Inducción y deducción
Diccionario filosófico marxista · 1946:158-159
Inducción y deducción
Inducción es el modo de razonar desde lo particular a lo general,
desde los hechos a las síntesis. Deducción es el modo de razonar
desde lo general a lo particular, desde las tesis generales a las
conclusiones particulares. Los filósofos empíricos (Bacon y otros)
atribuían una importancia exclusiva a la inducción, subordinándole la
deducción. Las filósofos racionalistas (Spinoza, Leibnitz,
Descartes), por el contrario, colocaban en primer plano la deducción.
En la concepción metafísica, la inducción y la deducción, como modos
de indagación, están mutuamente contrapuestas y se excluyen una a
otra. En cambio, la dialéctica materialista sólo las considera como
formas particulares, pero no autónomas, no aisladas, de investigación,
siendo imposible la una sin la otra. Toda deducción científica es el
resultado del previo estudio inductivo del material y se basa en este
estudio. A su vez, la inducción es auténticamente científica sólo
cuando el estudio de los fenómenos singulares, particulares, se basa
en el conocimiento de las leyes generales que rigen el proceso del
desarrollo. Hay que “tener en cuenta su conexión entre sí, su mutuo
complemento” (Engels). En El Capital, Marx hizo el análisis del
material práctico más colosal y sintetizó todo el curso del proceso de
desarrollo del capitalismo. En este trabajo empleó simultáneamente
tanto la inducción como la deducción.
Diccionario de filosofía y sociología marxista · 1959:51
Inducción y deducción
Inducción (referir): método de razonamiento que consiste en ir de lo
particular a lo general. de los hechos a las generalizaciones.
Deducción (inferir): método de razonamiento que consiste en ir de lo
general a lo particular, de las afirmaciones generales a las
conclusiones particulares.
Diccionario filosófico abreviado · 1959:258-259
Inducción y deducción
(del latín, inductio, razonamiento que va de lo particular, de los
hechos a las generalizaciones; deductio, razonamiento que va de lo
general a lo particular, de las proposiciones generales a las
conclusiones particulares.) Los filósofos empíricos (F. Bacon, ver, y
otros) atribuían a la inducción una importancia excepcional
colocándola por encima de la deducción. Los filósofos racionalistas
(Descartes, ver, Spinoza, ver, Leibniz, ver) otorgaban la prioridad a
la deducción. Para la metafísica, la inducción y la deducción son
métodos de investigación opuestos entre sí.
La dialéctica materialista ve en la inducción y en la deducción,
métodos de indagación distintos pero no independientes. El uno es
imposible sin el otro. Toda deducción científica proviene de un
examen inductivo previo y se funda en ese examen. El estudio de los
hechos debe preceder a la formación de las nociones más simples, sin
lo cual, la generalización queda suspendida en el vacío, desprovista
de valor científico. El gran fisiólogo ruso Pavlov (ver) decía que
los hechos constituyen el aire del sabio. La verdadera ciencia de la
naturaleza no ha comenzado sino con un conocimiento fundado en la
experiencia y el análisis de los hechos. A su vez, la inducción no es
científica a menos que el estudio de los hechos se inspire en el
conocimiento de las leyes generales. En su Dialéctica de la
naturaleza (ver), Engels somete a una crítica implacable a los
“inductivistas” para quienes sólo la inducción constituye “un método
infalible”. La acumulación puramente empírica de los hechos sin su
generalización teórica no puede conducir a un conocimiento científico.
El estudio de los hechos permite a la deducción extraer su esencia, la
ley de su desarrollo.
Al tiempo que concedía a los hechos una importancia considerable,
Pavlov hacía notar que era siempre indispensable una idea general del
objeto a fin de “fijar los hechos”, a fin de marchar adelante. Los
hechos no iluminados por la teoría, se conservan opacos. Así, antes
de Mendeleiev (ver) se habían acumulado conocimientos sobre los
diferentes elementos químicos, pero no se había descubierto aún el
lazo real y las relaciones recíprocas entre esos elementos.
Apoyándose en los hechos acumulados por vía de la inducción,
Mendeleiev elaboró su célebre sistema periódico que puso en claro el
vínculo interno necesario entre los elementos químicos. La teoría de
Mendeleiev, sus deducciones científicas, permitieron comprender e
interpretar los hechos más profundamente. Gracias a su sistema,
Mendeleiev predijo la existencia de varios elementos desconocidos y
ofreció una descripción detallada de ellos. Poco después, esos
elementos fueron descubiertos. Ninguna inducción es capaz por sí
misma de semejantes pronósticos. El método dialéctico, el único
científico, se apoya en la inducción de igual modo que en la
deducción, pues ambos están vinculados recíprocamente y se
complementan mutuamente, de igual modo que el análisis y la síntesis
(ver).
En El Capital (ver), Marx analiza una multitud de hechos y descubre
las leyes generales de todo el desarrollo del capitalismo con la ayuda
de la inducción y de la deducción. La fuerza de la doctrina
marxista-leninista, reside en el hecho de que cada una de sus tesis
reposa sobre un análisis profundo de una multitud de hechos y de
fenómenos reales. Sus principios teóricos, las leyes del desarrollo
que esa doctrina ha descubierto, proyectan una clara luz sobre los
hechos más intrincados, los fenómenos y los acontecimientos más
complejos de la vida social, lo cual ayuda a orientarse en medio de
ellos y permite no sólo conocer el pasado y el presente, sino también
prever, de una manera rigurosamente científica, el desarrollo en el
porvenir.
Diccionario filosófico · 1965:239
Inducción
(del latín “inductio”: conducción a o hacia). Uno de los tipos de
razonamiento y método de investigación. Las cuestiones relativas a la
teoría de la inducción se encuentran ya en los trabajos de
Aristóteles, pero sólo se las dedica especial atención cuando aparece
la ciencia natural empírica, en los siglos XVII-XVIII. Contribuyen en
gran manera a elucidar loa problemas de la inducción, Francis Bacon,
Galileo Galilei, Isaac Newton, John Herschel y John Stuart Mill. Como
forma de razonamiento, la inducción hace posible el paso de los hechos
singulares a los principios generales. Suelen distinguirse tres tipos
fundamentales de razonamientos inductivos: inducción completa;
inducción por simple enumeración (inducción en el sentido ordinario);
inducción científica (los dos últimos tipos constituyen la inducción
incompleta). La inducción completa consiste en inferir un principio
general acerca de la clase en su conjunto partiendo del examen de
todos sus elementos; proporciona una conclusión fidedigna, pero su
esfera de aplicación es limitada, pues sólo es aplicable a clases
cuyos miembros, por su número, sean fácilmente observables. Cuando
las clases son prácticamente ilimitadas, se aplica la inducción
incompleta. En el caso de la inducción en el sentido corriente, la
presencia de un carácter cualquiera en parte de los elementos de la
clase, sirve de fundamento para llegar a la conclusión de que todos
los elementos de la clase dada poseen el carácter de referencia. La
inducción en sentido ordinario tiene una esfera de aplicación
ilimitada, pero sus conclusiones forman sólo proposiciones probables,
necesitadas de una subsiguiente demostración. La inducción científica
también representa una conclusión inferida de una parte de los
elementos de la clase dada y aplicada a toda la clase, pero en este
caso lo que sirve de fundamento a la conclusión es el descubrimiento
–en los elementos de la clase investigados– de conexiones esenciales,
que condicionan de manera necesaria la pertenencia del rasgo dado a
toda la clase. De ahí que en la inducción científica ocupen el lugar
fundamental los procedimientos que permiten descubrir nexos
esenciales. Un descubrimiento de este tipo presupone un complejo
análisis. En la lógica tradicional, se encuentran formulados algunos
de tales procedimientos, los denominados métodos inductivos de
investigación del nexo causal: método de la concordancia única, método
de la diferencia única, método combinado de concordancias y
diferencias (método de la doble concordancia), método de las
variaciones concomitantes y método de los residuos. En su calidad de
método de investigación, la inducción se entiende como vía del estudio
experimental de los fenómenos de modo que partiendo de hechos
singulares se pasa a proposiciones generales; es como si los primeros
condujeran a la proposición general. En el proceso real del
conocimiento, la inducción se presenta siempre unida a la deducción.
El materialismo dialéctico no ve la inducción y la deducción como
métodos universales independientes, sino como momentos del
conocimiento dialéctico de la realidad indisolublemente ligados y
condicionados entre sí; por esto se manifiesta en contra de toda
exageración unilateral del papel que corresponde e cada una de ellas
(Lógica inductiva).
Diccionario de filosofía · 1984:227-228
Inducción
(lat. Inductio.) Tipo de razonamiento y método de investigación. Los
problemas de la teoría de la inducción figuran ya en las obras de
Aristóteles, pero se le empieza a dispensar particular atención desde
la aparición de las ciencias naturales empíricas (siglos 17-18). F.
Bacon, Galileo, Newton y J. Mill hicieron un gran aporte al estudio
de las cuestiones de la inducción. Como forma de razonamiento, la
inducción asegura la posibilidad de pasar de los hechos singulares a
las proposiciones generales. Se suelen distinguir tres tipos
principales de razonamientos inductivos: la inducción completa; a
través de la simple enumeración (la inducción popular); la inducción
científica (los dos tipos últimos forman la inducción incompleta). La
inducción completa constituye la conclusión de una proposición general
sobre la clase en conjunto a base del estudio de todos sus elementos y
proporciona una conclusión fidedigna, pero la esfera de su aplicación
se circunscribe a las clases, el número de cuyos miembros es
fácilmente observable. En caso de la inducción popular, la existencia
de algún indicio en una parte de los elementos de la clase constituye
el motivo para deducir la conclusión de que todos los elementos de la
clase dada poseen este indicio. La esfera de aplicación de la
inducción popular es ilimitada, pero sus deducciones sólo forman
proposiciones probables que necesitan de demostración subsiguiente.
La inducción científica también constituye la conclusión de una parte
de los elementos de la clase dada a toda la clase, pero en este caso
el motivo para la conclusión consiste en revelar en los elementos
investigados de la clase las conexiones esenciales, que condicionan
necesariamente la pertenencia del indicio dado a toda la clase. Por
eso, los procedimientos de revelación de las conexiones esenciales
ocupan el lugar principal en la inducción científica. En el
conocimiento real, la inducción siempre va unida a la deducción. El
materialismo dialéctico no considera la inducción y la deducción como
métodos universales, sino como elementos del conocimiento dialéctico
de la realidad enlazados indisolublemente y que se condicionan
mutuamente, por lo que se pronuncia contra la exageración unilateral
del papel de una u otra.