3-Principio de verificación

Principio de verificación

No figura en el Diccionario filosófico marxista · 1946

No figura en el Diccionario filosófico abreviado · 1959

Diccionario filosófico · 1965:375-376

Principio de verificación

(del latín “verificare”: demostrar la verdad.) Uno de los principios
básicos de los positivistas lógicos, según el cual la veracidad de
toda aseveración relativa al mundo ha de ser establecida, en último
término, confrontando la aseveración dada con los datos sensoriales.
Tal como ha sido formulado por el Círculo de Viena, el principio de
verificación descansa sobre la tesis de que el conocimiento, por su
naturaleza, no puede rebasar los límites de la experiencia sensorial.
Además, se diferencia la verificabilidad directa de las aseveraciones
con que se describen directamente los datos de la experiencia y la
verificabilidad indirecta por medio de la reducción lógica de una
proposición cualquiera a proposiciones directamente verificables. La
evidente inconsistencia filosófica de este principio (que conduce al
solipsismo y priva de sentido cognoscitivo a las aseveraciones
científicas no comprobables en la “experiencia inmediata”), ha
obligado a los positivistas lógicos a aceptar una variante atenuada
del principio, según la cual la comprobación de las proposiciones
científicas por la experiencia ha de ser parcial e indirecta: en esta
forma, el principio de verificación no hace más que expresar de manera
inadecuada la habitual exigencia metodológica de que las proposiciones
teóricas se hallen en concordancia con los hechos empíricos.

Diccionario marxista de filosofía · 1971:317-318

Verificación

(del latín verus, verdadero, y facere, hacer.) Comprobación de la
verdad de una u otra expresión científica (teorías, tesis contenidas
en ellas). El proceso de verificación comprende dos etapas. La
primera se refiere a la comprobación del valor lógico y la
armoniosidad de la teoría desde el punto de vista de su no
contradictoriedad y plenitud. Se realiza a través de la reducción de
algunas expresiones teóricas a unos cuantos principios generales, de
los cuales dichas expresiones se deducen como consecuencias. La
segunda etapa la constituye la comprobación experimental (o dicho con
más amplitud: práctica) de la teoría, en cuyo proceso se establece si
ésta concuerda con los objetos reflejados con su ayuda, si puede
servir de base para obtener conocimientos acerca de los mismos. Tal
comprobación se realiza habitualmente sobre la base de experimentos
que se planean y aplican en correspondencia con la teoría que se
comprueba. Si los resultados de los experimentos coinciden con las
predicciones teóricas, se estima que la teoría ha sido verificada. El
principio de verificación (interpretado desde el punto de vista
idealista subjetivo) es uno de los fundamentales en el positivismo
lógico (neopositivismo): Wittgenstein, Schlick y otros. Tiene que ver
con la posición general de estos filósofos. Al rechazar el problema
de la verdad objetiva como “falso problema”, el neopositivismo
considera la verificación únicamente como comprobación de tal o cual
expresión científica compleja sobre la base de su “comprensión” en los
marcos de una construcción idiomática (lógica) dada, que se funda en
unas u otras “proposiciones básicas” (“hechos elementales”, etc.). Si
las expresiones verificadas pueden ser reducidas a expresiones acerca
de las sensaciones (“análisis fenomenológico”), o acerca de los
experimentos y mediciones físicos (“análisis físico”), o acerca de las
percepciones (“análisis del idioma ordinario”), deben considerarse
“comprendidas”. En este caso resulta prácticamente sin sentido toda
expresión de carácter universal (por ejemplo, la formulación de
leyes). Pese a todas las diferencias que pueda haber entre las
distintas escuelas neopositivistas la verificación es considerada por
ellas como un medio para “curar” las teorías científicas concretas,
para librarlas de las expresiones “sin sentido”, lo cual no puede
proporcionar ningún testimonio acerca de la relación de la teoría con
la realidad objetiva. Semejante posición viene a ser en la práctica
“solipsismo metodológico”.

Diccionario de filosofía · 1984:442-443

Principio de verificación

(latín verificare: demostrar la verdad.) Uno de los principios de
partida del positivismo lógico, según el cual la autenticidad de toda
afirmación sobre el mundo debe ser establecida en última instancia
mediante su confrontación con los datos sensitivos. El Principio de
la verificación, tal como fue formulado en el Círculo de Viena, se
apoya en la tesis de que el conocimiento en general no puede rebasar
el marco de la experiencia sensorial. Con la particularidad de que en
él se distinguen la verificación inmediata de las afirmaciones, que
describen directamente los datos de la experiencia, y la verificación
indirecta mediante la reducción lógica de alguna tesis a las
afirmaciones directamente verificables. La evidente inconsistencia
filosófica y metodológica del Principio de la verificación, el cual
reduce el saber sobre el mundo a lo “dado inmediatamente” y priva de
significado cognoscitivo a las afirmaciones científicas no
comprobables directamente por vía experimental, obligó a los
positivistas lógicos a adoptar la variante debilitada de este
principio en forma de exigencia de la confirmación experimental
parcial e indirecta de las tesis científicas. En esta forma, dicho
principio expresaba sólo la exigencia metodológica general de
concordar las tesis teóricas con los hechos empíricos, lo cual debe
conjugarse con otros factores y criterios de admisibilidad del
conocimiento teórico (su fuerza heurística, sencillez lógica, etc.).

Comparte este artículo