Verdad concreta
Diccionario filosófico marxista · 1946:313
Verdad concreta
La verdad, afirma el marxismo-leninismo, es siempre concreta, puesto
que todo depende de las condiciones, del lugar y del tiempo. El
marxismo niega la existencia de verdades abstractas que sirvan para
todos los tiempos, y exige que la explicación de los fenómenos sea
abordada de una manera históricamente concreta. Así, por ejemplo, la
reivindicación de la república democrático-burguesa bajo las
condiciones del zarismo en 1905 fue una reivindicación revolucionaria,
mientras en las actuales condiciones de la U.R.S.S. sería absurda y
contrarrevolucionaria, puesto que la república burguesa en comparación
con la soviética es un paso atrás. Cualquier definición, si es tomada
abstractamente, al margen de toda conexión y relación, se convierte en
una definición sin contenido y absurda. Tales son, por ejemplo, los
conceptos abstractos de la “igualdad”, del “bien”, de la “democracia”,
etc. El concepto de “igualdad” adquiere un sentido sólo en el caso de
ser examinado concretamente: ¿la igualdad de quién con quien? Tampoco
hay una “democracia en general”, sino que hay una democracia burguesa
y una democracia proletaria, socialista. Por eso enseña el marxismo
que no hay verdades abstractas, que la verdad es siempre concreta.
Diccionario de filosofía y sociología marxista · 1959:109
Verdad concreta
La verdad, afirma el marxismo-leninismo, es siempre concreta, por
cuanto todo depende de condiciones: tiempo, lugar, etc. El marxismo
niega la existencia de verdades abstractas, que sirvan para todos los
tiempos, y requiere un modo histórico-concreto de abordar la
explicación de los fenómenos.
Así, por ejemplo, las demandas de la democracia burguesa, bajo las
condiciones del zarismo en 1905, en Rusia, eran revolucionarias; pero
en las condiciones de la U.R.S.S. son absurdas y
contrarrevolucionarias, ya que una república burguesa, en comparación
con la república soviética, es un paso atrás.
Una definición cualquiera, tomada abstractamente, fuera de toda
conexión y relación, hácese insubstancial y absurda. Tales son por
ejemplo, los conceptos abstractos de igualdad, bondad, democracia,
etc. El concepto de igualdad sólo torna sentido en el caso en que lo
consideramos concretamente: ¿igualdad de quién con quién?, ¿en qué?
Asimismo, no hay democracia en general, sino democracia burguesa y
democracia proletaria, socialista.
La verdad abstracta, enseña el marxismo, no existe; la verdad es
siempre concreta.
Diccionario filosófico abreviado · 1959:520
Verdad concreta
Verdad fundada en el análisis y en la generalización de las
condiciones históricas concretas en las cuales se produce un
acontecimiento, un proceso. En ese sentido, la verdad es siempre
concreta, puesto que todo depende de las condiciones dadas, del lugar
y del tiempo. Así, en 1905, en la Rusia Zarista, la consigna de una
república democrático-burguesa tenía un carácter revolucionario,
mientras que bajo el Poder Soviético, es contrarrevolucionaria puesto
que la república burguesa representa un paso atrás respecto a la
República de los Soviets.
Toda definición abstracta, separada de las condiciones y de las
relaciones históricas, se convierte en algo vacío de sentido y de
contenido. Tales son las nociones abstractas de la “igualdad”, del
“bien”, de la “democracia”, etc. La noción de “igualdad” no tiene
sentido a menos de ser concreta: ¿la igualdad de quién con relación a
quién? Es imposible, por ejemplo, hablar de “igualdad en general”. En
una sociedad dividida en clases, la noción de igualdad tiene siempre
un contenido concreto. Por medio de la noción de la “igualdad en
general”, los ideólogos de la burguesía quieren disimular la
explotación de los obreros por los capitalistas, así como la miseria y
el estado de sometimiento de los trabajadores privados de derechos.
La “democracia en general” no existe tampoco: hay una democracia
burguesa y una democracia socialista, proletaria.
Por consiguiente, sólo ubicando los problemas en un marco histórico
determinado y dando a las nociones un contenido concreto, se puede
llegar a un conocimiento científico de la realidad, a verdades
auténticamente concretas.
No figura en el Diccionario filosófico · 1965
No figura en el Diccionario de filosofía · 1984