2-Pensamiento filosófico marxista fuera de la URSS

Pensamiento filosófico marxista fuera de la URSS

No figura en el Diccionario filosófico marxista · 1946

No figura en el Diccionario filosófico abreviado · 1959

Diccionario filosófico · 1965:357-359

El pensamiento filosófico marxista contemporáneo fuera de la U.R.S.S.

La victoria de la Gran Revolución Socialista de 1917, el éxito de la
construcción del socialismo en lo que había sido la atrasada Rusia
zarista, despertaron el interés por el marxismo-leninismo y su
filosofía en muchos países capitalistas. Los partidos comunistas que
surgieron y se agruparon en la III Internacional (1919), toman el
materialismo dialéctico e histórico en calidad de su bandera
filosófica. Ya en la década de 1920, los trabajos filosóficos de Lenin
se traducen a las principales lenguas europeas. El ascenso
revolucionario que se registra en varios países europeos (1918-23)
hizo que en algunos partidos comunistas se intensificara la desviación
izquierdista expresada en el subjetivismo, en la subestimación del
papel de las masas populares en la historia, en reducir la revolución
social a una conjuración política (grupo de Bordiga en el Partido
Comunista de Italia). Para desenmascarar las erróneas concepciones
izquierdistas, fue de valor decisivo el trabajo de Lenin “La
enfermedad infantil del ‘izquierdismo’ en el comunismo” (1920). La
estabilización parcial del capitalismo (1924-29), la activación de la
ideología burguesa y de los socialistas de derecha –provocada por la
estabilidad aludida– determinaron que en algunos partidos comunistas
(de los Estados Unidos, Alemania, Italia, etc.) penetrara el
oportunismo de derecha y su fundamento ideológico, la filosofía
mecanicista. La lucha de los marxistas de la III Internacional contra
las desviaciones de izquierda y de derecha se sostuvo también en torno
a los problemas filosóficos. En los años veinte intervienen en las
cuestiones filosóficas Gueorgui Dimitrov, Antonio Gramsci, Palmiro
Togliatti, Maurice Thorez, Ernst Thälmann, William Foster y
otros. Ponen de relieve la inconsistencia teórica de la ideología
subjetivista y de la filosofía mecanicista y descubren el daño que
éstas ocasionan en la práctica, defienden la doctrina relativa a la
unidad entre la teoría marxista y la práctica revolucionaria del
proletariado. La intensificación de la crisis general del capitalismo
provocada por los éxitos del socialismo en la U.R.S.S. y por la crisis
económica general (1929-33) se tradujo en el establecimiento del
fascismo en varios países capitalistas. En la esfera ideológica, estos
acontecimientos provocaron un incremento de la propaganda del
irracionalismo, del misticismo, etc. La táctica, proclamada por los
partidos comunistas, del frente único y del frente popular en la lucha
contra el fascismo facilitó la agrupación de la intelectualidad
progresiva en torno a los marxistas, aceleró el paso de varios de sus
representantes a las posiciones de la filosofía materialista
dialéctica. La lucha de los filósofos marxistas contra el intuitivismo
(trabajos de Georges Politzer, Francia), el neohegelianismo (trabajos
de Gramsci), el neoplatonismo (trabajos de Howard Selsam, Estados
Unidos), el pragmatismo (intervenciones de Foster), el rehmkeanismo
(trabajos de T. Pávlov, Bulgaria) y otras direcciones de la filosofía
burguesa en la década de 1930, elevó el prestigio del materialismo
dialéctico, mostró el papel de este último en calidad de fundamento
metodológico de todas las ciencias, de arma eficiente en la lucha
contra la ideología fascista. En el progreso de la filosofía
marxista-leninista se inicia una nueva etapa después de la segunda
guerra mundial. Ello se debió a los profundos cambios habidos en todas
las esferas de la vida de la sociedad moderna: en la económica, en la
social y en la política. Como resultado de la derrota sufrida por el
fascismo germano y por el militarismo japonés en Europa y Asia,
surgieron varios países socialistas. Los partidos comunistas y obreros
de los países de democracia popular elaboraron el problema, importante
tanto en el sentido teórico como en el práctico, sobre la dialéctica
de las leyes generales de la construcción del socialismo y de las
peculiaridades nacionales en que se manifiesta. En el curso de la
edificación socialista en los países de democracia popular se lleva a
cabo la revolución cultural en la que desempeña un gran papel la
filosofía marxista-leninista. Ello ha planteado el problema de la
instrucción filosófica de amplias capas de trabajadores con el fin de
liberar sus conciencias de los restos de la ideología burguesa, de las
supersticiones religiosas, etc. En los países de democracia popular, al
lado de los viejos filósofos profesionales actúan otros nuevos,
marxistas, quienes no sólo propagan la filosofía científica en las
masas, sino que, además, investigan con éxito los problemas
concernientes a la dialéctica del desarrollo social y de la
edificación socialista (trabajos de Pávlov, Bulgaria; de H. Scheler,
República Democrática Alemana; de Adam Schaff, Polonia, etc.), las
cuestiones filosóficas de la ciencia natural (trabajos de L. Janossy,
Hungría; de Polikarov, Bulgaria, y otros), los problemas de la ética
(trábajos de Gulian, Rumania; de Bek, República Democrática Alemana;
de Svoboda, Checoslovaquia, y otros), de estética (trabajos de
S. Zolkevski, Polonia; Abusch, República Democrática Alemana, etc.), de
historia de la filosofía (trabajos de Ley, de Gropp, República
Democrática Alemana), de la crítica del idealismo contemporáneo
(trabajos de Mende, República Democrática Alemana; de Bodnar,
Checoslovaquia; de Iribadzhakov, Bulgaria, y otros), de lógica
(trabajos de Bela Fogarasi, Hungría; de Georg Klaus, República
Democrática Alemana, etc.). En los países capitalistas, después de la
segunda guerra mundial, el pensamiento filosófico marxista se orientó
hacia el estudio de las formas de lucha por la democracia y el
socialismo en la nueva etapa de la crisis general del capitalismo. En
las intervenciones de los dirigentes de los partidos comunistas y
obreros, se subrayó que las nuevas condiciones históricas requieren el
análisis de los caracteres nacionales específicos de cada país, la
búsqueda de las vías concretas de lucha por la paz, por la democracia
y el socialismo. Los filósofos marxistas de los países capitalistas
defienden activamente las tradiciones filosóficas progresivas,
desenmascaran la propaganda anticomunista, los procedimientos más
recientes de un idealismo refinado. En sus trabajos, Roger Garaudy,
Jean Kanapa (Francia), Auguste Cornu (República Democrática Alemana),
E. Sereni, Luigi Longo (Italia), Howard Selsam y otros ponen de
manifiesto que el comunismo trae consigo una nueva cultura, un nuevo
humanismo, que se basa en las mejores tradiciones de la filosofía. En
los trabajos de Maurice Cornforth (Inglaterra), Harry Wells (Estados
Unidos), Guy Besse, Garaudy, H. Denis (Francia) y otro se revela la
esterilidad teórica y el carácter anticientífico de las corrientes
idealistas más recientes (neopositivismo, existencialismo,
neotomismo), se muestra su hostilidad hacia la cultura progresiva y el
humanismo. La intelectualidad avanzada de los países capitalistas
apoya a los marxistas en su lucha y se adscribe a las posiciones del
materialismo dialéctico (Bernal, Inglaterra; Langevin, P. Vigier,
Francia; J. B. Furst, B. Dunnam, Estados Unidos; Kendziuro Yanaguida,
Sakata Sioiti, Japón, y otros). Constituyó un fuerte impulso para la
elaboración creadora de los problemas de la filosofía marxista, el XX
Congreso del P.C.U.S. (1956), que dio comienzo a una nueva etapa en el
desarrollo del movimiento comunista. En dicho Congreso, se sometió a
crítica profunda y multilateral el culto a la personalidad de Stalin y
con ello se desbrozó el camino para el desarrollo creador del
marxismo-leninismo. En el Congreso se infirieron importantísimas
conclusiones teóricas acerca de la posibilidad de evitar las guerras
en la época actual, sobre la posibilidad de la vía pacífica de la
revolución socialista al lado de la vía no pacífica, respecto a la
multiplicidad de formas de la dictadura del proletariado. En la
Declaración de la Conferencia de Representantes de los Partidos
Comunistas y Obreros (1957) se formularon las leyes generales del paso
del capitalismo al socialismo y se subrayó el valor del materialismo
dialéctico como ciencia que trata de las leyes más generales
concernientes al desarrollo de la naturaleza, de la sociedad y del
pensamiento. En el Comunicado de la Conferencia de Representantes de
los Partidos Comunistas y Obreros (1960) se dio una definición
marxista de la época actual, se expuso circunstanciadamente cuáles son
los caminos de la lucha por la paz, la democracia y el socialismo en
las presentes condiciones. Para el desarrollo creador del
marxismo-leninismo es de enorme trascendencia el nuevo programa del
P.C.U.S. aprobado en el XXII Congreso del Partido. El desarrollo
creador del pensamiento filosófico marxista fuera de la Unión
Soviética se produce en medio de una enconadísima lucha ideológica que
se sostiene no sólo contra la burguesía y la ideología reformista,
sino, además, contra el revisionismo y el dogmatismo. Prominentes
marxistas-leninistas de varios países han realizado una honda crítica
del revisionismo y del dogmatismo poniendo en evidencia el peligro que
estas desviaciones suponen para el movimiento comunista.

Diccionario de filosofía · 1984:331-332

Pensamiento filosófico marxista fuera de la URSS

(después de Octubre de 1917.) El triunfo de la Gran Revolución
Socialista de Octubre en 1917 puso comienzo a una nueva época
histórica, la época de transición del capitalismo al socialismo. En
muchos países capitalistas aumentó el interés por el
marxismo-leninismo y su filosofía, particularmente por los trabajos de
Lenin. Los partidos comunistas surgidos y agrupados en la III
Internacional (1919) veían en el materialismo dialéctico e histórico
su bandera filosófica. En los años 20, los trabajos filosóficos de
Lenin se traducen ya a las principales lenguas europeas. En aquel
tiempo elucidan los problemas filosóficos G. Dimitrov, A. Gramsci,
P. Togliatti, M. Thorez, E. Thälmann, W. Foster y otros. Ellos
defienden la doctrina de la unidad de la teoría marxista y la práctica
revolucionaria del proletariado. En la literatura burguesa se
recrudecen los ataques contra la filosofía marxista-leninista. Las
publicaciones reformistas continúan su línea de revisión del
materialismo dialéctico e histórico desde el punto de vista del
socialismo ético. El ascenso revolucionario en varios países europeos
(1918-23) iba acompañado del fortalecimiento de las posiciones
políticas de las fuerzas de izquierda en el movimiento obrero
europeo. Pero algunos de sus representantes se caracterizaban por la
inmadurez teórica que se expresaba en el subjetivismo y la
subestimación del papel de las masas populares en la historia. Para el
desenmascaramiento de la desviación izquierdista tuvo gran importancia
la obra de Lenin “La enfermedad infantil del ‘izquierdismo’ en el
comunismo” (1920). El boom económico temporal en algunos países
capitalistas (1924-29) y, debido a ello, la activación de la ideología
burguesa y socialista de derecha condicionaron la penetración en los
partidos comunistas (de EE.UU., Alemania, Italia y otros países) del
oportunismo de derecha y de su base ideológica: la filosofía
mecanicista. La lucha de los marxistas de la III Internacional contra
las desviaciones “de izquierda” y de derecha se sostenía también en el
ámbito de los problemas filosóficos. La agravación de la crisis
general del capitalismo, originada por los éxitos de la edificación
socialista en la URSS y la crisis económica mundial de 1929-33, se
completó con la instauración del fascismo en una serie de países
capitalistas. En la esfera ideológica, estos acontecimientos se
expresaron en el reforzamiento de la propaganda del irracionalismo, la
filosofía idealista subjetiva, el voluntarismo, etc. Los partidos
comunistas proclamaron la táctica de los frentes único y popular en la
lucha contra el fascismo, lo que contribuyó a cohesionar a los
intelectuales progresistas en torno a los marxistas y aceleró el paso
de algunos de sus representantes a las posiciones de la filosofía
materialista dialéctica. La lucha de los filósofos marxistas contra el
intuitivismo (trabajos de G. Politzer), el neohegelianismo (trabajos
de A. Gramsci) el pragmatismo (trabajos de W. Foster), la escuela
inmanente en filosofía (trabajos de T. Pávlov) y otras corrientes de
la filosofía burguesa de los años 30 elevaba el prestigio del
materialismo dialéctico y mostraba su papel como base metodológica de
las ciencias y arma eficaz en la lucha contra la ideología
fascista. Una nueva etapa en el desarrollo de la filosofía
marxista-leninista comenzó después de la segunda guerra mundial. A
consecuencia de la derrota del fascismo alemán e italiano y del
militarismo japonés y de la victoria de las revoluciones populares en
Europa y Asia, surgieron varios países socialistas. Los filósofos de
estos países, bajo la dirección de los partidos comunistas y obreros,
libraron la lucha por afianzar la concepción científica marxista del
mundo en la conciencia de las grandes masas trabajadoras. Se realizó
un ingente trabajo para superar la ideología reaccionaria burguesa,
reformista y revisionista, para la profunda investigación positiva de
la vasta problemática del materialismo dialéctico e histórico, de los
problemas socio-filosóficos del desarrollo de la sociedad socialista y
de las cuestiones filosóficas de las ciencias naturales, la historia
de la filosofía, la ética y la estética y para difundir los
conocimientos filosóficos. Los filósofos de los países socialistas
defienden consecuentemente los principios del internacionalismo
proletario, celebran foros científicos comunes y editan trabajos
colectivos en el ámbito de los problemas actuales de la filosofía
marxista-leninista. Los filósofos marxistas de los países capitalistas
defienden activamente las tradiciones filosóficas progresistas y
denuncian la propaganda anticomunista y los procedimientos más
recientes del idealismo refinado. En los trabajos de M. M. Cornforth,
J. Lewis (Inglaterra), H. Wells, H. Selsam, H. Parsons (EE.UU.),
G. Besse, L. Sève (Francia), W. Hollitscher (Austria), R. Steigerwald
(RFA) y otros se pone de manifiesto el carácter interior
contradictorio y la endeblez de las novísimas corrientes idealistas
(neopositivismo, pragmatismo, existencialismo, neotomismo). La
profundización de la crisis general del capitalismo, la ampliación de
la envergadura del proceso revolucionario mundial y el reforzamiento
de las posiciones del socialismo real en la palestra mundial vienen
acompañados de la agravación de la lucha ideológica en torno a los
problemas asociados al análisis de las regularidades de la transición
del capitalismo al socialismo en las condiciones presentes. Las
fuerzas del anticomunismo tratan de desacreditar la experiencia del
socialismo real. Aparecen diversas ilusiones pequeñoburguesas y se
intenta justificar el pluralismo ideológico y socavar la base
ideológica del movimiento comunista. La resuelta lucha contra el
anticomunismo está estrechamente ligada a la superación de las
ilusiones pequeñoburguesas y de las tentativas de torpedear los
principios del internacionalismo proletario.

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