Negación de la negación
Diccionario filosófico marxista · 1946:230-231
Negación de la negación
La “negación de la negación” es “una ley extraordinariamente general,
y por ello mismo, extraordinariamente eficaz e importante, que rige el
desarrollo de la Naturaleza, de la Historia y del pensamiento; una ley
que… se impone en el mundo animal y vegetal, en geología, en
matemáticas, en historia y en filosofía” (Engels). La ley de la
negación de la negación es una de las leyes fundamentales de la
dialéctica. Cada fenómeno, siendo internamente contradictorio, lleva
implícita su propia negación. En él luchan lo naciente y lo caduco,
lo nuevo y lo viejo. La negación de lo viejo no significa, sin
embargo, una mera y vana negación, un simple rechazo de todo lo viejo,
como lo interpreta la metafísica. “En la dialéctica, negar no es
simplemente decir que no, o declarar que una cosa no existe, o
destruirla de un modo cualquiera” (Engels). La dialéctica “exige que
sea indicada la ‘unidad’, es decir, la conexión de lo negativo con lo
positivo; hallar lo positivo en lo negativo” (Lenin). El comunismo,
como una formación económico-social superior, sería imposible sin un
alto nivel de desarrollo de las fuerzas productivas creado por toda la
historia precedente de la Sociedad. El comunismo es la negación del
capitalismo, pero conserva todo lo positivo creado por la humanidad
bajo el yugo del capitalismo. Por eso, el proceso de evolución debe
ser interpretado, no como un movimiento en círculo, sino como un
movimiento progresivo, como un movimiento en línea ascendente, como el
tránsito de lo viejo a lo nuevo, de lo simple a lo complejo, de lo
inferior a lo superior. El desarrollo progresivo es característico de
la Naturaleza y de la Sociedad humana. Lenin señaló que en la fase
superior del desarrollo nos encontramos con la repetición de algunos
rasgos y peculiaridades de la fase inferior y con un retorno aparente
hacia lo viejo. Pero esta no es una simple repetición del camino ya
recorrido, sino un peldaño nuevo, superior. El régimen del comunismo
primitivo es negado por la sociedad explotadora clasista. A su vez,
el comunismo, como una nueva formación económico-social, niega la
sociedad clasista. Claro está, el comunismo contemporáneo no es un
simple retorno al régimen del comunismo primitivo, sino que representa
una fase completamente superior en la evolución de la Sociedad. La
sociedad de clases aparece como la negación de la sociedad primitiva.
La sociedad comunista, a su vez, es la negación del régimen explotador
de clases, es decir, la negación de la negación.
Diccionario de filosofía y sociología marxista · 1959:84-85
Negación de la negación
“La ley muy general y, por ello, importante y de muy amplia acción,
del desarrollo de la naturaleza, de la historia y del pensamiento; ley
que… se manifiesta en los reinos animal y vegetal, en la geología, las
matemáticas, la historia y la filosofía” (Engels). La ley de la
negación de la negación viene a ser una de las leyes fundamentales de
la dialéctica. Todo fenómeno, siendo interiormente contradictorio,
contiene en sí su propia negación. Luchan en él lo que nace con lo
que perece, lo nuevo con lo viejo. La negación de lo viejo no
significa, sin embargo, una mera y vana negación, simple arrojamiento,
de todo lo caduco, cual razonan los metafísicos. “Negar, en
dialéctica, no significa decir complemente ‘no’, o declarar
inexistente una cosa, o destruirla de cualquier modo” (Engels). La
dialéctica “exige se demuestre… la relación de lo negativo con lo
positivo; se encuentre ese positivo en lo negativo” (Lenin).
El comunismo, como la formación económico-social superior, sería
impotente sin el alto nivel de desarrollo de las fuerzas productivas,
creado por toda la historia anterior de la sociedad. El comunismo es
la negación del capitalismo, pero retiene todo lo positivo que haya
sido creado por la humanidad, bajo el yugo del capitalismo. Por eso,
corresponde entender el proceso del desarrollo no como un movimiento
en círculo, sino como un movimiento en avance, un movimiento en línea
ascendente, como la transición de lo viejo a lo nuevo, como desarrollo
de lo simple a lo complejo, de la naturaleza y de la sociedad humana.
Lenin indicaba que en el estadio superior del desarrollo, nos
encontramos con la repetición de algunos rasgos y propiedades del
estadio inferior, lo que parecería una regresión a lo vieja. Empero,
eso no es una simple repetición de lo pasado, sino una nueva etapa
superior.
El régimen comunista primitivo se niega por la sociedad explotadora de
clases. A su vez, el comunismo, como una nueva formación
económico-social, niega la sociedad de clases. Es claro que el
comunismo moderno no es una regresión al régimen comunista primitivo,
sino que representa una etapa inmensamente superior en el desarrollo
de la sociedad. La sociedad de clases aparece como negación de la
sociedad primitiva. La sociedad comunista, a su vez, es la negación
del régimen explotador de clases, es decir, negación de la negación.
Diccionario filosófico abreviado · 1959:376-377
Negación de la negación
Noción filosófica que traduce uno de los aspectos del desarrollo
dialéctico. Esta fórmula empleada por primera vez en la filosofía de
Hegel (ver), designa el desarrollo de lo inferior a lo superior,
conservando ciertos elementos positivos de lo viejo. Todo el proceso
del desarrollo está subordinado en Hegel, a “tríadas” (ver) (tesis,
antítesis, síntesis). La tesis es negada por la antítesis, la cual a
su vez, es negada por la síntesis (“negación de la negación”). En la
fase de la síntesis, el desarrollo parece volver a su punto de
partida, pero en un nivel superior. Para Hegel, la “negación de la
negación” es esencialmente un instrumento que le permite edificar sus
construcciones idealistas artificiales. Los enemigos del marxismo
(Dühring, Mijailovski) en sus intentos de desacreditar la dialéctica
marxista, pretendían que Marx y Engels habían creado su teoría
apoyándose en la tríada hegeliana, y que con la ayuda de la tríada
(“negación de la negación”) demostraban la caída inevitable del
capitalismo. Respondiendo a Mijailovski, Lenin hacía observar que la
tarea de los materialistas consiste en representar fielmente el
proceso histórico real, que así es cómo el socialismo científico
aborda las cosas, mientras que las “tríadas” no son más que vestigios
de las fórmulas hegelianas.
En Marx y en Engels, el término “negación de la negación” reviste un
sentido materialista y sólo expresa el carácter ascendente de la
realidad objetiva misma, desarrollo que reproduce en cierto sentido
las fases superadas, pero a un nivel más elevado. Así, Marx muestra
en El Capital que la propiedad privada capitalista es la primera
negación de la propiedad individual de los medios de producción basada
en el trabajo individual. Pero luego, el capitalismo, en razón de
leyes propias a su desarrollo prepara él mismo las condiciones de su
caída: la expropiación del capital es la negación de la negación, el
restablecimiento de la propiedad individual, es decir, la propiedad de
los trabajadores mismos sobre los medios de producción, pero a un
nivel superior, “…una propiedad individual basada en la cooperación
y en la posesión colectiva de la tierra y de los medios de producción
producidos por el propio trabajo” (Marx, El Capital, Lib. I, vol.
II). El movimiento de progresión está condicionado por todas las
leyes de la dialéctica, en particular, la ley de la transformación de
los cambios cuantitativos en cambios cualitativos; por el carácter
dialéctico de la negación de lo que es viejo, de lo que muere, y del
nacimiento de lo nuevo. La transición de la vieja cualidad a la
cualidad nueva, no significa una simple supresión de todo lo que ha
sido creado anteriormente. Según Lenin, la negación dialéctica no es
un simple rechazo de todo lo que es viejo. “Negar, en dialéctica, no
consiste lisa y llanamente en decir no, en declarar que una cosa no
existe, o en destruirla caprichosamente” (Engels, Anti-Dühring, p.
170, Ediciones Pueblos Unidos, Montevideo, 1948). El socialismo, por
ejemplo, es una negación categórica del régimen capitalista. Pero es
también el mantenimiento de todo lo positivo y valioso que ha creado
el capitalismo: las fuerzas productivas, la cultura progresista, etc.
Así, la transformación de la vieja cualidad en cualidad nueva, el
nacimiento de lo nuevo se efectúa siempre sobre la base de lo que ha
sido conquistado en las etapas precedentes; lo nuevo se eleva más
alto, señala un grado superior de lo viejo, un nuevo paso adelante en
el proceso único del desarrollo. Es lo que condiciona el carácter
progresivo del desarrollo, el desarrollo en línea ascendente.
Diccionario filosófico · 1965:271-272
Ley de la negación de la negación
Es una de las leyes fundamentales de la dialéctica. Hegel la enunció
por primera vez y la interpretó desde posiciones idealistas. La ley
de la negación de la negación expresa el carácter sucesivo del
desarrollo, la conexión de lo nuevo con lo viejo en el proceso de la
sustitución –sujeta a ley– de unas transformaciones cualitativas por
otras; expresa que, en un estadio superior de desarrollo, se repiten
hasta cierto punto algunas de las propiedades del estadio inferior;
fundamenta, asimismo, el carácter ascendente, progresivo, del
desarrollo; determina la tendencia, la dirección principal del curso
general del desarrollo. La ley de la negación de la negación se halla
vinculada orgánicamente a la ley de la unidad y lucha de contrarios,
dado que la negación de lo viejo por lo nuevo en el proceso del
desarrollo no es otra cosa que la solución de las contradicciones. En
su manifestación y sesión, la ley de la negación de la negación
presenta peculiaridades debidas a la esencia del objeto negado, al
carácter de sus contradicciones, a las circunstancias históricas
concretas. La negación dialéctica constituye un momento objetivo, el
principio motor de todo desarrollo. La relación entre lo viejo y lo
nuevo en el desarrollo, el carácter de la negación de lo viejo reciben
una elucidación totalmente opuesta en la metafísica y en la dialéctica
materialista. La negación metafísica, “fútil”, representa la simple
repulsión de lo viejo, su destrucción. Otro extremo metafísico es
creer que el desarrollo se efectúa según un círculo cerrado,
considerar que aquél no es más que el simple retorno a lo viejo.
Según la dialéctica materialista, la negación es una condición, un
momento del desarrollo con el mantenimiento de todo lo positivo que
había en lo viejo, y necesario para el ulterior desarrollo progresivo.
Sin esto, no habría sucesividad, continuidad en el desarrollo. Al
mismo tiempo, es una característica del desarrollo ascendente la
discontinuidad, pues la negación significa el paso de lo viejo a lo
nuevo, el surgimiento de un fenómeno cualitativamente nuevo. Con la
negación del punto de partida, no se termina el desarrollo, pues lo
que surge, a su vez, se somete a negación. En un determinado grado de
desarrollo, se produce un aparente retorno al punto de partida,
algunos de cuyos rasgos y peculiaridades se repiten, pero ya sobre una
nueva base, más elevada. Precisamente este momento se expresa en el
concepto de “negación de la negación”. El desarrollo no acaece en
línea recta ni por un círculo cerrado, sino en línea ascendente, en
espiral. El paso de lo inferior a lo superior se realiza por vías
complicadas, contradictoriamente, a través de muchas desviaciones,
incluida el movimiento regresivo en algunas etapas. Señalando esta
peculiaridad del desarrollo en lo que respecta a la historia humana,
Lenin escribió: “…imaginar la historia universal en marcha ordenada
y exacta hacia adelante, sin saltos hacia atrás, a veces gigantescos,
sería antidialéctico, anticientífico y teóricamente falso” (t. XXII,
pág. 296). No obstante, en su resultado general, la sociedad
progresa sin cesar. Todo el curso de la historia mundial demuestra
que una formación económico-social surge negando la anterior y es
sustituida por otra más progresiva. El capitalismo que aparece sobre
la base de la negación del feudalismo, en las condiciones presentes ha
dado ya de si cuanto podía dar y ha madurado para la negación
revolucionaria por una formación económico-social más progresiva, el
comunismo. Lo que tiene de específico la negación dialéctica en el
desarrollo de la sociedad socialista consiste en que las
contradicciones del socialismo no son da naturaleza antagónica, es
decir, los procesos de negación de lo viejo no ofrecen el carácter de
revoluciones políticas, de conflictos de clases, etc. Al pasar al
comunismo, la negación de los principios del socialismo se efectuará a
través del desarrollo completo de tales principios, lo cual preparará
las condiciones para que éstos se conviertan en principios comunistas.
Diccionario de filosofía · 1984:308
Ley de la negación de la negación
Una de las leyes fundamentales de la dialéctica. Fue formulada por
primera vez en el sistema idealista de Hegel. La ley de la negación
de la negación fundamenta el carácter progresivo del desarrollo,
expresa la sucesión, el nexo de lo nuevo con lo viejo y el hecho de
que en una fase superior de desarrollo se repiten algunas propiedades
de la fase inferior. En dialéctica, la categoría de la negación
significa la transformación de un objeto en otro, “suprimiéndose”
simultáneamente el primer objeto. Pero esta “supresión” abre un vasto
campo para el desarrollo sucesivo y constituye un elemento de la
conexión con la conservación del contenido positivo de las etapas
transcurridas. La negación dialéctica debe su origen a las
regularidades internas del fenómeno y es una autonegación. De la
esencia de la negación dialéctica se desprende también la
particularidad del desarrollo expresada por la negación doble o la
negación de la negación. El autodesarrollo del objeto es impulsado
por sus contradicciones internas (Ley de la unidad y lucha de
contrarios), por la existencia en el objeto de su propia negación. La
contradicción se resuelve en el movimiento del objeto (y del
conocimiento), lo cual significa el surgimiento de lo “tercero”
respecto a los dos contrarios. Puesto que ellos, no sólo se excluyen
mutuamente, sino que se penetran uno al otro, lo “tercero” es una
negación que, a la vez, constituye la conservación (Negación
dialéctica). Al desarrollarse el objeto, las condiciones y premisas
de su surgimiento no desaparecen, sino que son reproducidas por él.
En el pensamiento esto se expresa a través de la negación de la
negación, a través de una concientización más profunda, en la nueva
etapa de desarrollo de la teoría, de los elementos de la verdad ya
establecidos. Del principio de la unidad de la dialéctica, la lógica
y la teoría del conocimiento se infiere que sólo investigando la ley
de la negación de la negación como ley de la actividad práctica y
teórica es posible interpretar substancialmente su universalidad. Por
cuanto la base de las relaciones humanas con el mundo externo es la
práctica, por tanto sus particularidades condicionan también la
relación teórica (cognoscitiva), la cual consiste en que el objeto en
desarrollo sólo se reproduce en la historia de su conocimiento, a
través de las teorías y concepciones que de modo dialéctico se niegan
recíprocamente. En este movimiento precisamente se desarrolla como
universal el saber, una teoría niega a la otra y se esclarecen las
leyes del movimiento del mundo de los objetos como negación de uno de
sus estados por el otro. Eso mismo explica el hecho de que el estado
negado no se desecha totalmente, sino que se conserva en forma
metamorfoseada. El enfoque unilateral del objeto descubre en el mismo
también algo imperecedero, que se conserva en el curso de la negación.
Por eso, el desarrollo de la teoría científica sólo es posible
mediante la conservación del contenido positivo del conocimiento
rechazado y la incorporación de dicho contenido a la composición de la
nueva teoría. En las ciencias naturales, tal relación entre las
teorías vieja y nueva se expresa en el principio de la
correspondencia. Precisamente por este camino se descubre la
dialéctica propia del mundo objetivo. He ahí por qué la ley de la
negación de la negación interviene al mismo tiempo como ley del
conocimiento y como ley del mundo objetivo.