5-Movimiento

Movimiento

Diccionario filosófico marxista · 1946:227-228

Movimiento

El movimiento es el modo de ser de la materia, su propiedad más
esencial e inalienable. El movimiento, como la materia, es eterno,
increable e indestructible. El universo es la materia en movimiento.
“La materia sin movimiento es tan inconcebible como el movimiento sin
materia” (Engels). La fuente del movimiento se halla en la propia
materia, y el movimiento actúa, por eso, como un automovimiento (ver),
no necesitando ser explicado mediante un primer impulso o “motor” en
forma de creador, dios y demás fuerzas misteriosas. El impulso
interno de todo movimiento son las contradicciones, la lucha entre los
contrarios. Ya la forma más simple del movimiento –el desplazamiento
de un cuerpo en el espacio– es una contradicción, puesto que de un
cuerpo en movimiento se puede decir que en uno y el mismo instante se
halla y no se halla en un determinado lugar. El materialismo
dialéctico llama movimiento no sólo al desplazamiento en el espacio,
sino a todo cambio en general que observamos en la Naturaleza y en la
Sociedad. Las formas fundamentales del movimiento son: el movimiento
mecánico (el desplazamiento de un cuerpo en el espacio), el físico
(calor, luz, electricidad y otros), el químico (composición y
descomposición de átomos), el intraatómico (la mecánica de los
quanta), el orgánico o vida (célula, organismo), vida social,
conciencia. Cada una de estas formas del movimiento tiene sus
particularidades sólo a ella inherentes, y es inadmisible, por eso,
reducir las formas superiores del movimiento a las formas inferiores:
las leyes que rigen el raciocinio no pueden ser explicadas por la
biología que estudia las leyes de la vida orgánica; a su vez, las
funciones del organismo no pueden ser totalmente explicadas por las
leyes mecánicas o físicas del calor, de la gravedad, etc. Asimismo es
un absurdo, por ejemplo, pretender explicar las crisis económicas o
las revoluciones, por las manchas solares o por el movimiento de los
cuerpos celestes, como lo hacen algunos sociólogos burgueses vulgares.
Al reducir las formas superiores del movimiento a las inferiores se
suele invocar el hecho de que las formas superiores se realizan sobre
la base del movimiento físico, químico o mecánico. Pero los
materialistas mecanicistas no comprenden que las formas inferiores del
movimiento son, en este caso, accesorias y no agotan la esencia de la
forma superior. «Algún día, indudablemente, por vía experimental,
“reduciremos” el pensamiento a un movimiento molecular y químico en el
cerebro; pero ¿quedará con ello exhausta la esencia del pensamiento?»
(Engels). El movimiento tiene un carácter absoluto, universal; nunca
y en parte alguna hay un reposo, un equilibrio absolutos. Todo reposo
es relativo. Por ejemplo, la piedra, la casa, la mesa, se hallan en
reposo sólo en relación a la Tierra, pero se mueven con la Tierra
sobre su eje y alrededor del Sol y con el sistema solar. Al mismo
tiempo, en la piedra, en la mesa, tiene lugar un movimiento molecular
e intraatómico. Así, pues, el reposo, el equilibrio, sólo son
momentos del movimiento. Sólo el movimiento es eterno, absoluto, no
transitorio. El reposo es siempre relativo, temporal. “Todo
movimiento concreto tiende al equilibrio, y éste desaparece en el
movimiento total” (Engels).

Diccionario de filosofía y sociología marxista · 1959:81-82

Movimiento espontaneo (natural)

Todo el mundo se encuentra en continuo movimiento y desarrollo. Los
idealistas y el clero afirman que la causa del movimiento se encuentra
no en la naturaleza, sino fuera de ella, en Dios. El materialismo
dialéctico, explicando el mundo por sí mismo, sostiene que la causa
del movimiento y del desarrollo se encuentra no en Dios, sino en las
leyes inherentes al propio universo. En la naturaleza y en la
sociedad, el movimiento o desarrollo se realiza a fuerza de
contradicciones internas, inherentes a los objetos y fenómenos. Por
eso, el movimiento o desarrollo de los objetos, es su auto-movimiento,
su auto desarrollo. “Las condiciones del conocimiento, de todos los
procesos del universo, en su ‘auto-movimiento’, en su desarrollo
espontáneo, en su existencia viva, es su conocimiento como una unidad
de contrarios” (Lenin). Movimiento y reposo

El movimiento es una de las formas fundamentales de la existencia de
la materia. “La materia sin movimiento es tan absurda, como el
movimiento sin materia” (Enqels.)

Existen distintas formas de movimiento de la materia, por ejemplo: el
movimiento mecánico, el calor, la luz, la electricidad, la vida y, por
último, su forma superior: la conciencia. Todas estas formas se
hallan en unidad, en correlación y, bajo determinadas condiciones,
pasan de una a otra: una forma de movimiento se transforma en otra.

La dialéctica marxista, generalizando todas las formas de movimiento
que existen en la naturaleza, entiende por movimiento el cambio en
general.

La concepción mecanicista del movimiento, que refiere todo movimiento
al desplazamiento de los cuerpos en el espacio, es unilateral;
simplifica y desfigura las múltiples formas de movimiento que
realmente existen en la naturaleza. La concepción mecanicista del
movimiento presupone un impulso exterior. Eso conduce a vacilaciones
idealistas.

La dialéctica marxista se apoya fundamentalmente en el reconocimiento
de una fuente interior del movimiento, en el auto-movimiento. El
reposo, el equilibrio, son solo un momento del movimiento. Un reposo
absoluto, eterno, no existe en la naturaleza. Por ejemplo, el
ferrocarril se mueve con relación a todos los objetos de un lugar que
están en reposo. Pero, estos mismos objetos no se hallan en reposo
absoluto. En ellos ocurre un continuo movimiento, cambio, bajo
influencia de causas externas e internas. Además, conjuntamente con
el globo terrestre, se mueven alrededor del sol.

De tal modo, el reposo es, al mismo tiempo, movimiento. Movimiento y
reposo están en correlación. “El movimiento aislado tiende al
equilibrio; el movimiento general de nuevo lo destruye” (Engels).

Diccionario filosófico abreviado · 1959:369-370

Movimiento

Modo, forma de existencia de la materia, propiedad esencial que le es
inherente. Al igual que la materia, el movimiento es eterno y no
puede ser creado ni destruido. El mundo es la materia en movimiento.
La materia es inconcebible sin movimiento, del mismo modo que el
movimiento es inconcebible sin materia. La fuente del movimiento
reside en la materia misma, de modo que el movimiento no tiene
necesidad de ser explicado por un “papirotazo inicial” o por un “motor
original” bajo la forma de un creador, de Dios o de otras fuerzas
sobrenaturales. Los descubrimientos de la física a fines del siglo
XIX y en la primera mitad del siglo XX, confirman plenamente la teoría
marxista del movimiento. Es el caso, por ejemplo, de la ley de la
correlación entre la masa y la energía: no hay masa sin energía y
recíprocamente; a toda masa corresponde cierta cantidad de energía,
toda energía corresponde a cierta cantidad de masa; la masa del
electrón aumenta al mismo tiempo que la velocidad de su movimiento.
Por consiguiente, la ciencia moderna ha suprimido la solución de
continuidad entre la materia y el movimiento, característica de las
ciencias metafísicas, que enfocaban la materia al margen del
movimiento, y la consideraban como una masa inerte y fija.

Los idealistas actuales, tanto en filosofía como en física, explotan
los nuevos descubrimientos para afirmar que el movimiento es
“inmaterial”, para resucitar el “energetismo” (ver) idealista
desenmascarado por Lenin en Materialismo y empiriocriticismo (ver).
Un fenómeno tal como la transformación del fotón en la proximidad del
núcleo, en pareja material –electrón y positrón– es considerado como
el nacimiento de la materia a partir de la energía pura, inmaterial
del movimiento; y su transformación inversa en fotones, es considerada
como el aniquilamiento de la materia, el nacimiento de la energía
pura, del movimiento puro. En realidad ese hecho confirma
brillantemente la doctrina del materialismo dialéctico sobre el
movimiento y la materia inseparables el uno de la otra, pues los
fotones, así como los electrones y los positrones son materiales y se
hallan en movimiento; en cuanto a su conversión mutua, no es más que
la conversión mutua de una forma o variedad a otra forma o variedad de
la materia.

En las contradicciones, en la lucha de los contrarios reside el
impulso interno de todo movimiento. El movimiento más simple, el
desplazamiento de un cuerpo en el espacio, es ya una contradicción: se
puede decir de un cuerpo que se mueve, que se encuentra y no se
encuentra al mismo tiempo en un lugar determinado. El materialismo
dialéctico llama movimiento no sólo al desplazamiento en el espacio,
sino en general, a todo cambio en la naturaleza y en la sociedad. Las
formas esenciales son las siguientes: movimientos de las partículas
microscópicas de la materia según leyes específicas (electrones,
protones, etc.), movimiento mecánico (desplazamiento de un cuerpo en
el espacio), movimiento físico (luz, electricidad, movimiento
molecular como el calor, etc.), químico (unión y disociación de los
átomos), movimiento orgánico o vida (célula, organismo), conciencia,
vida social. Cada una de estas formas tiene sus particularidades
propias, de modo que sería erróneo reducir las formas superiores del
movimiento a sus formas inferiores. Las leyes del pensamiento no
pueden ser explicadas únicamente por la biología, que estudia las
leyes de la vida orgánica. A su vez, las funciones del organismo no
pueden ser explicadas plenamente por medio de las leyes físicas o
mecánicas del calor, de la gravedad, etc. De igual modo, es absurdo
explicar las crisis económicas o las revoluciones por las manchas del
sol o el movimiento de los cuerpos celestes, como lo hacen los
sociólogos burgueses vulgares. Cuando los mecanicistas tratan de
reducir las formas superiores del movimiento a las formas inferiores,
invocan generalmente el hecho de que las formas superiores del
movimiento tienen por base el movimiento físico, químico o mecánico.
Los materialistas mecanicistas no comprenden que las formas inferiores
del movimiento no son, en tal caso, las principales; esas formas
accesorias no agotan la esencia de la forma superior del movimiento.
«Algún día, indudablemente, “reduciremos” el pensamiento a un
movimiento molecular y químico en el cerebro pero ¿quedará con ello
agotada la esencia del pensamiento?» (Engels, Dialéctica de la
naturaleza, Ed. rusa). Las formas del movimiento se encadenan y se
transforman las unas en las otras: el movimiento mecánico en ciertas
condiciones, se transforma en forma física del movimiento, ésta se
transforma en forma química y así por lo consiguiente.

El movimiento tiene un carácter absoluto, universal: no existe, no ha
existido ni puede existir reposo completo, equilibrio absoluto. Una
piedra, una casa, una mesa no están en reposo sino con relación a la
tierra, pero se mueven con ella alrededor de su eje y alrededor del
sol y se desplazan conjuntamente con el sistema solar entero. Al
mismo tiempo, existen dentro de los objetos, movimientos
intramoleculares e intraatómicos. Así, pues, el reposo, el equilibrio
no es más que un momento del movimiento. Sólo el movimiento es
eterno, absoluto. El reposo es siempre relativo, momentáneo. “El
movimiento singular tiende hacia el equilibrio; la totalidad del
movimiento suprime de nuevo el equilibrio singular” (Ibid.). La
filosofía materialista considera cada fenómeno en su movimiento
continuo, su desarrollo y su transformación, en el proceso de
nacimiento y de muerte, de destrucción y de creación. Al enfocar los
objetos desde este ángulo, nos colocamos sobre el terreno de la
realidad misma, nos conformamos a uno de los principios fundamentales
del método dialéctico marxista.

Diccionario filosófico · 1965:328-329

Movimiento

Atributo importantísimo, modo de existencia de la materia. El
movimiento incluye en sí todos los procesos que se dan en la
naturaleza y en la sociedad. En su aspecto más amplio, es el cambio
en general, es toda interacción de objetos materiales. En el mundo no
existe materia sin movimiento, como tampoco puede existir movimiento
sin materia. El movimiento de la materia es absoluto, mientras que
todo reposo es relativo y constituye uno de las momentos del
movimiento. Un cuerpo en estado de reposo respecto a la Tierra, se
mueve junto con ésta alrededor del Sol, y junto con el Sol, alrededor
del centro de la Galaxia, etc. Como quiera que el mundo es infinito,
todo cuerpo participa de la infinita multiplicidad de formas del
movimiento. La persistencia cualitativa de los cuerpos y la
estabilidad de sus cualidades constituyen, asimismo, una manifestación
de reposo relativo. Pero dicha persistencia está condicionada por un
tipo especial de interacción de las micropartículas del cuerpo;
aparece, por tanto, como resultado del movimiento de tales
micropartículas. Así resulta que el movimiento determina las
propiedades, la organización estructural y el carácter de la
existencia de la materia. El movimiento de la materia es diverso por
sus manifestaciones y existe en distintas formas (Formas del
movimiento de la materia). En el proceso de desarrollo de la materia,
aparecen formas de movimiento cualitativamente nuevas y más complejas.
Pero ni siquiera el desplazamiento mecánico es absolutamente simple.
Cuando un cuerpo se desplaza, se halla constantemente en interacción
con otros cuerpos a través de los campos electromagnético y
gravitatorio y, e la vez, se transforma. Así, la teoría de la
relatividad señala que al aumentar la velocidad del movimiento aumenta
la masa de los cuerpos, disminuye la longitud en la dirección del
movimiento, se acelera el ritmo de los procesos en los cuerpos. Si
las velocidades se acercan a la de la luz, los electrones y otras
partículas pueden irradiar intensivamente cuantos de campo
electromagnético en la dirección del movimiento (es el denominado
electrón “luminiscente”). Tenemos, pues, que todo movimiento incluye
en si una interacción de distintas formas de movimiento y sus
transformaciones recíprocas. Resulta, asimismo, inagotable, como
inagotable es la propia materia. El movimiento de ésta constituye un
proceso de interacción de contrarios. Así, el movimiento mecánico
aparece como unidad de la discontinuidad y continuidad del espacio y
del tiempo; el movimiento electromagnético, nuclear y gravitatorio se
basa en la unidad de procesos contrarios consistentes en la absorción
e irradiación, por parte de las micropartículas, de cuantos de los
campos electromagnético, nuclear y gravitatorio; el movimiento químico
abarca la asociación y la disociación de átomos; los procesos vitales
se basan en la unidad entre la asimilación y la desasimilación de
sustancias, entre la excitación y la inhibición de las células, etc.
El automovimiento infinito de la materia en el cosmos aparece asimismo
como resultado de la unidad de los procesos opuestos de dispersión de
materia y energía (durante el decurso de la evolución de las
estrellas) y de su concentración inversa que conduce, en último
término, al surgimiento de astros, galaxias y otras formas de la
materia. Si el movimiento de un sistema material se subordina a una
ley única y abarca el cambio total del sistema, se presenta como
proceso del desarrollo del sistema. Cuando el desarrollo es
ascendente, se hacen más complejos los nexos, la estructura y las
formas del movimiento de los objetos materiales, ocurre una
transformación progresiva de lo inferior en lo superior. El
desarrollo descendente expresa, por el contrario, la degradación y
descomposición del sistema, la simplificación de sus formas de
movimiento. El movimiento constituye un concepto más general que el
de desarrollo, dado que incluye en sí todo cambio, hasta el externo y
casual, que no corresponde a la ley interna que preside el desarrollo
del sistema.

Diccionario de filosofía · 1984:302

Movimiento

Importantísimo atributo y modo de existencia de la materia. El
movimiento incluye todos los procesos que transcurren en la naturaleza
y en la sociedad. En su forma más amplia, el movimiento es cambio en
general, toda interacción de los objetos materiales. En el mundo no
existe materia sin movimiento, lo mismo que no puede existir
movimiento sin materia. El movimiento de la materia es absoluto,
mientras que todo reposo es relativo y constituye uno de los momentos
del movimiento. El cuerpo que está en reposo respecto a la Tierra,
gira con ella alrededor del Sol, y junto con éste, en torno al centro
de la Galaxia, etc. Puesto que el mundo es infinito, todo cuerpo
participa en un sinnúmero de formas de movimiento. La estabilidad
cualitativa de los cuerpos y de sus propiedades también es resultado
de la interacción y el movimiento de los microobjetos que componen los
cuerpos. Así pues, el movimiento determina las propiedades, la
organización estructural y el carácter existencial de la materia. El
movimiento de la materia es múltiple por sus manifestaciones y existe
en diversas formas (Formas de movimiento de la materia). En el
proceso de desarrollo de la materia surgen formas nuevas y
cualitativamente más complejas de movimiento. Pero incluso el
desplazamiento mecánico no es absolutamente simple. En el proceso de
desplazamiento, el cuerpo interacciona sin cesar con otros cuerpos a
través de los campos electromagnético y gravitacional y se va
modificando. Así, la teoría de la relatividad señala que, al aumentar
la velocidad del movimiento, crece la masa de los cuerpos, se
aminoran, en la dirección del movimiento, las dimensiones lineales y
disminuye el ritmo de los procesos en los cuerpos. Con las
velocidades cercanas a la de la luz, los electrones y otras partículas
son capaces de emanar intensamente los cuantos del campo
electromagnético en dirección del movimiento. De esta manera, todo
movimiento comprende la interacción de las diversas formas de
movimiento y sus metamorfosis mutuas. El movimiento es tan inagotable
como la materia misma. El movimiento de la materia es un proceso de
interacción (“lucha”) de los diversos contrarios, que constituyen el
contenido interior de los distintos cambios y la causa de la
alternación de los estados cualitativos concretos. Por ejemplo, los
movimientos electromagnético, gravitacional y nuclear se asientan en
la unidad de los procesos contrarios de la emisión y la absorción por
los microobjetos de los cuantos de los campos electromagnético,
gravitacional y nuclear; el movimiento químico incluye la asociación y
la disociación de los átomos; los procesos vitales se basan en la
asimilación y la desasimilación de las substancias, en la excitación e
inhibición de las células, etc. El automovimiento infinito de la
materia en el Cosmos es resultado de la unidad de los procesos
opuestos de dispersión de la materia y la energía (en el curso de la
evolución de los astros) y de su nueva concentración, la que en
definitiva conduce al surgimiento de astros, galaxias y otras formas
de la materia. El movimiento engloba también todas las formas de
desarrollo de la materia. El desarrollo es el cambio estructural
íntegro e irreversible de los sistemas, que tiene una determinada
orientación. Esta orientación es una resultante de la adición de las
distintas tendencias interiores del cambio, que se desprenden de las
leyes del movimiento del sistema y de las condiciones exteriores
existentes. Las formas de desarrollo de la materia pueden ser muy
variadas, en dependencia del grado de complejidad del sistema, de las
formas de movimiento que le son propias, de la velocidad y el ritmo de
los cambios, su carácter, orientación, etc. Si el desarrollo es
ascendente, tiene lugar la complicación de las conexiones, estructura
y formas de movimiento de los objetos materiales y las
transformaciones progresivas de lo inferior a lo superior. Por el
contrario, el desarrollo descendente expresa la degradación, la
desintegración del sistema y la simplificación de las formas de su
movimiento. En comparación con el desarrollo, el movimiento es un
concepto más general, porque incluye todo cambio, comprendido el
exterior y casual, que no se corresponde con las leyes interiores del
desarrollo del sistema.

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