Unidad de la dialéctica, la lógica y la teoría del conocimiento
No figura en el Diccionario filosófico marxista · 1946
No figura en el Diccionario filosófico abreviado · 1959
No figura en el Diccionario filosófico · 1965
Diccionario marxista de filosofía · 1971:310-311
Unidad de la dialéctica, la lógica y la teoría del conocimiento
Uno de los principios fundamentales de la filosofía marxista que pone
al descubierto su estructura y objeto. Fue formulado por vez primera
de modo riguroso por V. I. Lenin, quien escribía que “la dialéctica
es también la teoría del conocimiento… del marxismo”. Típico entre
los pensadores premarxistas era dividir la filosofía en esferas
separadas, desvinculadas: ontología, como la doctrina del ser;
gnoseología, como la teoría del conocimiento, y lógica, como teoría de
las leyes y formas del pensamiento. Hegel fue el primero en tratar de
superar esta separación: colocó como principio rector de su filosofía
la identidad de la dialéctica, la lógica y la teoría del conocimiento,
entendiendo esta identidad de modo idealista. Hegel convirtió lo
espiritual (el pensamiento) en principio de todo lo existente, en algo
objetivo, a la par que para él el mundo objetivo sólo era la
encarnación ruda del espíritu en desarrollo. Por consiguiente, desde
el punto de vista de Hegel, el mundo se desarrolla de acuerdo a las
leyes del pensamiento: las leyes del desarrollo del mundo objetivo (su
dialéctica) eran identificadas con las leyes de la lógica. Dado que
el espíritu universal revela en opinión de Hegel al mismo tiempo su
contenido en el proceso de su movimiento, las leyes del desarrollo del
espíritu universal son a la vez las del conocimiento, y las categorías
de la lógica, las fases en que se desenvuelve el conocimiento. De
esta suerte, la dialéctica objetiva (el desarrollo del mundo exterior)
y la dialéctica subjetiva (desarrollo del conocimiento, del
pensamiento) coinciden en la filosofía hegeliana, mas de modo tal que
su base la constituye la dialéctica subjetiva. La filosofía marxista
ha formulado el principio de la coincidencia de la dialéctica, la
lógica y la teoría del conocimiento sobre una base completamente
distinta. Parte de la tesis acerca del carácter primario del mundo
exterior, objetivo. Este mundo encierra actividad en sí mismo, no
necesita de ningún principio “impulsor”, se desarrolla de acuerdo a
sus propias leyes. Estas leyes son estudiadas, principalmente desde
el punto de vista de su universalidad, por la dialéctica. Para
realizar su actividad práctica, el hombre, apoyándose en las leyes del
mundo objetivo, transforma a éste, modifica los objetos basándose en
sus propiedades y en correspondencia con los nexos que los
caracterizan. Por eso las leyes de la dialéctica incluyen asimismo la
actividad sensorio-material y, sobre esa base, se convierten en leyes
del conocimiento. En el proceso de la actividad cognoscente el hombre
refleja en forma ideal los nexos y leyes dialécticos que objetivamente
son inherentes a las cosas. El conocimiento mismo opera como un
complejo proceso dialéctico de asimilación cada vez mayor del mundo
objetivo, de ahondamiento en la esencia de las cosas. A fin de que la
dialéctica del mundo objetivo sea comprendida en el pensamiento, en
las formas lógicas, estas mismas formas lógicas (los conceptos por
ejemplo) deben ser flexibles, en desarrollo y convertirse las unas en
las otras. En resumen, el principio de desarrollo se aplica no sólo
al mundo objetivo, sino también al pensamiento, al conocimiento. La
unidad de la dialéctica, la lógica y la teoría del conocimiento se
basa por tanto en que las leyes de la dialéctica actúan no únicamente
en el mundo objetivo, sino asimismo en el conocimiento, en el
pensamiento humano. Esta unidad debe entenderse como proceso, como
coincidencia de la dialéctica, la lógica y la teoría del conocimiento,
coincidencia que se realiza en el prolongado desarrollo de la
actividad práctica y teórica de los hombres.
No figura en el Diccionario de filosofía · 1984