División del trabajo
No figura en el Diccionario filosófico marxista · 1946
No figura en el Diccionario filosófico abreviado · 1959
Diccionario filosófico · 1965:125-126
División del trabajo
Proceso de separación en el que existen, recíprocamente condicionadas,
distintas especies de trabajo en un sistema único de producción
social. El carácter y las formas de la división del trabajo están
determinados por el desarrollo de las fuerzas productivas. A su vez,
la propia división del trabajo, al caracterizar el grado de dicho
desarrollo, provoca un ulterior incremento de la productividad del
trabajo, con lo cual facilita el perfeccionamiento y el cambio de los
tipos de relaciones de producción. En la comunidad primitiva, la
división del trabajo presenta la forma más sencilla de división, por
sexo y edad; en el régimen de esclavitud, se separa la ganadería, el
trabajo de artesanía se aparta de la agricultura, se independiza el
comercio; nacen y se desarrollan divisiones de trabajo de tipo
territorial, profesional e internacional, se separan el trabajo
intelectual y el físico; en el período de la manufactura capitalista,
la división del trabajo penetra en el interior de la empresa y
presenta la forma de división del trabajo por partes, por piezas.
Este último proceso se acentúa y se hace más profundo al aparecer la
técnica basada en la maquinaria. En las formaciones sociales basadas
en la explotación, el proceso de la división del trabajo presenta un
carácter contradictorio, se entrelaza con los antagonismos de clase,
lo cual resulta sobre todo patente en el ejemplo de la división
capitalista del trabajo, que transforma al productor en un obrero
parcial, constreñido toda la vida a ejecutar una determinada operación
en su labor. El socialismo utiliza de una manera consciente y
planificada las formas que hereda de la división del trabajo, pero en
seguida empieza a crear premisas para liquidar la vieja división del
trabajo y establecer una división de nuevo tipo, comunista. Acabar
con la vieja división del trabajo se convierte en condición necesaria
para que siga aumentando la producción social, para el desarrollo
multilateral y armónico del individuo, para la victoria del comunismo.
El establecimiento de una división comunista del trabajo se basa en el
desarrollo acelerado de las fuerzas productivas, en el logro de una
abundancia de bienes colectivos que libere al hombre del interés
material personal en un determinado tipo de actividad o género de
ocupaciones; se halla indisolublemente vinculado a la desaparición de
la clases y de toda desigualdad social. La esencia de la división
comunista del trabajo estriba en que se combine la rigurosa
especialización con amplios horizontes, con la posesión de
conocimientos y habilidades polifacéticos, con la posibilidad de
elegir libremente el trabajo y poderlo cambiar periódicamente (véase
también Contradicción entre la ciudad y el campo, Contradicción entre
el trabajo intelectual y el trabajo físico).
Diccionario de filosofía · 1984:122-123
División del trabajo
- En sentido amplio, sistema de tipos interrelacionados de trabajo,
funciones productivas y oficios en general, distintos por sus
características, así como el sistema de sus conexiones sociales. La
diversidad de ocupaciones se estudia por la estadística económica, la
economía del trabajo, las ciencias económicas sectoriales, la
demografía, etc. La geografía económica describe la división del
trabajo territorial, comprendida la internacional. Para determinar la
correlación entre las distintas funciones productivas desde el punto
de vista de su resultado material, Marx prefería usar el término
“distribución del trabajo”. - La división social del trabajo como actividad humana es, a
diferencia de la especialización, una relación social históricamente
pasajera. La especialización del trabajo es la división de los tipos
de trabajo con arreglo a su objeto, la cual expresa directamente el
progreso de las fuerzas productivas y contribuye a él. La diversidad
de tales tipos corresponde al grado de asimilación de la naturaleza
por el hombre y crece conjuntamente con su desarrollo. Pero en las
formaciones clasistas, la especialización desarticula la actividad
humana en funciones y operaciones parciales, cada una de las cuales no
posee ya de por sí el carácter de actividad y no constituye el modo de
reproducción por el hombre de sus relaciones sociales, de su cultura y
riqueza espiritual y de sí mismo como personalidad. Estas funciones
parciales carecen de sentido y lógica propios; su necesidad se expresa
sólo en forma de exigencias que le presenta desde fuera el sistema de
la división del trabajo. Tal es la división del trabajo en material y
espiritual (manual e intelectual), en ejecutivo y administrativo, en
funciones prácticas e ideológicas, etc. Una expresión de la división
social del trabajo es la segregación como esferas aisladas de la
producción de bienes materiales, la ciencia, el arte, etc., así el
desmembramiento de ellas mismas. La división del trabajo crece con
inevitabilidad histórica hasta convertirse en división en clases. No
se trata tanto de que la división del trabajo haga deformadamente
estrecha la especialización; no se trata incluso de que se adscriba al
hombre una profesión concreta, sino de que el individuo no se
incorpora a la concatenación social como personalidad, sino como
agente de una función concreta, como fuerza de trabajo de determinada
calidad. Actúa como personaje que ejecuta un papel dictado desde
fuera. El capitalismo lleva a la agudización extrema de todas las
contradicciones de la división del trabajo y de sus efectos
(Enajenación). Estas contradicciones se superan gradualmente en el
curso de edificación del socialismo y el comunismo. Este último está
llamado a acabar definitivamente con la división del trabajo (que
desarticula al hombre mismo) sobre la base de la profundización
sucesiva de la especialización y el desarrollo de las capacidades
múltiples, es decir, mediante el desarrollo integral del individuo.