2-Ética autónoma y heterónoma

Ética autónoma y heterónoma

No figura en el Diccionario filosófico marxista · 1946

No figura en el Diccionario filosófico abreviado · 1959

Diccionario filosófico · 1965:160-161

(autónomo, del griego αυτόνομος: independiente; heterónomo, del
griego; ετερόνομος: distinto, de otro). Teorías éticas burguesas. La
ética autónoma se basa en el principio de que la ley moral arranca del
propio sujeto. El hombre mismo, libre en absoluto de todo influjo
exterior, se crea la ley moral. La ética autónoma infiere la moral de
representaciones idealistas sobre un deber moral interiormente innato,
apriorístico. La afirmación de que la moralidad tiene un carácter en
absoluto independiente, autónomo, es anticientífica, pues conduce a
negar la relación entre la moral y el sistema de relaciones sociales
históricamente determinado. Atacando la ética de los materialistas
franceses del siglo XVIII, Kant desarrolló las ideas de la ética
autónoma en su “Crítica de la razón práctica”; en esta obra, Kant
aboga en pro del principio según el cual la conducta moral tiene un
carácter autónomo. La ética heterónoma, opuesta a la anterior,
infiere el carácter moral de causas que no dependen de la voluntad del
sujeto agente. Como tales causas externas se consideran: las leves
del Estado, los preceptos religiosos y motivos como el del interés
personal o el deseo de hacer el bien a otras personas. Ello explica
que los teóricos burgueses incluyan entre las variedades de ética
heterónoma la ética hedonista (hedonismo), dado que ésta funda sus
principios morales en el anhelo de placer, y también el utilitarismo,
cuya base radica en el principio de la utilidad, así como muchos otros
sistemas. La diferenciación entre la ética autónoma y la heterónoma
no es científica. Se deriva de negar que lo moral se halla
condicionado por leyes sociales objetivas, de afirmar el principio
idealista de la autonomía de la voluntad, de no reconocer el papel
activo del sujeto en la sociedad.

Diccionario de filosofía · 1984:154

(griego autos: mismo, y heteros: otro.) Teorías éticas burguesas. La
ética autónoma deduce la moral de las representaciones idealistas
sobre el deber moral apriorístico, internamente innato. Parte del
principio de que la moral supuestamente tiene su fundamento en el
propio sujeto que actúa moralmente. El hombre mismo crea para sí una
ley moral y está absolutamente exento de toda influencia externa.
Pronunciándose contra la ética de los materialistas franceses del
siglo 18, Kant desarrolló las ideas de la ética autónoma en la
“Crítica de la razón práctica”, haciendo propaganda del principio del
carácter autónomo de la conducta moral. La ética heterónoma, opuesta
a la ética autónoma, deduce la moral de causas que no dependen de la
voluntad del sujeto actuante. Tales causas externas son consideradas
las leyes del Estado, los postulados de la religión, así como motivos
tales como el interés personal y el deseo de hacer bien a otras
personas. Los teóricos burgueses consideran variedades de la ética
heterónoma el hedonismo ético, el eudemonismo y el utilitarismo, que
basan sus principios morales, respectivamente, en la aspiración al
placer, la felicidad y el provecho, así como algunos otros sistemas.
La diferenciación entre la ética autónoma y heterónoma es acientífica
y se basa en la negación del condicionamiento de la moral por las
leyes objetivas, en el principio idealista de la autonomía de la
voluntad y en la subvaloración del papel activo del sujeto en la
sociedad.

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