Demografía
No figura en el Diccionario filosófico marxista · 1946
No figura en el Diccionario filosófico abreviado · 1959
Diccionario filosófico · 1965:111
Demografía
(del griego δήμος: pueblo, γράφω: describir). Ciencia de la
población. La demografía estudia los cambios de la población tanto en
su conjunto como en algunos de sus grupos, partiendo de
características cuantitativas y cualitativas. Investiga el número de
habitantes, la distribución geográfica de la población y su
composición según clases y grupos sociales, ocupaciones, sexo y edad,
nacionalidad, lengua, estado familiar, nivel cultural, etc.
Diccionario de filosofía · 1984:109
Demografía
(gr. demos: pueblo, y grapho: escribo; descripción de los pueblos):
ciencia sobre la población, su estructura (según edad, sexo,
profesión, religión, etnia) y su dinámica (natalidad, mortalidad,
migraciones, etc.). Las características cuantitativas de los procesos
demográficos constituyen los indicadores que muestran en forma
sintetizada la acción de numerosos factores: biológicos, sociales,
culturales, éticos, étnicos, socio-psicológicos, etc. El marxismo
subraya el papel rector de las relaciones económicas, del modo de
producción. Marx decía que “en el contexto de los diversos modos de
producción sociales existen leyes distintas del incremento de la
población y de la sobrepoblación…” (t. 46, parte II, p. 101). Al
mismo tiempo, existe también la influencia inversa, pues la población
constituye el sujeto de la producción, así como el sujeto del consumo.
El intenso crecimiento de la población de la Tierra, como problema
global de nuestra época, está enlazado en gran medida con la
disminución de la mortalidad (en primer lugar, de la infantil) en los
países en desarrollo, gracias al avance de la medicina y la sanidad y
al mejoramiento de las condiciones higiénicas; el mismo transcurre en
las condiciones de conservación de los tradicionales regímenes de
vida, que obstaculizan tanto la regulación interior familiar de la
natalidad como el trabajo eficiente de la población en la esfera de la
industria, etc. Esto recaba trazar y aplicar una consecuente política
demográfica, que no se reduzca sólo a las medidas estrictamente
médicas y económicas, sino que tome en consideración la amplia gama de
aspectos sociales y culturales del problema, puesto que el ritmo de
crecimiento de la población influye sustancialmente sobre la economía,
la estructura social, la ubicación territorial de la mano de obra,
etc. Rechazando las concepciones malthusianas (Malthusianismo) y
neomalthusianas, que estudian el problema de la población al margen de
las condiciones socio-económicas, el marxismo arranca de que
únicamente la sociedad socialista crea, en el proceso de su
desarrollo, todas las premisas necesarias para resolver los problemas
demográficos, consistentes en la sustitución de las formas espontáneas
de comportamiento demográfico a nivel tanto de la sociedad como de la
familia por los mecanismos conscientes de regulación demográfica.