3-Lenguaje

Lenguaje

No figura en el Diccionario filosófico marxista · 1946

Diccionario filosófico abreviado · 1959:279-280

Lenguaje

El lenguaje humano es un sistema de medios materiales: sonidos,
ademanes, palabras y combinaciones regulares de éstas en forma de
proposiciones, mediante el cual los hombres se relacionan e
intercambian sus ideas. El lenguaje es un fenómeno social que nació
de la necesidad que sintieron los hombres de comunicarse sus ideas en
el curso del trabajo. Sin el lenguaje, la producción social y la
sociedad misma serían imposibles.

El lenguaje está estrechamente ligado al pensamiento y registra y fija
en las palabras y en las proposiciones los resultados del trabajo
mental, los progresos del hombre en el dominio del conocimiento, y
hace posible el intercambio de ideas en la sociedad humana. Marx y
Engels definieron el lenguaje como la realidad inmediata del
pensamiento, como la conciencia real, práctica. El lenguaje ha
desempeñado un papel de primer plano en la evolución del hombre y del
pensamiento. Uno de los caracteres específicos importantes del
conocimiento humano, que lo distingue de la actividad psíquica de los
animales, es la palabra, el lenguaje, que permite crear las nociones y
las categorías científicas, formular las leyes de la ciencia y, con
ello, penetrar la esencia de los fenómenos. Sin el lenguaje, el
pensamiento humano no podría ni existir ni desarrollarse. Los
idealistas separan la conciencia del lenguaje, a fin de presentar la
conciencia como algo independiente de la materia. Pero de hecho, sólo
el lenguaje permite a la conciencia, al pensamiento, reflejar la
realidad objetiva. El lenguaje es la “materia natural” del
pensamiento. Sólo los idealistas son capaces de separar el
pensamiento de esta “materia natural”, el pensamiento, del lenguaje.

Por su propia naturaleza, el lenguaje no tiene carácter de clase, sino
que sirve al conjunto de la sociedad, como medio de comunicación entre
los hombres, cualquiera sea la clase a la que pertenezcan. El
lenguaje es, en cierto modo, indiferente a las clases; pero las clases
están lejos de ser indiferentes al lenguaje. Ellas se afanan por
utilizarlo en interés propio, en imponerle su propio léxico, sus
términos particulares y sus expresiones particulares. De ahí los
dialectos y las jergas “de clase”. Pero no se puede considerar estas
jergas como idiomas, puesto que no poseen fondo léxico esencial ni
sistema gramatical propio.

Es preciso distinguir en cada idioma lo que se llama el fondo léxico
esencial y el sistema gramatical, que forman la base del lenguaje. El
conjunto de todas las palabras existentes, constituye el vocabulario
del idioma. La parte principal del vocabulario está formada por el
fondo léxico esencial cuyo núcleo está constituido por todas las
palabras radicales. El fondo léxico esencial es muy estable y se
mantiene durante mucho tiempo. El grado de evolución y de riqueza de
un idioma está determinado por la riqueza y la variación de su
vocabulario. Confundir lenguaje y superestructura como lo hacía Marr,
es cometer un grave error. Contrariamente a la superestructura que
está ligada a la producción indirectamente, por intermedio de la base,
el lenguaje está ligado a la producción de una manera directa, y no
sólo a la producción, sino a cualquier otra actividad humana. De este
modo, el vocabulario de un idioma se halla en estado de transformación
casi ininterrumpida. La gramática es un conjunto de reglas sobre las
variaciones de las palabras y sus combinaciones en la proposición.
Gracias a la gramática, el lenguaje reviste al pensamiento humano de
una envoltura lingüística material. El sistema gramatical de un
idioma cambia con más lentitud aun, que su fondo léxico esencial. La
base del sistema gramatical subsiste durante un período muy largo de
tiempo, pues puede servir a la sociedad durante varias épocas. El
idioma evoluciona constantemente, pero su evolución se distingue de la
de la base y la superestructura. El desarrollo del idioma es ajeno a
todo pasaje brusco de una cualidad a otra: su especificidad lo impide.
El paso de una cualidad antigua del idioma a una nueva es acompañado
no por una explosión o destrucción “brusca” del viejo idioma y la
constitución de uno nuevo, sino por la extinción gradual de los
elementos de la cualidad antigua y el desarrollo de los elementos de
la cualidad nueva.

Las leyes de la evolución del idioma son objetivas. Las hay que son
comunes a todas las lenguas, por ejemplo, la ley de la acumulación
gradual de los elementos de la cualidad nueva y de la extinción
gradual de los elementos de la antigua. Al mismo tiempo, cada idioma
posee sus leyes internas que le son específicas y que permanecen
vigentes durante un lapso de tiempo más o menos largo, valederas por
un período histórico determinado. Las leyes comunes y particulares
del desarrollo de las lenguas se hallan vinculadas entre sí no
obstante su diferencia.

Es preciso saber distinguir la evolución y la acción recíproca de los
idiomas en una sociedad antagónica y en una sociedad como la que
existirá después de la victoria del socialismo en escala mundial.
Antes del triunfo del socialismo en el mundo entero, mientras las
clases explotadoras constituyen la fuerza dominante y la opresión
nacional y la desconfianza recíproca entre las naciones existen
todavía, el entrecruzamiento de los idiomas desemboca en la victoria
de uno sobre otro. El entrecruzamiento no desemboca en la formación
de un idioma nuevo, en un tercer idioma, sino en la victoria de uno y
la derrota del otro, que desaparece. La evolución del idioma en la
época posterior a la victoria del socialismo en escala mundial,
obedecerá a otras leyes. La ausencia de clases explotadoras, de
naciones oprimidas y naciones opresoras, el acercamiento y la
colaboración entre las naciones, la abolición de la política tendiente
a ahogar y a asimilar los idiomas, todo ello tendrá como consecuencia
el enriquecimiento mutuo de centenares de lenguas nacionales que darán
nacimiento a otras zonales, que, a su vez, se irán fusionando en una
sola lengua internacional formada por los mejores elementos de las
nacionales y zonales.

Diccionario filosófico · 1965:265

Lenguaje

Sistema de señales de cualquier naturaleza física que cumple una
función cognoscitiva y una función comunicativa (de relación) en el
proceso de la actividad humana. El lenguaje puede ser natural y
artificial. Se entiende por lenguaje natural el que se usa en la vida
cotidiana y sirve de forma para expresar los pensamientos así como de
medio de comunicación entre las personas. Es artificial el lenguaje
creado por el hombre con vistas a unas necesidades concretas y
limitadas (lenguaje del simbolismo matemático, lenguaje de las teorías
físicas, diversos sistemas de señalización, etc.). El lenguaje es un
fenómeno social. Surge en el transcurso de la producción social,
forma una parte necesaria de ella: el medio de coordinación de la
actividad de las personas. Por su base fisiológica, el lenguaje se
presenta como función del segundo sistema de señales, al que Pávlov
denominó complemento específico de la psique humana. Siendo la forma
de la existencia y de la expresión del pensamiento, desempeña, al
mismo tiempo, un papel esencial en la formación de la conciencia.
Ésta no existe ni puede existir fuera de la envoltura del lenguaje.
El signo del lenguaje, que es por su naturaleza convencional respecto
a aquello que designa, se halla no obstante condicionado socialmente
por el contenido de la conciencia, el cual aparece en el lenguaje en
calidad de contenido lingüístico (significado léxico o gramatical del
signo de lenguaje). El lenguaje constituye un medio para fijar y
conservar los conocimientos acumulados, para transmitirlos de
generación en generación. Tan sólo gracias al lenguaje puede existir
el pensamiento abstracto. La existencia del primero es condición
necesaria de la actividad generalizadora de la mentes “Toda palabra
(habla) ya generaliza” (Lenin). Sin embargo, lenguaje y pensamiento
no son idénticos. Una vez surgido, el lenguaje posee una relativa
independencia, tiene sus leyes propias, distintas de las leyes del
pensar. De ahí que no haya identidad entre concepto y palabra, entre
juicio y oración, etc. A ello se añade que el lenguaje constituye un
sistema determinado, una “estructura” con su organización interna al
margen de la cual resulta imposible comprender la naturaleza y el
significado del signo correspondiente. En los últimos decenios, el
incremento del papel de las investigaciones teóricas ha hecho que se
acentuara el interés por el estudio de las leyes de los lenguajes
artificiales, formales, de su sintaxis y de su semántica lógicas. El
neopositivismo actual asigna un valor absoluto al papel y al
significado de tales investigaciones y con ello intenta reducir toda
la problemática de las investigaciones lógicas al análisis lógico del
lenguaje.

Diccionario de filosofía · 1984:250

Lenguaje

Sistema de señales que desempeña las funciones cognoscitiva y
comunicativa (Comunicación) en el proceso de la actividad humana. El
lenguaje puede ser tanto natural como artificial. Se entiende por
natural el lenguaje de la vida diaria, que sirve de forma de expresión
de los pensamientos y medio de comunicación entre los hombres. El
lenguaje artificial lo crean los hombres para usos específicos
(lenguaje del simbolismo matemático, distintos sistemas de
señalización, etc.). El lenguaje es un fenómeno social, surge en el
curso del desarrollo de la producción social y constituye su aspecto
necesario como medio de coordinación de la actividad de los hombres y
de cada individuo. Por su base fisiológica, el lenguaje desempeña la
función del segundo sistema de señales (Pávlov). Como forma de
existencia y de expresión del pensamiento, el lenguaje juega, al mismo
tiempo, un rol sustancial en la formación de la conciencia. El signo
del lenguaje, siendo convencional por su naturaleza física respecto a
lo que designa, está condicionado, no obstante, en última instancia,
por el proceso de conocimiento de la realidad. El lenguaje es un
medio de fijación y de conservación de los conocimientos atesorados y
de su transmisión de generación en generación. Como instrumento
necesario de la actividad generalizadora del pensamiento, el lenguaje
hace posibles la existencia y el desarrollo del pensamiento abstracto.
Pero el lenguaje y el pensamiento no son idénticos. Una vez surgido,
el lenguaje es relativamente independiente y posee leyes específicas
que se diferencian de las del pensamiento. Por eso no existe
identidad entre el concepto y la palabra, entre el juicio y la
proposición, etc. Además, el lenguaje constituye un determinado
sistema, una “estructura”, con su organización interna, sin la cual es
imposible comprender la naturaleza y el sentido del signo de lenguaje.
En los últimos decenios, en virtud del acrecentamiento del papel de
las investigaciones teóricas ha aumentado el interés por estudiar las
regularidades de los lenguajes artificiales, formalizados, de su
sintaxis lógica y semántica lógica. En virtud de ello, el lenguaje se
convierte en objeto de investigación no sólo de la lingüística, sino
también de la lógica y la semiótica. Absolutizando el papel y
significado de estas investigaciones, el neo positivismo moderno trata
de reducir incorrectamente toda la problemática de las investigaciones
filosóficas al análisis lógico del lenguaje.

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