2-Ética teológica

Ética teológica

No figura en el Diccionario filosófico marxista · 1946

No figura en el Diccionario filosófico abreviado · 1959

Diccionario filosófico · 1965:161

Ética teológica

Ética basada en algún sistema teológico. Sus tendencias más
influyentes fueron, y siguen siendo, las doctrinas éticas de las tres
religiones fundamentales: el cristianismo, el islamismo y el budismo.
En la ética teológica, la fuente de la moral es Dios. Éste aparece
como encarnación del bien moral y de la virtud, mientras que el mal y
la amoralidad de la sociedad se explican por la “caída en el pecado”
del hombre. Dios es, además, el criterio único de lo moral. Tal o
cual acción es un bien o es un mal por el hecho de corresponder o
contraponerse a la “esencia” o voluntad de Dios. Finalmente, Dios
aparece en calidad de sanción moral, es decir, constituye la autoridad
única para estimar la moralidad de un acto. Resulta, por tanto, que
la ética teológica es antisocial por su orientación, pues niega la
competencia de la sociedad para establecer valoraciones morales. En
dicha ética se asigna un importantísimo lugar a la doctrina que trata
de la recompensa a los justos y del castigo a los pecadores, doctrina
que los teólogos relacionan con el fin del mundo (Escatología). El
pleno triunfo del bien y de la justicia se vincula ya con la vida de
ultratumba, ya con la llegada del “reino de Dios”. De ahí que se
eleven al rango de virtudes la sumisión, la resignación, la no
resistencia y el perdón universal. La ética teológica aparece en
calidad de apología moral de la sociedad explotadora.

Diccionario de filosofía · 1984:156

Ética teológica

Ética fundada en cualquier sistema teológico. Las corrientes más
influyentes de la ética teológica han sido y siguen siendo las
doctrinas éticas de las tres religiones fundamentales: el
cristianismo, el islam y el budismo. La fuente de moral en la ética
teológica es Dios, que representa la plasmación del bien y la virtud
morales, y el mal y la amoralidad de la sociedad se explican con la
“caída” del hombre. Además, Dios se presenta como el criterio único
de lo moral. Uno u otro acto es bueno o malo en dependencia de si
corresponde o contradice a la “esencia” o voluntad de Dios. Y por
último, Dios aparece en calidad de sanción moral, es decir, constituye
la única autoridad al valorar el carácter moral de un acto. La ética
teológica es antisocial por su orientación porque niega a la sociedad
el derecho a emitir juicios morales. En la ética teológica
corresponde un gran lugar a la doctrina de la recompensa a los justos
y el castigo a los pecadores, que los teólogos enlazan con el
hundimiento de este mundo (Escatología). El triunfo total del bien y
la justicia se vincula ora con la vida de ultratumba ora con el
comienzo del “reino de Dios”. De ahí que la sumisión, la obediencia,
la no resistencia al mal y el perdón a todos se eleven al rango de
virtud.

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