1-Lamarquismo

Lamarquismo

Diccionario filosófico marxista · 1946:167-168

Lamarquismo

El larmarquismo es la teoría, modificada por sus continuadores, del
biólogo francés Lamarck sobre la evolución de la naturaleza orgánica.
El lamarquismo, como predecesor del darwinismo (ver: Darwin), fue en
tal sentido el paso más importante en el desarrollo de la biología.
Íntegramente basado en la filosofía materialista del siglo XVIII,
interpretaba todos los fenómenos de la vida; –entre ellos también los
psíquicos–, como procesos exclusivamente físico-químicos que tienen
lugar en los organismos. En su tiempo, el lamarquismo se oponía a la
concepción vitalista (ver: Vitalismo), ampliamente difundida, según la
cual, los processs vitales están condicionados por una especial
“fuerza vital” inmaterial (Haller). Lamarck consideraba todos los
movimientos orgánicos como resultado de la acción de causas
estimulantes externas (influencia mecánica desde fuera, luz, calor,
etc.), aproximándose en este punto a la teoría actual de los
tropismos. Lamarck refutaba también la idea metafísica generalmente
difundida sobre las especies como tipos eternos, inmutables, de la
naturaleza orgánica. Considerando como reales no las especies, sino
los organismos individuales, Lamarck afirmaba que la naturaleza
orgánica se compone de una serie ininterrumpida de estos individuos
vinculados entre sí por lazos imperceptibles. La idea central del
lamarquismo –la mutabilidad de las especies y la precedencia de los
organismos superiores, particularmente del hombre, de los inferiores
mediante el desarrollo gradual– concuerda plenamente con el
darwinismo, del cual el lamarquismo sólo discrepa en la apreciación de
los factores que condicionan el desarrollo de los organismos. A
diferencia del darwinismo, que atribuye un valor particularmente
importante a factores como la selección natural y la lucha por la
existencia, el lamarquismo concede la prioridad a la influencia del
medio exterior, que, al rodear al organismo facilita el desarrollo de
sus órganos, estructurando la adaptación conveniente que asegure su
autoconservación. En el desarrollo de los órganos de los animales
superiores, Lamarck atribuyó una gran importancia a los factores
psíquicos (la necesidad, el hábito, etc.), que condicionan el uso o el
desuso de los órganos, considerando posible, además, hasta el
surgimiento de nuevos órganos en caso de surgir la necesidad de ellos.
De las fundamentales orientaciones del lamarquismo se derivaron hacia
fines del siglo XIX algunas corrientes, unidas bajo la denominación
común de neolamarquismo. A la vez que la aspiración de conciliar el
lamarquismo con el darwinismo (escuela americana) se observa la
tendencia a exagerar el papel de los factores psíquicos (escuela
alemana), con su reconocimiento de facultades psíquicas a las
formaciones orgánicas más inferiores y dando una base para la
adulteración vitalista de la teoría de Lamarck. Concentrando su
atención en el papel de los factores externos, otros lamarquistas, en
contradicción con la experiencia, explican también por tales factores
la mutabilidad hereditaria; y que el uso o desuso de los órganos es
transmitido por herencia gracias a la correspondiente mutación de las
células seriales. Pese a todas las desviaciones que en ciertos casos
adquirieron un tinte reaccionario, el lamarquismo desempeñó gran papel
en el desarrollo de la biología con la solución de una serie de
problemas relacionados con la influencia del medio exterior sobre los
cambios y el desarrollo de los organismos.

No figura en el Diccionario filosófico abreviado · 1959

No figura [→ Neolamarckismo] en el Diccionario filosófico · 1965

No figura [→ Neolamarckismo] en el Diccionario de filosofía · 1984

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