Situación revolucionaria
No figura en el Diccionario filosófico marxista · 1946
No figura en el Diccionario filosófico abreviado · 1959
Diccionario filosófico · 1965:428
Conjunto de condiciones objetivas que expresan la crisis económica y
política de un régimen social dado y determinan la posibilidad de la
revolución social. Como indicaba Lenin, la situación revolucionaria
se caracteriza por los siguientes rasgos fundamentales: la
imposibilidad para las clases dominantes de mantener en forma
inmutable su dominio. Para que estalle la revolución suele ser
insuficiente que “los de abajo no quieran” vivir como antes, sino que
se requiere también que “los de arriba no puedan” vivir como hasta
entonces. Una agravación, superior a la habitual, de las miserias y
penalidades de las clases oprimidas. Una intensificación considerable
de la actividad de las masas, que se dejan expoliar tranquilamente en
tiempos “pacíficos”, mientras que en los tiempos turbulentos se ven
empujadas, tanto por toda la situación de crisis como por las propias
“alturas”, a una acción histórica independiente (véase t. XXI, págs.
189-190). Para la victoria de la revolución socialista, no basta que
se dé una situación revolucionaria. Es necesario también que a las
condiciones objetivas se unan las subjetivas, es decir, la capacidad
de la clase revolucionaria para la lucha audaz y abnegada, la
existencia de un partido revolucionario experimentado que lleve a cabo
una acertada dirección estratégica y táctica.
Diccionario de filosofía · 1984:398
Conjunto de condiciones objetivas que expresan la crisis económica y
política de un régimen social dado y determinan la posibilidad de la
revolución social. Como señalara Lenin, la situación revolucionaria
se caracteriza por los siguientes rasgos fundamentales: 1.
Imposibilidad para las clases dominantes de mantener inmutable su
dominio. Para la revolución no basta de ordinario con que “los de
abajo no quieran”, sino que se exige también que “los de arriba no
puedan” seguir viviendo a la antigua. En otras palabras, la
revolución es imposible sin una crisis nacional general (que afecte a
explotados y explotadores). 2. Agudización, por encima de lo
habitual, de la pobreza y las calamidades que sufren las clases
oprimidas. 3. Intensificación considerable de la actividad de las
masas, que en la época “pacífica” se dejan expoliar tranquilamente,
pero en los tiempos tempestuosos son incorporadas a la acción
histórica independiente tanto por toda la situación de la crisis como
por “los de arriba” mismos. (Véase t. 26, pág. 218.; t. 41, pág.
70). Para el triunfo de la revolución social no basta sólo con que
exista una situación revolucionaria. Es necesario también que a las
condiciones objetivas se sumen las subjetivas, es decir, la capacidad
de la clase revolucionaria de sostener una lucha valerosa y abnegada y
la existencia de un partido revolucionario experimentado, que ejerza
con acierto la dirección estratégica y táctica.