5-Economía y política

Economía y política

Diccionario filosófico marxista · 1946:85-86

Economía y política

El marxismo examina la economía y la política en su interacción y
desarrollo, como un todo indisoluble. “No se puede separar la
política de la economía. No podemos apartarnos de la economía de la
misma manera que no podemos apartarnos de la política. Para mayor
facilidad del estudio, la gente suele separar, metodológicamente, los
problemas económicos de los políticos; pero esto se hace sólo
metodológicamente, artificialmente, sólo para mayor comodidad del
estudio. En la vida, por el contrario, en la práctica, la política y
la economía son inseparables. Existen juntas y actúan conjuntamente”
(Stalin). Cada régimen social está determinado por un definido modo
de producción de los bienes materiales (ver) que le es inherente. El
modo de producción comprende tanto las fuerzas productivas de la
sociedad, como las relaciones de producción de los hombres, formando
en conjunto la estructura económica de la sociedad, la economía. El
régimen económico de la sociedad condiciona la superestructura
política e ideológica. Pero la política, a su vez, tiene una enorme
importancia en el desarrollo del propio régimen económico. Sin el
derrocamiento del régimen político anticuado no es posible el
desarrollo ulterior de las fuerzas productivas, de los fundamentos
económicos de la sociedad. Por eso, el problema fundamental de toda
revolución es el problema del Poder político. “La política es la
expresión concentrada de la economía…, la política no puede dejar de
tener la primacía sobre la economía” (Lenin). En la política y en la
lucha política hallan su expresión máxima los antagonismos de clase,
la irreconciliabilidad de los intereses de los explotados y de los
explotadores, de los oprimidos y de los opresores. El problema
central de la política, de la lucha política, es el problema del
Poder. Al terreno de la política pertenecen todos los problemas del
gobierno y de la organización del Estado, de la dirección de la lucha
de clases, etc. En el terreno de la política entran también los
problemas de las relaciones mutuas entre los pueblos y los Estados, la
política exterior, determinada por los intereses de la clase
gobernante. La política del Partido Comunista y del Gobierno
Soviético en la U.R.S.S. está basada sobre la previsión científica
del rumbo del desarrollo de ese país. Este desarrollo tiene lugar, no
espontáneamente, no automáticamente, sino de acuerdo a un plan, es
orientado por el plan económico nacional del Estado en los intereses
de la construcción comunista y se realiza en medio de una lucha
enconada contra todos los elementos que desde el punto de vista de
clase son hostiles a la sociedad socialista.

Diccionario de filosofía y sociología marxista · 1959:28-29

Economía y política

Son consideradas por el marxismo, en su interdependencia y desarrollo,
como un todo indisoluble. “No se puede separar la economía de la
política. Nosotros no podemos alejarnos de la economía, como no
podemos alejarnos de la política. Para comodidad de estudio, la
gente, de ordinario y por razones de método, separa las cuestiones de
la economía y las cuestiones de la política. Pero eso sólo se hace
artificialmente, por razones de método y comodidad de estudio. Por el
contrario, en la vida, en la práctica, la política y la economía son
inseparables: existen juntas y juntas actúan”. (Stalin). Cada
régimen social se determina por un dado modo de producción de
materiales que le es inherente. El modo de producción abarca tanto
las fuerzas productivas de la sociedad, como las relaciones de
producción entre los hombres, formando, en conjunto, la estructura
económica de la sociedad: la economía. El régimen económico de la
sociedad condicionadas las superestructuras políticas e ideológicas.
“…La política es la expresión concentrada de la economía… La
política no puede tener primacía sobre la economía”. (Lenin).

Diccionario filosófico abreviado · 1959:147-148

Economía y política

Estas dos categorías son enfocadas por el marxismo en su devenir y su
acción recíproca como un todo indisoluble. La estructura económica de
la sociedad, su base, determina la superestructura política e
ideológica. Como reflejo directo del régimen económico en una época
histórica dada, la política está totalmente subordinada a los
intereses de la clase que domina económicamente. Así, la política
burguesa tiene por objeto, en el interior del país, consolidar el
régimen capitalista, asegurar la libre explotación de los obreros por
los capitalistas, mantener sujetas a las clases explotadas. De igual
modo, en política exterior, la burguesía reaccionaria defiende
intereses que fluyen totalmente de su situación económica y realiza
una política de esclavitud y de explotación de las colonias, de
conquista de territorios extranjeros, una política de guerra, con el
objeto de ampliar las esferas de influencia, de apoderarse de nuevos
mercados, de fuentes de materias primas, etc.

Contrariamente a esto, la política del Estado Socialista expresa
relaciones económicas diferentes, relaciones económicas socialistas.
Y tiene por objeto asegurar el florecimiento de las relaciones
sociales de producción, vale decir, de relaciones de colaboración y de
ayuda mutua fraternales, y de satisfacer al máximo las necesidades
crecientes, materiales y espirituales, de los trabajadores. La
política exterior del Estado Socialista está dirigida contra el
desencadenamiento de nuevas guerras, por la coexistencia pacífica de
los Estados, porque para desarrollarse, la economía socialista no
tiene necesidad de conquistas territoriales, ni tiene necesidad de
esclavizar pueblos.

Aunque producto y expresión de un régimen económico determinado, la
política ejerce a su vez, una acción notable sobre la economía. “La
política es la expresión concentrada de la economía… La política no
puede dejar de prevalecer sobre la economía” (Lenin, Obras, Ed.
rusa). Estas palabras de Lenin, que ponen de manifiesto el papel
inmenso de la política, no significan que primeramente surgió la
política y luego la economía, que la política sería el dato primario y
la economía el secundario. No es la política la que ha engendrado los
monopolios capitalistas, sino que éstos, que son el producto de todo
el desarrollo anterior del modo capitalista de producción, determinan
la política correspondiente de los estados burgueses en la época del
imperialismo, vale decir, la política imperialista. La política
prevalece sobre la economía porque sin poseer el poder político,
ninguna clase podría mantener su dominación económica. “Los intereses
más esenciales, ‘decisivos’ de las clases pueden ser satisfechos
únicamente por transformaciones políticas radicales en general; en
particular, el interés económico fundamental del proletariado puede
ser satisfecho únicamente por medio de una revolución política que
substituya la dictadura de la burguesía por la dictadura del
proletariado” (Lenin, “¿Qué hacer?”, en Obras escogidas, t. I, Nota
al pie en pp. 222 y 223, Ed. esp., Moscú, 1948). Eso significa que
la lucha política es la expresión extrema del antagonismo de las
clases, de la oposición irreductible de los intereses de los
explotadores y de los explotados, de los opresores y de los oprimidos.
Por lo tanto, la cuestión esencial de toda revolución es la del poder
político.

La política engendrada por la base económica ayuda a ésta a
consolidarse y desarrollarse. Así, la economía capitalista actual
agoniza desde hace mucho tiempo y traba el progreso de las fuerzas
productivas. Pero si no ha desaparecido, es porque la burguesía
retiene el poder político que protege al régimen económico burgués.
La política del Estado Soviético, del Partido Comunista, es de una
importancia primordial para el florecimiento de la economía
socialista. En régimen socialista, el papel de la política en el
progreso y auge de la economía se hace mucho mayor, dado que la
propiedad privada de los medios de producción ha sido reemplazada por
la propiedad colectiva. Lejos de ser espontánea y sometida a la ley
de la anarquía propia del régimen capitalista, ese progreso es
planificado conforme a una ley económica objetiva, la ley del
desarrollo armonioso (proporcional) de la economía nacional (ver). De
ahí surge una función nueva del Estado Soviético, la función de
organización económica y de trabajo cultural y educativo que el Estado
burgués no realiza ni puede realizar. El crecimiento del papel de la
política no significa que la política determina arbitrariamente el
desarrollo de la economía socialista. La fuerza de la política
estatal soviética y del Partido Comunista reside en el conocimiento y
en la aplicación de las leyes económicas objetivas del socialismo. El
Partido y el Estado orientan todo el desarrollo de la economía y de la
cultura por el camino del comunismo. He ahí por qué, la política del
Partido Comunista es la fuerza vital del régimen soviético. Así,
resulta indispensable inspirarse en la política del Partido Comunista
en todos los dominios (economía, cultura, literatura, arte, etc.),
pues esta política expresa las necesidades vitales del pueblo
soviético, la necesidad objetiva del desarrollo social en la época
actual.

Diccionario filosófico · 1965:130

Economía y política

(su interacción.) La política es una importantísima parte de la
superestructura, es un reflejo del régimen económico dominante en una
sociedad dada. En la política encuentran su expresión concentrada los
intereses de tal o cual clase. La política, reflejo de la economía,
ejerce a su vez una influencia enorme sobre la economía. Como quiera
que sin poder político una clase dada no afirma o no mantiene su
dominio económico, la política tiene primacía sobre la economía. La
acertada política del partido marxista-leninista constituye una
condición necesaria del éxito en la construcción del socialismo. Dada
esta condición, es decir, cuando se ha elaborado y se aplica una
política acertada, el centro de gravedad en la edificación de una
sociedad nueva se desplaza a la organización de la econonomía; se
sitúan en el primer plano las cuestiones de cálculo y control, las que
conciernen a gobierno de la producción. En los bosquejos de su
artículo “Las tareas inmediatas del Poder Soviético”, Lenin escribió:
“La tarea de dirigir el Estado, situada ahora en un primer plano ante
el Estado Soviético, ofrece además la particularidad de que ahora –y,
sin duda, por primera vez en la historia de los pueblos civilizados–
se trata de tal dirección en que no es la política la que adquiere un
significado predominante, sino la economía”. En la sociedad
socialista, el desarrollo de la economía no ocurre de manera
espontánea, como bajo el capitalismo, sino de manenera planificada, y
se basa en la utilizacion consciente de las leyes económicas. De ahí
las nuevas funciones de organización en el terreno de la economía, las
nuevas tareas culturales y educativas del Estado socialista. La
importancia de tales funciones crece sin cesar en el transcurso de la
edificación de una sociedad nueva, comunista.

Diccionario de filosofía · 1984:128-129

Economía y política

La economía son las relaciones de producción, es decir, las relaciones
que se contraen los individuos en los procesos de producción,
intercambio, distribución y consumo de los bienes materiales. Las
relaciones económicas determinan las demás relaciones sociales,
constituyendo su base. La política forma parte de la superestructura
que se eleva sobre la base económica (Base y superestructura). Surge
al formarse las clases, existe en la sociedad clasista y desaparece al
desaparecer las clases y las diferencias entre ellas. La política
expresa en forma concentrada la economía y se determina en definitiva
por esta última, pero, al mismo tiempo, ejerce una inmensa influencia
inversa sobre ella. La lucha política consiste en combatir
principalmente por los intereses económicos de clase fundamentales.
El Estado es el medio principal, más importante, de lucha política,
que permite afianzar y mantener la firme dominación económica de una
clase. Sin conquistar y mantener el poder estatal es imposible la
sólida dominación económica de la clase. En este sentido, la política
tiene prioridad ante la economía. La economía y la política y su
correlación no quedan invariables. En el curso de toda su existencia,
la política experimenta en definitiva la influencia determinante de la
economía y conserva la unidad con ella, por una parte, mientras que,
por la otra, el desarrollo de las clases y de su antagonismo conduce a
que la política se aísle cada vez más de la economía, adquiera una
independencia relativa cada vez mayor y aumente su acción inversa
sobre la economía. La política adquiere su mayor independencia
relativa de la economía en el contexto del capitalismo, cuando crece
gigantescamente el carácter social de la producción, lo cual
constituye una premisa material de la supresión del dominio de la
clase de los capitalistas; se hace necesario intensificar en medida
considerable la lucha política de la clase obrera; se amplía
bruscamente la intervención del Estado en la economía y el papel de
los resortes políticos de influencia sobre la misma. Ahora bien, la
dominación de la propiedad privada limita sustancialmente las
posibilidades de la acción política sobre la economía. La política
desempeña un papel excepcional y diferente en principio de su papel
bajo el capitalismo en la transformación socialista de la sociedad. A
diferencia de la economía de las formaciones antagónicas, la del
socialismo, en primer lugar, no surge ni se desarrolla de modo
espontáneo, sino en virtud de la actividad consciente de los
trabajadores encabezados por la clase obrera; en segundo lugar, el
surgimiento y desarrollo de la propiedad social exige también la
dirección única de la economía a escala de toda la sociedad. En el
período de transición del capitalismo al socialismo, cuando se debe
luchar contra las clases antagónicas, y en el contexto del socialismo,
cuando se conservan aún las diferencias de clase, la gestión de la
economía reviste todavía un carácter político y se realiza por el
Estado socialista. El perfeccionamiento de la dirección estatal de la
economía en la URSS es una importante tarea que resuelve el Partido
Comunista de la Unión Soviética durante todo el curso de desarrollo de
la sociedad socialista en el país.

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