Teorías de la élite
No figura en el Diccionario filosófico marxista · 1946
No figura en el Diccionario filosófico abreviado · 1959
No figura en el Diccionario filosófico · 1965
Diccionario de filosofía · 1984:131-132
Teorías de la élite
(francés elite: lo mejor, lo selecto.) Teorías sobre la misión
excepcional y la actividad sociopolítica e intelectual de los sectores
privilegiados (élites) de la sociedad y la pasividad de los demás
individuos (masas). Estas teorías se diferencian por el modo de
fundamentación. Las teorías biológicas (R. Williams, E. Bogardus)
acentúan los indicios genético-biológicos, que supuestamente
constituyen la base de la división de los hombres en destacados y
ordinarios, activos y pasivos, válidos e inválidos; las teorías
psicológicas (G. Gilbert, B. Skinner), hacen hincapié en las
cualidades psicológicas que determinan la exclusividad de unos y la
mediocridad de otros; las teorías psicoanalíticas (Freudismo), en la
capacidad de sublimar la energía sexual y en el afán de poder o
sumisión; las teorías socio-psicológicas (Fromm), en el reconocimiento
de las distintas variedades del carácter, determinadas tanto por las
peculiaridades psicológicas de cada hombre como por los factores
sociales de su vida; las teorías tecnocráticas (J. Galbraith), en las
funciones organizadoras de los administradores de la producción y los
individuos que ocupan una situación especial en la “tecnoestructura”
gracias a sus hábitos técnicos, y las teorías cienciacráticas (Bell y
otros), en el examen del factor del conocimiento científico en el
mundo contemporáneo en tanto que fuerza dirigente que predetermina el
progreso científico-técnico y social de la “sociedad postindustrial”.
A pesar de los numerosos matices en la interpretación de unas u otras
cuestiones, lo común a todas las teorías de la élite son los
postulados acerca de la desigualdad natural de los hombres, que
predetermina la eterna división de la sociedad en la élite y las
masas; la necesidad de la existencia de la élite como fuerza motriz
del progreso científico-técnico y social; el dominio inevitable de
unos y el sometimiento de otros; la plenitud de derechos de la minoría
y la legitimidad de su gobierno sobre la mayoría y la pasividad y
amorfia de las masas que supuestamente, lejos de ejercer influencia
positiva sobre el proceso histórico, poseen fuerzas destructoras,
capaces de volverse contra los adelantos de la civilización. En
oposición a las teorías de la élite, la doctrina marxista-leninista
pone de manifiesto las verdaderas causas de la existencia de la
desigualdad social en la sociedad de la división de los hombres en
explotadores y explotados, en opresores y oprimidos. Estas causas son
la propiedad privada sobre los medios de producción y las relaciones
sociales antagónicas engendradas por ella. Por el contrario, en las
condiciones del socialismo crece constantemente el papel de las masas
populares y las personalidades; todos los miembros de la sociedad se
unen en aras del despliegue sucesivo del progreso científico-técnico y
social; aumenta la riqueza interna de cada individuo.