4-Historia de la filosofía como ciencia

Historia de la filosofía como ciencia

Diccionario filosófico marxista · 1946:133-135

Historia de la filosofía como ciencia

Los gérmenes de la ciencia filosófico-histórica existían ya en la
Grecia Antigua. En algunos diálogos de Platón se hace mención de las
concepciones filosóficas de pensadores que le precedieron y de los que
eran contemporáneos suyos. En el libro I de la Metafísica (ver) de
Aristóteles se exponen y critican a la vez las concepciones de los
jónicos, de Heráclito, Demócrito, de los eleáticos y de Platón. En la
Física de Aristóteles se trata también de una serie de sistemas
filosóficos naturalistas. En el siglo XIII, con el despertar del
interés por Aristóteles y por la cultura antigua en general, aumenta
enormemente el interés por la historia do la filosofía, pero los
conocimientos de los europeos de aquel entonces eran todavía muy
pobres, en este dominio, limitándose a fragmentos de las obras de
Platón y de Aristóteles, traducidas muchas veces además no del griego,
sino del árabe o del sirio. Durante la época del Renacimiento y en
los tiempos posteriores hasta cerca del siglo XIX, se iban acumulando
paulatinamente los conocimientos sobre los problemas
filosófico-históricos, se iban publicando algunas monografías que
aclaraban la filosofía de tal o cual pensador. Sin embargo, no había
aún una exposición sistemática del curso, sujeto a leyes, del
desarrollo del pensamiento filosófico en su lógica interna, en la
continuidad de sus ideas. Cada uno de los filósofos declaraba todos
los sistemas filosóficos precedentes como errados, y toda la historia
del pensamiento filosófico era presentada como una original galería de
disparates. Con su Historia de la Filosofía, en tres tomos, Hegel fue
el primero en presentar la historia de la filosofía como una ciencia.
El carácter general de su dialéctica idealista determinó también los
principios de la construcción hegeliana de la ciencia
filosófico-histórica. Por primera vez, Hegel comenzó a examinar la
historia de la filosofía como un proceso del conocimiento en el que
las fases superiores llevan implícitas las inferiores en calidad de
momentos suyos, y en el que cada fase transitoria es un eslabón
inevitable en toda la cadena del proceso del desarrollo. Este
planteamiento auténticamente histórico de la filosofía está vinculado
a la concepción puramente idealista de su interpretación. La historia
de la filosofía era tratada por Hegel como el proceso del desarrollo
sucesivo de las ideas, en el que se realiza el autodesarrollo del
espíritu absoluto. Los distintos estadios en el desenvolvimiento de
la filosofía denotan diversas fases del autoconocimiento del espíritu
absoluto. Por eso, la sucesión de los sistemas en la historia de la
filosofía es idéntica a la sucesión de las categorías en la definición
de las ideas. De acuerdo con ello, los eleáticos, particularmente
Parménides, expresaron con sus sistemas, a juicio de Hegel, el
concepto del ser puro. El concepto del no ser puro, como reverso del
concepto del ser puro, existía en la filosofía budista, y la síntesis
del ser y del no-ser –el devenir–, en la filosofía de Heráclito. De
la misma manera examinaba Hegel toda la historia posterior de la
filosofía. Consideraba su propio sistema como la culminación del
desarrollo filosófico, puesto que en dicho sistema, desde el punto de
vista de su autor, el espíritu absoluto había llegado definitivamente
a su autoconocimiento. La grandiosa construcción filosófico-histórica
de Hegel padece de un esquematismo extraordinario: los hechos
concretos de la historia de la filosofía son subordinados forzadamente
a la idea concebida de antemano. Todo ello, sin embargo, no disminuye
el enorme valor de la Historia de la filosofía hegeliana, como una
obra que sienta las bases de esta disciplina científica. El
desarrollo ulterior de la historia burguesa de la filosofía, aún en
sus representantes como Kuno Fischer, Windelband, Ueberweg-Heinze, no
logró después de Hegel ni una sola concepción generalizadora amplia
que mereciera atención. La ciencia burguesa no dispone de una
concepción filosófico-histórica única. La primera historia
auténticamente científica de la filosofía fue creada por el
marxismo-leninismo que, utilizando la médula racional de la concepción
filosófico-histórica de Hegel, creó la ciencia filosófico-histórica
basada en el materialismo histórico. Como cualquier otra forma de la
conciencia social, también la filosofía y el curso de su desarrollo
son determinados por el desarrollo de la existencia social, en última
instancia, por el curso del desarrollo económico de la sociedad. En
la sociedad dividida en clases, la filosofía como toda otra forma de
la conciencia social, expresa la ideología de tal o cual clase. Al
mismo tiempo que, como dice Engels, en filosofía al igual que en
religión, “la conexión de las ideas con las condiciones materiales de
la vida humana es aún más compleja y dificultada por eslabones
intermedios” que en las demás ideologías. La economía de la Sociedad
no se refleja en la filosofía de una manera directa e inmediata, sino
a través de una serie de eslabones intermedios: política, moral,
derecho, ciencias naturales y sociales, etc. Los intentos de ver en
la filosofía un reflejo directo de la economía y de la técnica (ver:
Schuliatikovismo), o de reducir cualquier sistema filosófico a un
reflejo inmediato de las necesidades económicas y políticas ordinarias
de la agrupación de clase a la que había pertenecido su autor, son,
por eso, una desnaturalización del método marxista-leninista de
abordar la historia de la filosofía. El marxismo-leninismo exige que
se torne en cuenta todo lo complejo y contradictorio del proceso del
reflejo de la existencia social en la filosofía, subrayando que en
última instancia el curso de su desarrollo es determinado por el
desarrollo de la economía. Además, el marxismo-leninismo tampoco
pierde de vista la lógica interna del desarrollo de la propia ciencia
filosófica, la continuidad de las ideas que en ella tiene lugar. Las
ideas, las concepciones y las teorías filosóficas, heredadas de los
anteriores períodos del desarrollo de la filosofía, se quiebran a
través del prisma de las condiciones sociales de la nueva situación
histórica. Así, la historia de la filosofía debe ser examinada como
un proceso único que se desarrolla en conexión con todo el curso del
desarrollo histórico de la sociedad. La lucha entre el materialismo y
el idealismo es la ley más importante del desarrollo de la filosofía,
y la historia científica de la filosofía debe analizar cada sistema
filosófico ante todo desde el ángulo de su pertenencia a un
determinado partido, a un determinado campo filosófico. Y esto es
válido para todas las etapas del desarrollo del pensamiento
filosófico. “La novísima filosofía tiene el mismo carácter de Partido
que la de hace dos mil años” (Lenin). Por eso, las pretensiones de
algunos filósofos de colocarse por encima de la lucha de los partidos
filosóficos, “de elevarse por encima de la contradicción del
materialismo y el idealismo” ni siquiera merecen el honor de una
crítica. Además de la clasificación de los sistemas filosóficos de
acuerdo con la solución que den al problema fundamental de la
filosofía, la historia marxista de la filosofía concede la mayor
importancia a su clasificación de acuerdo con su método filosófico
fundamental (dialéctico o metafísico). El modo marxista de abordar
los problemas filosófico-históricos excluye la interpretación
arbitraria del carácter de los sistemas filosóficos tratados, así como
la modernización de los antiguos sistemas filosóficos, y de los únicos
criterios científicos de apreciación del pensamiento filosófico del
pasado.

Diccionario filosófico abreviado · 1959:233-236

Historia de la filosofía como ciencia

La historia de la filosofía como ciencia es una creación del marxismo.
En el pasado, las tentativas de escribir una historia científica de la
filosofía habían fracasado porque esas tentativas reposaban sobre la
interpretación idealista de la historia de la sociedad y del origen de
las ideas. Cada filósofo declaraba que los sistemas filosóficos
anteriores eran sólo errores, y toda la historia de la filosofía era
presentada así como una galería de ideas falsas. La primera tentativa
apreciable de crear una historia sistematizada de la filosofía fue
realizada por Hegel. Pero este filósofo trataba el asunto como
idealista y no veía en él más que el desarrollo lógico de las ideas,
encarnación del “espíritu absoluto”. Las etapas de la historia de la
filosofía serían por lo tanto, grados de ese proceso en el curso del
cual, el “espíritu absoluto” adquiere conciencia de sí. La historia
hegeliana de la filosofía desconoce deliberadamente la corriente
materialista, denigra a los filósofos materialistas y se esfuerza en
desacreditarlos para exaltar el idealismo y afirmar que sólo la
filosofía idealista merece ser considerada como filosofía. Después de
Hegel no se ha visto ninguna doctrina digna de atención en toda la
historia burguesa de la filosofía (Kuno Fischer, Windelband,
Ueberweg-Heinze, etc.). Actualmente la historia burguesa de la
filosofía ha caído tan bajo como la propia filosofía burguesa. Los
autores burgueses de nuestros días desnaturalizan la historia de la
filosofía, de la lucha secular del materialismo contra el idealismo,
para justificar los sistemas más reaccionarios, más anticientíficos de
los siglos pasados. Los filósofos burgueses no han sido jamás capaces
de escribir una historia verdaderamente científica de la filosofía.

Una preciosa contribución al progreso de la historia de la filosofía
fue aportada por los trabajos de los filósofos rusos del siglo XIX
(particularmente por las Cartas sobre el estudio de la naturaleza de
Herzen (ver) y las obras de Chernishevski (ver). Los Ensayos sobre el
período gogoliano en la historia de la literatura rusa de
Chernishevski, revisten una importancia particular para comprender las
cuestiones relativas a la historia de la filosofía rusa).

Sólo la ideología del proletariado, el marxismo, provee el criterio
justo y las ideas directrices de una historia científica de la
filosofía. Apoyándose sólidamente en la concepción materialista de la
sociedad, la historia marxista-leninista de la filosofía pone en
descubierto las leyes reales del desarrollo de la filosofía y muestra
que la evolución de las ideas y de las teorías filosóficas refleja el
devenir social, los cambios del régimen económico de la sociedad. La
teoría marxista de la base y de la superestructura (ver Base y
superestructura) es de importancia capital para la concepción
científica de la filosofía. De igual modo que las ideas políticas,
jurídicas y demás, las ideas filosóficas constituyen una
superestructura y se modifican en función de los cambios de la base.
Como toda superestructura, las teorías filosóficas constituyen una
fuerza activa del desarrollo social y contribuyen a la consolidación
de la base. En una sociedad dividida en clases, la filosofía expresa
la ideología de tal o cual clase. Por lo tanto, es preciso encarar la
evolución y el cambio de las ideas filosóficas tomando en cuenta los
cambios de la base social. La historia de la filosofía debe, pues,
considerarse como un proceso inseparable de la historia de la
sociedad.

Los trabajos de los clásicos del marxismo-leninismo revelan
luminosamente las etapas esenciales de la historia de la filosofía,
las aprecian bajo todos sus aspectos, critican los sistemas y las
escuelas filosóficas más importantes. En su obra Ludwig Feuerbach y
el fin de la filosofía clásica alemana (ver), de importancia capital
para la historia marxista de la filosofía, Engels pone de relieve el
problema filosófico fundamental, el de las relaciones entre el
pensamiento y el ser. Esto permitió definir científicamente las
corrientes filosóficas fundamentales, y considerar la lucha del
materialismo y del idealismo como la ley principal de la historia de
la filosofía. Ciertos trabajos de Plejanov (ver), aunque no exentos
de errores, poseen de igual modo un alto valor científico. La lucha
contra los idealistas menchevizantes y los mecanicistas (ver Idealismo
menchevizante; Materialismo mecanicista) contribuyó también a
dilucidar los problemas de la historia marxista de la filosofía. En
el curso de esta lucha fueron denunciadas las deformaciones idealistas
y mecanicistas. La discusión filosófica organizada en la U.R.S.S. en
1947, por iniciativa del Comité Central del Partido Comunista,
representa un aporte precioso al progreso de la historia
marxista-leninista de la filosofía. La intervención de Zhdanov en
nombre del Comité Central del Partido Comunista, y la discusión en su
conjunto pusieron al desnudo los graves errores de la obra Historia de
la filosofía en Europa Occidental que desnaturalizaba los principios
marxistas-leninistas en la manera de abordar la historia de la
filosofía al exponerla con espíritu objetivista y menospreciando el
principio del espíritu de partido. Apoyándose en el hecho de que la
lucha del materialismo y del idealismo constituye la ley del
desarrollo de la filosofía, que sobre esta base se desarrolló la
filosofía científica materialista, Zhdanov dio una definición precisa
del objeto de la historia científica de la filosofía. Es “la historia
del nacimiento, de la aparición y del desarrollo de la concepción
materialista, científica del mundo y de sus leyes. Puesto que el
materialismo ha crecido y se ha desarrollado en la lucha contra las
corrientes idealistas, la historia de la filosofía es también la
historia de la lucha del materialismo contra el idealismo”. Dentro de
los términos de esta definición, el principio fundamental y decisivo
de la historia marxista de la filosofía, es su espíritu de partido, su
intransigencia hacia el objetivismo burgués en la apreciación de las
corrientes filosóficas hostiles a la ciencia.

Zhdanov criticó la interpretación no marxista de la historia de la
filosofía enfocada como una sucesión de escuelas con la filosofía
marxista entre ellas. “La aparición del marxismo como ideología
científica del proletariado”, decía Zhdanov, “dio fin al período
antiguo de la historia de la filosofía, cuando la filosofía era
ocupación de individuos aislados, patrimonio de escuelas compuestas de
un pequeño número de filósofos y de sus discípulos, replegados en sí
mismos, separados de la vida y del pueblo, ajenos al pueblo”.

“El marxismo no es una escuela filosófica de esa clase. Al contrario,
significa la superación de la antigua filosofía, privilegio de un
pequeño número de iniciados, de una aristocracia del espíritu, e
inaugura un período enteramente nuevo en que la filosofía se ha
convertido en un instrumento científico en las manos de las masas
proletarias que luchan por emanciparse del capitalismo”. La aparición
de la filosofía marxista debe ser considerada como un salto
revolucionario, como un verdadero vuelco en la historia del
pensamiento humano que ha hecho de la filosofía una ciencia. Esta
revolución no significa ausencia de filiación histórica. El
materialismo dialéctico es el producto del desarrollo de las ciencias,
la filosofía inclusive, en el curso del período anterior. Por eso, es
imposible comprender la filosofía marxista, su aparición, sin haber
estudiado todo el pasado de la filosofía. La filosofía marxista
asimiló y reelaboró con espíritu crítico todo lo más valioso creado
por el pensamiento humano.

La historia marxista de la filosofía debe mostrar además, cómo cambia
el objeto mismo de la filosofía en su condición de ciencia, a medida
que se desarrollan tanto la filosofía como las ciencias. Antes de la
aparición del marxismo, la filosofía era considerada como la “ciencia
de las ciencias” que englobaba todos los dominios del conocimiento.
El último sistema artificial de ese género fue el de Hegel (ver).
Semejante extensión del objeto de la filosofía tenía su justificación:
la ciencia era todavía indiferenciada, y muchas de las ciencias
positivas que aparecieron después con el desarrollo de los
conocimientos sobre la naturaleza, no existían todavía. Pero a medida
que los conocimientos sobre la naturaleza y la sociedad fueron
desarrollándose, las ciencias positivas fueron separándose de la
filosofía una tras otra. Este proceso significaba la profundización
del saber humano, y revestía una importancia enorme para las ciencias
naturales y sociales, así como para la propia filosofía. El estudio
de las leyes más generales de la naturaleza, de la sociedad y del
pensamiento, la elaboración de una teoría científica del conocimiento
basada en los datos de las ciencias concretas y de la experiencia
histórica, he ahí el objeto de la filosofía marxista.

La aparición del marxismo no señala el fin de la historia de la
filosofía. La historia marxista-leninista de la filosofía comprende
la historia, ya centenaria, de la filosofía marxista, su lucha contra
las tendencias y las escuelas reaccionarias burguesas, los desarrollos
aportados a la filosofía marxista por Lenin y sus discípulos en las
condiciones históricas nuevas, en la época del imperialismo y de las
revoluciones proletarias. A. Zhdanov criticó severamente la
separación artificial entre la historia de la filosofía occidental y
la historia de la filosofía rusa. Omitir, en el libro Historia de la
filosofía en Europa Occidental, la historia de la filosofía rusa,
significa disminuir su importancia. La historia verdaderamente
científica de la filosofía debe analizar y exponer el desarrollo de la
filosofía materialista en relación estrecha con la historia de las
ciencias de la naturaleza. Debe estar estrechamente vinculada a las
tareas actuales, ser un instrumento de la educación comunista. Todas
estas tesis resumen las ideas de Marx, Engels, Lenin y Stalin sobre la
historia de la filosofía y ofrecen una definición profunda y completa
del objeto de la historia marxista de la filosofía como ciencia.

Las obras de los clásicos del marxismo-leninismo proveen modelos de
análisis y exposiciones científicas de la historia de la filosofía.
Tales las obras de Marx y de Engels, La Sagrada Familia (ver), la
Ideología alemana (ver); Ludwig Feuerbach y el fin de la filosofía
clásica alemana (ver) y el Anti-Dühring (ver) de Engels; Materialismo
y empiriocriticismo (ver), Tres fuentes y tres partes integrantes del
marxismo, Cuadernos filosóficos (ver) de Lenin; ¿Anarquismo o
socialismo? (ver) de Stalin.

Diccionario filosófico · 1965:218-219

Historia de la filosofía (como ciencia)

Ciencia que investiga el proceso de formación y desarrollo progresivo
de la filosofía, las leyes y fases de este desarrollo, la lucha de las
escuelas, y orientaciones filosóficas. Ya en la época clásica los
filósofos (por ejemplo Aristóteles) dirigen sus miradas a las
concepciones de sus antecesores con el propósito de criticarlas o de
aprovecharlas para sus propias teorías. Al mismo tiempo, se escriben
las “recopilaciones de opiniones” y descripciones biográficas
(Diógenes Laercio, Sexto el Empírico y otros). Las obras principales
de historia de la filosofía contienen una relación más o menos
arbitraria de las “opiniones” de los filósofos hasta el siglo XVIII.
En las investigaciones sobre esta disciplina, dominaba el empirismo;
las obras poseían ante todo un sentido ilustrativo. Poco a poco, a
medida que la filosofía avanza, aparecen también elementos de un
enfoque científico de la historia de la filosofía: ésta se libera de
la influencia teológica, se hacen tentativas para aplicar en ella el
principio del historicismo, para establecer un enlace entre el
desarrollo de la filosofía y el desenvolvimiento general de la
historia y del saber científico, se va formando un espíritu crítico
para el análisis de las fuentes. Es importante para la historia de la
filosofía la aportación de filósofos materialistas (Francis Bacon,
Spinoza) así como de pensadores que se aproximaron a la idea de leyes
de la historia (Vico, Herder y otros). Ofrece especial interés la
concepción hegeliana de la historia de la filosofía. Su principio
básico estriba en la idea de que la sucesión de las ideas filosóficas
en el tiempo reproduce la sucesión de las categorías lógicas de un
sistema filosófico desarrollado, a saber: del hegeliano. Le historia
de la filosofía, según Hegel, es el proceso del desarrollo del
pensamiento hacia el conocimiento de la verdad (de la idea absoluta);
la verdad sólo puede ser descubierta en la historia toda del
pensamiento humano. Cada determinación de la verdad tal como se
expresa en una concepción particular del mundo o sistema, es
históricamente limitada, incompleta y unilateral. El nacimiento de un
nuevo sistema filosófico eleva el pensamiento a un grado más elevado,
concreto y desarrollado de la categoría lógica. La concepción de
Hegel contiene valiosas conjeturas: la idea del desarrollo necesario y
sujeto a ley de la filosofía, la idea de la dependencia en que se
halla este desarrollo respecto a la historia de la sociedad y del
conocimiento, etc. Sin embargo, esta concepción en su conjunto es
inaceptable, en virtud de su carácter idealista: Hegel representa la
historia de la filosofía como autodesarrollo del espíritu absoluto, lo
cual conduce a muchos errores en cuanto a los hechos, lleva e
tergiversar la historia real. Se deben valiosas ideas para la
elaboración de la historia científica de la filosofía a pensadores
rusos del siglo XIX, sobre todo a Herzen. Ello no obstante, la
filosofía premarxista, como la filosofía burguesa de nuestros días, no
podía convertir la historia de la filosofía en una ciencia. Por lo
que respecta a los problemas metodológicos, la historia burguesa de la
filosofía ha dado un sensible paso atrás, en la segunda mitad del
siglo XIX y en el siglo XX, incluso en comparación con Hegel. Una
visión científica de la historia de la filosofía sólo puede obtenerse
partiendo del materialismo dialéctico e histórico. La filosofía
marxista, en primer lugar, establece las leyes objetivas del
desarrollo de todas las formas de la conciencia social; en segundo
lugar, revela la estructura y las particularidades del conocimiento
científico, única cosa que hace posible proceder a la investigación
científica de su historia. En la historia científica de la filosofía,
el lugar central se halla ocupado por el estudio de la historia del
desarrollo, de la formación y de la lucha entre el materialismo y el
idealismo, y entre la dialéctica y la metafísica. En el proceso del
desarrollo de la filosofía, las concepciones materialistas científicas
desplazan –basándose en el progreso del conocimiento y de la actividad
práctica de los hombres– a las concepciones idealistas no científicas.
El análisis marxista de la historia de la filosofía comprende, como
elemento importante, el espíritu de partido en la valoración de las
escuelas y direcciones (Espíritu de partido en filosofía). Huelga
decir que semejante criterio no significa hacer caso omiso de los
elementos positivos alcanzados en el marco de la filosofía idealista.
El análisis científico de la historia de la filosofía parte de la
necesidad de considerar la evolución de esta última como un proceso
condicionado por la evolución económica, social y política, de valorar
las ideas y los sistemas filosóficos (en última instancia) como
expresión de los intereses y de la ideología de clases y grupos
sociales, como reflejo de las exigencias de la práctica
productivo-social y del desarrollo del conocimiento científico. Ahora
bien, no basta hallar el denominado “equivalente social” de una
construcción teórica; es necesario, ante todo, determinar por qué un
régimen social concreto, el conjunto de las condiciones históricas,
han dado origen precisamente al sistema filosófico en cuestión y no a
otro. De otro modo no es posible evitar las simplificaciones y la
aproximación materialista vulgar entre economía y filosofía. El
enfoque materialista dialéctico de la historia de la filosofía permite
presentarla como un proceso único, mostrar las conexiones necesarias
de las diferentes escuelas y direcciones, el progreso en la resolución
de los problemas filosóficos, el lazo de la historia de la filosofía
con la historia del conocimiento en general. Entonces, los intentos
–reiterados en la historia– de resolver los problemas, cualesquiera
que sean (metodología del conocimiento científico, relación entre
racionalismo y empirismo, entre lo general y lo particular, entre lo
concreto y lo abstracto, naturaleza de la actividad humana y otros)
dejan de ser considerados como un desarrollo condicionado por un fin
inmanentemente propio de la filosofía, y se presentan como hitos
peculiares en el camino de la historia de la sociedad y del
conocimiento. Dado que la historia de la filosofía es el proceso que
ha seguido el conocimiento filosófico del mundo, en ella han de
establecerse las conexiones directas entre el desarrollo histórico del
conocimiento humano y su estructura y lógica internas. En este lugar
resulta patente el principio dialéctico de la unidad entre lo lógico y
lo histórico: la historia del objeto (y la filosofía) se halla
indisolublemente vinculada a su estructura lógica desarrollada: el
proceso de formación de la ciencia es inseparable del estado
desarrollado de la misma y sólo desde el punto de vista de este ultimo
aquél puede ser rectamente comprendido. Esto es, precisamente, lo que
abre el camino a la comprensión de las leyes que rigen el desarrollo
de la filosofía, lo que ayuda a comprender el valor y el significado
reales, de las concepciones y de las ideas que surgen históricamente.
Al mismo tiempo, no es posible desgajar la historia de la filosofía de
la historia de las ciencias naturales en su conjunte ni de la práctica
histórico-social. La filosofía debe constituir una elaboración
dialéctica de la historia del pensamiento, de la ciencia y de la
técnica. El estudio de la historia de la filosofía tiene gran
importancia para al avance de la ciencia filosófica moderna. La
filosofía marxista ha asimilado todo cuanto de positivo ha creado el
pensamiento humano en el transcurso de su desarrollo. El estudio de
la historia de la filosofía es necesario para el progreso y
perfeccionamiento de los métodos modernos aplicados en la
investigación científica y en la transformación práctica del mundo,
para elevar la cultura filosófica. “…El pensar teórico –escribió
Engels– no es un don natural sino en lo que a la capacidad se refiere.
Esta capacidad ha de ser cultivada y desarrollada y hasta hoy, no
existe más remedio para su cultivo y desarrollo que el estudio de la
filosofía anterior” (Dialéctica de la naturaleza, ed. rusa, pág. 22
– Anti-Dühring, E.P.U., 1961, pág. 402).

Diccionario de filosofía · 1984:209-210

Historia de la filosofía

Ciencia que investiga el proceso de devenir y desarrollo progresivo de
la filosofía, las regularidades y fases de este desarrollo y la lucha
entre las escuelas y corrientes filosóficas. La remisión de los
filósofos a las opiniones de sus predecesores con el fin de
criticarlas o utilizarlas en sus propias concepciones surge ya en la
época antigua (por ejemplo, en Aristóteles). En aquel mismo período
se crean los denominados “códigos de opiniones” de los filósofos y sus
biografías (Diógenes Laercio, Sexto el Empírico y otros). Las
principales obras dedicadas a la historia de la filosofía hasta el
siglo 18 enumeran más o menos arbitrariamente las “opiniones” de los
filósofos. En las investigaciones histórico-filosóficas dominaba el
empirismo y tenían principalmente una significación iluminista.
Gradualmente, al desarrollarse la filosofía, se forman elementos del
enfoque científico de la historia de la filosofía, que se despoja de
la influencia teológica, se intenta aplicar a ella el principio del
historicismo, y establecer la conexión del desarrollo de la filosofía
con el desarrollo general de la historia y los conocimientos
científicos; se forma el enfoque crítico de las fuentes. Hicieron un
importante aporte a la historia de la filosofía los filósofos
materialistas (F. Bacon, Spinoza), así como los pensadores próximos a
la idea de la regularidad histórica (Vico, Herder y otros). Especial
interés presenta la concepción hegeliana, según la cual la historia de
la filosofía es el proceso de desarrollo del pensamiento en la
concientización de la verdad (de la idea absoluta); la verdad puede
ser sólo revelada en toda la historia del pensamiento humano. La
concepción de Hegel contiene valiosos asertos: la idea sobre el
desarrollo necesario y lógico de la filosofía y la dependencia de éste
respecto a la historia de la sociedad y del conocimiento, la historia
de la filosofía, como comprensión en desarrollo de la verdad, etc.
Ahora bien, esta concepción en su conjunto es inadmisible en virtud de
su carácter idealista: Hegel presenta la historia de la filosofía como
autodesarrollo del espíritu absoluto, lo cual conduce a la
desfiguración de la historia real. En la elaboración de la historia
científica de la filosofía, valiosas ideas pertenecen a los pensadores
rusos del siglo 19, en particular, a Herzen. No obstante, la
filosofía premarxista no podía convertir la historia de la filosofía
en ciencia. La historia de la filosofía burguesa de la segunda mitad
de los siglos 19-20 dio un paso considerable en la esfera de los
problemas metodológicos incluso en comparación con Hegel. El enfoque
científico de la historia de la filosofía sólo es posible desde el
punto de vista del materialismo dialéctico e histórico. En primer
lugar, la filosofía marxista establece las regularidades objetivas del
desarrollo de todas las formas de conciencia social: en segundo lugar,
pone de manifiesto la estructura y las peculiaridades del conocimiento
científico, lo cual precisamente permite investigar su historia de
modo científico. En la historia científica de la filosofía ocupa un
lugar central el estudio de la historia del desarrollo, la formación y
la lucha entre el materialismo y el idealismo, y entre la dialéctica y
la metafísica. En el proceso de desarrollo de la filosofía, los
criterios científicos, materialistas desplazan, sobre la base del
progreso del conocimiento y la actividad práctica de los individuos,
las opiniones acientíficas, idealistas. El análisis marxista de la
historia de la filosofía incluye, como importante elemento, el
partidismo en la valoración de unas u otras escuelas y corrientes
(Partidismo de la filosofía). Semejante enfoque no significa, por
supuesto, el rechazo de los elementos del conocimiento positivo
alcanzados en el marco de la filosofía idealista. El análisis
científico de la historia de la filosofía parte de la necesidad de
enfocar el desarrollo de la filosofía como proceso determinado por la
evolución socioeconómica y política de la sociedad y valorar las ideas
y los sistemas filosóficos (en fin de cuentas) como expresión de los
intereses y la ideología de unas u otras clases y grupos sociales,
como reflejo de las demandas de la práctica socio-histórica y del
progreso del conocimiento científico. Es necesario determinar también
la causa por la cual el régimen social dado y todo el conjunto de las
condiciones históricas engendraron precisamente este y no otro sistema
filosófico. De otro modo es imposible evitar las simplificaciones y
la comprensión materialista vulgar de las relaciones entre la economía
y la filosofía. El enfoque materialista dialéctico de la historia de
la filosofía permite presentarla como proceso único y mostrar las
conexiones necesarias de las distintas escuelas y corrientes y el
progreso en la solución de los problemas filosóficos. Puesto que la
historia de la filosofía es el proceso de desarrollo del conocimiento
filosófico del mundo, por tanto en ella deben ser establecidos los
nexos directos entre el desarrollo histórico del conocimiento humano y
su estructura y lógica internas. En este caso se manifiesta
palmariamente el principio dialéctico de la unidad entre lo histórico
y lo lógico: la historia del objeto (de la filosofía) está vinculada
indisolublemente con su estructura lógica desarrollada; desde el punto
de vista de su estado desarrollado sólo puede ser comprendido
correctamente el proceso de devenir de la ciencia. Precisamente ello
abre el camino que lleva a la comprensión de las regularidades del
desarrollo de la filosofía, así como ayuda a concientizar el lugar y
el significado reales de las concepciones e ideas que surgen
históricamente. Al mismo tiempo, la historia de la filosofía no puede
separarse de la historia de todo el conjunto de las ciencias y de la
práctica socio-histórica. La filosofía debe constituir una
interpretación dialéctica de la historia del pensamiento, la ciencia y
la técnica. El estudio de la historia de la filosofía tiene gran
importancia para el desarrollo de la ciencia filosófica moderna. La
filosofía marxista asimiló todo lo creado por el pensamiento humano en
los siglos de su desarrollo, por lo cual la historia de la filosofía
constituye una importante parte integrante de la filosofía del
marxismo. El estudio de la historia de la filosofía es necesario para
el desarrollo de los métodos modernos de investigación científica y
transformación práctica del mundo, para la elevación de la cultura
filosófica.

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