4-Intuición

Intuición

Diccionario filosófico marxista · 1946:161

Intuición

Por intuición entienden los idealistas una facultad especial de
meditación interna, un estado de inspiración en el que el hombre
puede, según ellos, conocer la verdad sin la actividad lógica de la
conciencia. La intuición interpretada de esta manera tiene el
carácter de una facultad misteriosa, mística, del conocimiento
irracional (Schelling, Hartman). En Spinoza, la intuición intelectual
tiene un carácter racionalista y denota un conocimiento superior,
racional, de la Naturaleza, conocimiento no obscurecido por las
pasiones. El concepto de intuición es a veces mistificado a causa de
que la intuición significa un conocimiento súbito, instantáneo de
estos u otros fenómenos, el hallazgo inesperado de la solución de este
o aquel problema. En realidad, como lo enseña el materialismo
dialéctico, detrás de la intuición están la experiencia, los hechos,
los conocimientos adquiridos anteriormente que, acumulándose
imperceptiblemente, en un determinado grado presentan “súbitamente” la
solución de cualquier problema. Abarcar intuitivamente la esencia de
los fenómenos, hallar la solución de cualquier problema, sólo es
posible gracias a una gran experiencia y a profundos conocimientos.
El materialismo dialéctico refuta, pues, la intuición tratada como una
forma especial, divina, innata, del conocimiento.

Diccionario filosófico abreviado · 1959:262

Intuición

Por intuición, los idealistas entienden una facultad particular de
contemplación espiritual, un estado de revelación que permitiría al
hombre conocer la verdad sin intervención de la actividad racional,
lógica, de la conciencia. Así interpretada, la intuición se reduce a
una facultad mística, misteriosa, de conocimiento irracional
(Schelling, ver, Hartmann, Bergson, ver). Para el materialista
Spinoza (ver), la intuición reviste un carácter racionalista y
significa conocimiento superior de la naturaleza, conocimiento
racional, no oscurecido por las pasiones y los sentimientos. Los
idealistas hacen de la intuición un concepto místico bajo pretexto de
que la conciencia es capaz, a veces, de hallar “repentinamente” la
solución de tal o cual problema. En realidad, como lo enseña el
materialismo dialéctico, si la conciencia adivina a veces por
intuición la verdad, ello lo debe a la experiencia, a los
conocimientos concretos adquiridos precedentemente. El materialismo
dialéctico rechaza la interpretación idealista de la intuición
concebida como una especie de conocimiento especial, innato, que no se
apoya en la práctica y excluye la actividad lógica de la conciencia.

Diccionario filosófico · 1965:246-247

Intuición

(del latín “intueri”: mirar fijamente). Facultad de conocer de modo
inmediato la verdad sin previo razonamiento lógico. En la filosofía
pre-marxista, la intuición era considerada como una forma especial de
la actividad cognoscitiva. Descartes, por ejemplo, entendía que la
forma deductiva de la demostración se basa en axiomas, pero que éstos,
en cambio, llegan a conocerse de un modo puramente intuitivo, sin
demostración alguna. La intuición, según Descartes, unida al método
deductivo, sirve de criterio universal para establecer la plena
evidencia. La intuición ocupa asimismo un destacado lugar en la
filosofía de Spinoza, quien la consideraba tomo el “tercer grado” del
conocimiento, el más fidedigno e importante, que aprehende la esencia
de las cosas. En la filosofía y en la psicología burguesas
contemporáneas, la intuición se concibe como una facultad mística del
conocimiento, incompatible con la lógica y con la práctica de la vida
(Intuitivismo, Intuitivismo en ética). Desde el punto de vista de
muchos representantes de la ética burguesa contemporánea, la intuición
permite valorar, sin relación con el pensamiento lógico,
“instintivamente”, los actos de las personas. El materialismo
dialéctico no considera la intuición como un grado especial del
conocimiento y rechaza todos los intentos de presentarla como una
facultad cognoscitiva suprarracional, mística. Por otra parte, la
intuición desempeña un papel auxiliar en el proceso de la cognición
científica y de la asimilación estética de la realidad. No puede
considerarse la intuición como una vía distinta, por principio, de los
caminos que corrientemente se siguen para llegar a conocer la verdad,
sino que es una de las formas en que dichos caminos se manifiestan,
forma sujeta a ley, basada en el pensamiento lógico y en la práctica.
Tras la facultad de adivinar “súbitamente” la verdad, se encuentra en
realidad una experiencia acumulada, un saber adquirido anteriormente.
Los resultados del conocimiento intuitivo no necesitan de un criterio
especial de veracidad (“evidencia por sí misma”, etc.), sino que
también se demuestran lógicamente y se comprueban por la práctica.

Diccionario de filosofía · 1984:233-234

Intuición

(lat. intueri: mirar atentamente). Capacidad de concebir
directamente la verdad. En la filosofía premarxista, la intuición era
considerada como una forma específica de la actividad cognoscitiva.
Por ejemplo, Descartes estimaba que la forma deductiva de demostración
se apoya en los axiomas, mientras que éstas se conciben de modo
netamente intuitivo, sin demostración alguna. Según Descartes, la
intuición, en combinación con el método deductivo, es el criterio
universal de la autenticidad completa. La intuición ocupa un gran
lugar en la filosofía de Spinoza, el cual la consideraba como el
conocimiento más fidedigno e importante, que capta la esencia de las
cosas. La filosofía y la psicología burguesas modernas enfocan la
intuición como capacidad mística del conocimiento, incompatible con la
lógica y la práctica vital (Intuitivismo). El materialismo dialéctico
estima que la intuición es conocimiento directo, contemplación viva,
en su relación dialéctica con el conocimiento indirecto
(Conocimiento), y rechaza todo intento de interpretar la intuición
como capacidad cognoscitiva suprarracional y mística. La intuición no
puede considerarse como desviación de principio de las vías comunes de
comprensión de la verdad. Es una forma natural de manifestación de
éstas últimas mediatizada por el pensamiento lógico y la práctica.
Detrás de la capacidad de adivinar la verdad como si “de súbito” están
en realidad la experiencia atesorada y los conocimientos adquiridos
con anterioridad. El mecanismo psicológico de la intuición ha sido
poco estudiado, pero los datos experimentales existentes permiten
considerar que el mismo se asienta en la capacidad del individuo de
reflejar, en el curso de la interacción con el medio ambiente, no sólo
el producto directo (concientizado), sino, también, el indirecto (no
concientizado). En determinadas condiciones, esta parte (no
concientizada antes) del resultado de la acción se convierte en llave
para resolver una tarea creadora. Con el tiempo, la práctica
demuestra y comprueba lógicamente los resultados del conocimiento
intuitivo.

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