Mendelismo
Diccionario filosófico marxista · 1946:214-215
El mendelismo es la teoría de la herencia creada por el sabio
austríaco Gregor Mendel en la década del 60 del siglo XIX y aceptada
por la actual ciencia burguesa sobre la herencia. De acuerdo con esta
teoría, existen reglas de la herencia iguales para todos los
organismos, desde el guisante hasta el hombre. Las propiedades
hereditarias (los factores) no dependen del cambio del organismo y de
sus condiciones de vida, pasan en forma invariable de los antepasados
a la descendencia en una asociación libre e independiente, formando un
casual mosaico de propiedades. Según el mendelismo, los diversos
caracteres individuales de los antepasados son: 1) que aparecen
nuevamente entre los descendientes en forma invariable y 2) que la
distribución en la descendencia de los caracteres paternos es igual
para todos los seres vivos, independientemente de la variedad y
complejidad de su organización. Por cada descendiente con caracteres
hereditarios del padre hay uno con los de la madre y dos de tipo
intermedio. Estos últimos contienen los “factores” tanto del padre
como de la madre, produciéndose así, según Mendel, el
“resquebrajamiento de los caracteres” en la proporción de 1:2:1. El
mendelismo encaminó la teoría de la herencia por la vía de los
recuentos formales de los caracteres en la descendencia sin investigar
el proceso, las causas y las condiciones del desarrollo de dichos
caracteres. Por eso, sobre la base del mendelismo no es posible regir
la formación de los caracteres en la descendencia, no es posible regir
la herencia. La teoría del mendelismo acerca de la identidad e
inmutabilidad del “factor” en los padres, y los descendientes hasta
generaciones lejanas, es una teoría metafísica que niega la evolución.
La correlación numérica, supuesta por el mendelismo, de la
distribución de los caracteres en la descendencia, igual para todos
los seres vivos, no corresponde a la realidad, ya que en las diversas
formas paternas en distintas condiciones de su desarrollo hay un
diferente grado de la diversidad de la descendencia. Conociendo las
leyes que rigen el desarrollo del organismo es posible conocer cada
vez más la formación de los caracteres en la descendencia y regirlas
por expresiones numéricas. Como lo demostraron los experimentos del
académico soviético T. D. Lisenko con diversas clases de trigo, con
la correspondiente selección de las formas cruzadas y la selección de
las condiciones de educación correspondientes a la naturaleza de los
híbridos, se puede obtener una plena homogeneidad de la descendencia.
Los grandes sabios darwinistas soviéticos K. A. Timiriazev e I. V.
Michurin han demostrado en sus obras que las llamadas reglas de Mendel
tienen un valor parcial que en caso alguno pueden ser consideradas
como una ley universal del mundo orgánico. Timiriazev criticó el
mendelismo en una serie de trabajos que componen la recopilación
Darwinismo y Selección (1937). Michurin hizo también una crítica del
mendelismo en su trabajo “Con motivo de la inadaptabilidad de las
leyes de Mendel en la hibridización”, y otros.
Diccionario filosófico abreviado · 1959:352-353
Teoría errónea y metafísica de la herencia, creada por un monje
austríaco, Gregor Mendel, durante la década del sesenta del siglo XIX,
y admitida por la genética reaccionaria contemporánea. Según esta
teoría, las leyes de la herencia son las mismas para todos los
organismos, desde la arveja al hombre. Las propiedades (factores),
independientes de los cambios que sobrevienen al organismo y de sus
condiciones de existencia, son trasmitidas sin modificación de los
ascendientes a los descendientes, y forman combinaciones libres e
independientes, un mosaico de propiedades debidas al azar. Según el
mendelismo, ciertos caracteres de los ascendientes pueden reaparecer
en los descendientes sin haber sufrido cambios, y la repartición de
los caracteres ancestrales es la misma para todos los seres vivos,
independientemente de la variedad y de la complejidad de su
organización. Para cada descendiente, portador del carácter
hereditario paterno, hay un descendiente heredero del carácter materno
y dos de tipo intermedio. Estos últimos comprenden los “factores”
paterno y materno, y de esa manera se produce, según Mendel, “la
fisión de los caracteres” según la relación 1:2:1. El camino seguido
por el mendelismo era completamente formal, y consistía en contar los
caracteres manifestados en la descendencia en lugar de estudiar los
procesos, las causas y las condiciones de su desarrollo. Por esa
razón, el mendelismo no puede servir para dirigir la herencia. Al
afirmar la identidad y la invariabilidad del “factor” en los
ascendientes y los descendientes, niega el desarrollo, es metafísico.
La relación numérica hipotética que liga los factores de la
descendencia supuestamente idéntica para todos los seres vivos, no
corresponde a ninguna realidad, dado que, para formas ancestrales
diferentes y en condiciones de desarrollo diferentes, el grado de
diversidad de la descendencia no es idéntico. El mendelismo no es una
teoría biológica; es una teoría puramente estadística, que no revela
las leyes reales de la herencia, sino que substituye el estudio
biológico de los fenómenos por métodos matemáticos formales. El
conocimiento de las leyes de desarrollo del organismo permite dirigir
cada vez mejor, la formación y el desarrollo de los caracteres de la
descendencia.
R. Timiriazev (ver), I. Michurin (ver) y T. Lisenko han hecho una
crítica severa del mendelismo como pseudoteoría de la herencia.
Timiriazev rechazó la tentativa realizada por un grupo de mendelianos
(Bateson, Keeble y otros) de refutar la teoría materialista de Darwin
del origen de las especies por la selección natural, y de reemplazarla
por la teoría reaccionaria de Mendel. Timiriazev escribía entonces:
“Es evidente que es preciso buscar las causas de esta salida
anticientífica en circunstancias de un orden no científico. Este
capricho extravagante que llenará de consternación al futuro
historiador de la ciencia, extrae su origen de otra manifestación no
sólo paralela, sino vinculada sin duda a la primera. Me refiero al
reforzamiento de la reacción clerical contra el darwinismo”. En un
artículo publicado en 1915 bajo el título de “Las leyes de Mendel son
inaplicables a la hibridación”, Michurin demostró brillantemente sobre
la base de sus experimentos que las “leyes de las arvejas” de Mendel
no podían servir para analizar las leyes de herencia en las plantas
frutales. Los experimentos efectuados por el académico Lisenko con
numerosas especies de trigo han mostrado que por medio de una juiciosa
selección de las formas a cruzar y en condiciones de cultivos acordes
con la naturaleza de los híbridos, se puede obtener una descendencia
totalmente homogénea. En su obra Agrobiología (1952), Lisenko aporta
numerosos hechos experimentales que refutan completamente el
mendelismo y sus pseudoleyes. (Ver igualmente
Weismanismo-morganismo).
No figura en el Diccionario filosófico · 1965
No figura en el Diccionario de filosofía · 1984