5-Experiencia

Experiencia

Diccionario filosófico marxista · 1946:109-110

Experiencia

Por experiencia se entiende habitualmente el experimento, la
comprobación de nuestros conocimientos por vía de laboratorio o
mediante la observación de los fenómenos en la realidad circundante.
En filosofía, la experiencia es interpretada en forma materialista y
en forma idealista. Según la interpretación del materialismo
dialéctico, experiencia supone la presencia del mundo material
objetivo que existe independientemente de la conciencia del hombre.
El concepto de experiencia, desde el punto de vista del marxismo,
incluye todo el conjunto de la práctica social de los hombres. La
experiencia se crea en el proceso de la acción recíproca social entre
el hombre y el mundo exterior, en el proceso de la actividad práctica,
y en primer lugar de la actividad material-productora, por medio de la
que el hombre modifica la Naturaleza y se modifica a sí mismo. A
juicio de los idealistas (por ejemplo, los machistas), en la
experiencia nos relacionamos, no con objetos materiales y con
fenómenos materiales, sino con nuestras sensaciones, con nuestras
propias experimentaciones, únicamente. El sentimiento religioso, por
ejemplo, es considerado por ellos como una demostración “experimental”
de la existencia de dios.

Diccionario de filosofía y sociología marxista · 1959:33

Experiencia

Por experiencia se entiende, corrientemente, la experimentación o
verificación de nuestros conocimientos, mediante la observación de los
fenómenos, ya sea en el laboratorio o en la realidad objetiva.

En filosofía, la experiencia se explica en forma materialista o
idealista. Para el materialismo dialéctico, la experiencia supone la
presencia del mundo objetivo material, que existe independientemente
de la conciencia del hombre. La experiencia se constituye en el
proceso de la interacción entre el hombre social y el mundo exterior,
en el proceso de la actividad práctica, durante el cual el hombre
modifica la naturaleza y a sí mismo. A juicio de los idealistas (por
ejemplo, los machistas), nosotros tratamos, en la experiencia, no con
objetos materiales y fenómenos, sino nuestras propias impresiones
pasadas. El sentimiento religioso, por ejemplo, ellos lo consideran
como una demostración “experimental” de la existencia de Dios.

Diccionario filosófico abreviado · 1959:180

Experiencia

En el sentido estrecho de la palabra: verificación experimental de
nuestros conocimientos en laboratorio o mediante la observación de la
realidad. La concepción marxista de la experiencia engloba el
conjunto de la práctica social de los hombres: la actividad recíproca
entre los hombres y el mundo exterior, la actividad práctica humana y,
ante todo, la producción material por cuyo medio el hombre transforma
la naturaleza y se transforma a sí mismo. La experiencia así
concebida constituye la base del conocimiento y el criterio de la
verdad. Según la concepción idealista (el “machismo”, por ejemplo),
en la experiencia no nos encontramos frente a los objetos y fenómenos
materiales, sino a nuestras propias sensaciones, a nuestras propias
emociones. La filosofía reaccionaria contemporánea (pragmatismo,
positivismo) especula con la noción de “experiencia” a la que
desnaturaliza, para reafirmar el idealismo. A la manera del
“machismo”, entiende por experiencia el conjunto de sensaciones, su
estado y sus efectos. En su Materialismo y empiriocriticismo (ver),
Lenin muestra que los adeptos del empiriocriticismo, del
empiriomonismo, etc., recurren a esta noción a fin de hacerse pasar
por “realistas” y disimular su flagrante idealismo subjetivo. La
noción de “experiencia”, indica Lenin, puede ser interpretada en un
sentido materialista o idealista. Por eso, no se puede considerar
como materialista todo filósofo que invoque la experiencia. Al
criticar severamente a Plejanov (ver) por haber calificado de
materialista la tesis del “machista” Carstanjen sobre la experiencia
como “objeto de estudio”, Lenin puntualiza que todo depende de la
manera como se comprenda la experiencia: “…bajo la palabra
experiencia pueden indudablemente cobijarse tanto la línea
materialista como la línea idealista de la filosofía, igual que la de
Hume y la de Kant, pero ni la definición de la experiencia como objeto
de investigación, ni su definición como medio de conocimiento,
resuelven nada en este sentido” (Lenin, Materialismo y
empiriocriticismo, p. 163. Ediciones Pueblos Unidos, Montevideo,
1948).

Sólo el materialismo ofrece una definición científica de la
experiencia, considerada como práctica humana que actúa sobre la
naturaleza objetiva e independiente de la conciencia humana, y la
transforma con ayuda de los instrumentos de producción creados por los
hombres. La concepción materialista de la experiencia es de gran
importancia para la teoría del conocimiento, para la ciencia, para la
actividad revolucionaria de la clase obrera. Toda teoría científica
se apoya en la experiencia, y representa su generalización, su
balance.

Diccionario filosófico · 1965:164-165

Experiencia

  1. En filosofía y en el sentido tradicional, reflejo sensorial y
    empírico del mundo exterior. Alcanzó gran difusión el punto de vista
    según el cual la experiencia es la única fuente de todo saber
    (Empirismo, Sensualismo). Con esto, el materialismo reconocía la
    fuente de la experiencia como exterior, objetiva, independiente de la
    conciencia. El carácter contemplativo del materialismo anterior a
    Marx se traducía en el hecho de concebir la experiencia tan sólo como
    resultado de la percepción pasiva del mundo exterior. Pero la
    experiencia sensorial de por sí no proporciona un saber universal y
    necesario, capta sólo la faceta externa, superficial, de los fenómenos
    del mundo objetivo. Como reacción contra las insuficiencias del
    materialismo contemplativo en la interpretación del concepto de
    experiencia, surgieron, por una parte, el racionalismo, y por otra, la
    concepción idealista-subjetiva y agnóstica de la experiencia. Esta
    última concepción reducía la experiencia a distintos estados de la
    conciencia del sujeto (vivencias, sensaciones, percepciones,
    enunciados verbales, formaciones teóricas del pensar), y en lo tocante
    a la fuente de la experiencia, o la ignoraba o la declaraba
    incognoscible en principio. Kant adoptó en este problema una posición
    especial. Creía que las acciones caóticas del objeto (“cosa en sí”)
    sobre la conciencia se transforman en experiencia tan sólo como
    resultado de la actividad ordenadora de las formas apriorísticas
    (preexperimentales) del entendimiento. Sin embargo, en el
    planteamiento que hace Kant del problema, a pesar del idealismo, se
    encuentra un sentido racional, precisamente la idea de que, en la
    cognición, el pensar del sujeto es activo. El positivismo moderno,
    reduciendo la experiencia a las sensaciones, a las vivencias
    sensoriales del hombre, etc., niega, en esencia, la posibilidad y la
    necesidad de plantear y resolver el problema que trata de qué existe
    tras esa experiencia, es decir, el problema relativo a la existencia
    del mundo real, independiente de la conciencia, por considerarlo un
    “seudo problema”. Utilizando los resultados de la filosofía
    precedente y prosiguiendo las tradiciones del materialismo, el
    marxismo superó el carácter contemplativo de la interpretación de la
    experiencia: reconoce que la experiencia es secundaria, derivada
    frente a la realidad objetiva, y no la define como contenido pasivo de
    la conciencia, sino como influencia práctica del hombre sobre el mundo
    exterior. En el proceso de esta acción, se descubren las conexiones
    necesarias, las propiedades y leyes de los fenómenos, se buscan y
    ensayan los métodos y recursos adecuados de actividad, etc. De este
    modo, la experiencia se entiende como interacción del sujeto social
    con el mundo exterior y como resultado de tal interacción. Así
    concebida, 1a experiencia se funde con todo el conjunto del hacer
    práctico social. La experiencia sirve de recurso importantísimo para
    el enriquecimiento de la ciencia, para el desarrollo de la teoría y de
    la práctica.
  2. También se da el nombre de experiencia{1} al experimento
    científico y a la observación.

{1} Incorrectamente en castellano. (Nota de la edición española).

Diccionario de filosofía · 1984:159-160

Experiencia

En filosofía, en el sentido tradicional, reflejo empírico-sensorial
del mundo exterior. Se divulgó ampliamente el punto de vista de que
la experiencia es la única fuente de todo saber (Empirismo,
Sensualismo). Cabe decir que el materialismo reconocía la fuente
externa, objetiva e independiente de la conciencia, de la experiencia.
El carácter contemplativo del materialismo premarxista se manifestó en
que este problema se comprendía de modo que la experiencia sólo se
consideraba como resultado de la percepción pasiva del mundo externo.
Pero la experiencia sensorial de por sí no proporciona un saber
universal y necesario, sino que sólo capta el aspecto externo,
superficial, de los fenómenos del mundo objetivo. Como reacción a las
deficiencias del materialismo contemplativo en la interpretación del
concepto de experiencia surgieron, por una parte el racionalismo y,
por la otra, la concepción idealista subjetiva y agnóstica de la
experiencia. Esta última reducía la experiencia a los distintos
estados de la conciencia del sujeto (vivencias, sensaciones,
percepciones, enunciados verbales, construcciones teóricas del
pensamiento) y obviaba la fuente de la experiencia o la proclamaba
incognoscible por principio. Kant mantenía un punto de vista original
al respecto. Consideraba que las influencias caóticas del objeto
(“cosa en sí”) sobre la conciencia se convierten en experiencia tan
sólo en virtud de la actividad ordenadora de las formas apriorísticas
(anteriores a la experiencia) del raciocinio. Ahora bien, en el
planteamiento de la cuestión por Kant, a pesar del idealismo, existe
un sentido racional: idea sobre el carácter activo del pensamiento del
sujeto en el curso del conocimiento. Al reducir la experiencia a las
sensaciones y vivencias sensoriales del hombre, etc., el positivismo
moderno niega de hecho la posibilidad y necesidad de plantear y
resolver la cuestión de qué es lo que está detrás de tal experiencia,
es decir, de la existencia del mundo real, independiente de la
conciencia. Valiéndose de los adelantos de la filosofía precedente y
continuando las tradiciones del materialismo, el marxismo superó el
carácter contemplativo de la interpretación de la experiencia: al
reconocer la experiencia como secundaria y derivada de la realidad
objetiva, la filosofía marxista no la define como contenido pasivo de
la conciencia, sino como influencia práctica que el hombre ejerce
sobre el mundo externo. En el proceso de esta influencia se ponen de
manifiesto las concatenaciones, propiedades y regularidades necesarias
de los fenómenos, se buscan y se ensayan los métodos y medios
racionales de actividad, etc. Así pues, la experiencia entiende como
interacción del sujeto social con el mundo exterior y también como
resultado de tal interacción. En esta concepción, la experiencia se
funde directamente con toda la práctica social colectiva. La
experiencia es un importantísimo medio de enriquecimiento de la
ciencia y de desarrollo de la teoría y la práctica. Experiencia se
llama también al experimento científico y a la observación.

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