3-Internacionalismo proletario

Internacionalismo proletario

No figura en el Diccionario filosófico marxista · 1946

Diccionario filosófico abreviado · 1959:261-262

Internacionalismo proletario

Solidaridad internacional de los proletarios y de los trabajadores del
mundo entero. Uno de los grandes principios que animan a los partidos
comunistas de todos las países. Por oposición al nacionalismo (ver)
burgués que divide a las naciones y excita a las unas contra las
otras, el internacionalismo proletario une a los trabajadores de todos
los países en la lucha por la paz, la democracia y el socialismo.

Marx y Engels fueron los primeros en proclamar la idea del
internacionalismo proletario en el Manifiesto del Partido Comunista
(ver). Destacaron en primer plano la comunidad de intereses de los
proletarios de todos los países en la lucha para emanciparse del yugo
capitalista. La clase obrera de cada país, de cada nación, combate
por su emancipación social, por derrocar el poder de la burguesía y
establecer la dictadura del proletariado. Pero la clase obrera de una
nación dada no puede considerar su lucha al margen de la lucha de los
proletarios de otras naciones: su enemigo es la burguesía de su propio
país, pero también la de los otros países. De allí la comunidad de
los intereses vitales del proletariado y de los trabajadores de todos
los países en lucha contra el enemigo común. Al lanzar la consigna
“Proletarios de todos los países, uníos”, Marx y Engels tradujeron la
esencia del internacionalismo proletario.

El internacionalismo proletario no implica, en absoluto, la
indiferencia de la clase obrera hacia su propio país, su patria, como
lo pretenden los ideólogos burgueses y reformistas. El
internacionalismo proletario conjuga armoniosamente el amor verdadero
del proletariado por su patria y su deseo de verla liberada de la
opresión social y nacional, con el sostén de la lucha de los
trabajadores de los demás países por la libertad, la paz, la
democracia y el socialismo. El internacionalismo proletario no tolera
el desprecio hacia otras naciones, aun a las más pequeñas, pues cada
nación, pequeña o grande, contribuye al progreso de la cultura
mundial. Sólo la revolución socialista de la clase obrera pone
término a la opresión nacional y establece relaciones nuevas,
amistosas entre los pueblos y las naciones. Así lo proclama el
Manifiesto del Partido Comunista cuando afirma: “En la misma medida en
que sea abolida la explotación de un individuo por otro, será abolida
la explotación de una nación por otra. Al mismo tiempo que el
antagonismo de las clases en el interior de las naciones desaparecerá
la hostilidad de las naciones entre sí”. (Marx/Engels, Obras
escogidas, t. 1, p. 39, Ed esp., Moscú, 1951).

La solidaridad de los proletarios de todos los países en la lucha
contra la burguesía, se desarrollaba ya en la época premonopolista.
En la época del imperialismo, ese frente común se ha ampliado
sensiblemente. La lucha del proletariado internacional por el
socialismo se funde con el movimiento de liberación nacional de los
pueblos coloniales y semicoloniales que combaten por su independencia.
La idea de solidaridad de los proletarios y de todos los pueblos
oprimidos por el imperialismo se hace carne en centenares de millones
de personas y se convierte en un poderoso factor del movimiento de
liberación.

Los principios del internacionalismo proletario impregnan la
estructura orgánica y toda la actividad de los partidos
revolucionarios del proletariado. El Partido Comunista de la Unión
Soviética ha sostenido una lucha implacable contra los nacionalistas
en el seno del movimiento obrero que se esforzaban en dividir a los
obreros de las diversas naciones, de aislarlos los unos de los otros,
y de ayudar así a que la burguesía los venciera por separado. Lenin
escribía: “Quien quiera servir al proletariado, debe agrupar a los
obreros de todas las naciones y luchar sin desfallecimientos contra el
nacionalismo burgués, contra ‘el suyo propio’ y el del extranjero”
(Lenin, “Notas críticas sobre la cuestión nacional”, en Obras, Ed.
rusa).

La Gran Revolución Socialista de Octubre, realizada por la clase
obrera de Rusia, ha tenido y tiene siempre una inmensa proyección
internacional. Debilitó la potencia del imperialismo en las
metrópolis y resquebrajó su dominio en las colonias poniendo así en
tela de juicio la propia existencia del capitalismo mundial. Gracias
a la Unión Soviética, a su victoria sobre el fascismo, los
trabajadores de varios países de Europa y de Asia, se emanciparon del
yugo capitalista y se encauzaron por el camino de la edificación de
una vida nueva. Por otra parte, la ayuda fraternal que prestan a la
U.R.S.S. la clase obrera y los trabajadores de los demás países, ha
constituido siempre una de las fuentes de su poderío. Esta ayuda
recíproca entre el pueblo soviético y los trabajadores de los demás
países, responde a sus intereses vitales comunes.

La solución del problema nacional en la U.R.S.S., la creación de un
Estado multinacional de tipo nuevo basado en la amistad de los pueblos
(ver), y el establecimiento de nuevas relaciones internacionales entre
la U.R.S.S. y las democracias populares, constituyen la
materialización de las ideas del internacionalismo proletario. El
Partido Comunista educa a los soviéticos en el espíritu del
patriotismo soviético (ver), cuyos elementos más importantes son la
igualdad de derechos y la amistad de los pueblos, el sostén de los
pueblos en la lucha por la paz, la democracia y el socialismo. El
patriotismo soviético y el internacionalismo proletario son
inseparables. El internacionalismo proletario es diametralmente
opuesto al cosmopolitismo (ver).

Diccionario filosófico · 1965:245

Internacionalismo proletario

Ideología de la solidaridad internacional de los proletarios y
trabajadores de todos los países; es uno de los principios ideológicos
fundamentales que sirven de guía a la clase obrera y sus partidos.
Quienes primero proclamaron la idea del internacionalismo proletario
fueron Marx y Engels en el Manifiesto del Partido Comunista, donde
pusieron de relieve la comunidad de intereses del proletariado de
todos los países en la lucha por liberarse del capitalismo. La
esencia del internacionalismo proletario está expresada en la consigna
de “¡Proletarios de todos los países, uníos!”. La clase obrera de
cada nación no puede considerar su lucha al margen de la del
proletariado de las demás naciones, pues su enemigo no es únicamente
la burguesía de su propio país, sino, además, la de los otros países.
De ahí que sean comunes los intereses fundamentales de todo el
proletariado internacional. En el internacionalismo proletario se
combinan orgánicamente el amor del proletariado hacia su propia
patria, el anhelo de verla libre del yugo de clase y de toda opresión,
con el apoyo de la lucha de los trabajadores de los otros países por
la paz, la democracia y el socialismo. Al internacionalismo
proletario le es ajeno el menosprecio hacia otras naciones, incluso
hacia las más pequeñas, pues cada nación hace su aportación a la
cultura mundial. La gran Revolución de Octubre y la victoria del
socialismo en la U.R.S.S. han debilitado el sistema mundial del
imperialismo, cuya base han socavado, y han prestado un apoyo inmenso
al proletariado internacional en su justa lucha; al mismo tiempo, el
internacionalismo proletario se ha manifestado en el apoyo que la
clase obrera internacional prestó a la República Soviética. La
solución de la cuestión nacional en la U.R.S.S. y los demás países
socialistas y el establecimiento de un nuevo tipo de estados
multinacionales, basados en la amistad de los pueblos, constituye la
encarnación de las ideas del internacionalismo proletario. Al
formarse el sistema mundial del socialismo, el contenido del
internacionalismo proletario se ha hecho aun más polifacético. Hoy,
una de sus manifestaciones más elevadas radica en la amistad y ayuda
mutua de los países del sistema socialista mundial. Son exigencias
capitales del internacionalismo proletario, el garantizar la seguridad
de todo el campo del socialismo, la lucha por la paz y contra la
guerra, la ayuda a los pueblos de los países atrasados en el
desarrollo de su economía y de su cultura nacionales. El
internacionalismo proletario está orgánicamente vinculado con el
patriotismo socialista, con la fidelidad al socialismo y al sistema
socialista mundial. La edificación comunista en la U.R.S.S. es una
gran tarea internacionalista del pueblo soviético, responde a los
intereses de todo el sistema socialista mundial; a los intereses del
proletariado de todo el mundo, de la humanidad entera. En las
presentes condiciones, los principios del internacionalismo proletario
exigen que se lleve a cabo una lucha intransigente contra toda
estrechez nacional, contra la ideología del cosmopolitismo, que se
defienda decididamente la unidad de los partidos obreros y comunistas.

Diccionario de filosofía · 1984:232-233

Internacionalismo (proletario, socialista)

(lat. inter: entre, y natio: nación.) Uno de los principios básicos
de la ideología y la política de la clase obrera y de su partido, que
expresa la solidaridad internacional de los trabajadores de los
distintos países en la lucha contra el capitalismo, por su liberación
social y nacional y por la edificación del socialismo y el comunismo.
La base del internacionalismo es la comunidad de los intereses de
clase del proletariado y el objetivo final de su lucha,
independientemente de la pertenencia estatal y nacional de sus
representantes concretos. El internacionalismo nació en los albores
del movimiento comunista internacional y, al comienzo, halló reflejo
en la conciencia cotidiana de los obreros en forma de sentimientos
sociales y de consignas de la solidaridad internacional. Fue
fundamentado teóricamente al aparecer el comunismo científico. En el
“Manifiesto del Partido Comunista” y en otras obras de Marx y Engels
se muestra la necesidad objetiva de la unidad de los obreros de los
distintos países en la lucha contra el capital, se formulan las ideas
fundamentales del internacionalismo y se proclama su lema:
“¡Proletarios de todos los países, uníos!”. El principio del
internacionalismo presupone el apoyo mutuo y la colaboración de los
trabajadores de distintos países en la lucha contra la burguesía
internacional, el reconocimiento de la igualdad de derechos de todos
los pueblos, la irreconciliabilidad con toda opresión de una nación
por otra y la conjugación de los intereses internacionales y
nacionales. Por eso, el internacionalismo se opone al nacionalismo
burgués y al chovinismo de gran potencia, así como a la ideología del
racismo y del colonialismo. Se opone radicalmente también al
cosmopolitismo, que disimulando la neutralidad, oculta las relaciones
de desigualdad nacional y política y de dominación y opresión
imperialistas. Por primera vez en la historia, las ideas del
internacionalismo fueron materializadas en el proceso de edificación
del socialismo en la URSS, país en el que se resolvió el problema
nacional, se creó el Estado multinacional de los pueblos iguales en
derechos y se formaron las relaciones entre las naciones, que son de
tipo nuevo y en las que no existen los antagonismos clasistas y
nacionales. Gracias a ello, el internacionalismo proletario pasa a
ser el internacionalismo socialista, lo cual se manifiesta en la
ampliación de la base social del internacionalismo y su transformación
en la ideología de toda la sociedad. El internacionalismo está ligado
orgánicamente al patriotismo socialista. Al formarse el sistema
socialista mundial, los principios del internacionalismo fueron
puestos en la base de las relaciones interestatales entre los países
socialistas, así como de las relaciones de los pueblos de estos
últimos con los trabajadores de los países capitalistas y con los
pueblos que luchan por su liberación nacional.

Internacionalismo proletario

Véase Internacionalismo.

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