1-Genética

Genética

No figura en el Diccionario filosófico marxista · 1946

No figura en el Diccionario filosófico abreviado · 1959

No figura en el Diccionario filosófico · 1965

Diccionario de filosofía · 1984:193-194

Genética

(gr. genetikos: relativo al origen): ciencia sobre las leyes de la
herencia y mutabilidad de los organismos. La genética ocupa uno de
los lugares centrales en el conjunto de las disciplinas biológicas; su
objeto es el genotipo, que cumple la función de dirección de los
sistemas vivos. El surgimiento de la genética como ciencia está
asociado al descubrimiento por Mendel de las leyes de la herencia
(1866); en 1900 estas leyes fueron “redescubiertas” por H. de Vries,
K. Correns y E. Tschermak. Más tarde se formularon la teoría
cromosómica de la herencia y la concepción materialista del gen (T.
Morgan y otros). Al comienzo de su desarrollo, la genética se separó
de la teoría evolucionista de Darwin, pero esta separación fue
superada gracias al surgimiento de la genética de las poblaciones,
cuyas bases fueron sentadas por S. Chetverikov (1926). Un fenómeno
progresista en la genética fue su ruptura con el carácter mecanicista
de algunas tesis de la teoría cromosómica de la herencia, que se
expresaba en la exageración de la estabilidad del gen, la negación de
sus complicados nexos con otros componentes de la célula del organismo
y en la subestimación de los factores externos, de la integridad del
genotipo y fenotipo y su conexión en la mutabilidad individual e
histórica. Contribuyó a ello en gran medida el descubrimiento de la
acción mutágena de los rayos X (G. Filíppov, H. Muller) y los
trabajos en la esfera de la mutagénesis química (V. Sájarov, M.
Lobashov, I. Rapoport y otros). La ligazón con la selección práctica
permitió a N. Vavílov descubrir las posibilidades cuantitativas y
cualitativas del proceso de mutación en condiciones naturales. I.
Michurin desarrolló en sus obras los principios de la transformación
activa de la naturaleza viva, valiéndose de los métodos de hibridación
a distancia. Resultaron fecundos los intentos de revelar la
estructura interior del gen. A. Serebrovski y N. Dubinin formularon
la teoría céntrica del gen (1928-29), que mostró la divisibilidad del
gen en partes aisladas distribuidas en orden lineal. Numerosos
experimentos posteriores hicieron ver que precisamente el ácido
desoxirribonucleico (ADN), localizado en los cromosomas, constituye la
base química de la especificidad del gen, que precisamente aquí “está
escrita” la información hereditaria (genética), de acuerdo con la cual
se realiza la síntesis molecular y, en última instancia, la
autorreproducción de la célula y de la naturaleza viva en su conjunto.
En el estudio de la estructura molecular de las bases materiales de la
herencia desempeñaron un gran papel las investigaciones de N. Koltsov
(1927), el descubrimiento por J. Watson y F. Crick del modelo
estructural del ADN, que tiene forma de espiral doble (1953), etc. En
los últimos decenios se desarrolla cada vez más una fructífera
relación de la genética con todas las esferas del conocimiento
biológico, con la agricultura práctica, con la medicina, la
microbiología y la biología cósmica. La búsqueda científica en la
genética transcurría en el contexto de una enconada lucha filosófica
entre el materialismo y el idealismo, entre la dialéctica y la
metafísica. Pero el materialismo siempre constituía la base
teórico-metodológica del progreso de la genética, pues el estudio de
las propiedades objetivas de la herencia generaba entre los genetistas
concepciones materialistas espontáneas. El impetuoso desarrollo de la
genética va acompañado de la superación de la estrechez mecanicista y
del crecimiento de la necesidad de la metodología dialéctica, a medida
que maduran las condiciones necesarias para resolver el problema de la
parte y el todo (relación del gen con el genotipo) y del determinismo
(relación del gen con el rasgo, del genotipo con el fenotipo y del
proceso de mutación con el de evolución) y para tomar conciencia del
carácter sistémico de los métodos científicos particulares del
análisis genético. La genética se desarrolla aumentando su contenido
humanitario y socio-moral progresista. Lo último es de particular
importancia para la genética del hombre, la genética médica y la
ingeniería genética, en las cuales el hombre no es sólo sujeto, sino,
también, el objeto principal del conocimiento. La eficacia del
enfoque marxista de la genética estriba en que permite descubrir la
endeblez científica de las especulaciones ideológicas burguesas sobre
el conocimiento científico natural del hombre (racismo, neoeugenesia,
etc.). Los principios dialéctico-materialistas de la reproducción
teórica del proceso de formación del hombre integral constituyen la
base ideológica y metodológica de las investigaciones sistemáticas del
hombre en la unidad de sus aspectos sociales y biológicos (en
particular, genéticos).

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