1-Transmutación de los elementos químicos

Transmutación de los elementos químicos

No figura en el Diccionario filosófico marxista · 1946

No figura en el Diccionario filosófico abreviado · 1959

Diccionario filosófico · 1965:469

Transmutación de los elementos químicos

Transmutación de los átomos de una especie en átomos de otra especie
(por ejemplo, los de uranio, en átomos de plomo y otros). Antiguos
filósofos chinos e indios, y también Platón, Aristóteles entre otros,
se refirieron a la posibilidad de las transmutaciones recíprocas de
los elementos. Las ideas que en este sentido expusieron constituían,
en esencia, la expresión de conjeturas acerca de la profunda unidad
interior de la materia, acerca de su variabilidad, aunque a menudo
tenían una forma idealista. En tales ideas se basaba la creencia en
la “piedra filosofal“. Cuando los elementos químicos se empezaron a
relacionar con determinadas especies de átomos (Dalton) concebidos
como partículas indivisibles e invariables, independientes unas de
otras, la idea de la transmutación de los elementos quedó abandonada
durante largo tiempo. Pasaron a imperar representaciones metafísicas
sobre elementos eternos e invariables, los más simples de la materia,
“ladrillos del universo”. En la preparación de la idea de
transmutación de los elementos químicos, desempeñó un gran papel el
sistema periódico de los elementos establecido por Mendeléiev. Sin
embargo, esa idea sólo alcanzó una bien cimentada fundamentación
científica y aplicación práctica al ser descubiertas la radiactividad,
la compleja estructura del átomo y del núcleo atómico (Átomo y núcleo
atómico), las reacciones nucleares. Las transmutaciones de los
elementos químicos confirman la tesis del materialismo dialéctico
acerca del desarrollo de la materia, acerca de la unidad y
variabilidad de sus distintas formas, ponen de manifiesto la falta de
base de las representaciones metafísicas acerca de la existencia de
elementos primarios eternos e invariables en la naturaleza.

No figura en el Diccionario de filosofía · 1984

Comparte este artículo