Naturaleza
Diccionario filosófico marxista · 1946:229
Naturaleza
De acuerdo con la doctrina del materialismo dialéctico, la Naturaleza
es la materia en toda la variedad de sus manifestaciones y formas de
movimiento. La unidad de la Naturaleza (del mundo) estriba en su
materialidad. La explicación científica de los fenómenos de la
Naturaleza no tiene necesidad de ninguna causa exterior, espiritual,
divina u otra análoga. “La concepción materialista del mundo se
limita sencillamente a concebir la Naturaleza tal y como es, sin
ninguna clase da aditamentos extraños” (Engels). Los idealistas
declaran que la Naturaleza es un fenómeno de la conciencia. Kant, por
ejemplo, estimaba que sólo el entendimiento humano introduce el orden
y las leyes en el caos de fenómenos que nos circunda, transformándolo
así en Naturaleza. Hegel consideraba la Naturaleza como el “otro ser”
del espíritu; Mach, como un complejo de sensaciones del sujeto, etc.
En realidad, “la materia, la Naturaleza, el ser, son una realidad
objetiva, existen fuera de nuestra conciencia e independientemente de
ella” (Stalin). La Naturaleza es el resultado de una larga evolución
histórica. De la materia inorgánica surgió la vida orgánica, la
facultad sensorial de la materia. El hombre es una parte de la
Naturaleza, su producto superior, que por intermedio de los
instrumentos de producción que crea, actúa sobre la Naturaleza, la
modifica y obliga a sus fuerzas a servir a sus objetivos. En los
siglos XVI-XVIII imperaba en la ciencia la convicción de la
inmutabilidad absoluta de la Naturaleza. El materialismo dialéctico
afirmó la concepción histórica sobre la Naturaleza, examinándola en
movimiento y desarrollo.
Diccionario filosófico abreviado · 1959:373-374
Naturaleza
La materia en toda la diversidad de sus manifestaciones y de las
formas de su movimiento. La unidad de la naturaleza (del mundo)
consiste en su materialidad. La explicación científica de los
fenómenos de la naturaleza no tiene necesidad de recurrir a ninguna
causa exterior, espiritual, divina u otra. “La concepción
materialista de la naturaleza no significa otra cosa que la simple
comprensión de la naturaleza tal como se presenta, sin aditamento
extraño…” (Engels, Dialéctica de la naturaleza, Ed. rusa). Los
idealistas declaran que la naturaleza es una manifestación de la
conciencia. Según Kant, sólo el entendimiento humano pone orden y
regularidad en el caos de fenómenos que nos rodean. Para Hegel, la
naturaleza es una forma de existencia del espíritu; para Mach, el
complejo de sensaciones de un sujeto, etc. Ahora bien, la naturaleza
es una realidad objetiva que existe fuera e independientemente de la
conciencia. La naturaleza está en desarrollo perpetuo, y no tiene ni
comienzo ni fin en el tiempo y en el espacio. La materia inorgánica
ha dado comienzo a la vida orgánica, a la materia dotada de
sensibilidad. El hombre es una parte de la naturaleza, su producto
superior. Gracias al descubrimiento de las leyes objetivas de la
naturaleza, gracias a los instrumentos de producción que fabrica, el
hombre actúa sobre la naturaleza, la transforma, la domina. Del siglo
XVI al XVIII, reinó en la ciencia la idea de la inmutabilidad de la
naturaleza. El materialismo dialéctico señala el triunfo de la
concepción histórica de la naturaleza considerada desde el ángulo de
su movimiento y de su desarrollo.
Diccionario filosófico · 1965:332-333
Naturaleza
- Mundo que nos rodea con toda la diversidad infinita de sus
manifestaciones. La naturaleza es la realidad objetiva existente
fuera e independientemente de la conciencia. No tiene ni principio ni
fin, es infinita en el tiempo y en el espacio, se halla en incesante
movimiento y cambio. En su desarrollo, la naturaleza inorgánica, con
sujeción a leyes, da origen a la naturaleza orgánica (Biosfera), y
esta última prepara todas las condiciones biológicas necesarias para
la aparición del hombre. Sin embargo, el factor decisivo en el
proceso de la aparición del hombre es la formación de la sociedad. El
nacimiento de la sociedad modifica de manera esencial la propia
naturaleza (Noosfera). El hombre, entrando en conocimiento de las
leyes objetivas de la naturaleza, influyendo sobre ella valiéndose de
instrumentos y medios de trabajo creados especialmente, utiliza las
sustancias y la energía de la naturaleza para producir los bienes
materiales necesarios a la sociedad humana. Con esto, el medio
natural de habitación se completa con un medio artificial, que
constituye la denominada “segunda naturaleza”, es decir, el conjunto
de cosas que no se encuentran preparadas en la naturaleza y que han
sido creadas en el proceso de la producción social. De ahí que las
relaciones del hombre con la naturaleza posean siempre un carácter
social y estén mediatizadas, de uno u otro modo, por el desarrollo de
las fuerzas productivas y de las relaciones de producción. Lo mismo
ocurre en lo que respecta a las relaciones teóricas del hombre con la
naturaleza, Mas, aun adquiriendo cada vez mayor poder sobre la
naturaleza, aun transformándola activamente, los hombres no dejan de
pertenecer a la naturaleza, no dejan de constituir una parte orgánica
de la misma. - Esencia verdadera, ley interna, especificidad de las cosas o
fenómenos (por ejemplo, naturaleza del Estado, naturaleza de lo
psíquico, etc.).
Diccionario de filosofía · 1984:305
Naturaleza
(latín natura.) Mundo que nos rodea en toda la diversidad infinita de
sus manifestaciones. La naturaleza es la realidad objetiva, que
existe fuera e independientemente de la conciencia. No tiene comienzo
ni fin, es infinita en el tiempo y se halla en constante movimiento y
cambio. A veces se llama naturaleza sólo a una parte suya, a saber,
la biosfera de nuestro planeta. La biosfera, formada por el
desarrollo precedente de la naturaleza, creó precisamente las
condiciones necesarias para el surgimiento del hombre. Sin embargo,
el factor decisivo de este proceso fue el trabajo. La aparición de la
sociedad modifica esencialmente la naturaleza misma (Noosfera).
Conociendo las regularidades objetivas de la naturaleza y actuando
sobre ella con ayuda de los instrumentos y medios de trabajo
especialmente creados, los hombres aprovechan las substancias y la
energía de la naturaleza con el fin de obtener los bienes materiales
necesarios para la sociedad humana. Con ello, el medio natural del
habitat se complementa con el medio artificial, que constituye la
“segunda naturaleza”, es decir, el conjunto de cosas que no se
encuentran en forma preparada en la naturaleza y que se crean en el
proceso de producción social. Pero, al adquirir un poder cada vez
mayor sobre la naturaleza y transformarla activamente, los hombres no
dejan de pertenecer a ella, es decir, constituir parte orgánica suya.
Los hombres pueden cambiar, rehacer la naturaleza en la dirección
deseable únicamente guiándose por las leyes de la naturaleza y
utilizando las fuerzas y procesos naturales. El principal indicador
del nivel de relaciones de la sociedad con la naturaleza es el
carácter de las fuerzas productivas. En el contexto de la revolución
científico-técnica ha adquirido particular agudeza el problema de la
protección de la naturaleza y de la conjugación racional de la
actividad productora de la sociedad y los procesos naturales globales
que transcurren en nuestro planeta.