2-Eudemonismo

Eudemonismo

No figura en el Diccionario filosófico marxista · 1946

No figura en el Diccionario filosófico abreviado · 1959

Diccionario filosófico · 1965:162

(del griego εὐδαιμονία: felicidad, dicha). Es una de las corrientes
de la ética; surgió en el mundo de la Antigüedad clásica y en él
alcanzó ya su más plena manifestación (Demócrito, Sócrates,
Aristóteles). Considera el eudemonismo que el principal motivo de la
conducta del hombre es el anhelo de felicidad: personal, según el
eudemonismo individualista; colectiva, según el eudemonismo social.
También eran partidarios del eudemonismo los materialistas franceses
del siglo XVIII (Helvecio, Diderot) y los representantes del
utilitarismo. La ética eudemónica, por su sentido activo y por su
humanismo, es incomparablemente superior a la cristiana, pues llama a
alcanzar la felicidad en la tierra y no en el mundo de ultratumba.
Sin embargo, el eudemonismo preconiza sus normas en calidad de reglas
comunes a todos los hombres, suprahistóricas, en la sociedad
constituida por clases antagónicas, donde no hay una moral única ni
puede haberla.

Diccionario de filosofía · 1984:156-157

(gr. eudaimonia: placer, felicidad.) Principio metodológico de la
ética, próximo al hedonismo. Se manifestó con mayor plenitud ya en
las teorías éticas del mundo antiguo (Demócrito, Sócrates,
Aristóteles). El eudemonismo sostiene que el principal criterio de la
moralidad y base de la conducta moral del hombre es la aspiración a la
felicidad personal (eudemonismo individualista) y social (eudemonismo
social). Fueron partidarios del eudemonismo también los materialistas
franceses del siglo 18 (Helvecio, Diderot), que proclamaron la
felicidad del hombre como objetivo final de toda sociedad y de toda
actividad humana útil. Por su carácter activo y humano, la ética
eudemonista es incomparablemente más alta que la cristiana, porque
llama a la felicidad en la Tierra, y no en el mundo de ultratumba.
Pero el eudemonismo imprime al concepto de felicidad cierto sentido
humano general y sobrehistórico, mientras que en la sociedad dividida
en clases antagónicas no hay ni puede haber una noción única del
destino humano. Esta última siempre está condicionada socialmente.
Por eso, la fundamentación eudemonista de la moralidad no es
científica.

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