Reformismo
No figura en el Diccionario filosófico marxista · 1946
Diccionario filosófico abreviado · 1959:439
Reformismo
Corriente política en el movimiento obrero, que sustituye la lucha de
la clase obrera contra el capitalismo, mediante la dictadura del
proletariado y el socialismo, por pequeñas reformas que no afectan las
bases del régimen de explotación. El reformismo es una de las
variedades del oportunismo. Habiendo surgido en la segunda mitad del
siglo XIX, el reformismo adquirió amplia difusión en todos los países
burgueses. Su base social fue la élite de la clase obrera, “la
aristocracia obrera”. La Segunda Internacional se convirtió en
organización internacional del reformismo. Los bolcheviques siempre
lucharon con decisión contra el reformismo en todos sus aspectos,
contra sus portadores concretos en todos los países: los
bernsteinianos y kautskianos en Alemania, los “economistas” y
mencheviques en Rusia, los “austromarxistas” en Austria y otros. En
las condiciones contemporáneas, las ideas del reformismo han sido
heredadas por los socialistas de derecha. A la teoría
marxista-leninista de la lucha de clases, que señala al proletariado
el único camino justo para la liquidación de la esclavitud
capitalista, los reformistas oponen “la teoría” de la colaboración de
clases, que somete al proletariado a la burguesía. A la teoría de la
transformación revolucionaria de la sociedad, ellos oponen “la teoría”
del “socialismo democrático”, es decir de la integración del
capitalismo al socialismo.
El marxismo-leninismo desenmascara la esencia burguesa de la teoría y
la práctica reformistas como un engaño a los obreros. El
marxismo-leninismo no niega la necesidad de que el Partido proletario
luche por reformas, por el mejoramiento de la situación económica,
política y cultural de los obreros bajo el capitalismo, pero considera
estas reformas como un elemento colateral de la lucha de clases, cuyo
objetivo principal es la sustitución del capitalismo por el régimen
socialista.
Diccionario filosófico · 1965:395-396
Reformismo
Corriente política en el interior del movimiento obrero; niega la
necesidad de la lucha de clases, de la revolución socialista y de la
dictadura del proletariado, aboga por la colaboración de las clases y
confía en que por medio de reformas es posible convertir el
capitalismo en una sociedad de “prosperidad general”. El reformismo
surgió en el último cuarto del siglo XIX. Su base social radicaba en
la capa alta, sobornada por la burguesía, de la clase obrera, o sea,
en la denominada aristocracia obrera. El reformismo se halla
estrechamente vinculado al revisionismo. El reformismo actual está
representado por la Internacional Socialista, asociación internacional
de reformistas organizada en 1951. En octubre de 1961, agrupaba a
cuarenta partidos, con más de diez millones y medio de miembros. El
vicio principal de todas las teorías socialreformistas estriba en
intentar hacer compatible lo incompatible: la propiedad privada y la
justicia social, la desigualdad social y el bienestar general. En
cuanto a la concepción del mundo, el reformismo moderno no posee
ningún fundamento íntegro, unívoco. La combinación ecléctica de ideas
del neokantismo, del positivismo, del antropologismo abstracto y del
cristianismo constituye el abigarrado cuadro que encubre la indigencia
espiritual de los teóricos del reformismo (A. Philip, W. Eichler, P.
Bonnel, J. Strachey y otros). Se declara que la dialéctica ha
caducado, se preconiza un evolucionismo vulgar; se desecha el
materialismo, se califica de mito la inevitabilidad histórico-natural,
económica, del socialismo; éste le “infiere” de la esfera del
espíritu, de las representaciones éticas extratemporales y
extraclasistas del individuo. Se traicionan las tradiciones ateas del
socialismo: la alianza con el clericalismo, la reconciliación entre la
ciencia y la religión se han convertido en reivindicación programática
de la socialdemocracia de derecha. Una de las características de los
líderes del reformismo contemporáneo (Guy Mollet, Gaitskell, Spaak,
Brandt, Saragat, Ben Gurion y otros) es el anticomunismo declarado.
“El anticomunismo ha conducido al socialreformismo a un callejón sin
salida, ideológico y político. Esta es una de las principales causas
de la crisis de la socialdemocracia” (“Documentos del XXII Congreso
del P.C.U.S.”, pág. 361). La crisis de la socialdemocracia es una
consecuencia inevitable de la crisis general del capitalismo, en el
resultado de toda la historia del reformismo. La adopción de nuevos
programas (1958-61) ha coronado la evolución del reformismo después de
la guerra, su integración en el sistema de las relaciones
capitalistas. Los jefes del socialismo de derecha defienden el
capitalismo monopolista de Estado, apoyan las tendencias agresivas del
capitalismo. Lo único que hasta ahora los mantiene en la superficie
de la vida política, es el arte –adquirido en el transcurso de
decenios– del fariseísmo político, el nivel relativamente bajo de la
autoconciencia de clase del proletariado y el “boom” económico que ha
seguido a la guerra. Los dos últimos decenios se han distinguido por
el manifiesto descenso del papel y de la influencia del reformismo.
Avanza firmemente el proceso que tiende a liberar a la clase obrera
del flujo reformista. Luchar contra el reformismo, superar la
escisión de la clase obrera, constituye una de las tareas
esencialísimas del movimiento comunista. Sin la reorganización
revolucionaria de la sociedad, o sea, sin aniquilar el capitalismo,
ninguna reforma puede establecer el socialismo: Los partidos
comunistas, a la vez que desenmascaran el papel traidor de los jefes
derechistas de la socialdemocracia, a la vez que critican la práctica
oportunista de derecha y la ideología del reformismo, se manifiestan
activamente en pro de la colaboración con las masas socialdemócratas
en la lucha por la paz, por la democracia y el socialismo.
Diccionario de filosofía · 1984:366-367
Reformismo
Corriente política en el movimiento obrero, que niega la necesidad de
la lucha de clase y de la revolución socialista; predica la
colaboración entre las clases y supone que sólo con ayuda de reformas
se puede convertir al capitalismo en sociedad de “prosperidad
general”. El reformismo surgió en el último cuarto del siglo 19. Su
base social es la cúspide de la clase obrera (la denominada
aristocracia obrera), así como elementos de los “sectores medios” y la
burocracia sindical. El reformismo está enlazado estrechamente con el
revisionismo y no tiene una base conceptual íntegra y única. La
combinación ecléctica de las ideas del neokantismo, el positivismo, el
antropologismo y el cristianismo: este cuadro abigarrado encubre la
miseria espiritual de los teóricos del reformismo. Estos últimos
proclaman anticuada la dialéctica; predican el evolucionismo vulgar;
rechazan el materialismo y afirman que la necesidad histórico-natural
y económica del socialismo es un mito. Traicionaron las tradiciones
ateas del socialismo; la alianza con el clericalismo y la conciliación
de la ciencia con la religión pasaron a ser demanda programática de la
socialdemocracia de derecha. La aprobación de nuevos programas
(1958-61) culminó la evolución postbélica del reformismo y su
integración en el sistema de relaciones capitalistas. Muchos líderes
del socialreformismo defienden abiertamente, desde las posiciones del
anticomunismo, el capitalismo monopolista de Estado. El reformismo
frena el desarrollo de la autoconciencia de clase del proletariado.
La lucha contra el reformismo y la superación de la escisión de la
clase obrera es una de las tareas más acuciantes que tiene planteadas
el movimiento comunista. Sin transformación revolucionaria de la
sociedad, es decir, sin destruir el capitalismo, ninguna reforma puede
crear el socialismo. Al criticar la práctica del oportunismo de
derecha y la ideología del reformismo, los comunistas se pronuncian
enérgicamente, al mismo tiempo, por la colaboración con los partidos
socialistas y socialdemócratas en la lucha por la paz, la democracia y
el progreso social.