Contenido y forma
Contenido
No figura en el Diccionario filosófico marxista · 1946
Diccionario filosófico abreviado · 1959:88
Ver Forma y contenido.
Diccionario filosófico · 1965:83-84
Contenido y forma en Arte
Aspectos del arte o de una obra artística que se condicionan
mutuamente y en las cuales el papel principal pertenece al contenido.
El contenido del arte está formado por la polifacética realidad en su
peculiaridad estética, ante todo por el hombre, por las relaciones
humanas, por la vida de la sociedad en todo cuanto tiene de concreto.
La forma es la organización interna, la estructura concreta de la obra
artística, la cual se crea aplicando recursos específicos de expresión
y representación para poner de relieve y plasmar el contenido. Los
elementos básicos del contenido de una obra de arte son el tema y la
idea. El tema revela el círculo de fenómenos vitales que se reflejan
y se interpretan en la obra dada. La idea expresa la esencia de los
fenómenos y de las contradicciones de la realidad reproducidos, la
valoración figurativa y emocional de los mismos a partir de un ideal
estético conduciendo al hombre a determinadas conclusiones estéticas,
morales y políticas. La forma de las obras de arte es en extremo
variada. Pertenecen a sus elementos fundamentales: el argumento, el
lenguaje artístico, la composición, los recursos materiales
figurativo-expresivos (palabra, rima, ritmo, entonación, armonía,
color, estilo, línea, dibujo, claroscuro, volumen, tectónica, paso,
puesta en escena, montaje cinematográfico, &c.). En contraposición al
formalismo, que separa la forma del contenido, y al naturalismo, que
los identifica, la estética marxista considera que uno de los
criterios importantes del valor artístico estriba en la unidad
indisoluble de contenido y forma, en la correspondencia del contenido
y de la forma perfecta.
Diccionario de filosofía · 1984:85-86
- Categorías que reflejan la interconexión de dos aspectos de la
realidad natural y social: conjunto ordenado de determinado modo de
los elementos y procesos que forman el objeto o fenómeno, es decir, el
contenido, el modo de existencia y expresión de este contenido y de
sus distintas modificaciones, es decir, la forma. El concepto de
forma se emplea también en el sentido de la organización interna del
contenido, adquiriendo así desarrollo sucesivo en la categoría de
estructura la problemática de la forma. En la filosofía premarxista,
sobre todo en la idealista, la forma se reducía a la estructura, y el
contenido se identificaba con cierto conjunto no ordenado de elementos
y propiedades (con la “materia”), lo cual contribuyó a que durante un
prolongado período histórico se consolidaran y se conservaran las
representaciones idealistas sobre la primacía de la forma respecto al
contenido. En la dialéctica materialista, la estructura y el
ordenamiento interno se consideran como componentes necesarios del
contenido. A medida que se modifica la estructura, la organización,
cambian sustancialmente el contenido del objeto y sus propiedades
físicas y químicas. Al fijar las múltiples modificaciones del
contenido y los modos de su existencia y manifestación, la forma
también posee una estructura. La interacción del contenido y la forma
incluye obligatoriamente en el proceso de desarrollo tanto la acción
de los distintos componentes del contenido sobre la forma como los de
la forma sobre el contenido, tomando en cuenta la subordinación
objetiva del contenido y la forma. En la interacción del contenido y
la forma, el contenido representa el lado rector, determinante del
objeto, y la forma, el lado que se modifica, cambia en dependencia del
cambio del contenido y las condiciones concretas de su existencia. A
su vez, la forma, poseyendo una relativa autonomía, ejerce influencia
activa inversa sobre el contenido: la forma que corresponde al
contenido acelera su desarrollo, mientras que la forma que dejó de
corresponder al contenido modificado frena su desarrollo. La
interrelación del contenido y la forma es un ejemplo típico de la
interconexión de los contrarios dialécticos que se caracterizan tanto
por su unidad como por las contradicciones y conflictos entre ellos.
La unidad entre el contenido y la forma es relativa y pasajera; en el
curso del desarrollo surgen inevitablemente conflictos y
contradicciones mutuos. A consecuencia de ello aparece la
incorrespondencia entre el contenido y la forma, lo cual en definitiva
se resuelve con el “despojo” de la vieja forma y el surgimiento de una
nueva, adecuada al contenido modificado. El surgimiento, desarrollo y
superación de las contradicciones entre el contenido y la forma, la
lucha entre ellos (transiciones mutuas del contenido y la forma; el
“relleno” de la forma vieja con un contenido nuevo; la acción inversa
de la forma sobre el contenido, &c.) constituyen un importante
componente de la teoría dialéctica del desarrollo. Es particularmente
compleja y contradictoria en el sentido dialéctico la interrelación
del contenido y la forma en el proceso de desarrollo de la sociedad.
Las contradicciones entre el contenido y forma en las esferas del modo
de producción, la base y la superestructura y la economía y la
política constituyen una importantísima fuerza propulsora del
desarrollo social. - En el pensamiento, el contenido y la forma son conceptos
fundamentales de la ciencia lógica. En la dialéctica materialista
como lógica (Lógica dialéctica) se entiende por contenido del
pensamiento la realidad natural y social en el aspecto en que aparece
ante nosotros como objeto del pensamiento teórico-científico: en forma
de un conjunto de conceptos, representaciones, teorías, diversas
abstracciones e idealizaciones, que se establecen en el curso del
desarrollo histórico del conocimiento. Las formas del pensamiento son
diversos modos de actuación del sujeto social con el objeto en el
plano ideal, orientados a reproducir las regularidades y propiedades
de la realidad objetiva en el contenido del pensamiento (categorías,
ascenso de lo abstracto a lo concreto, distintas formas de ilaciones,
&c.). El conjunto de formas del pensamiento organiza de determinado
modo el contenido cognoscitivo y orienta el avance del pensamiento del
sujeto en los procesos de obtención de un conocimiento nuevo. - En el arte, el contenido y la forma son aspectos mutuamente
condicionados del arte en su conjunto o de una obra artística,
correspondiendo el papel rector al contenido. El contenido del arte
lo integran la realidad polifacética en su originalidad estética,
principalmente, el hombre, las relaciones humanas y la vida social
concreta. La forma es la organización interna, la estructura concreta
de una obra artística, que se configura con ayuda de los medios
expresivos específicos para esclarecer y plasmar el contenido. Los
elementos fundamentales del contenido de una obra de arte son su tema
e idea. El tema revela la gama de fenómenos vitales, que se refleja y
concibe en la obra. La idea expresa la esencia de los fenómenos
reproducidos, las contradicciones de la realidad y su valoración
emocional-figurativa desde el punto de vista del ideal estético,
conduciendo al hombre a determinadas conclusiones estéticas, morales y
políticas. La forma artística de una obra de arte es multifacética.
Figuran entre sus elementos principales la trama, la composición, el
lenguaje artístico y los medios expresivos materiales (palabra, rima,
ritmo, entonación de sonido, armonía, color, colorido, línea, dibujo,
claroscuro, volumen, tectónica, mise en scene, montaje
cinematográfico, &c.). Contrariamente al formalismo, que separa la
forma del contenido, y el naturalismo, que los identifica, la estética
marxista estima que un importante criterio del nivel artístico de una
obra es la unión indisoluble y la correspondencia entre el contenido y
la forma.