1-Neoprotestantismo

Neoprotestantismo

No figura en el Diccionario filosófico marxista · 1946

No figura en el Diccionario filosófico abreviado · 1959

No figura en el Diccionario filosófico · 1965

Diccionario de filosofía · 1984:311-312

Neoprotestantismo

Corriente de la teología burguesa moderna, que se divulgó en Europa
después de la primera guerra mundial (K. Barth, E. Brunner), y en
los años 30, en EE. UU. (Reinhold y Richard Niebuhr, P. Tillich y
otros) (Teología dialéctica). Sometiendo a una aguda crítica al
cristianismo liberal, el neoprotestantismo contrapuso entre sí al Dios
absolutamente autoritario y al hombre, limitado en sus posibilidades.
Contrariamente a la comprensión neotomista de Dios como ley eterna, en
la doctrina filosófica del neoprotestantismo, Dios se entiende como
sujeto que crea su voluntad a su albedrío. Desde el punto de vista
del neoprotestantismo, el hombre en su ser terrenal es hostil a Dios y
transgrede necesariamente su voluntad; en ello consiste el carácter
pecaminoso humano, no eliminable por principio. El neoprotestantismo
proclamó ilusorias todas las esperanzas de los hombres en el progreso
histórico, el desarrollo de la sociedad, la ciencia y la ilustración y
sometió a crítica la cultura humanitaria laica, a la que remite toda
la época de Renacimiento, la filosofía del racionalismo de los siglos
17-18, la Ilustración, así como el marxismo. Los adeptos del
neoprotestantismo opinan que el ser socio-histórico empuja al hombre a
la “rebelión contra Dios”, que tenta a aquél a considerarse sujeto y
creador independiente de la historia. Desde este punto de vista, la
religión (y la conciencia religiosa) sólo desempeña una función
crítica, consistente en denunciar semejantes pretensiones pecaminosas
del hombre. En la ética del neoprotestantismo esto halló su expresión
en la contraposición de la moral mundana y la cristiana. La primera
supuestamente está sometida a los intereses materiales y sociales y
adaptada a la naturaleza pecaminosa del hombre y tiene carácter de
compromiso, mientras que la segunda es absoluta e incondicional, está
al margen de toda racionalidad y se basa en el principio del amor.
Pero, según los adeptos del neoprotestantismo, la moral cristiana no
puede practicarse en la vida social y siempre es sólo una “posibilidad
imposible”. Es imposible expresar esta moral en conceptos, en un
sistema de principios concretos del comportamiento. Ella se reduce
únicamente a la crítica incondicional de toda pretensión del hombre a
la moralidad y a la obediencia plena a la voluntad de Dios, sin
intentos de comprender el sentido y la conveniencia de sus exigencias.

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