4-Igualdad

Igualdad

Diccionario filosófico marxista · 1946:153-154

Igualdad

Las diversas clases sociales dan al concepto de “igualdad” un
contenido de principio diferente. La igualdad, según la
interpretación burguesa, supone la igualdad jurídica de los ciudadanos
ante la ley, conservándose la explotación del hombre por el hombre y
subsistiendo la desigualdad política y patrimonial de las masas
trabajadoras. Por eso, la igualdad burguesa es una igualdad formal.
La consigna de igualdad que desempeñó un papel progresista en el
período de la lucha revolucionaria de la burguesía contra la
desigualdad feudal de castas y contra el feudalismo en general, con el
triunfo de la burguesía se convirtió en un medio de engaño de las
masas oprimidas por el capitalismo. Las teorías pequeñoburguesas
sobre la igualdad obtuvieron una amplia difusión principalmente en la
primera mitad del siglo XIX, cuando con una fuerza especial comenzó a
manifestarse el carácter formal y mendaz de la igualdad burguesa. Los
ideólogos pequeñoburgueses (Proudhon, Stirner y otros) trataron de
ampliar el concepto burgués de igualdad, complementándole con la
demanda de nivelar a los hombres en el terreno de las relaciones de
posesión. Sin embargo, la interpretación pequeñoburguesa de la
igualdad es incompleta y utópica, puesto que no parte de la necesidad
de la abolición de las clases, de la desigualdad de clase y de la
explotación. Los defensores pequeñoburgueses de la igualdad no
plantearon el problema de la abolición de la propiedad privada, ni la
socialización de los medios de producción. Entendían la igualdad como
la igualdad en la posesión de la propiedad privada. En las
condiciones del socialismo triunfante ya en la U.R.S.S., han surgido
tentativas de resucitar las concepciones pequeñoburguesas sobre la
igualdad, manifestándose en la demanda de nivelar a los hombres en el
terreno del consumo y de la manera de vivir, independientemente de la
calidad y de la cantidad de su trabajo social. En las condiciones de
la Unión Soviética, esta prédica del igualitarismo adquiere un
carácter reaccionario. La definición clásica de la interpretación
proletaria y marxista de la igualdad, la ha dado Stalin: “El marxismo
entiende por igualdad, no la nivelación de las necesidades y de la
vida personal, sino la abolición de las clases, es decir: a) la
liberación igual de todos los trabajadores de la explotación, después
del derrocamiento y de la expropiación de los capitalistas; b) la
abolición, igual para todos, de la propiedad privada de los medios de
producción, después de que estos últimos han pasado a ser propiedad de
toda la sociedad: c) el deber, igual para todos, de trabajar según sus
capacidades, y el derecho, igual para todos los trabajadores, de ser
remunerados según su trabajo (sociedad socialista): d) el deber, igual
para todos, de trabajar según sus capacidades, y el derecho, igual
para todos los trabajadores, de ser remunerados según sus necesidades
(sociedad comunista). Según esto, el marxismo parte del hecho de que
los gustos y las necesidades de los hombres no son ni pueden ser unos
y los mismos en cantidad o en calidad, ni en el período del socialismo
ni en el del comunismo. Esta es la concepción marxista de la
igualdad” (Stalin). Las conquistas históricas en el terreno de la
realización de la igualdad efectiva en la U.R.S.S. están fijadas y
sancionadas en la Constitución staliniana.

Diccionario filosófico abreviado · 1959:251-252

Igualdad

Las diferentes clases sociales dan a la noción de igualdad un
contenido fundamentalmente diferente. La burguesía no admite más que
la igualdad ante la ley y deja intactas la explotación del hombre por
el hombre, la desigualdad política, la desigualdad en la posesión de
bienes, y perpetúa la servidumbre de las masas trabajadoras. De ese
modo, la igualdad burguesa no es más que una igualdad puramente
formal. La consigna de igualdad, que había desempeñado un papel
progresivo en la época de la lucha revolucionaria de la burguesía
contra la desigualdad feudal y contra el feudalismo en general, se
transformó, después de la victoria de la burguesía, en un medio de
engañar a las masas oprimidas.

Durante la primera mitad del siglo XIX cuando el carácter formal y
falso de la igualdad burguesa había comenzado a manifestarse con
particular fuerza, las teorías igualitarias pequeño-burguesas gozaron
de una gran popularidad. Los ideólogos pequeño-burgueses (Proudhon,
ver, Stirner, etc.) se esforzaron por ampliar la noción burguesa de
igualdad, reivindicando también la igualdad en las relaciones de
fortuna. La concepción pequeño-burguesa es reaccionaria y utópica,
pues no implica la necesidad de abolir las clases, la desigualdad de
clases y la explotación. Los defensores pequeño-burgueses de la
igualdad no preconizaban la abolición de la propiedad privada de los
medios de producción y su transformación en propiedad colectiva, sino
que comprendían la igualdad como el derecho igual a acceder a la
propiedad privada.

Después de la victoria del socialismo en la U.R.S.S. hubo tentativas
de resucitar las concepciones pequeño-burguesas bajo la forma de
igualitarismo en el consumo personal y en el modo de vida,
independientemente de la calidad y de la cantidad de trabajo aportado.
Estas tendencias tenían un carácter reaccionario. Stalin dio esta
definición científica de la concepción proletaria, marxista de la
igualdad. “El marxismo entiende por igualdad, no la nivelación de las
necesidades y de la vida personal, sino la abolición de las clases, es
decir: a) la liberación igual de todos los trabajadores de la
explotación después del derrocamiento y de la expropiación de los
capitalistas; b) la abolición igual para todos, de la propiedad
privada de los medios de producción, después que estos últimos han
pasados a ser propiedad para toda la sociedad; c) el deber, igual para
todos, de trabajar según sus capacidades, y el derecho, igual para
todos los trabajadores, de ser remunerados según su trabajo (sociedad
socialista); d) el deber, igual para todos, de trabajar según sus
capacidades, y el derecho, igual para todos los trabajadores, de ser
remunerados según sus necesidades (sociedad comunista). Según esto,
el marxismo parte del hecho de que los gustos y las necesidades de los
hombres no son ni pueden ser unos y los mismos en cantidad o en
calidad ni en el período del socialismo ni en el período del
comunismo”. (Stalin, Cuestiones del leninismo, pp. 560 y 561, Ed.
esp., Moscú, 1941).

Las realizaciones históricas, al establecer una auténtica igualdad en
la Unión Soviética, han encontrado su consagración en la Constitución
de la U.R.S.S.

Diccionario filosófico · 1965:233-234

Igualdad

  1. Concepto que denota que los hombres gozan de una misma posición en
    la sociedad, y que posee, sin embargo, distinto contenido en las
    diferentes épocas históricas y en las diversas clases. En la
    concepción burguesa, la igualdad se entiende tan sólo como igualdad
    jurídica de los ciudadanos ante la ley, pero se conserva la
    explotación del hombre por el hombre, la desigualdad de bienes y
    política, y las masas trabajadoras carecen de derechos en la práctica.
    Las teorías pequeñoburguesas de la igualdad parten del derecho de cada
    individuo a la propiedad privada, aunque según principios más o menos
    igualitarios. En ninguno de dichos casos se tiene en cuenta lo
    principal: la relación con los medios de producción. El marxismo
    parte de que la igualdad económica (esfera de la producción,
    distribución y consumo de los bienes materiales), política (esfera de
    las relaciones de clase, nacionales e interestatales) y cultural
    (esfera de la producción y distribución de los bienes espirituales) es
    imposible sin suprimir la propiedad privada sobre los medios de
    producción y sin acabar con las clases explotadoras. La igualdad
    auténtica se da por primera vez únicamente como resultado de la
    victoria del socialismo. Como bajo el socialismo se conservan todavía
    vestigios de la desigualdad social, en virtud de que aún persiste la
    diferencia entre el trabajo intelectual y el trabajo físico, de que
    rige el principio de distribución según la cantidad y calidad del
    trabajo, etc., la igualdad completa, la plena homogeneidad de la
    sociedad, se alcanzará tan sólo bajo el comunismo. El programa del
    P.C.U.S. señala cuáles son los caminos concretos que conducen a tal
    igualdad. Sin embargo, el comunismo no significa que se establezca
    una nivelación de todas las personas; ofrece, por el contrario,
    posibilidades ilimitadas a cada persona para desarrollar libremente
    sus aptitudes y sus necesidades en consonancia con sus cualidades y
    gustos individuales.
  2. En lógica, coincide con la identidad. Toda igualdad posee
    propiedades de relación simétrica, transitiva y reflexiva. De estas
    propiedades de la igualdad, se desprende, en particular, el conocido
    axioma: Dos magnitudes, cada una de las cuales es igual a una tercera,
    son iguales entre sí.

Diccionario de filosofía · 1984:223-224

Igualdad

  1. Concepto que significa la situación igual de los individuos en la
    sociedad, que, no obstante, presenta un contenido distinto en las
    diversas épocas históricas y en el seno de las diferentes clases. En
    la acepción burguesa, la igualdad sólo significa la igualdad de los
    ciudadanos ante la ley, manteniéndose la explotación del hombre por el
    hombre y la desigualdad patrimonial y política (las masas trabajadoras
    carecen en efecto de derechos). Las teorías pequeñoburguesas de la
    igualdad arrancan del derecho de cada individuo a la propiedad
    privada, pero con arreglo a principios más o menos equitativos. En
    uno y otro caso se prescinde de lo principal: la posición hacia los
    medios de producción. El marxismo parte de que sin la supresión de la
    propiedad privada sobre los medios de producción y la liquidación de
    las clases explotadoras es imposible la igualdad económica (esfera de
    producción, distribución y consumo de los bienes materiales), política
    (esfera de las relaciones de clase, nacionales e interestatales) y
    cultural (esfera de la producción, distribución y consumo de los
    bienes espirituales). Únicamente el triunfo del socialismo permite
    establecer la verdadera igualdad respecto a los medios de producción.
    Pero en la sociedad socialista se conservan aún restos de la
    desigualdad social, condicionados por el insuficiente nivel de
    desarrollo de la producción material, la existencia de las diferencias
    sustanciales entre el trabajo intelectual y el manual y entre la
    ciudad y el campo, el principio de la distribución según la cantidad y
    la calidad del trabajo, etc. Sólo en el comunismo se alcanza la plena
    igualdad. Ahora bien, la igualdad comunista no significa cualquier
    nivelación de todos los individuos, sino, por el contrario,
    proporciona a cada persona posibilidades ilimitadas para que
    desarrolle libremente sus capacidades y necesidades en conformidad con
    los gustos y cualidades individuales.
  2. En lógica, la igualdad coincide con la identidad. De las
    propiedades de la igualdad se deduce el conocido axioma: dos
    magnitudes iguales por separado a la tercera son iguales entre sí.
Comparte este artículo