5-Partidismo de la ciencia y de la filosofía

Partidismo de la ciencia y de la filosofía

Diccionario filosófico marxista · 1946:239-240

Partidismo de la ciencia y de la filosofía

El materialismo dialéctico enseña que la filosofía, como toda ciencia,
tiene un carácter de clase y de partido. “La filosofía más moderna
tiene tanto carácter de partido como la de hace dos mil años” (Lenin).
Detrás de la lucha de opiniones, en filosofía se oculta siempre la
lucha de las clases y de los partidos en la sociedad. Lenin señaló
que detrás de los subterfugios verbales de los idealistas machistas
“no se puede por menos de ver la lucha de los partidos en filosofía,
lucha que refleja, en última instancia, las tendencias y la ideología
de las clases enemigas dentro de la sociedad moderna”. En la sociedad
clasista no puede haber una filosofía que no sea de clase y de
partido. La filosofía y la ciencia fueron siempre, de una o de otra
manera, el arma espiritual de la lucha de clases. Los clásicos del
marxismo-leninismo subrayan constantemente el carácter revolucionario
del materialismo dialéctico, señalan que la filosofía será
profundamente científica y militante de una manera proletaria, sólo
cuando dirija sus armas contra el régimen capitalista, contra toda
clase de esclavitud y de superstición. La unidad de la teoría y de la
práctica está indisolublemente relacionada con la teoría
marxista-leninista sobre el carácter militante de la filosofía. Entre
los bolcheviques, la palabra jamás diverge de los hechos y éste es el
principio supremo del carácter militante bolchevique.

Diccionario de filosofía y sociología marxista · 1959:13

Carácter partidario de la ciencia y de la filosofía

El materialismo dialéctico enseña que la filosofía, al igual que
cualquier ciencia, tiene un carácter de clase, de partido. “La
novísima filosofía tiene un carácter tan partidario como 2.000 años
atrás” (Lenin). Detrás de la lucha de los conceptos filosóficos,
siempre se oculta la lucha de clases y de partidos en la sociedad.
Lenin indicaba que detrás de los verbosos giros de los
idealistas-machistas, “no se puede dejar de ver una lucha de partidos
en la filosofía, lucha que, en último término, refleja las tendencias
e ideología de las clases hostiles de la sociedad moderna”. En la
sociedad de clases no puede haber una filosofía fuera de las clases y
sin partido. La filosofía y la ciencia siempre fueron, en manos de
una u otra clase, un arma espiritual de la lucha de clases. Los
clásicos del marxismo-leninismo subrayaban el carácter revolucionario
del materialismo dialéctico e indicaban que la filosofía sólo será
profundamente científica, con carácter de clase y de partido, cuando
dirija sus armas contra el régimen capitalista, contra todas las
formas de esclavitud y de superstición. La unidad de la teoría y de
la práctica está indisolublemente ligada con la doctrina
marxista-leninista sobre el carácter partidario de la filosofía.

Entre los bolcheviques, la palabra nunca se separa de hecho, y esto es
el principio superior del partido bolchevique.

Diccionario filosófico abreviado · 1959:166-168

Espíritu de partido en filosofía

El marxismo-leninismo aborda con espíritu de partido todos los
problemas de la filosofía y de la lucha de las tendencias filosóficas.
El marxismo-leninismo estima que en una sociedad de clases, toda
ideología y, por consiguiente, toda filosofía, expresa los intereses
de tal o cual clase. El choque de ideologías, de filosofías es una
manifestación de la lucha de clases. Las clases principales de la
sociedad capitalista son el proletariado y la burguesía. De ese modo,
se enfrentan dos ideologías, dos concepciones del mundo: la concepción
socialista y la concepción burguesa. El materialismo dialéctico y el
materialismo histórico forman la base teórica de la ideología
socialista del proletariado. A esta concepción progresista del mundo
se oponen diversas escuelas del idealismo y de la metafísica que
defienden los intereses de las clases explotadoras.

La ideología, la filosofía de una clase, expresan las particularidades
de esa clase y se hallan en función del lugar que esta clase ocupa en
el sistema de relaciones sociales, de su papel en la historia de la
sociedad. La aparición del marxismo representó un salto en la
historia de la filosofía, pues el marxismo y su filosofía constituían
la ideología del proletariado, de los trabajadores y de las masas
explotadas, mientras que todas las escuelas y sistemas filosóficos
precedentes, aun los progresistas para la época, expresaban los
intereses de una minoría explotadora o de individuos separados del
pueblo que combatían a los explotadores aisladamente.

La lucha entre los dos principales partidos opuestos en filosofía se
manifiesta como lucha entre el materialismo y el idealismo. Lenin
consideraba que uno de los grandes méritos de Marx y de Engels
consistía en haber hecho progresar, en el transcurso de medio siglo,
el materialismo filosófico en la lucha contra el idealismo. Lenin,
que enriqueció el marxismo con su análisis de la nueva época
histórica, desarrolló más aún el principio marxista del espíritu de
partido en filosofía. En su obra Materialismo y empiriocriticismo
(ver), Lenin ofrece un análisis profundo de esta cuestión. Al
examinar las tendencias filosóficas, dice, es preciso distinguir, en
el amontonamiento de subterfugios terminológicos nuevos, dos líneas
esenciales. “No es posible dejar de ver tras la escolástica
gnoseológica del empiriocriticismo la lucha de los partidos en
filosofía, lucha que en definitiva expresa las tendencias y la
ideología de las clases enemigas de la sociedad contemporánea” (Lenin,
Materialismo y empiriocriticismo, p. 402, Ediciones Pueblos Unidos,
Montevideo, 1948). Es preciso desenmascarar al idealismo cualquiera
que sea su forma. Las tentativas de los “machistas” y otros filósofos
de elevarse tanto por encima del materialismo como del idealismo, son
calificadas por Lenin de actos de servilismo hacia la filosofía
reaccionaria. “La no pertenencia a ningún partido no es en filosofía
más que servilismo miserablemente disimulado respecto al idealismo y
al fideísmo”. (Ibid., p. 399). Materialismo y empiriocriticismo es
un ejemplo de espíritu de partido y de intransigencia apasionada en la
crítica de corrientes filosóficas hostiles al materialismo.

En el curso de toda su actividad, el Partido Comunista de la Unión
Soviética ha combatido toda tendencia a revisar la filosofía marxista
y la teoría del marxismo en general. Demolió el idealismo
menchevizante (ver) de los derechistas restauradores del capitalismo y
las otras tendencias hostiles a la filosofía marxista. La discusión
organizada en 1947 por el Comité Central del Partido sobre los
problemas de la filosofía, desempeñó un papel primordial en la lucha
por la firmeza de principio y la posición de partido en filosofía.
Esta discusión movilizó a los filósofos soviéticos para la lucha
contra la ideología burguesa reaccionaria, contra la filosofía, contra
las manifestaciones de objetivismo, de socialismo de cátedra (ver), de
escolástica, de dogmatismo, que se desprenden de las obras de ciertos
científicos soviéticos.

El Partido Comunista enseña a los filósofos y a los economistas
soviéticos, y a todos los trabajadores del frente ideológico, el arte
de combinar el estudio concreto de los problemas de la actualidad
inmediata, con una crítica implacable de las teorías e ideas
anti-marxistas.

Para aplicar el espíritu de partido en filosofía, es preciso abordar
la solución de los problemas de manera creadora, desarrollar más aún
la filosofía marxista-leninista, aliar estrechamente la teoría y la
práctica. El espíritu de partido en filosofía es incompatible con el
objetivismo. “El materialismo incluye en sí, por así decir, el
espíritu de partido, lo que exige, cuando se trata de apreciar un
acontecimiento, que se adopte abiertamente y sin equívocos el punto de
vista de un grupo social dado” (Lenin, Obras, Ed. rusa). Los
ideólogos de la burguesía reaccionaria defiende los intereses egoístas
de las clases explotadoras, y son incapaces de descubrir las leyes
objetivas de la historia y no tienen por lo demás, ningún interés en
hacerlo. Al contrario, deforman la realidad y falsifican los hechos a
fin de justificar sus conclusiones y teorías anticientíficas. Se
esfuerzan por hacer pasar sus puntos de vista reaccionarios por
concepciones “imparciales”, “universales”. Los clásicos del
marxismo-leninismo enseñan cómo arrancar la máscara de “imparcialidad”
y de “universalidad” a esos apologistas de la ideología burguesa. No
es posible admitir la existencia de una filosofía que se eleva por
encima de las clases en la época de la lucha encarnizada entre las
fuerzas de la reacción y las fuerzas del progreso. Los alegatos en
favor de semejante filosofía no son sino una muestra de las posturas
habituales de la burguesía.

En la U.R.S.S., donde han sido suprimidas las clases explotadoras,
reina indivisa la ideología marxista que expresa los intereses de la
clase obrera, pero también los de todos los trabajadores de la
sociedad socialista. En la sociedad soviética no hay ni puede haber
base social para una ideología burguesa. Sin embargo, ciertos
vestigios de la ideología burguesa subsisten todavía en la U.R.S.S.,
puesto que no hay garantías absolutas que protejan a los soviéticos de
la penetración de ideas extrañas procedentes del exterior.

El espíritu de partido en filosofía, como en el marxismo en general,
consiste precisamente en luchar contra la ideología burguesa y sus
supervivencias, en defender y desarrollar más aún el
marxismo-leninismo, única ideología revolucionaria y científica.

Diccionario filosófico · 1965:150-151

Espíritu de partido en filosofía

Importantísimo principio de la concepción marxista-leninista del
mundo. Dicho principio ha sido fundamentado por Marx, Engels y Lenin.
En la sociedad de clases, la filosofía, lo mismo que toda la
ideología, no puede no tener espíritu de partido: refleja los
intereses de determinadas clases y está al servicio de las mismas. En
la historia del pensamiento filosófico, las corrientes fundamentales
contrapuestas, los partidos que en filosofía han estado en lucha, son
el materialismo y el idealismo. La lucha ideológica contemporánea es
un reflejo en la conciencia de la humanidad, del proceso histórico en
virtud del cual se pasa del capitalismo al comunismo. El espíritu de
partido de los ideólogos burgueses se revela en su anticomunismo, en
su tendencia a denigrar el socialismo, el marxismo-leninismo, en sus
intentos de desvirtuar los antagonismos de la sociedad burguesa, de
presentar el Estado burgués como el “Estado de prosperidad general”,
los intereses de los capitalistas, como ideales de toda la humanidad.
El marxismo aplica consecuentemente el principio de partido en
filosofía, considera el materialismo dialéctico e histórico como arma
científica del proletariado en su lucha contra el capitalismo, por la
victoria del comunismo. Frente al espíritu de partido burgués,
encubierto por el objetivismo, el espíritu de partido de la filosofía
marxista-leninista posee un carácter abiertamente combativo; sus
rasgos distintivos son la intransigencia frente al idealismo y a la
metafísica, al revisionismo y al dogmatismo, la coincidencia del
espíritu de partido y del espíritu científico, es decir, la auténtica
objetividad en el análisis de lo real, la conexión orgánica entre la
teoría y la práctica, entre la filosofía y la política, la manera
creadora de abordar los problemas de la teoría marxista y de la [151]
práctica en la construcción del comunismo. El principio marxista del
espíritu de partido niega que la idea de la coexistencia pacífica
pueda trasladarse de la esfera de la política al terreno ideológico,
exige que se refuten con sólidos argumentos la filosofía burguesa, las
teorías reformistas, revisionistas y dogmáticas, que se ponga de
manifiesto la orientación política y el sentido de clase de las
mismas.

Diccionario de filosofía · 1984:328

Partidismo de la filosofía

Orientación social objetiva sujeta a ley (en la sociedad dividida en
clases, clasista) de toda concepción del mundo. La filosofía nunca es
“neutral”. Su partidismo dimana de la dialéctica del progreso social,
de las contradicciones objetivas del desarrollo social. La esencia de
la orientación subjetivista de la filosofía consiste en que la misma
convierte a la filosofía en medio necesario para fines, normas y
principios no formulados por ella sobre la base del conocimiento de la
marcha objetiva de historia, sino que son introducidos desde fuera en
calidad de normas preparadas. El subjetivismo hace descender la
filosofía al nivel de sirvienta de los dogmas y de las fuerzas e
instituciones sociales que están tras dichos dogmas. Por el
contrario, el partidismo de la filosofía objetivo es el resultado del
conocimiento consecuente de la verdad y exige seguir únicamente a las
conclusiones y apreciaciones obtenidas por la ciencia misma y someter
todo, sin excepción, al juicio de la razón y de los valores
espirituales. Por eso, no es opuesta sólo al subjetivismo, sino
también al objetivismo. La coincidencia del partidismo de la
filosofía y la objetividad científica se asegura con una investigación
sistemática de la realidad, en particular de su contrariedad
dialéctica, y con la búsqueda infatigable de la verdad. Es
consecuentemente objetivo el partidismo marxista, comunista que, como
el más progresista y auténticamente científico, se opone a todo
subjetivismo, al voluntarismo y al irracionalismo, así como al
dogmatismo. Enfilado contra el “pluralismo” filosófico, propio de la
sociedad capitalista, el partidismo comunista de la filosofía lucha
por la verdad y la diversidad de las búsquedas y soluciones
científicas, no contradictorias al afianzamiento de la ideología
socialista como única ideología científica. Esta diversidad,
precisamente, es condición de desarrollo de la cultura científica y
artística y expresión de la riqueza de sus resultados. Por eso, el
partidismo comunista de la filosofía, lejos de ser hostil a la
libertad de discusión científica, la presupone, defendiendo la
búsqueda creadora de la verdad contra la rutina del pensamiento,
contra el dogmatismo. Arranca de que la discusión y el diálogo son el
estado permanente del pensamiento creador y orienta a una crítica
activa de la ideología burguesa. El partidismo comunista de la
filosofía es el enfoque creador, científico y crítico-revolucionario
más profundo de la realidad.

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