazar la absolutización de las
formas anteriormente conocidas de las conexiones de causa y efecto y
aclarar su diversidad, el desarrollo de la ciencia moderna confirma,
profundiza y sintetiza la concepción materialista dialéctica de la
causalidad. La categoría de la causalidad es una de las principales
categorías de la investigación científica, la cual siempre está
orientada en última instancia a descubrir las principales dependencias
causales (Determinismo e indeterminismo).

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