5-Forma y contenido

Forma y contenido

Diccionario filosófico marxista · 1946:120-121

Forma y contenido

En la Naturaleza, en la Sociedad y en el raciocinio todo tiene su
contenido y su forma. La mayoría de los sistemas filosóficos
idealistas y metafísicos establecen una separación característica
entre la forma y el contenido. El materialismo dialéctico examina la
forma y el contenido en una unidad, en la cual lo determinante es el
contenido. Las fuerzas productivas materiales constituyen el
contenido del modo social de producción. Pero las fuerzas productivas
materiales sólo son un aspecto de la producción; el otro aspecto, su
forma, son las relaciones que se establecen entre los hombres en el
proceso de producción, o sea, las relaciones de producción, las
cuales, como forma, son determinadas por las fuerzas productivas, por
el contenido. “El koljós es la forma socialista de la organización
económica, al igual que los Soviets constituyen la forma socialista de
la organización política. Tanto los koljoses como los Soviets
constituyen una conquista grandiosa de nuestra Revolución, una
conquista grandiosa de la clase obrera. Pero los koljoses y los
Soviets no son mas que una forma de organización, ciertamente
socialista, pero, en fin de cuentas, una forma de organización. Todo
depende del contenido que se le de a esta forma” (Stalin). El
contenido, el desarrollo del contenido del objeto antecede siempre al
nacimiento y desarrollo de la forma. El método dialéctico, al hacer
constar la primacía del contenido en relación a la forma, afirma al
mismo tiempo, que la forma no es algo indiferente y pasivo en relación
al contenido. La forma es activa y relativamente autónoma. La forma
influye activamente sobre el contenido, cooperando a su desarrollo o
frenándolo. Por ejemplo: las relaciones de producción en las
condiciones del capitalismo putrefacto constituyen trabas para el
desarrollo de las fuerzas productivas, detienen su ulterior
desarrollo. Un ejemplo de la plena consonancia entre el contenido y
la forma son las fuerzas productivas y las relaciones de producción en
la sociedad socialista. Las relaciones socialistas de producción
constituyen un factor poderoso de un desarrollo ilimitado de las
fuerzas productivas. Stalin hace notar el enorme valor organizador de
la forma: “¿Quién puede negar que los koljoses son, precisamente la
única forma de la economía socialista mediante la cual pueden los
millones y millones de pequeños campesinos tener acceso a las máquinas
y a los tractores, que son las palancas del auge económico, las
palancas del desarrollo socialista de la agricultura?”. La dialéctica
de las conexiones mutuas de forma y contenido radica en que, en el
proceso de su desarrollo, el contenido del objeto entra en una
contradicción, en una lucha contra la vieja forma que ya no
corresponde al nuevo contenido; esta contradicción se resuelve
mediante la destrucción, el aniquilamiento de la forma anticuada por
el nuevo contenido. “El conflicto existe, no entre un contenido y una
forma en general, sino entre una forma anticuada y un contenido nuevo
que busca una nueva forma y tiende a llegar a ella” (Stalin). Así, el
desarrollo de las fuerzas productivas llega a un agudo conflicto con
las relaciones de producción de la sociedad capitalista que se han
convertido en un freno para el ulterior desarrollo de las fuerzas
productivas. La revolución proletaria resuelve esta contradicción.
De la doctrina dialéctica sobre forma y contenido se derivan
deducciones prácticas y políticas muy importantes. Si el contenido
determina la forma, está claro que todo el trabajo de la construcción
del socialismo, de la ulterior consolidación y desenvolvimiento de los
Soviets, de los koljoses, de la cultura soviética, etc., debe ser
llevado de manera que asegure su contenido socialista. Si la forma no
es algo indiferente, pasivo en relación al contenido, está claro que
tampoco es indiferente la forma que adopte tal o cual fenómeno: sólo
la forma socialista de la organización del trabajo puede ser la fuente
de los gigantescos éxitos de la U.R.S.S. en la construcción
económica; la forma nacional de la cultura soviética facilita el
desarrollo de su contenido socialista; los Soviets, como forma estatal
de la dictadura del proletariado, facilitan el desarrollo y
consolidación del Estado socialista.

Diccionario de filosofía y sociología marxista · 1959:38

Forma y contenido

En la naturaleza, en la sociedad y en el pensamiento, todo tiene su
contenido y su forma. Las fuerzas productivas, como contenido,
coexisten en unidad con una determinada forma de las relaciones de
producción. En la unidad de forma y contenido, este último viene a
ser el determinante.

“El koljos es la forma socialista de la organización económica, como
los Soviets son la forma socialista de la organización política.
Tanto los koljos como los Soviets vienen a ser grandiosas conquistas
de nuestra revolución, grandiosas conquistas de la clase obrera.
Pero, los koljos y los Soviets representan tan sólo la forma de la
organización; en verdad, socialista, mas con todo sólo la forma de la
organización. Todo depende del contenido que se vierta dentro de esa
forma” (Stalin).

Diccionario filosófico abreviado · 1959:208-210

Forma y contenido

Categorías de la dialéctica materialista, de una gran importancia para
la concepción del desarrollo. Todo objeto, todo fenómeno de la
naturaleza y de la sociedad, posee su contenido y su forma. Por
contenido se entiende el aspecto más importante del objeto, lo que
caracteriza su esencia íntima, el fondo que se manifiesta en sus
caracteres y sus propiedades. La forma es la organización interna del
contenido, la que une en un todo los elementos del contenido, y sin la
cual, el contenido es imposible. La mayor parte de los sistemas
filosóficos idealistas y metafísicos, separan la forma del contenido.
Para el materialismo dialéctico, la forma y el contenido se hallan
indisolublemente ligados, y el contenido es el factor determinante.
Así, las fuerzas productivas materiales constituyen el contenido del
modo de producción, pero sólo representan un aspecto de la producción;
las relaciones de producción, vale decir, las relaciones entre los
hombres en el proceso de la producción, constituyen el otro aspecto.
Las relaciones de producción, como forma, están determinadas por las
fuerzas productivas, como contenido. Un tipo determinado de
relaciones de producción corresponde al nivel, al carácter de las
fuerzas productivas. El molino movido por agua, dice Marx, da una
sociedad con el señor feudal, mientras que el molino a vapor da una
sociedad con el capitalista al frente. El marxismo enseña a
considerar la forma, no como cosa que se basta a sí misma, sino como
la expresión de un contenido determinado. “El koljós es la forma
socialista de la organización económica al igual que los soviets
constituyen la forma socialista de la organización política. Tanto
los koljoses como los soviets constituyen una conquista grandiosa de
la clase obrera. Pero los koljoses y los soviets no son más que una
forma de organización, ciertamente socialista, pero, en fin de
cuentas, una forma de organización. Todo depende del contenido que se
dé a esta forma” (Stalin, “Sobre el trabajo en el campo”, en
Cuestiones del leninismo, pp. 483 y 484, Ed. esp., Moscú 1941).

Los enemigos del régimen soviético han tratado de utilizar la forma
del koljós y de los soviets para llenarlas de un contenido burgués y
contra-revolucionario. Por eso, el Partido Comunista enseña que no
debe estimar en demasía la forma, que es preciso recordar que ella no
puede desempeñar un papel independiente.

Al tiempo de poner de manifiesto la prioridad del contenido con
relación a la forma, el método dialéctico no pretende que la forma sea
un elemento indiferente, pasivo respecto al contenido. No hay
contenido sin forma ni forma sin contenido. El contenido informe deja
de ser contenido; un contenido dado, concreto, no existe más que bajo
una forma determinada. Por ejemplo, la agricultura socialista, por su
contenido, no puede existir sin una forma determinada: la forma
koljosiana. El partido del proletariado, revolucionario por su
contenido, por sus objetivos, no puede actuar eficazmente sino
revistiendo una forma determinada de organización, fundada en los
principios del centralismo democrático, en una estricta disciplina,
etc. Fuera de esta forma, el partido del proletariado no puede
cumplir su función.

La forma actúa sobre el contenido favoreciendo o trabando su
desarrollo, Por ejemplo, las relaciones de producción capitalistas, en
las condiciones del capitalismo en putrefacción, ponen trabas al auge
de las fuerzas productivas. Por el contrario, las relaciones de
producción nuevas, socialistas, en conformidad con el carácter de las
fuerzas productivas, dan libre curso al florecimiento de las fuerzas
productivas. En la U. R. S. S., la propiedad colectiva de los
medios de producción se halla plenamente de acuerdo con el carácter
social de la producción, en virtud de lo cual, las relaciones de
producción socialistas constituyen un poderoso factor de progreso
acelerado de las fuerzas productivas.

La unidad de estas dos categorías implica las contradicciones
inevitables entre ellas. El desarrollo comienza siempre por el
contenido, el elemento más movedizo en los objetos y en los procesos.
Dado que el contenido se halla en perpetuo devenir, no puede haber
correspondencia absoluta entre el contenido y la forma. Al principio,
esa contradicción no exige aún el reemplazo de la forma existente.
Pero, posteriormente, la contradicción se agrava hasta que llega el
momento en que la forma agota todas sus posibilidades y se convierte
en una traba al desarrollo. Así pues, la conexión dialéctica de la
forma y del contenido significa que en su devenir, el contenido entra
en lucha con la forma vieja que no corresponde más al contenido nuevo.
Esta contradicción se elimina cuando el contenido nuevo suprime y
elimina la forma caduca. No existe conflicto entre la forma y el
contenido en general, sino entre la forma vieja y el contenido nuevo
que busca una forma nueva y tiende hacia ella. Así la dictadura del
proletariado, instaurada a raíz de la gran Revolución Socialista de
Octubre, se hallaba en contradicción con la forma parlamentaria
burguesa del Estado. El nuevo contenido hizo nacer una forma nueva:
los soviets, forma estatal de la dictadura del proletariado.

De la concepción dialéctica de la forma y el contenido derivan
conclusiones políticas y prácticas muy importantes. Puesto que el
contenido determina la forma, es preciso organizar todo el trabajo
relativo a la edificación del socialismo, el reforzamiento y el
desarrollo de los soviets, de los koljoses, de la cultura soviética,
etc., a fin de salvaguardar su contenido socialista. Puesto que la
forma no es un elemento indiferente, pasivo con relación al contenido,
no se puede tampoco permanecer indiferente ante la forma que adquiere
tal o cual fenómeno. Por ejemplo, sólo la forma nacional de la
cultura soviética favorece, en la etapa histórica actual, su contenido
socialista. Sólo los soviets, como forma política de la dictadura del
proletariado en la U.R.S.S., favorecen el desarrollo y el
reforzamiento del Estado Socialista, etc. El partido Comunista
orienta el arte soviético por la vía del realismo socialista, en la
lucha contra toda especie de formalismo burgués, extraño a la cultura
socialista. El formalismo significa la ruptura del arte con la vida
social, con la lucha del pueblo por el comunismo, significa la
transformación de la forma en un fin en sí. En las decisiones de
postguerra sobre las cuestiones ideológicas, el Comité Central del
Partido Comunista de la Unión Soviética sometió a una crítica profunda
las supervivencias burguesas en el arte soviético, e indicó que sólo
por medio de la representación de la vida del pueblo bajo sus
múltiples aspectos, extrayendo de ella ideas profundas y participando
activamente con el pueblo en la lucha por el comunismo, puede
desarrollarse con éxito el arte soviético. Por otra parte, las
decisiones del Comité Central del Partido Comunista reclaman de los
artistas el continuo perfeccionamiento de la forma de sus obras, pues
sin una forma perfecta es imposible expresar un contenido ideológico
profundo, es imposible pintar la realidad en forma veraz.

Es preciso señalar, igualmente, que el contenido nuevo puede utilizar
tal o cual forma antigua sin romperla, sino penetrándola,
transformándola, adaptándola a sus fines. Por ejemplo, la sociedad
soviética se sirve de formas económicas antiguas tales como el dinero,
la mercancía, los bancos. Pero su contenido, sus funciones comparadas
con las de la sociedad capitalista, han cambiado fundamentalmente. Lo
único que queda en la economía socialista de esas categorías del
capitalismo, es la forma; en cuanto al fondo, han sufrido un cambio
radical conforme a las necesidades de la economía socialista.

Diccionario filosófico · 1965:190-191

Forma y contenido

Categorías filosóficas que sirven para poner de manifiesto las fuentes
internas de la unidad, de la integridad y del desarrollo de los
objetos materiales. El contenido es el conjunto de los elementos y
procesos que constituyen la base de los objetos y condicionan la
existencia, el desarrollo y la sustitución de sus formas. La
categoría de forma expresa el nexo interno y el modo de organización,
de interacción de los elementos y procesos del fenómeno tanto entre sí
como con las condiciones externas. El desarrollo de la forma y del
contenido es el de dos aspectos del mismo fenómeno, es el
desdoblamiento de lo uno, desdoblamiento que da origen a
contradicciones y conflictos que llevan a desechar la forma y a
modificar el contenido. La unidad de forma y contenido es relativa,
transitoria y se altera a raíz de los cambios, de los conflictos y de
la lucha entre una y otro. La fuente de las contradicciones entre
forma y contenido radica en la diferencia de sus funciones en el
desarrollo: el contenido es la base del desarrollo, la forma es el
modo de existencia de la cosa; el contenido posee movimiento propio,
la forma depende de él; el contenido encierra en sí posibilidades de
desarrollo sin fin, la forma lo limita; el contenido es el elemento
rector del desarrello, la forma posee una independencia relativa,
puede facilitar u obstaculizar el desarrollo, etc. El cambio de forma
tiene lugar como resultado de un cambio en el contenido mismo, lo cual
condiciona su función rectora en el desarrollo. La forma nunca
permanece invariable. Pero, el cambio de la forma, su eliminación, no
siempre se produce de golpe; lo frecuente es que tenga lugar como
resultado de una acentuación gradual de las contradicciones entre
forma y contenido. Además, sobre los cambios de forma ejercen también
determinada influencia condiciones exteriores, factores y nexos que no
conciernen directamente al contenido. La forma posee una
independencia relativa que se intensifica tanto más cuanto mayor es la
historia de la forma dada. La estabilidad de la forma es un factor
que garantiza el desarrollo progresivo del contenido. Pero esa misma
estabilidad que en las primeras etapas estimula el desarrollo, se
transforma con el tiempo en fuente de conservadurismo. Las
contradicciones entre forma y contenido no lo son de una parte pasiva
y otra activa. El proceso real acontece como resultado de su acción
recíproca en cuanto contrarios que influyen acitivamente en el
desarrollo. La falta de correspondencia entre la forma y el
contenido, debida al retraso de la primera respecto al segundo, aunque
es de gran importancia para el desarrollo, caracteriza tan sólo una de
las contradicciones de este último. La solución de las
contradicciones entre forma y contenido depende del carácter que
aquéllas tengan, de su grado de desarrollo y de las condiciones en que
se produzcan. La solución puede ocurrir mediante el cambio de la
forma en consonancia con los cambios del contenido, mediante el cambio
del contenido en consonancia con la nueva forma, mediante el rechazo
de la forma, la subordinación de la vieja forma al nuevo contenido,
etc. Al pasar de un estado cualitativo a otro, o bien se liquida la
vieja forma o bien se transforma, con la particularidad de que la
vieja forma no puede liquidarse antes de que en ella misma se hayan
preparado las premisas y los elementos para pasar a una forma más
perfecta. Éste es el proceso dialéctico de la «superación», en la
cual la vieja forma raras veces se desecha por completo y de manera
absoluta; la nueva forma no siempre se convierte, de golpe, en
dominante, sino que empieza a prevalecer gradualmente; las viejas
formas aseguran el desarrollo en menor medida que las nuevas y por
este motivo la nueva forma, con el tiempo, ocupa un lugar cada vez más
importante. Semejante carácter de la «superación» de la vieja forma
hace también posible un desarrollo regresivo, la restauración de las
viejas formas. La dialéctica del contenido y de la forma se
manifiesta brillantemente en el proceso de constante renovación y
progreso de la sociedad.

Diccionario de filosofía · 1984:183-184

Lo formal y lo substancial

(lat. forma): conceptos que se usan en filosofía, lógica y
metodología de la ciencia en las siguientes acepciones principales: 1)
derivados de las categorías del contenido y forma en su intelección
filosófica general, cuando se refiere a lo formal reglas y métodos
orientados preferentemente a la investigación de la forma (estructura)
del objeto o fenómeno (métodos matemáticos, sistémico-estructurales,
etc.), mientras que las demás reglas y métodos se enfocan como lo
substancial; 2) derivados de los conceptos de contenido y forma del
pensamiento; en este caso se llama formal la investigación de las
estructuras cognoscitivas y lógicas en relativa independencia, en
primer lugar, del contenido concreto del pensamiento y, en segundo
lugar, de las propiedades y conexiones de los fenómenos naturales y
sociales como su base objetiva, mientras que lo substancial es la
investigación de las formas cognoscitivas y lógicas en ligazón
orgánica con el conjunto históricamente formado de conceptos, modelos
y abstracciones relativos al objeto de la ciencia dada, y con los
aspectos y relaciones universales de la realidad, que se expresan con
las categorías filosóficas; 3) en la lógica formal moderna y en las
bases de las matemáticas se entiende por lo formal las operaciones y
métodos sintácticos, que sólo toman en consideración la especie y el
orden de los símbolos de las expresiones idiomáticas, y por lo
substancial, las operaciones y métodos semánticos que tienen en cuenta
su significación y sentido. La diferencia entre lo formal y lo
substancial es relativa, pues en un sistema de suposiciones de partida
e idealizaciones, lo formal puede constituir lo substancial en otro
sistema, y viceversa. La relación de lo formal a lo substancial es
relación de un contenido con otro (del relativamente poco desarrollado
y abstracto al más desarrollado y concreto). Los métodos y medios
substanciales desempeñan un papel determinante en el conocimiento; la
absolutización de los componentes formales de la investigación lleva
al formalismo.

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