1-Ecología social

Ecología social

No figura en el Diccionario filosófico marxista · 1946

No figura en el Diccionario filosófico abreviado · 1959

No figura en el Diccionario filosófico · 1965

Diccionario de filosofía · 1984:123-124

Ecología social

Esfera del conocimiento, que estudia los diversos aspectos de la
interacción de la sociedad y la naturaleza (en ese mismo sentido se
habla a veces de la ecología del hombre, la ecología global, etc.).
En la época de la revolución científico-técnica, el intercambio de
sustancias entre el hombre y la naturaleza se mediatiza cada vez más
por los medios y sistemas técnicos creados por el hombre, en virtud de
lo cual se intensifican los procesos de aislamiento del hombre
respecto de la naturaleza. Además de las existentes, surgen y se
desarrollan formas nuevas de incorporación de los recursos naturales a
la actividad productiva, que se convierte en un poderoso factor de
acción sobre el estado de la biosfera. Como resultado, la actividad
económica del hombre ejerce una influencia directa e indirecta cada
vez mayor sobre la composición química y las propiedades de la
atmósfera, el régimen térmico del planeta, el fondo de radiactividad,
el Océano Mundial, etc. Los efectos de esta actividad son la erosión
y el agotamiento del suelo, la contaminación de los depósitos de agua,
la disminución de las reservas de agua dulce, así como de los recursos
de materias primas y energéticos irrecuperables, evacuación en la
biosfera de desechos biológicamente no asimilables y tóxicos, la
influencia de las zonas urbanizadas, la acción de los factores
ecológicos sobre la salud física y psíquica del hombre y sobre el
código genético de las populaciones humanas, etc. Su resultado
conjunto es a veces tan imponente que se le califica de crisis
ecológica. Los teóricos burgueses elaboran diversas concepciones
sobre esta crisis, en las cuales generalmente se hace caso omiso del
nexo de los fenómenos mencionados con las profundas condiciones
sociales de clase. La teoría marxista ve sus fuentes sociales, ante
todo, en las peculiaridades del modo de producción capitalista con los
rasgos propios del mismo: carácter espontáneo, anarquía y antagonismo
de las relaciones de producción. El sistema de valores de la sociedad
burguesa, que determinan la actividad del hombre y su orientación en
el mundo, se caracteriza por la actitud rapaz hacia el medio ambiente.
En dicha sociedad es imposible elaborar mecanismos suficientemente
eficaces de regulación racional del intercambio entre la sociedad y la
naturaleza, que permitan valorar tanto los efectos directos como los
accesorios de la actividad económica del hombre. El socialismo crea
las premisas necesarias para poner el intercambio de sustancias entre
el hombre y la naturaleza bajo control social, ante todo, mediante la
liquidación de la propiedad privada sobre los medios de producción, la
tierra y otros recursos naturales. El Estado socialista aplica una
política concreta en la esfera de la protección del medio ambiente y
el aprovechamiento racional de los recursos naturales, que incluye
tanto la optimización desde el punto de vista ecológico de nuevas
empresas y procesos tecnológicos, como la realización de un conjunto
de medidas económicas especiales. A diferencia de los países
capitalistas, en los que las medidas ecológicas son inevitablemente
parciales y limitadas, el régimen social socialista permite realizar
programas complejos a largo plazo, orientados a mantener y mejorar el
habitat y a superar o neutralizar los efectos ecológicos negativos del
progreso científico-técnico. La preservación del medio ambiente es un
trascendental problemas globales de la contemporaneidad, por lo que su
solución presupone la estrecha cooperación de todos los países y
pueblos.

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