2-Progreso y regresión

Progreso

No figura en el Diccionario filosófico marxista · 1946

No figura en el Diccionario filosófico abreviado · 1959

Diccionario filosófico · 1965:377-378

Progreso y regresión del desarrollo social

Formas contrarias del desarrollo global de la sociedad o de algunas de
sus partes; designan, correspondientemente, el desarrollo progresivo
de la sociedad en línea ascendente, su florecimiento, o bien el
retorno a formas viejas, caducas, al marasmo y la degradación. Sirven
de criterio del progreso social, el grado de desarrollo de las fuerzas
productivas, del régimen económico y de las instituciones
superestructurales por él determinadas, así como también el grado de
desarrollo y de difusión de la ciencia y de la cultura, de la
personalidad, el desenvolvimiento de la libertad social. En este
plano, lo fundamental, lo decisivo, es el desarrollo del modo de
producción. En ciertos períodos de la historia y en algunos países,
para caracterizar el desarrollo de la sociedad decide el punto de
vista de tu progreso o de su regresión pueden adquirir un significado
fundamental, si no decisivo en virtud de su relativa independencia,
fenómenos sociales como las formas de la vida política, la cultura, la
instrucción, &c., pese a que son secundarios, derivados y están
determinados por el régimen económico de la sociedad. Puede servir de
ejemplo de regresión social condicionada por factores políticos, la
historia de países en los que han dominado (o dominan) regímenes
dictatoriales fascistas (Fascismo). Es sumamente contradictorio el
desarrollo de las formaciones económico-sociales antagónicas. Tales
formaciones, pese a que en determinados períodos de la historia
representan un progreso de la sociedad, poseen siempre caracteres
regresivos, que se convierten en predominantes en el periodo de
descomposición y de decadencia. Sin embargo, tampoco en este caso la
regresión puede ser universal, dado que la tendencia básica del
desarrollo de toda la sociedad humana no es la regresión, sino el
progreso, que se manifiesta, en el caso dado, tanto en la aparición de
elementos y premisas de la nueva sociedad como en el desarrollo de
algunas facetas de la vida social. Así, por ejemplo, el desarrollo de
la sociedad burguesa en la época imperialista se caracteriza en
conjunto por la presencia de fenómenos de regresión, mas ello no es
óbice para que bajo el capitalismo se observe el progreso de numerosas
ramas de la ciencia y de la técnica, así como también de otros varios
fenómenos sociales. Ahora bien, para valorar la vitalidad de la
sociedad dada, su capacidad de progreso o de regresión, es más
importante determinar la tendencia general de su desarrollo, lo cual
permite a las clases y grupos sociales interesados en el progreso de
la sociedad adquirir un conocimiento más profundo de las leyes del
desarrollo social y utilizarlas. En filosofía y sociología, los
conceptos de “progreso” y “regresión” encuentran diferentes
interpretaciones. Los científicos del período en que el capitalismo
se desarrollaba progresivamente (Vico, Herder, Hegel y otros)
reconocían el progreso e intentaban darle una explicación racional.
Los científicos del periodo de la decadencia del capitalismo, o
circunscriben el concepto de “progreso” a los límites de culturas y
civilizaciones aisladas (Spengler, Toynbee) o no admiten la
posibilidad misma de estudiar el progreso en la historia. Intentan
explicar la regresión por la acción de factores puramente subjetivos:
explican, por ejemplo, la regresión de la Alemania nazi por las
características de la personalidad de Hitler y por la actuación del
partido nacional-socialista. La elucidación científica del progreso y
de la regresión, la proporciona el marxismo-leninismo. El progreso
como desarrollo ascendente sin recidivas sólo es posible en la
sociedad no antagónica, comunista.

Diccionario de filosofía · 1984:351

Progreso y regreso en el desarrollo social

(latín progressus y regressus.) Formas opuestas de desarrollo de la
sociedad en su conjunto o de algunos de sus aspectos, que significan
respectivamente el desarrollo progresivo de la sociedad en línea
ascendente (florecer de la sociedad) y el retorno a las formas viejas
caducas, el estancamiento y la degradación. El criterio del progreso
social es, ante todo, el grado de desarrollo de las fuerzas
productivas, del régimen económico, así como de las instituciones
super-estructurales, determinadas por este régimen, el desarrollo y
extensión de la ciencia y la cultura y el desenvolvimiento del
individuo, y también el grado de ampliación de la libertad social.
Para caracterizar el desarrollo de la sociedad desde el punto de vista
del progreso o el regreso, en algunos períodos de la historia pueden
adquirir sustancial significado, en virtud de su relativa
independencia, los fenómenos sociales tales como las formas de vida
política, la cultura, la instrucción, &c., aunque son secundarias,
derivadas y se determinan por el régimen económico de la sociedad.
Puede servir de ejemplo de regreso social, condicionado por factores
políticos la historia de los países en los que dominaban (o dominan)
los regímenes dictatoriales fascistas (Fascismo). Es contradictorio
en extremo el desarrollo de las formaciones socioeconómicas
antagónicas. Estas formaciones, aunque en determinados períodos
históricos sirven de peldaño del progreso, siempre se caracterizan por
rasgos regresivos, que pasan a predominar en el período de descenso de
la sociedad dada. Pero también en estos casos, el regreso no puede
ser universal, puesto que la principal tendencia de desarrollo de toda
la sociedad humana no es el regreso sino el progreso, que se expresa
en este caso tanto en el surgimiento de elementos y premisas de la
nueva sociedad como en el desarrollo de algunos aspectos de la vida
social. Por ejemplo, a pesar de que el desarrollo de la sociedad
burguesa en la época del imperialismo se caracteriza en general por
fenómenos de regreso, se observa el progreso de muchos sectores de la
ciencia y la técnica, así como de algunos otros fenómenos sociales.
Sin embargo, para valorar la vitalidad de la sociedad dada y su
capacidad de progreso o de regreso es importante determinar la
tendencia general del desarrollo de la misma que ayuda a las clases y
los grupos sociales interesados en el progreso de la sociedad a
conocer más a fondo y a utilizar mejor las regularidades del
desarrollo social. En filosofía y sociología, los conceptos de
progreso y de regreso se interpretan de distinta manera. Los
pensadores del período del desarrollo progresivo del capitalismo
(Vico, Diderot, Hegel, &c.) reconocían el progreso y trataban de
fundamentarlo racionalmente. El período de decaimiento del
capitalismo, que empezó desde la segunda mitad del siglo 19, se
caracteriza por varios enfoques distintos de la historia: el
positivista, cuyos cimientos fueron echados por Comte, el
“histórico-cultural” (su autor fue N. Danilevski, científico
eslavófilo ruso; compartían su punto de vista Spengler, Toynbee, &c.),
el “crítico-cultural” (Nietzsche, más tarde, Freud, Husserl y otros).
Según la concepción positivista, la historia debe ser una descripción
empírica de los hechos científicamente establecidos, sin que se
penetre en la esencia de la misma en su conjunto ni se intente
comprender los fenómenos del progreso y el regerso. La concepción
“histórico-cultural” considera como importantísimo método de estudio
del progreso y el regreso en la historia la investigación de distintas
culturas o civilizaciones. Opina que la historia humana es la
sustitución de “tipos” independientes de culturas o civilizaciones que
tienen sus propios períodos de progreso y de regreso. La concepción
crítico-cultural niega el concepto de progreso desde el punto de vista
del “carácter anticultural natural”, de la expresión eterna de la
“voluntad de vida”, de las atracciones espontáneas, inconscientes (S.
Freud) o de las estructuras universales de la conciencia (Husserl).
El marxismo-leninismo explica científicamente el progreso y el
regreso. El progreso, como desarrollo progresivo sin reincidencias
del regreso, solo es posible en la sociedad no antagónica, comunista.

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