3-Materialismo filosófico marxista

Materialismo filosófico marxista

Diccionario filosófico marxista · 1946:204-205

Materialismo filosófico marxista

El materialismo filosófico marxista es la forma superior del
materialismo. El materialismo antiguo era un materialismo
mecanicista: hacía extensivas las leyes de las formas más simples y
mecánicas del movimiento a todos los fenómenos de la Naturaleza y de
la Sociedad. El materialismo marxista se apoya en los progresos
logrados por todas las ciencias que estudian las múltiples formas del
movimiento de la materia. El materialismo antiguo era un materialismo
metafísico; es decir, examinaba el mundo en estado de quietud y de
inmutabilidad. El materialismo marxista es un materialismo
dialéctico, por cuanto examina la Naturaleza y la Sociedad en su
evolución y renovación incesantes. El materialismo antiguo no ha
podido explicar de manera materialista los fenómenos sociales. El
materialismo marxista aplicó por vez primera los principios del
materialismo dialéctico a la interpretación de la Sociedad y
fundamentó la concepción materialista de la historia. El materialismo
antiguo era un materialismo contemplativo, puesto que no comprendía el
papel transformador de la actividad práctica del hombre. Los
materialistas antiguos “concebían la esencia del hombre” de una
manera abstracta y no como el “conjunto de todas las relaciones
sociales” (concretas e históricamente determinadas), y por eso sólo
“interpretaban” el mundo, mientras de lo que se trata es de
“cambiarlo”, o sea, no comprendían el valor de la “actividad
revolucionaria práctica” (Lenin). El materialismo filosófico marxista
es el más poderoso instrumento de conocimiento y de transformación del
mundo. El materialismo marxista es hostil hasta el fin al idealismo,
a la religión y al clericalismo. Los rasgos fundamentales del
materialismo filosófico marxista son: 1) Reconoce el carácter material
del mundo; que el mundo se desarrolla con arreglo a las leyes del
movimiento de la materia; 2) Reconoce el carácter primario y de
realidad objetiva de la materia y el carácter secundario de la
conciencia; 3) Reconoce la cognoscibilidad del mundo material y de las
leyes que le rigen; reconoce la veracidad objetiva de los
conocimientos científicos. El materialismo filosófico marxista parte
del criterio de que el mundo es, por su naturaleza, algo material, que
los fenómenos del mundo constituyen diversas formas de la materia en
movimiento. El materialismo marxista demuestra que los múltiples y
variados cuerpos de la Naturaleza, desde la partícula más pequeña del
átomo hasta los más gigantescos planetas, desde las minúsculas
bacterias hasta los animales superiores, y el hombre mismo,
constituyen la materia en sus formas y fases diversas de su evolución.
Por oposición al idealismo, que reconoce la creación del mundo por un
dios o de que el mundo es la materialización de una “idea absoluta”,
de un “espíritu universal”, de la conciencia, el materialismo
filosófico marxista parte del criterio de que la materia, por nadie
creada, existe eternamente, que el mundo se desarrolla con arreglo a
las leyes que rigen el movimiento de la materia sin necesidad de
ningún “espíritu universal”. Por oposición al idealismo, que afirma
que sólo nuestra conciencia tiene una existencia real y que el mundo
material, el ser, la Naturaleza, sólo existen en nuestra conciencia,
en nuestras sensaciones, en nuestras ideas; el materialismo filosófico
marxista parte del criterio de que la materia, la Naturaleza, el ser,
son una realidad objetiva que existe fuera de nuestra conciencia e
independientemente de ella, de que la materia es lo primario, y la
conciencia lo secundario, lo derivado, ya que es la imagen refleja de
la materia; parte del criterio de que el pensamiento es un producto de
la materia al llegar a un alto grado de perfección en su desarrollo,
es un producto del cerebro. El materialismo filosófico marxista
resuelve también consecuentemente el otro aspecto del problema
fundamental de la filosofía: ¿nuestro pensamiento es capaz de conocer
el mundo real? Por oposición al idealismo, que refuta la posibilidad
de conocer el mundo y las leyes por las que se rige, que no cree en la
veracidad de nuestros conocimientos, el materialismo filosófico
marxista parte del principio de que el mundo y las leyes por las que
se rige son perfectamente cognoscibles. El materialismo marxista
afirma que la práctica humana es la comprobación más decisiva de la
veracidad de nuestros conocimientos, que en el mundo no hay cosas
incognoscibles, sino simplemente cosas aun no conocidas, pero que la
ciencia y la experiencia se encargarán de revelar y de dar a conocer.
Una enorme importancia tiene la aplicación de los principios del
materialismo filosófico marxista a la historia de la Sociedad y a la
actuación práctica del Partido del proletariado. “La fuerza y la
vitalidad del marxismo-leninismo estriban precisamente en que toma
como base para su actuación práctica las exigencias del desarrollo de
la vida material de la sociedad, sin desligarse jamás de la vida real
de ésta” (Stalin). La actuación práctica del partido marxista del
proletariado se basa, no en las exigencias de la “razón”, de la “moral
universal”, etc., sino en el estudio de las leyes que rigen el
desarrollo social. “La filosofía de Marx es el materialismo
filosófico acabado, que ha dado a la humanidad, y en particular a la
clase obrera, un arma formidable de conocimiento” (Lenin).

Diccionario de filosofía y sociología marxista · 1959:68-70

Materialismo filosófico marxista

Forma superior del materialismo. El materialismo antiguo era un
materialismo mecanicista; las leyes de la forma mecánica más simple de
movimiento, las hacía extensivas a todos los fenómenos de la
naturaleza y de la sociedad. El materialismo marxista se apoya en las
adquisiciones de todas las ciencias que estudian todas las formas del
movimiento material. El materialismo antiguo era un materialismo
metafísico, es decir, consideraba el mundo en estado de reposo e
inmutabilidad. El materialismo marxista es un materialismo
dialéctico, por cuanto considera la naturaleza y la sociedad en su
continuo desarrollo y renovación. El materialismo antiguo no podía
explicar, de modo materialista, los fundamentos sociales.

El materialismo marxista fue el primero que aplicó las afirmaciones
del materialismo dialéctico a la explicación de la sociedad, y
fundamentó la concepción materialista de la historia. El materialismo
antiguo era un materialismo contemplativo, por cuanto no comprendía el
papel transformador de la actividad práctica del hombre. Los
materialistas antiguos “entendían la ‘esencia del hombre’
abstractamente y no como un ‘conjunto’ de ‘todas las relaciones
sociales’” (histórica y concretamente determinadas), y por eso
“explicaban” el mundo, solo cuando se trataba de su “mutabilidad”, es
decir, no comprendían la importancia de la “actividad práctica
revolucionaria” (Lenin).

El materialismo filosófico marxista es un poderoso instrumento del
conocimiento y transformación del mundo. El materialismo marxista es
hostil, hasta el fin, al idealismo, a la religión y al clericalismo.

Los rasgos fundamentales del materialismo filosófico marxista son: 1)
Reconocimiento de la materialidad del mundo, de que el mundo se
desarrolla conforme a las leyes del movimiento de la materia. 2)
Reconocimiento de que la materia y la realidad objetiva son lo
primero, y la conciencia, lo secundario. 3) Reconocimiento de la
cognoscibilidad del mundo material y de su sujeción a leyes;
reconocimiento de la verdad objetiva del conocimiento científico.

El materialismo filosófico marxista parte de que el mundo, por su
naturaleza, es material, y que los fenómenos, en el mundo, representan
las distintas formas de la materia en movimiento. El materialismo
marxista demuestra que todos los multiformes cuerpos de la naturaleza
–desde la pequeñísima partícula del átomo hasta los planetas gigantes;
desde las minúsculas bacterias hasta los animales superiores, hasta el
hombre– representan la materia en las distintas formas y grados de su
desarrollo.

En oposición al idealismo, que reconoce la creación del mundo por un
dios –o una “idea absoluta”, un “espíritu universal”, una conciencia–,
el materialismo filosófico marxista parte de que la materia existe
eternamente, no es creada por nadie y que el mundo se desarrolla según
las leyes de la materia y no precisa de ningún “espíritu universal”.
En oposición al idealismo, el cual afirma que en la realidad solo
existe nuestra conciencia y que el mundo material, la existencia y la
naturaleza solo están en nuestra conciencia, en nuestras sensaciones y
conceptos, el materialismo filosófico marxista parte de que la
materia, la naturaleza y la existencia representan la realidad
objetiva, que existe fuera e independientemente de la conciencia; que
la materia es lo primario y la conciencia lo secundario, lo derivado,
por cuanto viene a ser un reflejo de la materia; que el pensamiento es
un producto de la materia que ha alcanzado, en su desarrollo, un grado
superior de perfección; es un producto del cerebro.

El materialismo marxista, en completo acuerdo con las ciencias
naturales, toma como base primaria la materia, considerando la
sensación, la conciencia, como lo secundario. El materialismo
filosófico marxista resuelve, también, consecuentemente, el otro
aspecto del problema fundamental de la filosofía: ¿es capaz nuestro
pensamiento de conocer el mundo real? En oposición al idealismo, que
discute la posibilidad del conocimiento del mundo y de su sujeción a
leyes y no cree en la certidumbre de nuestros conocimientos, el
materialismo filosófico marxista parte de que el mundo y sus leyes son
plenamente cognoscibles. El materialismo marxista sostiene que la
práctica del hombre es prueba decisiva de la verdad de nuestros
conocimientos; que no hay en el mundo cosas incognoscibles, sino cosas
que aún no son conocidas, las que serán descubiertas y conocidas por
la fuerza de la ciencia y de la práctica.

Enorme importancia tiene la aplicación de las afirmaciones del
materialismo filosófico marxista, a la historia de la sociedad y la
actividad práctica del partido del proletariado. “La fuerza y la
vitalidad del marxismo-leninismo consiste en que, en su actividad
práctica, se apoya, precisamente, sobre las exigencias del desarrollo
de la vida material de la sociedad, no separándose nunca de su vida
real” (Curso de Historia del Partido Comunista [b]).

La actividad práctica del partido marxista del proletariado se basa no
en las exigencias de la razón, de la moral universal, etc., sino en el
estudio de las leyes que rigen el desarrollo social. “La filosofía de
Marx es un acabado materialismo filosófico, que ha dado a la humanidad
y, en particular a la clase obrera, los grandes instrumentos del
conocimiento” (Lenin).

Diccionario filosófico abreviado · 1959:334-337

Materialismo filosófico marxista

Forma superior y la única científica, del materialismo, creada por
Marx y Engels y desarrollada por Lenin y Stalin. La aparición del
materialismo filosófico marxista, parte integrante del materialismo
dialéctico e histórico (Ver Materialismo dialéctico; Materialismo
histórico), señala la derrota del idealismo anticientífico, el triunfo
de la filosofía materialista en su lucha secular contra todas las
formas del idealismo y de la religión. El materialismo filosófico
marxista continúa las mejores tradiciones del materialismo
premarxista. Pero el antiguo materialismo presentaba una serie de
graves defectos que le impedían elevarse al nivel de una filosofía
completamente científica. Era un materialismo mecanicista (ver) que
reducía las formas complejas del movimiento de la materia a su forma
mecánica. De perfecto acuerdo con las ciencias, el materialismo
marxista reconoce la diversidad cualitativa de las formas del
movimiento y la especificidad de las leyes de su desarrollo, siendo la
forma mecánica sólo la forma más simple entre las demás formas del
movimiento. El antiguo materialismo era un materialismo metafísico
según el cual, el mundo es inmóvil e inmutable. El materialismo
marxista es un materialismo dialéctico, pues considera la naturaleza y
la sociedad en su evolución y en su renovación perpetuas. El
materialismo premarxista no fue capaz de ofrecer una interpretación
materialista de los fenómenos sociales. El marxismo creó la
concepción materialista de la historia, aplicando el materialismo
dialéctico a la explicación de la sociedad. El materialismo
premarxista era un materialismo contemplativo que no podía comprender
el papel transformador de la actividad práctica de los hombres. Los
antiguos materialistas se atenían a una concepción abstracta de la
naturaleza humana a la que separaban de las relaciones sociales. No
hacían más que explicar el mundo, cuando de lo que se trataba era de
transformarlo, o, dicho de otro modo, no comprendían la importancia de
la actividad práctica revolucionaria. El materialismo filosófico
marxista es un instrumento poderoso de conocimiento y de
transformación del mundo. Desde el punto de vista de sus orígenes de
clase, el materialismo marxista se distingue esencialmente de las
formas anteriores del materialismo. El materialismo de los siglos
XVII y XVIII era la ideología de la burguesía revolucionaria de la
época. Los representantes más avanzados del materialismo anteriores a
Marx –los materialistas rusos del siglo XIX, Belinski (ver), Herzen
(ver), Chernishevski (ver), Dobroliúbov (ver), etc.– expresaban los
intereses del campesinado en lucha contra la servidumbre de la gleba.
Los materialistas burgueses anteriores a Marx, no eran más que
fundadores de “escuelas” filosóficas, mientras que el materialismo
filosófico marxista se ha transformado en la doctrina y en la bandera
de la clase más progresista, el proletariado.

Principios fundamentales del materialismo filosófico marxista: 1) el
mundo es material y se desarrolla según las leyes del movimiento de la
materia; 2) la materia es anterior a la conciencia; 3) el mundo
material y sus leyes son cognoscibles, y las verdades científicas son
objetivas. El materialismo filosófico marxista sostiene que el mundo
es material por naturaleza y que los diferentes fenómenos son formas
diversas de la materia en movimiento. El materialismo marxista prueba
que todos los cuerpos, desde las ínfimas partículas del átomo hasta
los gigantescos planetas, desde las bacterias hasta los animales
superiores, hasta el hombre, son la materia bajo sus diferentes formas
y en sus diversas etapas de desarrollo. Contrariamente al idealismo,
que considera que el mundo es creado por Dios o que es una encarnación
de la “idea absoluta”, del “espíritu universal”, de la “conciencia”,
el materialismo filosófico marxista sostiene que la materia existe
eternamente, que no ha sido ni es creada por nadie, que el mundo se
desarrolla según las leyes objetivas del movimiento de la materia y no
tiene necesidad de ningún “espíritu universal”. En oposición al
idealismo, que afirma que sólo nuestra conciencia existe realmente,
que el mundo material, el ser, la naturaleza, no existen más que en
nuestra conciencia, en nuestras sensaciones, en nuestros conceptos, el
materialismo filosófico marxista parte del principio de que la materia
es el dato primario y que la conciencia es el dato secundario,
derivado, pues es el reflejo de la materia; que el pensamiento es un
producto de la materia llegada en su desarrollo a un grado elevado de
perfección, que es el producto del cerebro.

¿Es capaz el pensamiento humano de conocer el mundo real? Tal es el
segundo aspecto de la cuestión fundamental de la filosofía. En
oposición al idealismo, que pone en duda la posibilidad de conocer el
mundo y sus leyes, que niega la validez de nuestros conocimientos, el
materialismo filosófico marxista sostiene que el mundo y sus leyes son
cognoscibles. El materialismo marxista afirma que la práctica humana
constituye una prueba decisiva de que nuestros conocimientos son
verdaderos, y que no existen cosas en el mundo que no puedan ser
conocidas por la ciencia y la práctica.

La teoría del conocimiento elaborada por el materialismo dialéctico es
la única científica. El materialismo anterior a Marx ignoraba el
papel activo del pensamiento. Como lo ha dicho Marx, el idealismo
ponía de relieve el lado activo del pensamiento, pero desnaturalizaba
el proceso real del conocimiento. El materialismo marxista fue el
primero en la historia de la filosofía que apoyó la teoría del
conocimiento en una sólida base científica, que aplicó al conocimiento
el método dialéctico, que demostró el carácter histórico del
conocimiento en cada etapa dada, la correlación entre lo absoluto y lo
relativo, etc. El materialismo filosófico marxista es ajeno a la
actitud contemplativa del antiguo materialismo: ha probado que todo
progreso del conocimiento está ligado a la actividad práctica y ante
todo a la producción. Al integrar la actividad práctica y
revolucionaria del hombre en la teoría del conocimiento, el
materialismo filosófico marxista ha realizado una verdadera revolución
en filosofía. “La vida social es esencialmente práctica. Todos los
misterios que descarrían la teoría hacia el misticismo, encuentran su
solución racional en la práctica humana y en la comprensión de esta
práctica” (Marx, “Tesis sobre Feuerbach”, en Marx/Engels, Obras
escogidas, t. II, p. 378, Ed. esp., Moscú, 1952). La unidad de la
teoría y de la práctica es el hilo conductor del partido del
proletariado.

La aplicación del materialismo filosófico marxista a la historia de la
sociedad es de una importancia considerable para la actividad práctica
del partido comunista. Aplicado a la sociedad, el materialismo
filosófico marxista significa que las condiciones de la vida material
de la sociedad, la vida social, constituyen el dato primario, y que
las ideas, la conciencia, el dato secundario. “La fuerza y la
vitalidad del marxismo-leninismo estriban precisamente en que toma
como base para su actuación práctica las exigencias del desarrollo de
la vida material de la sociedad, sin desligarse jamás de la vida real
de ésta” (Stalin, “El materialismo dialéctico y el materialismo
histórico”, en Cuestiones del leninismo, p. 648, Ed. esp., Moscú,
1941). La actividad práctica del partido marxista se basa no en las
exigencias de la “razón”, de la “moral universal”, etc., sino en el
estudio de las leyes objetivas del desarrollo social, leyes
independientes de la voluntad y de la conciencia humanas. “La
filosofía de Marx es el materialismo filosófico acabado, que ha dado a
la humanidad, y en particular a la clase obrera, una formidable arma
de conocimiento” (Lenin, “Tres fuentes…”, en Obras escogidas, t. I,
p. 67, Ed. esp., Moscú, 1948).

Lenin desarrolló y concretó en sus trabajos el materialismo filosófico
marxista. En Materialismo y empiriocriticismo (ver), Lenin desentraña
las enseñanzas generales de los progresos realizados por la ciencia
después de la muerte de Engels y lleva el materialismo filosófico
marxista a un nivel superior. Profundiza las tesis marxistas
relativas a la materialidad del mundo, a la conciencia como función
del cerebro, al conocimiento como reflejo del mundo objetivo,
proporciona una definición luminosa de los principios fundamentales de
la gnoseología marxista, muestra la complejidad dialéctica del proceso
del conocimiento de la verdad objetiva, somete a una crítica
implacable al machismo (ver), al pragmatismo (ver) y demás variedades
modernas del idealismo. En El materialismo dialéctico y el
materialismo histórico y en otras obras, Stalin pone de relieve la
oposición del materialismo y del idealismo, y gracias a la síntesis de
los nuevos datos de la ciencia y de la práctica, desarrolla más aun
los principios fundamentales del materialismo filosófico marxista y
destaca su papel en la lucha práctica por el comunismo.

El materialismo filosófico marxista se opone actualmente a la reacción
idealista mundial como la única filosofía que ofrece un cuadro
científico del mundo, defiende los principios y los métodos de
explicación de la naturaleza y de la sociedad, proporciona a la
humanidad trabajadora un arma de lucha por el comunismo. El
materialismo filosófico marxista es la base teórica del desarrollo de
las ciencias de la naturaleza. Sobre esta base, la doctrina
michurinista (ver) ha logrado la victoria sobre el weismanismo
morganista (ver). Sobre la base del materialismo dialéctico, los
físicos soviéticos y los sabios progresistas del mundo entero luchan
contra el idealismo “físico” (ver), que frena el progreso científico y
concilia la ciencia con la religión. Todas las ramas de la ciencia
extraen del materialismo filosófico marxista las ideas directrices que
contribuyen a sus éxitos prácticos. La filosofía materialista
marxista desempeña un papel inmenso en la educación comunista de las
masas trabajadoras, en la lucha contra las supervivencias en la
conciencia y los prejuicios religiosos. Compenetrada de espíritu de
partido, es hostil al idealismo, cualquiera sea la máscara con que se
disimule. Esto es particularmente importante en nuestros días en que
diferentes corrientes “modernas” de la filosofía burguesa, disimulan
sus campañas de calumnias contra el materialismo bajo la enseña de la
“imparcialidad”, pretendiendo colocarse “por encima” de los partidos
en lucha en filosofía. Denunciar a los “lacayos diplomados del
fideísmo” declarados u ocultos, partiendo de las grandes ideas del
marxismo-leninismo, tal es el deber de los filósofos marxistas.

No figura en el Diccionario filosófico · 1965

No figura en el Diccionario de filosofía · 1984

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