Lógica
Diccionario filosófico marxista · 1946:179
Lógica
La lógica es la ciencia del raciocinio. (ver: Lógica formal;
Dialéctica).
Diccionario filosófico abreviado · 1959:296-299
Lógica
Ciencia de las formas y de las leyes del pensamiento. En lógica como
en toda la filosofía, la lucha entre las corrientes materialista e
idealista ha proseguido siempre y prosigue todavía. La lógica
idealista separa las formas y las leyes del pensamiento, del mundo
objetivo, que existe independientemente de la conciencia humana. De
acuerdo con esta falsa concepción, el hombre, apoyándose en ignoradas
propiedades innatas, establece arbitrariamente las reglas y las leyes
del pensamiento sin preocuparse de si se halla de acuerdo con la
realidad objetiva. De ese modo, la lógica idealista no reúne al
hombre y a la naturaleza, sino que los separa y opone. La lógica
materialista, marxista, considera las formas y las leyes del
pensamiento como un reflejo de la realidad objetiva. El conocimiento
humano tiene por objeto reflejar fielmente la naturaleza, penetrar sus
leyes, sin lo cual no sería posible ninguna actividad práctica
consciente. Lejos de levantar una barrera entre el hombre y la
naturaleza, la lógica materialista, la única verdaderamente
científica, reúne a ambos y ayuda al hombre a conocer las leyes
objetivas, a utilizarlas en su interés.
En sus Cuadernos filosóficos (ver), Lenin ofrece una profunda
definición materialista de la lógica: “La lógica es la ciencia que
estudia no las formas exteriores del pensamiento, sino las leyes del
desarrollo de ‘todas las cosas materiales, naturales y espirituales’,
es decir, las leyes que rigen el devenir de todo el contenido concreto
y el conocimiento del universo; ella representa el balance, la suma,
la conclusión de la historia del conocimiento del mundo” (Ed. rusa).
Las leyes de la lógica son los reflejos del mundo objetivo en la
conciencia subjetiva del hombre.
La lucha entre el materialismo y el idealismo impregna toda la
historia del desarrollo de la lógica. En la Grecia antigua, esa
ciencia era ya un método para polemizar, que oponía dos opiniones
contrarias. Los filósofos materialistas griegos consideraban la
naturaleza como un proceso en desarrollo. Por lo tanto, su lógica
tenía un carácter dialéctico. En la filosofía de Heráclito (ver) los
gérmenes de la lógica dialéctica aparecieron con más brillo. El
mérito de haber formulado los principios de la lógica corresponde a
Aristóteles, creador de la lógica formal (ver). Fue él quien primero
estudió sistemáticamente el pensamiento y sus leyes, clasificó los
juicios, fundó la teoría de los razonamientos, etc. A pesar de su
tendencia idealista, la lógica de Aristóteles no separa las formas del
pensamiento del ser. “En Aristóteles”, escribe Lenin, “se ve en todas
partes confundirse la lógica objetiva con la lógica subjetiva, pero de
modo tal que la lógica objetiva sobresale en todas partes” (Cuadernos
filosóficos, Ed. rusa). En la lógica aristotélica se alían
importantes elementos dialécticos al curso metafísico. Aristóteles se
alza contra la teoría de la contradicción de las cosas, enseñada por
Heráclito. Su lógica fue ampliamente utilizada por la filosofía
medieval: los escolásticos la habían transformado en medio para
demostrar “verdades” teológicas.
En los tiempos modernos, la lógica recibió nuevos adelantos gracias al
desarrollo de las ciencias experimentales. A este respecto, es
preciso reseñar muy particularmente el papel de F. Bacon (ver).
Contrariamente a Aristóteles, que estudió principalmente la lógica
deductiva, Bacon es el creador de la lógica inductiva, es decir, de un
sistema de reglas y procedimientos que permiten llegar a lo general a
partir de los hechos particulares. Posteriormente, la lógica tomó un
carácter cada vez más formal. La ruptura entre la lógica y la
naturaleza, entre las formas del pensamiento y su contenido objetivo,
alcanza su punto culminante en la filosofía de Kant (ver). Su lógica,
formalista y metafísica, se funda en la oposición entre la realidad
considerada alógica, es decir, desprovista de toda lógica objetiva, y
el pensamiento lógico propio del hombre, a priori, independientemente
de la experiencia del mundo exterior. La teoría de Kant fue criticada
por Hegel (ver), creador de un sistema de lógica dialéctica que señaló
un progreso importante en el desarrollo de las doctrinas lógicas.
Pero la lógica de Hegel es también idealista. A la ruptura kantiana
entre la lógica y la naturaleza, Hegel opone el principio de identidad
del ser y del pensamiento. De acuerdo con esta filosofía, la lógica
del pensamiento, de las ideas, de los conceptos, sería la fuente y la
base del desarrollo del mundo material. En su lucha contra la lógica
metafísica, Hegel creó la lógica dialéctica, pero en su conjunto, su
lógica idealista no podía servir de instrumento del conocimiento.
Hacia mediados del siglo XIX, la filosofía materialista rusa de
vanguardia aportó una contribución importante al progreso de la
lógica. Belinski (ver), Herzen (ver), Chernishevski (ver), criticaron
la lógica idealista de Hegel y la reestructuraron en el espíritu del
materialismo filosófico. Sin embargo, sólo el marxismo colocó la
lógica sobre un sólido terreno científico.
La lógica dialéctica, poderoso instrumento del conocimiento humano, es
estudiada profundamente en los trabajos de los clásicos del
marxismo-leninismo. Estos comenzaron por establecer en términos
precisos el lugar y el alcance de la lógica formal, tradicional, y las
relaciones entre esta lógica elemental y la lógica dialéctica. Lejos
de negar la necesidad de la lógica formal, una vez eliminadas las
deformaciones idealistas y escolásticas, el marxismo destaca su papel
en el establecimiento de las reglas elementales del pensamiento
científico. Pero la lógica formal no es más que el grado inferior de
la lógica, comparable, como lo dice Engels, a las matemáticas
elementales. La lógica formal enfoca los fenómenos y los objetos al
margen de sus correlaciones y de sus interdependencias, como si fueran
inmóviles e inmutables. No tiene en cuenta el desarrollo, los
cambios, las contradicciones de las cosas, etc. Las leyes del
pensamiento que establece la lógica formal, reflejan los objetos
independientemente de los procesos que se desarrollan en su seno.
Esta manera de abordar la naturaleza era históricamente necesaria.
“Había que investigar las cosas antes de poder investigar los
procesos. Había que saber lo que era tal o cual objeto, antes de
pulsar los cambios que en él se operaban” (Engels, “Ludwig Feuerbach
y…”, en Marx/Engels, Obras escogidas, t. II, p. 362, Ed. esp.,
Moscú, 1952). La lógica formal no es menos indispensable cuando se
trata del desarrollo mental del individuo. Por ejemplo, un niño es
incapaz de concebir los objetos como procesos antes de haberlos
conocido como estables e invariables. Además, en su vida cotidiana,
el hombre tiene que tratar con cosas y relaciones simples para cuyo
conocimiento, las reglas elementales de la lógica son perfectamente
suficientes. Pero lo que es suficiente para comprender las cosas y
las relaciones simples, es insuficiente para el conocimiento
científico de fenómenos y relaciones complejas. En ese sentido, la
lógica formal tiene sus límites, más allá de los cuales, es
inoperante. La lógica formal, indica Lenin, “recurre a definiciones
formales, se ocupa de lo que es más habitual, o de lo que salta a la
vista, y no puede ir más lejos… La lógica dialéctica exige que
hagamos algo más. Para conocer realmente un objeto, es preciso
estudiar todos sus aspectos, todos los vínculos y los eslabones
intermedios. No llegaremos jamás a hacerlo de una manera completa,
pero esta exigencia de universalidad nos pondrá al abrigo de los
errores y del dogmatismo. Primer punto. En segundo lugar, la lógica
dialéctica exige que el objeto sea considerado en su devenir, desde el
ángulo de su ‘automovimiento’ (como dice Hegel a veces), de su cambio”
(Obras, Ed. rusa). Por eso, la lógica dialéctica pone en manos del
hombre de ciencia un instrumento fiel y por lo tanto poderoso, de
conocimiento del mundo objetivo en toda su complejidad, en su
desarrollo y en su cambio, capaz de tener en cuenta el pasaje de una
forma a otra, etc.
El marxismo puso término a esa ruptura característica de la filosofía
burguesa entre la teoría del ser y la teoría del conocimiento, de las
leyes del pensamiento. Lenin subraya que la dialéctica, la lógica y
la teoría del conocimiento, representan una sola y misma cosa, pues la
lógica no puede crear leyes del pensamiento que no concuerden con las
leyes del propio ser. La dialéctica materialista que pone en claro
las leyes más generales del desarrollo de la naturaleza y de la
sociedad, es al mismo tiempo, la lógica superior del pensamiento. Las
leyes de la dialéctica son también las leyes del pensamiento; la
dialéctica subjetiva expresa la dialéctica objetiva. Por eso la
lógica dialéctica establece como principio esencial que los conceptos
y las categorías no son creaciones del hombre, sino reflejos de las
leyes objetivas del desarrollo de la naturaleza y la sociedad.
Lejos de permanecer inmóviles y rígidos, los conceptos y las
categorías de la lógica son flexibles, movedizos, son reflejos
adecuados de los procesos que se desenvuelven en el mundo objetivo.
La lógica dialéctica exige que los conceptos y las categorías estén
ligados entre sí, estén en acción recíproca como los fenómenos
objetivos que reflejan. Lenin subraya que la dialéctica de los
conceptos es la conexión e interdependencia de todos los conceptos sin
excepción y las transiciones mutuas entre ellos.
El carácter distintivo capital de la lógica dialéctica marxista, en
relación con todas las teorías lógicas idealistas y metafísicas, es la
integración de la práctica en la lógica. Los conceptos y las
categorías lógicas no pueden surgir sino en el terreno de la actividad
práctica que los engendra, y sólo la práctica establece su validez.
Lenin indica que “la actividad práctica del hombre tuvo que llevar a
la conciencia humana a repetir millares de veces las diferentes
figuras lógicas para que estas últimas pudieran convenirse en axiomas”
(Cuadernos filosóficos, Ed. rusa). La lógica dialéctica es
irrefutable, porque ella expresa la lógica objetiva del desarrollo de
la vida misma. La filosofía burguesa actual se alza contra la lógica
científica, se ingenia en desfigurar esta lógica objetiva de la vida
porque ésta desemboca necesariamente en la substitución revolucionaria
del capitalismo por el socialismo. Lo que caracteriza a las
tendencias y a las escuelas de la filosofía burguesa reaccionaria, es
la defensa del alogismo, del irracionalismo, del intuicionismo, la
substitución del pensamiento lógico por el caos de las impresiones y
de las pasiones subjetivas, el culto de la espontaneidad, etc. La
filosofía marxista denuncia como enemigos del conocimiento humano a
todos esos bravucones de última hora que pretenden liquidar la lógica
científica. (ver igualmente Dialéctica; Método dialéctico marxista).
No figura en el Diccionario filosófico · 1965
Diccionario de filosofía · 1984:257
Lógica
véase Lógica dialéctica, Lógica matemática, Lógica formal.