4-Raciocinio – Razonamiento – Razón

Raciocinio – Razonamiento – Razón

Diccionario filosófico marxista · 1946:256-257

Raciocinio

El raciocinio es el producto supremo de la materia organizada de modo
especial, el proceso del reflejo de la realidad objetiva en
representaciones, conceptos, juicios, etc. El raciocinio está siempre
relacionado con una determinada forma del movimiento material: con la
actividad del cerebro (ver: Encéfalo), cuyo producto es. “El
raciocinio, por más sobrenatural que parezca, es el producto de un
órgano material, corpóreo, el cerebro” (Engels). El idealismo concibe
al raciocinio como producto de un principio sobrenatural,
independiente y autónomo respecto de la materia: dios, la idea
absoluta, etc. La ciencia contemporánea nos ofrece cada vez pruebas
más concluyentes de que el raciocinio es producto de la materia. Una
gran importancia en este aspecto tiene el rico material que sobre la
actividad nerviosa de los animales ofrece el sabio ruso Pávlov (ver) y
su escuela. Pavlov demostró que a los animales superiores,
particularmente a los perros, les son propias facultades analíticas y
sintéticas, o sea, la capacidad de distinguir y relacionar las
diversas excitsciones. Las investigaciones del académico Pavlov
confirmaron plenamente las conocidas tesis de Engels: “Tenemos de
común con los animales toda clase de actividades del entendimiento: la
inducción, la deducción, por consiguiente, también la abstracción… el
análisis de los objetos desconocidos… la síntesis… y en calidad
de unificación de ambas, el experimento… Por su tipo, todos estos
métodos… son completamente iguales en el hombre y en los animales
superiores. Sólo por su grado…, divergen”. Subrayando una cierta
similitud entre la actividad mental de los animales y la del hombre,
el materialismo dialéctico, sin embargo, señala la diferencia de
principio que existe entre el raciocinio del hombre y el de los
animales. Si la actividad pensante del entendimiento es inherente
también a los animales, el “pensamiento dialéctico –precisamente
porque supone la investigación de la naturaleza de los propios
conceptos– sólo es propio del hombre, y de este último, en la fase
relativamente alta de desarrollo (budistas y griegos), alcanzando su
pleno desenvolvimiento considerablemente más tarde, en la filosofía
moderna” (Engels). La diferencia entre el raciocinio del hombre y el
de los animales se explica no ya por la orqanización biológica mas
perfeccionada del hombre, sino, principalmente, por las condiciones
materiales y sociales de su vida. En su trabajo “Humanización del
mono por el trabajo” (ver), Engels demostró, que la premisa
fundamental para el desarrollo del raciocinio y del lenguaje humanos
es el trabajo. El trabajo creó al hombre mismo, y, específicamente,
la actividad humana consciente, psíquica. El desarrollo del
raciocinio teórico y de la ciencia, está relacionado con las
condiciones materiales de la vida de la sociedad, con la práctica
social de los hombres. Reconociendo el condicionamiento del
raciocinio por las condiciones materiales de la vida social, el
materialismo dialéctico habla al mismo tiempo de la relativa autonomía
del raciocinio y de la conciencia. Las condiciones materiales son
únicamente las que en última instancia determinan el desarrollo del
pensamiento, existiendo a la vez otras condiciones que influyen sobre
él: el régimen político de la sociedad, el nivel de las ciencias, etc.
El materialismo dialéctico combate las ideas vulgares, según las
cuales, el raciocinio puede ser reducido a un proceso puramente
fisiológico. En realidad, el raciocinio humano es un fenómeno social
que no puede ser comprendido al margen de la historia de la sociedad.
Sólo el materialismo dialéctico señala el enorme papel que desempeñan
el raciocinio, las ideas teóricas y las concepciones en la vida
social, en la historia de la sociedad. En su trabajo “Sobre el
materialismo dialéctico y el materialismo histórico” (ver), Stalin da
una fundamentación profunda del papel del raciocinio teórico y de las
ideas y concepciones avanzadas.

Diccionario filosófico abreviado · 1959:435-436

Razonamiento

Forma del pensamiento que consiste en extraer un juicio nuevo
(conclusión) que deriva necesariamente de juicios dados (premisas).
El conocimiento puede ser inmediato o mediato. Ciertos juicios
reflejan la realidad fundándose en una observación inmediata. Es el
caso de los juicios provenientes de los datos de los sentidos. Pero
la ciencia no se contenta jamás con el conocimiento de hechos
aislados. Un conocimiento generalizado como el de las leyes de la
naturaleza, se obtiene por medio de un conocimiento mediato, por medio
de la confrontación de varios juicios que desembocan en juicios nuevos
(conclusiones).

Todo razonamiento comprende por lo menos, una premisa y una
conclusión. Se requieren dos condiciones para que el razonamiento
conduzca a un conocimiento exacto: 1) la justeza de las premisas,
verificadas en la práctica y 2) la destreza en asociar los
pensamientos, los juicios. Si las primeras son justas, y las leyes
del pensamiento son aplicadas acertadamente, el resultado obtenido
debe corresponder a la realidad. Las leyes del pensamiento son leyes
lógicas que tienen un valor objetivo. Y no pueden ser destruidas o
abolidas puesto que reflejan procesos objetivos, independientes de la
conciencia y de la voluntad humanas. Las leyes del pensamiento
implican ciertas reglas que si son infringidas conducen al error.
Pero no se puede abolir esas leyes, pues ellas reflejan una relación
objetiva entre las cosas.

La lógica distingue los razonamientos inmediatos y los mediatos. El
razonamiento inmediato deriva de una sola premisa. Por ejemplo: todos
los metales son conductores de la electricidad; por lo tanto, ciertos
conductores eléctricos son metales. Todo razonamiento mediato
necesita por lo menos dos premisas. Por ejemplo: todos los organismos
unicelulares se multiplican por división simple; la amiba es un
organismo unicelular; por lo tanto, la amiba se multiplica por
división simple. Tal es el modelo clásico de silogismo. A partir de
Aristóteles (ver), se entiende por silogismo categórico un
razonamiento en el que, planteadas dos proposiciones llamadas premisas
(de las cuales, una es universal afirmativa o universal negativa),
deriva necesariamente de ellas una tercera llamada conclusión. El
silogismo es así la forma esencial de la deducción. Para que dos
juicios puedan formar un silogismo, es necesario que se encadenen por
intermedio de un término común llamado “término medio” (que no forma
parte de la conclusión). En el ejemplo citado, el término medio está
constituido por el concepto de organismo unicelular. La lógica
distingue cuatro figuras del silogismo categórico según el lugar que
ocupe el término medio en las premisas –de sujeto o de predicado. La
figura más usual es la primera, consistente en extender un principio a
ciertos hechos aislados dependientes de aquél. Es ampliamente
aplicado en las ciencias, una de cuyas tareas esenciales es la de
agrupar hechos alrededor de leyes generales. Así, cuando las
elecciones a la II Duma de Estado, Lenin decía: “…la táctica
electoral de un partido obrero no debe ser sino la aplicación a un
caso particular de los principios generales de la táctica socialista
del proletariado” (Obras, Ed. rusa).

Los agnósticos y los lógicos inductivistas niegan el valor del
silogismo, considerándolo incapaz de suministrar un conocimiento
nuevo, y afirmando que la premisa mayor implica ya todos los casos
particulares a los que se puede aplicar por intermedio de la menor.
Este razonamiento está viciado, pues la mayor se reduce así a una
simple totalización de los casos particulares. En realidad, en las
formas silogísticas bien comprendidas, la mayor, lejos de limitarse a
adicionar hechos aislados, expresa una ley general. Extender un
principio a hechos nuevos, es contribuir al progreso del pensamiento,
a enriquecer el conocimiento. Las comprobaciones contenidas en las
premisas reflejan las relaciones de las cosas en la realidad material
que nos rodea. Además de los silogismos categóricos, la lógica
estudia los razonamientos hipotéticos y disyuntivos. El silogismo es
la forma deductiva del razonamiento que va de lo general a lo
particular. Otra forma de razonamiento es la que pasa de lo
particular a lo general. (Ver Inducción y deducción).

Diccionario filosófico · 1965:390-391

Razonamiento

Operación discursiva en cuyo transcurso, de uno o varios juicios,
denominados premisas del razonamiento, se infiere un nuevo juicio
(denominado conclusión o consecuencia) que se desprende lógicamente de
las premisas. El paso de las premisas a la conclusión siempre se
efectúa observando alguna regla de la lógica (regla de inferencia).
El separar en el razonamiento sus premisas y la conclusión, y el
establecer su estructura, constituyen su análisis lógico. Los
razonamientos que se efectúan en virtud de unas mismas reglas de
inferencia y de unas mismas leyes de la lógica son razonamientos de
una misma forma lógica. Resulta, pues, que el análisis de los
razonamientos sirve para poner de manifiesto la forma lógica de los
mismos. El razonamiento es una forma del pensar en la cual (junto con
el concepto, el juicio y otras formas del pensamiento y otros modos de
razonar) transcurre la cognición del mundo exterior en el grado del
pensamiento abstracto. Todo razonamiento verdadero ha de satisfacer
un requisito: si sus premisas son verdaderas, ha de ser también
verdadera la conclusión. Tal requisito se observa si en el curso del
razonamiento no se infringen las leyes de la lógica ni las normas de
la inferencia. En el procreo real del pensar, a menudo se omiten
algunas de las premisas del razonamiento y no se formulan de manera
patente las reglas y normas aludidas que se encuentran en la base del
propio razonamiento. Ello abre la puerta a posibles errores. La
lógica establece los medios para diferenciar los razonamientos
acertados de los que no lo son y con ello, en particular, facilita el
que los errores lógicos se eviten o se corrijan. Por lo común, los
razonamientos y las demostraciones forman una cadena en la cual la
conclusión del razonamiento anterior se convierte en premisa de uno de
los razonamientos que le siguen. Para que una demostración sea
correcta no sólo es necesario que sean verdaderos sus juicios
iniciales, bases de la demostración, sino que, además, ha de ser necio
cada uno de los razonamientos que entran en su composición. Por su
forma, los razonamientos se dividen en varios tipos. La división más
general es la que los clasifica en deductivos e inductivos (Deducción,
Inducción).

Diccionario de filosofía · 1984:362

Razón y raciocinio

Conceptos que expresan dos aspectos mutuamente necesarios del
desarrollo del conocimiento científico, así como del pensamiento moral
y artístico; dos capacidades que se ayudan mutuamente. La capacidad
de raciocinio se distingue por el hecho de que en su marco los
conceptos no se hallan en proceso de transformación y conservan su
forma estable, constituyendo “raseros” teóricos preparados para el
material empírico, para construir los resultados. De ahí el carácter
abstracto de las operaciones y resultados del proceso de raciocinio
que abona el terreno para el culto a las abstracciones, para
atribuirles un papel creador independiente. Pertrechado tan sólo con
el raciocinio, el hombre hace cada vez más racional su vida misma,
convirtiéndola en esfera de la racionalidad. La capacidad de
razonamiento se distingue, por el contrario, porque los conceptos se
introducen en el proceso de transformación. Los fines y los valores
se toman en su cambio, y el proceso teórico está orientado al ideal
concreto que lleva al desarrollo del sujeto mismo del conocimiento, de
los valores, etc. Si la investigación científica basada sólo en la
capacidad de raciocinio diverge radicalmente de la moralidad y el
arte, la razón crea un clima necesario para su comunidad. El problema
de la razón y raciocinio penetra toda la historia de la filosofía
europea, pasando de su distinción en las teorías de Platón y de
Aristóteles a su intelección como peldaños del conocimiento (Nicolás
de Cusa, Bruno y Spinoza). Gracias a Leibniz, dicho problema se
convierte en objeto de estudio de la filosofía clásica alemana. Hegel
criticó a fondo las deficiencias del raciocinio, pero sólo en aras de
deificar la razón. Crítica nihilista del raciocinio es el tema
predilecto del irracionalismo. Marx utilizaba en la investigación
teórica un procedimiento dialécticamente racional: el método de
ascenso de lo abstracto a lo concreto (El Capital). El marxismo
resuelve el problema de la razón y raciocinio sobre la base de la
comprensión del hombre en su integridad y de la unidad de las diversas
manifestaciones de su actividad.

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